❑ f i f t e e n ⚡︎

❝ Al final, las almas gemelas se encuentran porque tienen el mismo escondite. ❞




















































: ♣ : ;; i love you, my beautiful love

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❐ ; 23/1O/21 - ↷ South Korea 🇰🇷

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〔 :⛓️: ┊은하〕

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Su cabeza daba vueltas y vueltas, tratando de asimilar lo que estaba sucediendo en esos momentos, sin saber que estaba pasando como para que hubiera perdido la cabeza y mirara hacia todos lados en busca de alguna explicación.

Primeramente: ¿qué había hecho?

Escuchaba un gran pitido en sus oídos, y no sabía si era por el grito que los tiró a todos o porque su cabeza dolía como el infierno mientras en su mente comenzaba a pasar toda su vida por delante, como si estuvieran corriendo la cinta de una película vieja.

Trató de levantarse, pero calló abruptamente al suelo. No sabía que había pasado ni que había hecho, pero lo único que tenía claro es que todas sus acciones no fueron por voluntad propia.

Sino por control mental.

- ¿Beomgyu? - Preguntó Chaerin acercándose al pelirrojo. Cuando intentó tocarlo, la rubia fue brutalmente empujada hacia atrás debido a un campo de protección que el pelirrojo creó.

Los demás lo miraron con sorpresa, sin entender porque el chico estaba en en suelo jadeando y con su muñeca sangrando.

- Momento - Susurró Eunwoo al levantarse luego de limpiar sus oídos goteando en sangre que salió de estos por el grito de Sunhee, la cual seguía sollozando sobre el frío cuerpo de su hermana. - Le sangra la muñeca...

- ¿Y eso qué? - Preguntó Eunbin confundida. A este paso todos ya estaban de pie mientras algunos sentían sus oídos explotar o simplemente no escuchaban bien. Estaban lastimados a más no poder por haber recibido el impacto del grito sónico de Sunhee, pero eso no importaba cuando Eunwoo se había dado cuenta de algo.

- Que eso ocurre cuando la persona que tiene un vínculo contigo muere...

- Pero eso es imposible. Minyeong dijo que había roto el vínculo con Beomgyu porque ahora lo tenía con-

- ¿¡Y a ti qué demonios te pasó!? - Los chicos se giraron al escuchar el grito alterado de Chan al ver la muñeca de Minho ensangrentada. Pero en esos momentos Minho no estaba lúcido.

Había perdido al amor de su vida.

Había perdido su felicidad.

Había perdido sus ganas de vivir.

La había perdido.

- No tengo tiempo para esto - Dijo Kyosun alterando a Stigma al ver como se acercaba rápidamente a Sunhee estirando su brazo para matar a la pelirroja menor, pero si brazo jamás llegó.

Porque fue cortado a la mitad.

Todos quedaron en shock ante eso, y Sunhee miró el brazo alargado caer a su lado, quedando más asustada que antes.

Six apareció de la nada y se llevó a Sunhee con los demás al teletransportarla, la cuál se quejó y trató de irse nuevamente por el cuerpo de su hermana, pero Jaehyun la agarró de la cintura para evitar que se fuera.

Los demás seguían sin creer lo que estaba pasando, y mucho menos Manifesto.

Del brazo de Beomgyu salían pequeñas plumas negras que caían al suelo haciendo un sonido de metal. El pelirrojo levantó una de ellas, la cual se convirtió en una pluma completamos afilada.

- Aléjate, Kyosun - Soltó con frialdad. El chico regeneró su brazo con todo el dolor del mundo y volvió a llevar su mano estirada hacia el cuerpo de la pelirroja, con el objetivo de cortarle la cabeza como el plan estaba dicho desde el inicio, pero antes de poder tocar a la mujer, tres plumas negras pasaron a su lado, cortando nuevamente su brazo y dejándole cortes en su rostro.

Kyosun miró sorprendido a su supuesto líder, que lo miraba con su sombría mirada negra y unas inmensas ganas de matarlo.

