Capítulo 11 El abrazo de una Madre ꪜ
Nuevamente la escena que transcurría en esos momentos para Ririka era como ver a su hermano mayor en Shinobu, Tōjuro el pobre chico que estaba siendo interrogado y por otro lado Kanae que representaba perfectamente a Tamaki y disfrutaba del espectáculo hasta inclusive hacia barras o apostaba por que lado ganaría esa confrontación.
— Shinobu, como ya dije Tōjuro es mi amigo...
— ¡Así es!
— Ara, ara el primer amigo de Riri-chan
— ¿No tienes más amigos Ririka? —cuestionó Tōjuro algo sorprendido
— Por lo mismo estoy preocupada de ver a un chico ahora —añadió Shinobu sin dejar de observarlo
Tōjuro no pudo evitar sentirse un poco feliz al saber que él era el primer amigo de Ririka, sin embargo ¿estaba bien para el sentirse de esa manera? No es que deseara monopolizar a la joven, solo... no podía evitar sentirse un poco especial y más al ver el silencio apenado de Ririka, el rubor en su rostro era bastante notorio que incluso le invitaba a querer picar su mejilla
— Por cierto, ¿por qué no fueron a clases hoy?
— Ara, eso... Shinobu y yo teníamos nuestra revisión médica de cada mes, te enviamos un mensaje en la mañana, pero no respondiste...
— ¡Ah! ¡lo siento, olvidé mi celular en casa! —se disculpó Ririka apenada
— No te preocupes, todo salió bien y ya íbamos de regreso a casa pero... Shinobu tiene una buena vista al parecer que incluso desde la otra calle pudo ver a Ririka con un chico ¡increíble!
— Nee-san...
— Pero, este no es el camino para ir a su casa... al menos no que yo lo recuerde —recordó Ririka al verlas cerca del centro comercial
— Es porque a Nee-san le gusta pasar por la estación de policía
— ¿Qué?
— Ara, Shinobu ¿qué cosas dices? —soltó una Kanae sonrojada sin saber donde esconderse
— La única estación de policía cercana... —añadió Tōjuro al recordar que no hace mucho habían estado en ese lugar
— No me digas —Ririka temía escuchar la respuesta
— Está interesada en un policía de allí, un cabeza de canas —masculló Shinobu molesta
— ¡¿Qué?! ¡justo ese!
— ¡No es eso! ¡solo le admiro! —negó Kanae tapando su rostro sonrojado
— Le gusta esa cosa
— ¡No, Kanae! ¡ese policía no sabe nada de delicadeza! —añadió Ririka apoyando a Shinobu— ¡lleva a las personas como si fueran un costal de papas y las tira!
— Riri-chan ¿lo conoces? ¿a Shinazugawa-san?
— Un desafortunado encuentro —susurró Ririka por lo bajo
— Señoritas, lamento interrumpirlas pero su madre les espera en casa para escuchar las noticias y cenar con ustedes —les recordó su amable chofer un poco apenado por interrumpir la charla
— ¡Es verdad! —negó Kanae al ver la hora— lo siento Riri-chan, debemos irnos
— No se preocupen, puedo volver a casa por mi cuenta
— ¡Nee-san! ¿piensas dejar sola a Ririka con ese chico?
— ¡Todo está bien! ¡cuento contigo, Tōjuro-kun! —declaró Kanae mientras arrastraba prácticamente a Shinobu consigo— nos vemos mañana Riri-chan
— ¡Si, vayan con cuidado!
Con una reverencia por parte del mayor procedieron a retirarse y dejar nuevamente a los dos jóvenes solos, Shinobu a pesar de ya no distinguirlos a lo lejos miraba hacia atrás con su ceño aún fruncido a diferencia de Kanae que iba tarareando una pequeña canción, y eso solo podía causar que la menor se le pusieran los nervios de punta
— Nee-san ¿realmente esta bien?
— ¿Qué, Shinobu?
— Dejar a Ririka relacionarse con un chico que no conocemos
— ¿Crees que es una mala persona?
