3. El heroe.

Eggman había vuelto a sus fechorías, esta vez piloteando un gigantesco robot que se acercaba a New Yoke como una amenaza de destrucción. La situación era crítica pero por suerte para los ciudadanos, tres erizos estaban en el centro de la acción: sonic distraía al robot, con bromas y golpes, mientras silver y Amy guiaban a la gente a un lugar seguro.

Sonic creía tenerlo todo controlado, hasta que en un movimiento que no tenía previsto la mano mecánica del robot se extendió y atrapó a la eriza que por mala suerte traía a un niño pequeño en brazos. Ambos quedaron en encerrados en un comportamiento de cristal.

-¡Sonic! -Grito amy, mas asustada por la vida del menor que la suya- ¡Necesito una mano!

El bigoton soltó una risa malvada.

-¡Mira lo que tengo aquí roedor! -Apunto Eggman- ¡Tu linda noviecita!

El cobalto detuvo abruptamente su ataque ante la impresión. Miró a la eriza con una mezcla de preocupación y ansiedad.

-¡Amy! -Se notaba el terror en su tono- ¡No te preocupes, voy por ti!

Silver, quien había estado ayudando desde las alturas con su telequinesis, escuchó esas palabras y sintió un golpe en el pecho. "Tu pequeña novia", había dicho Eggman. Sonic estaba preocupado, eso era evidente, y el plateado sabía que era por la amistad que compartían, despyes de todo, ¿quien mas invitaría a sonic a comerse una tarta de moras?

Pero, ¿por qué no podía evitar sentir una punzada de celos al ver cómo el ojiverde se lanzaba a rescatar a su amor imposible? Aun si el cobalto no correspondía con la misma pasión a los sentimientos de la eriza siempre sería su prioridad protegerla. ¿Y él? Silver siempre estuvo en la sombra, el amigo, el confidente... nunca el héroe en su historia.

Fue en ese momento que decidió que no podía quedarse atrás. No esta vez. No si tenía una oportunidad de ser quien la rescatara.

-¡Yo me encargo! -Grito silver. Mientras su telequinesis entorpecia el rescate del cobalto tirando de cara al suelo y se dirigían con determinación al robot.

-¡Silver, espera! -Sonic se limpio rápido el polvo de la cara. Estaba sorprendido por la determinación e iniciativa de silver, y, de algún modo, supo que era por Amy. No trató de detenerlo o persuadirlo, y aunque lo ubiera hecho Silver probablemente nisiquiera escucharía. Este era su momento. Si lograba salvar a la chica, ella tal vez podría verlo de otra manera. No como un simple amigo, sino como alguien a quien pudiera... amar.

El robot del científico giró su torso, liberando una ráfaga de misiles hacia Silver. El erizo plateado levantó las manos, usando sus poderes para desviar los proyectiles en diferentes direcciones. Todo su mundo pareció temblar, pero Silver se mantuvo firme.

-¡Vamos, Eggman! ¡Tú y yo! -Exclamo tomando impulso hacia el robot-

El humano se rio desde su cabina.

-¿Tú? -Dijo con burla- ¡Por favor! ¡No tienes ninguna posibilidad, cucaracha!

-¡Vamos silver, tu puedes! -Desde la cabina de cristal Amy le daba ánimos, era lo menos que podía hacer, después de todo el robot contraretaba su fuerza.

Verla allí, apoyándolo hizo que su corazón se aceleraba y con un sonrojo leve en su rostro le sonrió. No iba a decepcionarla.

Silver entonces concentró toda su energía. El suelo bajo el robot comenzó a vibrar mientras lo levantaba en el aire. Eggman no se esperaba eso -o tal vez si-, intentó recuperar el control de su maquina, pero Silver no le dio el tiempo.

El robot comenzó a tambalearse. Silver sentía las manos pasadas, como si estuvieran pegadas a dos ladrillos de cemento. Comenzo a respirar con difícil mientras el sudor se deslizaban por su frente, sabía que solo era momentario.

Dentro de la cabina, Amy observaba con asombro. El albino estaba haciendo todo lo posible, arriesgandolo todo para salvarla.

-¡Sujetate fuerte!

La eriza apenas pudo reaccionar cuando el robot se rompió en dos y pudo volver a sentir el viento violento sobre sus espinas. Abrazo con más fuerza al niño entre sus brazos mientras ella le pedía que cerrara su ojos, podría ser una experiencia un tanto aterradora para un crio. Se preparaba para el aterrizaje, sería rudo, si, pero nada con lo que no estuviera acostumbrada a lidiar.

Incluso aun estando ha metros del suelo sintió a una fuerza entonces desconocida atraerla hacia el suelo. Miró a su derecha, silver la mantenia a flote con su telequinesis, se veía cansado y hasta demacrado pero una sonrisa ladeada estaba en su rostro.

-Manzanita... -Susurró Amy, preocupada por su estado-

Mientras Eggman escapaba en su cápsula voladora, murmurando algo sobre venganza, Amy se arrojo a silver, abrazandolo con cuidado.

-¡Me salvaste! -Dijo Amy, con una sonrisa de gratitud. Sus ojos brillaban con emoción, pero Silver solo podía pensar en lo que eso significaba para él. Tal vez... solo tal vez, ahora ella lo vería de esa manera que tanto anhelaba.

Sonic llego poco después tras averse encargado de algunas Abeja-Bots restantes.

-¡Buen trabajo, Silver! Sabía que lo tenías bajo control. No dude ni un segundo -Los dos chocaron las palmas de las manos-

Aún recuperando el aliento, el de pecho peludo forzó una sonrisa agridulce para el cobalto.

-No fue nada, solo... solo hice lo que era correcto

-Siempre has sido un gran amigo, ayudando a todo el que lo necesita -Dijo ella, con una dulzura ácida que hizo que su corazón se contrajera de nuevo.

-Sí, siempre sera asi... -Respondió Silver, intentando no dejar que su desánimo se notara. Había sido el héroe de la ocasion, pero en el fondo sabía que nada cambiaría entre ellos.

Amigo. Esa palabra siempre lo perseguiria.

˚ ༘♡ ⋆。˚ ❀

Continuará....

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