Y fue cuando el pelinegro de ojos amarillos vio como aquella aura celeste ya no estaba en el cuerpo de Beomgyu, por lo que se giró con pánico hacia Chaerin y le gritó.

- ¡Canta Chaerin! - La chica lo miró asustada ante sus palabras, entendiendo el porque Beomgyu había lastimado a Kyosun.

Pero cuando estaba por soltar una sola palabra de su boca, sintió como una pluma tan afilada como una daga le cortaba la garganta. Abrió los ojos con miedo al sentir la sangre brotar por su pecho con rapidez. No logró articular ninguna palabra y cayó al suelo llorando.

Jaewon se acercó a ella con rapidez y trató de detener la hemorragia en su garganta, la cual tenía un profundo corte que era totalmente grave.

Un campo negro se creó alrededor de Beomgyu y el cuerpo de Minyeong, evitando que alguien se acercara a ellos siquiera un poco.

Jaewon con la rabia y la confusión en su ser se acercó amenazante a Beomgyu, rompiendo el campo con sus explosiones. El pelirrojo chasqueó la lengua con molestia.

- Recuerda que yo sé el punto débil de tus campos - Y sí, el punto débil de Beomgyu y sus campos protectores eran las explosiones, ya que estas podían golpear con fuerza el campo y causarle fuertes dolores de cabeza que no podría soportar por tanto tiempo.

Esa debilidad no la tenía Minyeong, ya que en la pelea anterior que tuvieron Stigma y Manifesto antes de que durmieran a la pelirroja, Jaewon intentó romper los campos de Minyeong creyendo que era una debilidad del propio poder, pero fracasó al notar que la chica no tenía ningún malestar o molestia al sentir las explosiones impactar contra el campo.

- Eres mi mejor amigo, Jaewon. No quiero lastimarte, así que aléjate.

- ¿Y a ti qué mierdas te pasa? - Gritó alterado. Nada tenía sentido para Jaewon en esos momentos. - ¡Eres nuestro líder y nos estás lastimando! ¿Qué mierda pasó para que estés protegiendo el cuerpo de la persona que tú mismo mataste? - Beomgyu tragó en seco. Lo sabía, pero que se lo dijeran era más doloroso.

- Hanmin tenía razón desde un maldito principio y jamás le hice caso por la misma razón - Sus palabras llegaron a oídos de la mencionada, que lo miró asombrada y eufórica.

Sin pensárselo mucho y confiando en lo que estaba viendo y escuchando, corrió hacia Beomgyu con rapidez, escuchando los gritos alterados del resto pidiéndole que se alejara porque Beomgyu podía estar fingiendo y hacerle daño, pero ella no les hizo caso.

Al estar detrás del chico este se giró al sentir su presencia, y finalmente Hanmin pudo verificar que era cierto al ver un brillo en los ojos de Beomgyu.

Estaba fuera del hechizo de Chaerin.

- Hanmin... - Estar bajo un hechizo y aún así tener en cuenta lo que hiciste en el pasado era algo de lo que Beomgyu se arrepentía. Recordar que fue manipulado por años para ser algo incluso peor de lo que alguna vez fue su madre, y encima ver a la persona que más amaba estar detrás de él aún con todo lo que le hizo, fue algo que Beomgyu sintió como una patada en el corazón.

Se giró nuevamente para encarar a Jaewon y trató de acercarse a Hanmin, pero no fue necesario ya que la chica se colocó a su lado con intenciones de meterse si Jaewon intentaba algo en contra de ellos.