— No es eso...
— ¿Entonces?
— Ese chico tiene una mirada muy limpia y directa... no creo que sea malo...
— Si es así, ¿por qué dudas?
— Porque Rikuto también era así
— Shinobu...
— Nosotras creímos que estaría bien su presencia alrededor de Ririka, pero luego de ese incidente él cambió y... Ririka también lo hizo...
— Son cosas del pasado Shinobu, ese cambio... solo es algo que Ririka y Rikuto entienden, no debemos meternos
— Él volvió y eso me pone nerviosa, siento que va a alejar a Ririka y encerrarla en su burbuja de "seguridad"
— Riri-chan ya no es tan pequeña y tiene su propia voz, nosotras solo podemos escucharla y darle el consejo que consideremos mejor para ella
— No lo dejaré... definitivamente no dejaré que Rikuto haga de las suyas, nee-san sé que sueles ser tranquila, pero ¡yo no puedo!
— Shinobu, has lo que consideres mejor
— ¿Qué? ¿no vas a detenerme?
— Desde joven has sido impulsiva y siempre has cuidado de Riri-chan, por eso entiendo tus sentimientos y deseos
— Nee-san... ¡gracias!
— Pero no puedes molestar a Tōjuro-kun
— ¿Por qué él?
— Porque es el primer amigo de Riri-chan
— Eso...
— Sabes que es así, con solo verlos puedes entenderlo
— No quiero verlo... —susurró Shinobu por lo bajo al recordar como se miraban ambos
"Sus miradas conectadas"
Shinobu no detestaba a Tōjuro, solo que desde pequeñas al saber lo que pasaba Ririka siempre la había cuidado y protegido que temía que ahora un chico que realmente le importaba a su amiga se hiciera presente, y... la mirada y expresiones que evocaba en ella, Shinobu no podía evitar sentirse un poco celosa y temerosa de que su amiga más pequeña e importante fuera a conocer un nuevo sentimiento
"Debo hacerlo, quiero saber"
Ririka no podía quitar ese pensamiento de su cabeza aunque intentara pensar en otras cosas, la curiosidad le carcomía, pero no quería ser grosera al preguntar tanto, más si es un tema que la incluía a ella... tenía cierto derecho a querer saber
— Tōjuro, sé que es repentino pero... ¿puedo conocer a tu madre? —inquirió Ririka con una expresión llena de seguridad en su rostro
— ¿Mi madre? ¿por qué? —la petición de su amiga ciertamente le había sorprendido
— Ella sabe sobre mi madre, tal vez cosas que yo no sé por ser tan joven cuando ella se fue... por eso, me gustaría escuchar de mi madre porque nadie en mi casa va hablarme de ella...
"Quiero saber de ti, mamá"
Tōjuro nuevamente se sentía apenado, el mencionar a su madre traía una expresión de melancolía en Ririka que él no deseaba ver y más por su propia causa, sin embargo si su amiga se lo pedía con una expresión tan seria y segura que acentuaba el verde color de sus ojos no podía negarse, más bien sentía que no podía negarle nada a ella
— Bien Ririka, te llevaré con mi madre —le aseguró el joven mientras extendía su mano hacia ella
Ririka siempre tenía la extraña costumbre de caminar unos pasos detrás, no solo con él sino también con otras personas, trayendo a su mente que eso era una costumbre del periodo sengoku en las mujeres dentro de la jerarquía social, quizás en su familia también se lo habían inculcado, pero Tōjuro no estaba dispuesto a dejar que siga así pues quería verla caminar a su lado
— ¿Por qué...? —cuestionó la joven confundida sin saber que hacer
— Pediré tu permiso entonces, Ri-ri-ka —soltó Tōjuro acentuando la última sílaba cerca de su rostro para luego proceder a tomar su mano y envolverla con la suya— ¡vamos!
— ¡¿Eh...?!
Estoy segura que ustedes lectoras esperaban un momento romántico mientras dos jovencitos caminaban juntos de las manos, pues no. Hablamos de Tōjuro, quien ni bien había tomado la mano de la joven echó a correr como si no hubiera un mañana, mientras para Ririka todo a su alrededor se apreciaban como grandes destellos de colores en el centro comercial de Tokio.
— ¡Hemos llegado! —declaró Tōjuro contento mientras Ririka a su lado trataba de regular su respiración
— E...Es aquí, ya veo...
Ririka observó los alrededores y notó que Tōjuro también vivía relativamente cerca de ella, sin embargo su casa era más grande pues vislumbró una casa más, pero al acercarse notó que era un salón o "Dojo" para entrenar, sin embargo no era el lugar al cual le llevaría el joven, quien la guió hasta la puerta de su casa
— Mi madre es una persona algo seria, así que no te preocupes —añadió con un gran sonrisa— ¡madre ya llegué!
— ¡Bienvenido! —soltó una voz femenina a lo lejos, el joven comprendió que su madre estaría haciendo algo
Tōjuro le indicó a Ririka que guardara silencio y le espero mientras se quitaba sus zapatos escolares para reemplazarlos por unas pantuflas, nuevamente tomó su mano y ambos se adentraron en el lugar. La joven de cabellos verdes pudo contemplar varias fotos familiares, sin embargo no pudo detenerse a contemplarlas todas, entre ellas una que parecía bastante antigua que incluso lucia a blanco y negro
Al llegar a la sala Tōjuro dejó la mano de Ririka logrando que ella fijara su mirada en la mujer sentada en el sillón de espaldas, parecía estar leyendo algo mientras su cabello negro estaba recogido con un listón blanco, esa silueta y esencia trajo a la mente de Ririka rápidas imágenes de su difunta madre
— Tōjuro ¿qué tal la escuela? —cuestionó la mujer aún de espaldas
— ¡Bien, madre! ¡Pero hoy traje una invitada! —añadió el joven mientras Ririka se preparaba para saludarla
— ¿Es así? ¡debiste decirme antes! —suspiró la madre de Tōjuro mientras se levantaba para ver a la recién llegada
Ririka mantenía la mirada baja pues la presencia de la madre de Tōjuro, además de transmitir seriedad y compostura también se sentía bastante apacible como las pequeñas olas del mar al tocar la arena. Ruka se adelantó hasta posicionarse frente a su hijo mayor y con una sola mirada supo que aquel uniforme era de la prestigiosa academia para señoritas "Sekirei"
La mujer no recordaba que su hijo tuviera una conocida allí, más pudo ser algo que ella haya olvidado, la jovencita frente a ella de largo cabello verde atado con un listón rojo alzó su profunda mirada verde para proceder a hacer una reverencia completa
— Buenas tardes, señora Rengoku —soltó Ririka intentando controlar su tono de voz para vocalizar correctamente— soy Yamamoto Ririka y me disculpo por visitar su casa sin previo aviso y sin un presente
Ruka se había quedado congelada desde que había observado sus ojos tan similares a quien ella más admiraba en una versión más joven, sin embargo eran casi idénticas como si hubieran sido cortadas por la misma tijera, pero ciertos rasgos le hacían diferente y juvenil
— Tōjuro ¿qué significa esto? —inquirió Ruka al sentir un leve mareo repercutir en su cuerpo hasta el punto en que su hijo se acercó a ayudarla
— Señora Rengoku ¿se encuentra bien? —cuestionó Ririka pasándole un vaso de agua, pues la mujer frente a ella parecía sufrir de una fuerte impresión
— Tu no eres "Yamamoto" sino "Yamamotoyama" ¿verdad jovencita?
— Es así, me disculpo por presentarme con un apellido falso, pero quería saber si usted me conoce y... si conoció a mi madre como Tōjuro dijo
— ¡¿Dudas de mis palabras?!