- Hace tres años, cuando Hanmin le lastimó la garganta a Chaerin en uno de los entrenamientos, ella pasó un mes sin poder hablar, y por ende, sin poder cantar. Durante ese mes, Kyosun, tú y yo salimos del hechizo de control de Chaerin cuando dormíamos, pero la diferencia fue que yo me desperté por una pesadilla y Hanmin lo notó - Lo que Beomgyu ahora entendía fue que Hanmin lastimó a Chaerin con la intención de que ella no pudiera controlarlos por un tiempo, pero nunca se dio el caso ya que Chaerin notó aquello y mientras Beomgyu y Hanmin hablaban, ella había entrado a las habitaciones de Kyosun y Jaewon para volver a usar su poder de control al cantarles. - Hanmin nunca estuvo bajo el control de Chaerin porque siempre llevaba tapones en los oídos para evitar el canto de sirena, ya que se sabe que si no la escuchas, no hace efecto. Y esa noche, yo salí del hechizo y hablé con Hanmin - Jaewon los miró con confusión y enojo. - Ella me dijo todo, pero mi cabeza no quería procesar el hecho de que nuestra propia compañera llevaba años manipulándonos cuando se supone que ninguno de nosotros quería convertirnos en los monstruos que Sunoo quería, y todo lo hicimos por culpa de ella.

- ¿De qué estás hablando? - Preguntó Jaewon estresado.

- ¡Es la verdad! - Se metió Hanmin. - Tú no querías seguir las órdenes de Sunoo y estabas del lado de Beomgyu y el mío, pero Chaerin los comenzó a controlar a los tres y lo lleva haciendo por cinco años. Por favor, Jaewon. Sé que dentro de ti hay una parte que te dice que lo que decimos es real y nos crees, pero el hechizo está evitando que pienses con claridad y aceptes la verdad - El chico estaba dudando si creerles o no, pero aún así tenía el aura celeste rodeándolo, lo que lo hacía imposible en ese momento.

- Eso no-

- Yo salí del control de Chaerin porque al parecer aún tenía unida la conexión con mi madre, y al morir... la conexión se rompió y con ella el hechizo. Y ahora pienso en toda la mierda que hice y causé por los malditos caprichos de Chaerin de tener el mundo bajo sus pies usándonos a nosotros para cumplirlo - Su vista se giró para acabar el el inerte cuerpo de su progenitora, y luego se giró nuevamente hacia Jaewon. - Déjame ayudarte a salir del control de Chaerin y ven conmigo, Jaewon. Sé que no quieres esto y quieres tener una vida normal. Apenas tenemos trece malditos años, por Dios - Exasperó alterado.

Niños en cuerpos de adolescentes y mentes de adultos.

- Aún podemos redimirnos, Jaewon, solo ven con nosotros - El castaño de ojos naranjas los miró confundido y alterado.

Por un momento, lograron ver el aura celeste desaparecer de su alrededor y lo miraron esperanzados, pero poco les duró.

Un sonido armonioso pero fuerte sonido los alteró, y antes de que el canto forzado de Chaerin llegara a afectarlos, Beomgyu tomó la cintura de Hanmin y creó un campo con ellos dentro, al igual que creó varios campos alrededor de las personas cerca para que estas no cayeran en el hechizo de Chaerin y todo se volviera aún peor.

Lamentablemente no logró meter a Jaewon, y nuevamente el aura celeste lo rodeó, dejando de lado aquella mirada de confusión y volviendo a ser una de odio.

- Tenemos que hacer algo - Murmuró Hanmin decidida a traer de vuelta a Jaewon.

- ¿Aún confías en mí? - Preguntó con un ligero temblor en su voz. La pelinegra se giró a mirarlo, aún siendo sostenida por la cintura y sonrió.

- No confío en Beomgyu de Manifesto - El chico se quedó mudo, haciendo que Hanmin ensanchara su sonrisa. - Confío en Park Beomgyu.

Los ojos de Beomgyu se suavizaron y sonrió, dejando de tomar a Hanmin por la cintura para ponerse a su lado.

Y después de tanto tiempo, Hanmin finalmente había vuelto a ver esa hermosa sonrisa que la había enamorado.

- Jaewon siempre maneja una jeringa con veneno. Podemos inyectársela para que salga del hechizo y luego sacarle el veneno con mi curación - Hanmin asintió al plan, pero ahora tenían que encontrar la manera de no morir en las explosiones de Jaewon y acercarse lo suficiente como para quitarle la jeringa y clavársela.

Pero claro.

Son Park Beomgyu y Jung Hanmin.

El dúo imparable de Manifesto.