— Está bien, me agrada que sea precavida con esto —aseguró Ruka sin dejar de observarla
Ririka se permitió pasar su mirada por la sala notando que en una pequeña mesa de centro reposaba una caja con adornos florales y varios recortes, revistas e imágenes de quien la joven tanto deseaba escuchar, su querida madre o como bien le conocían "Tsubasa"
— Eres casi idéntica a ella, su misma postura, cabello y ojos... —habló Ruka con una mirada llena de nostalgia— eres como Tsubasa, pero más juvenil y... llevas una mirada que transmite seguridad de ti misma, tu madre en cambio mantenía una mirada gentil y algo absorta en si misma
— En el camino Tōjuro me habló sobre lo que usted le ha contado, yo también conozco parte de la historia
— No hay mucho que pueda decir de ella, más soy yo quien parece necesitar respuestas, pero... me alegra ver a la hija de la que todos hablan y no pueden ver
— Esta parte de la ciudad es tranquila y puedo moverme con más libertad ahora que tengo quince años, pero mi existencia sigue siendo oculta para muchos
— ¿Por qué es así? ¿por que la hija de una modelo tan talentosa y hermosa debe vivir escondida como si hubiera cometido un crimen? —cuestionó Ruka sentándose a su lado y tocando su rostro
— Es algo que me pregunto yo misma, ¿por qué? Pero considero que es mejor que usted no lo sepa, porque a veces la verdad no es tan buena como muchos piensan
— Ririka-san...
— Solo quiero mirar a mi madre... —susurró Ririka sin quitar su mirada de las fotos— quiero verla, porque yo no tengo ni una sola foto de ella
— Puedes ver, si eso aligera la carga en tu corazón
Ruka y Tōjuro dejaron a Ririka sola observando las fotos y recortes que había, la madre del joven no podía evitar mirarla, tan joven y desprendía un aire de delicadeza y elegancia, sin embargo su mirada reflejaba cierta tristeza e inocencia ¿cómo es posible que su hijo le conociera?
El posar su mirada en su hijo solo le generaba más dudas, pues al igual que ella Tōjuro la observaba con una mirada tan expectante como si no quisiera perderse ni un solo detalle de ella, sus ojos dorados brillaban de curiosidad y cierto nerviosismo, Ruka solo pudo soltar un suspiro por lo bajo y alborotar los mechones rubios
— Gracias Tōjuro —soltó Ruka en voz baja
— ¿Por qué madre?
— Solo... no sabía que necesitaba tanto verla, saber que estaba bien...
— ¿Madre cree que ella está bien? —inquirió Tōjuro con una expresión seria en su rostro, misma que Ruka no pudo descifrar al no saber mucho sobre la jovencita de ojos verdes
"Una verdad conlleva a descubrir varios secretos"
La recordaba, agradecía enormemente por tener una buena memoria o quizás era porque amaba a su madre demasiado que era imposible borrar su imagen de su mente. Nunca se había fijado mucho en su aspecto, pero ahora quería agradecer por parecerse a su madre, a quien ella tanto añoraba
— Padre... si estuvieras vivo ¿dirías que me parezco a mamá? —se cuestionó Ririka en voz baja al sentir las lágrimas recorrer su rostro— ¿dirías que tu pequeña Ruri ha crecido?