- Voy a matarte, Beomgyu - Gruñó con rabia mientras rompía el campo del pelirrojo, el cuál sonrió con diversión y sintió como su visión se oscurecia hasta comenzar a ver el mundo de blanco y negro.

- No puedes matar al hijo de la Diosa de la Muerte.

Jaewon subestimaba a su propio líder, ya que mientras él peleaba con Beomgyu, Hanmin estaba detrás de él con la jeringa que ya le había quitado.

Kyosun estiró su pierna para patear a la chica, pero esta clavó una pluma que Beomgyu le dio momentos antes en la pierna del chico, haciéndolo gritar y logrando que Jaewon se girara.

Hanmin reaccionó y se tiró sobre el castaño dispuesta a clavar la jeringa en el cuello del contrario, que comenzó a forcejear con la chica. En un descuido, Jaewon logró soltar su mano y colocarla en la cadera de la pelinegra para soltarle una explosión que la hizo gritar.

- ¡Hanmin! - Escuchó el grito del pelirrojo, pero eso solo aumentó su fuerza y logró clavarle la jeringa cuando Jaewon explotó el mismo lugar, causándole una gran herida que la hizo gritar desgarradoramente, dejándose caer al lado del castaño con un charco de sangre y los sollozos más fuertes que podía soltar, pero orgullosa por haber logrado el objetivo.

Escuchó los gritos de su hermana a lo lejos, y sonrió al ver al pelirrojo correr hacia ambos chicos para luego colocar sus dos manos en los dos, dejando un aura negra que comenzó a curarlos a ambos.

Jaewon gritaba del dolor que sentía por el veneno corriendo por su cuerpo, hasta que sintió una calidez recorrerlo sin dolor alguno y abrió los ojos para encontrarse con una negra mirada viéndolo con preocupación.

- ¿Gyu? - Sí, volvió.

Ese apodo se lo puso una semana antes de que fueran controlados por Chaerin cinco años atrás.

Beomgyu suspiró con fuerza mientras intercambiaba su mirada de Jaewon a Hanmin, viendo como ambos se relajaban al dejar se sentir dolor alguno en sus cuerpos.

Luego de unos segundos donde claramente había creado un campo para que ni Kyosun ni Chaerin intentaran algo, vio como ambos chicos se levantaban como si nada y lo miraban con confusión, o al menos Jaewon.

- Yo-

- No es tiempo de hablar, Jae. Ya lo haremos después y te pones a llorar como magdalena.

- ¡Hey! - Hanmin soltó una risa al ver la sonrisa divertida de Beomgyu y la mueca de Jaewon.

Pero Beomgyu borró su sonrisa y entró la preocupación.

¿Realmente podría hacerlo? ¿Estaba capacitado para lograrlo? ¿Lo lograría?

Eran sus preguntas al ver el cuerpo de aquella persona que lo dio todo por él, y le pagó de la peor forma posible.

Matándola.

Lentamente se acercó a ella, pero se detuvo de golpe al escuchar algo.

Rápidamente miró a los demás que lo miraban confundidos, y luego miró hacia Stigma, viendo que Haneul, Jungwon y Ni-ki tenían su misma mirada incrédula y sorprendida.

Sin mediar palabra o importarles a los otros tres el acercarse a Beomgyu, corrieron hacia el cuerpo de Minyeong y se tiraron al lado de ella, comenzando a revisarla bajo la mirada confundida del resto de espectadores.

- ¿Ustedes también lo escuchan? - Preguntó Beomgyu alterado hacia los tres, que asintieron consternados.

- ¿Qué escuchan? - Preguntó Eunwoo acercándose con Sunhee, pero ninguno de los cuatro respondió ya que seguían revisando, hasta que Beomgyu se detuvo de golpe y sintió el mundo caérsele encima.

Y al parecer los otros tres sintieron lo mismo.

- ¡Yoona! - Gritó Haneul asustada, viendo como la mujer corría hacia ellos y se tiraba al lado de Beomgyu con una máquina que llevaba en sus manos que servía como rayos x y comenzó a pasarla por el cuerpo de Minyeong.