"Mamá... Papá... los extraño"
El deseo de verlos era tan grande que su pecho dolía, mientras su memoria le jugaba una mala pasada de traer a su mente como si fuera un espectador en una sala de cine fugaces recuerdos de ellos juntos. Los abrazos y bromas de su padre quien siempre llevaba una pluma blanca con él, como los besos y pequeños susurros llenos de amor de su cálida madre
Ahora deseaba un abrazo y susurros llenos de palabras de amor, sabía que así como ella callaba su dolor, su querido hermano mayor también lo hacía, aún recuerda como cada noche le escuchaba llorar y llamar a su madre en sueños, sin embargo frente a ella siempre tenía una sonrisa y cariño que brindarle
"Quiero protegerte, Kazu-nii"
— Está bien llorar —susurró una voz a sus espaldas mientras acariciaba su cabello, una voz suave femenina— no sé que ha sucedido, pero siempre puedo escucharte y secar tus lagrimas
Ruka dejó que Ririka escondiera su rostro en su pecho mientras las lágrimas mojaban su kimono, la joven en sus brazos se aferraba a la misma foto que su hijo Tōjuro había observado antes ¿acaso su hijo había visto es a Ririka en esa foto? No tenía manera de saberlo, sin embargo ella tampoco deseaba soltar a la frágil niña que residía en sus brazos
Tōjuro observaba la escena de su madre consolando a Ririka, estaba mal que él deseara ser quien lo hiciera, sin embargo agradecía que su madre hubiera ido porque algo le decía que lo que necesitaba su amiga en esos momentos era un abrazo de alguien que también es madre y quiere a sus hijos
— ¿Estás mejor ahora? —cuestionó Ruka mientras Ririka se cambiaba de zapatos
— Si, y es gracias a usted y a... Tōjuro —susurró lo último con algo de pena
— Ririka-san
— ¿Si?
— Espero verte de nuevo y también... —añadió mientras acortaba la distancia entre ambas y arreglaba algunos mechones desordenados— puedes llamarme "Ruka-san"
— ¡¿Si?!
— Al llorar conmigo me has dado tu confianza, puedo ser como un regazo materno para ti, puedes contar conmigo
— Gracias Ruka-san —soltó Ririka sonrojada, pero feliz y llena de ese cálido sentimiento y aroma a madre
— ¡Yo la guiaré hasta la mitad del camino, madre! —declaró Tōjuro volviendo a tomar la mano de la joven y llevándosela consigo
Ruka solo les vio marchar sintiendo que efectivamente el destino era una cosa extraña, desde que conoció a "Tsubasa", el volver a verla cuando ambas ya estaban casadas y con sus hijos y... que ambos jóvenes se hubieran conocido y fueran como la luz de cada uno
— Espero que Tōjuro le de un poco de paz a Ririka y a su vez su madre pueda descansar tranquila... —deseó Ruka de todo corazón
Tōjuro seguía sin soltar la mano de Ririka mientras tarareaba divertido una melodía, la joven la sentía conocida pero no podía saber si su amigo la estaba tarareando en el ritmo correcto. Una vez que estuvieron cerca de la casa de Ririka, el joven de cabellos rubios volteó para observarla con una gran sonrisa
— ¿Sucede algo? —cuestionó al verle
— Parece que le agradaste a mi madre, me siento feliz que su temperamento serio no fuera incómodo para ti
— Nunca, aunque sea así sigue desprendiendo la esencia de una madre amorosa —concordó Ririka al recordar la sensación de ese abrazo
— Agradezco que estés mejor, pero yo también estoy para escucharte Ririka —declaró Tōjuro mientras tomaba las mejillas femeninas para depositar un corto beso en su frente— ¡siempre mantengo mi palabra y la de hoy es que Ririka sonría!
— E...Eso... —la pobre Ririka era un tomate de la vergüenza y sorpresa, sin embargo conociendo a Tōjuro, eran acciones que quizás no debían sorprenderle
Nuevamente no comprendía como sucedían las cosas y porque el destino era tan indescifrable que parecía jugar con sus destinos, sus madres se conocieron de jóvenes, se volvieron a ver ya casadas y con sus hijos para que ahora ellos también se conocieran, pero no era así, porque desde antes de ese día de primavera Ririka ya había contemplado aquellos ojos
— Soy mala... —susurró por lo bajo con una expresión llena de tristeza
¡Hola a todas! Nuevo capítulo si, si uwu actualmente ya estoy trabajando también en el capítulo de "Bajo la Sombrilla Roja" así que es seguro que actualice mañana o el domingo. Espero el capítulo de hoy sea de su agrado, en lo personal me gusto mucho y ya tengo otro momento favorito de Tōjuro y Ririka ¿arden las cosas entre ambos? ¿será todo solo una coincidencia? ¿qué sabe Ririka? Bueno, sin más que decir... nos vemos en el próximo capítulo uwu
Att: Andysakurai15
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