Beomgyu manipuló una de las pantallas y con ayuda de Ni-ki la conectó con la máquina de Yoona para que esta pudiera ver con más claridad lo que pasaba.

Pero Yoona quedó tan en shock que cayó hacia atrás de la impresión y se tapó la boca con sus manos, comenzando a soltar fuertes sollozos, pero nadie entendía.

Solo ellos cinco.

Con su temblorosa mano logró enfocar mejor lo que había descubierto, logrando que el resto se diera cuenta.

- ¿Eso es...

- Su poder de curación - Dijo Sunhee, solo que notó que ya no era de color negro, sino de color morado, igual a aquel morado que Minyeong usó para manipular el negro y que los Kids no se dieran cuenta de que ellos eran Stigma tiempo atrás.

- ¿Entonces nunca perdió su curación? - Preguntó Wooyoung acercándose con Sora y los demás.

- Pero entonces se habría curado del veneno y no estaría muerta - Dijo Jaehyun con confusión.

- Ella retuvo su curación en un solo punto - Entendió por fin Eunbin, pero entonces aún nadie entendía lo alterados que estaban los cinco en el suelo.

- Lo estaba reteniendo en su vientre... - Sollozó Haneul consternada.

- Lo ha estado protegiendo todo este tiempo...

- ¿Protegiendo qué? - Preguntó Sunoo.

- Al bebé - Soltó Beomgyu con la voz quebrada, dejándose caer de espaldas. - Está embarazada.

- ¿Qué? - El corazón les dejó de latir y abrieron los ojos a tope cuando escucharon su voz detrás de ellos, girándose para encontrarlo pasmado.

- Minho...

- ¿Ella está qué? - Preguntó con la respiración agitada. Su garganta estaba seca, pero sus ojos no, porque de estos brotaban gruesas y saladas lágrimas que terminaron de romper sus corazones.

No podían hacerle esto, a nadie en realidad.

- Minho, nosotros no-

- El beso aún sirve.

Todos se giraron a ver a Jaewon, que estaba consternado por la noticia de la vida dentro de la pelirroja.

- ¿Qué? - Preguntó Hanmin a su lado. Jaewon asintió.

- Si aún hay vida dentro de ella, Beomgyu puede sacarle el veneno y darle su poder. Al tener dos poderes de curación, el de Beomgyu pasará a proteger al bebé y el de ella curará por completo su cuerpo envenenado, pero su corazón lo tiene que curar el beso - Explicó el chico acercándose a Beomgyu y agachándose a su altura. - Así como hace años le traspasaste tu poder de Amnepatía a Hanmin, también puedes hacerlo con tu poder de curación. Ella romperá su curación si sabe que su bebé estará protegido.

Beomgyu miró rápidamente a los mayores frente a él, en señal de pedirles permiso para que confiaran en él y salvara la vida de Minyeong.

Eunwoo lo miró fijamente, y tomó en brazos a Sunhee antes de suspirar y alejarla de Minyeong, pidiéndole a todos que hicieran lo mismo.

Pese a las quejas sobre la desconfianza hacia Beomgyu ya creían que este podía solamente estar fingiendo, obedecieron cuando Eunwoo los miró con frialdad y una severa amenaza de matarlos a todos si no lo hacían.

- Minho... - Murmuró Beomgyu con pena, pidiéndole al chico que se acercara, el cual aún estando hecho un mar de lágrimas, se acercó y se arrodilló frente al cuerpo de su amada, viéndola con el corazón destrozado.

Tocó con su mano el vientre de la chica, sintiendo un horrible dolor en su corazón al enterarse de lo que se había formado dentro del cuerpo de su amada por el fruto de su amor, solo que no fue la mejor manera de enterarse.

No teniendo a tu mujer sin vida frente a ti sabiendo que hay un bebé adentro de ella.

- Primero sacaré el veneno de su cuerpo. Luego le pasaré mi poder a ella y la besarás - Explicó el pelirrojo esperando una afirmación, pero Minho solo lo miraba detalladamente.

Era una perfecta copia de Minyeong. Piel pálida, pequeñas pecas en su rostro, nariz levantada, labios gruesos, cabello pelirrojo y grandes ojos verdes. Era como verla a ella pero en versión masculina, y eso logró que Minho suavizara su mirada y confiara en Beomgyu.

Días atrás cuando tuvo la desgracia de conocerlo y tenerlo frente a él, solo sentía miedo y nervios al verlo, pero ahora que estaban en esa situación y Beomgyu estaba fuera del hechizo, Minho sentía calidez y confianza estando al lado del pelirrojo. Era como si Minyeong estuviese ahí.

- Confío en ti.

Beomgyu lo miró consternado y sin entender. - ¿Qué?

- Que confío en ti. Después de todo, eres el hijo del amor de mi vida - Murmuró desviando su mirada hacia la pelirroja, sintiendo su corazón apretarse al saber que estaba muerta. - Sé que la salvarás y ella volverá a darle color a mi vida. Tendremos a ese bebé y finalmente seremos una familia junto a Hera y el bebé, y si quieres, contigo también - Beomgyu lo miró asombrado, y sintió sus ojos llenarse de lágrimas ante las palabras del castaño.

- Lo siento - Murmuró con la voz rota. - No sabía lo que hacía bajo el control de Chaerin y yo-

- Para comenzar está muerta porque dudé de ella - Lo calló Minho. - Si no hubiera titubeado cuando me pidieron que la besara, ella estaría viva. Pero me dejé llevar por la desconfianza que sentía al recordar que ella mató a mis padres... Yo no sabía como sentirme después de eso. Perdí a toda mi familia, y resulta que ella lo había causado, así que creí que todo lo que había sucedido entre nosotros había sido una cruel mentira suya para destruirme... Pero entonces recordé que el amor no se puede actuar. Su amor hacia mi era real y puro, y yo destruí todo al negarme a salvarla aún sabiendo que ella no hubiera titubeado y me hubiera salvado si la situación fuera al revés. Le fallé... Ella ha hecho miles de cosas por mí y yo no pude salvarla cuando lo necesitaba - Su voz se terminó quebrando y comenzó a llorar desconsolado.

Beomgyu tomó la mano temblorosa de Minho y entrelazó sus dedos con los del mayor, logrando llamar su atención, haciendo que levantara la cabeza y lo mirara confundido.

Minho abrió más los ojos con sorpresa al sentir la mano del pelirrojo y notar como su mirada se oscurecía al ver las cosas de color negro y blanco, para luego levantar la cabeza y ver los ojos negros de Beomgyu y la mano libre del chico en el vientre de la pelirroja frente a ellos.

- Aún puedes salvarla. Aún podemos salvarla - Beomgyu sabía era más fácil curar a su madre si dos personas lo hacían, y al notar la mano entrelazada de Minho con la de Minyeong, decidió entrelazar la otra para pasarle su poder y que ambos curaran a la chica.

Minho miró su mano entrelazada con la de Minyeong y se sorprendió al ver un aura negra rodearlos a los tres mientras veían las venas de la pelirroja que posiblemente serían negras, ya que ninguno distinguía otro color que no fuera negro y blanco, como empezaban a desaparecer. Señal de que el veneno estaba desapareciendo.

Luego de unos minutos, Jaewon les avisó que el veneno ya no estaba en el sistema de la chica, dándoles luz verde para pasar su poder a Minyeong y que Minho la besara.

- Comenzaré a pasar el poder. Cuando la energía morada comience a recorrer su cuerpo, podrás besarla - Minho asintió y Beomgyu deshizo el agarre con Minho, dejándolo más tranquilo pero a la vez asustado, ya que nadie les podía confirmar que todo funcionaría.

Beomgyu llevó sus manos al vientre de Minyeong y cerró sus ojos para concentrarse, notando como su poder de curación se comenzaba a desvanecer de su cuerpo para pasar al de Minyeong.

Minho acarició el rostro de la pelirroja con suavidad y sonrió con tristeza.

- Aún recuerdo el día que nos conocimos. Admito que me quedé hipnotizado al verte. Eras tan hermosa que me fue imposible quitar mi mirada de ti, incluso sabiendo que Eunbin estaba a mi lado y me estaba viendo. Tenías algo que me llamaba la atención y me hacía emocionar como un niño pequeño - Tomó la mano de la chica y sonrió entre lágrimas, sintiendo como cada lágrimas que bajaba era un recuerdo con ella. - Cuando mis manos te rozan y nuestras miradas se cruzan me quedo sin respiración. Nunca antes me había sentido de esa manera - Comentó con una pequeña sonrisa.

Sé que no es nada ordinario, pero cada vez quiero más.

- Cada cosa que me haces sentir me vuelve un completo idiota, pero sé el motivo de ello - Llevó la mano fría de su amada hacia su boca y la besó suavemente, sonriendo entre lágrimas. - Cuando tomo tu mano vuelvo a sentirme como un niño, y coqueteo diciendo "no me mires así", cosa que sabes que no es muy mía.

Te miro a los ojos y me acerco un paso más a ti.

- Y no importa cuanto lo haya planeado, porque cuando estoy contigo, solo soy un niño.

Frente al amor sigo siendo un niño.

- Te amo, por favor no me dejes - Sollozó con la voz quebrada. - Aún te necesito. Quiero pedirte matrimonio, verte con un lindo vestido blanco o negro, o el color que quieras. Quiero verte con una adorable pancita mientras le ponemos nombre a nuestro bebé y cuidamos a Hera y Beomgyu. Necesito presumirte lo suficiente como para que todos los hombres del mundo me envidien por estar casado con la mujer más valiente y hermosa del universo. Quiero verte en un escenario cantando y siendo libre. Quiero tener una eterna vida contigo y cumplir todos mis sueños a tu lado, pero te necesito aquí para eso. Por favor déjame ser egoísta y tenerte solo para mi... Yo solo quiero ser feliz a tu lado, Minyeong.

Porque contigo sigo siendo un niño.

Beomgyu era un mar de lágrimas sin control, y eso solo logró que su poder aumentara y lograra pasar por completo su curación al cuerpo de Minyeong, dejándose caer al suelo del cansancio y el dolor que sentía al desprenderse de su poder y el de escuchar la voz quebrada y desconsolada de Minho.

Quiero verte con una adorable pancita mientras le ponemos nombre a nuestro bebé y cuidamos a Hera y Beomgyu.

Para Beomgyu, ese fue su incentivo para poner todo su esfuerzo.

Cuando la energía morado rodeó el cuerpo de Minyeong, Minho se inclinó, pero no para besar sus labios.

Sino para besar su vientre.

- Déjame conocerte y amarte, por favor. Déjame traer a tu mami de vuelta - Sollozó colocando su frente en el vientre de la pelirroja, estando destrozado por si no funcionaba.

Ni que decir del resto, pues también estaban llorando. Las palabras de Minho los rompieron de miles de formas posibles e imposibles.

Levantó suavemente su cuerpo y lo abrazó con fuerza, inhalando el aroma que aún soltaba la pelirroja. Acarició su rostro, limpiando sus propias lágrimas que caían en el rostro de Minyeong con suavidad, y finalmente se acercó a sus labios.

- Despierta y déjame amarte - Susurros contra sus labios, para luego sellar sus palabras con un beso.

Podría ser el beso perfecto si tan solo ella lo respondiera.

Quiero seguir siendo un niño.

Luego de varios segundos donde nadie notó absolutamente nada, Minho se separó con el corazón en la mano, viendo algún índice de respiración, pero nada.

Nada.

Y nada.

- No me hagas esto... - Volvió a quebrarse. - No quiero vivir sin ti.

Beomgyu no aguantó más y se quebró en llanto junto a Minho, dejando salir su frustración en sollozos y lágrimas sin control, aún tirado en el piso sin ganas de levantarse.

Sunhee volvió a gritar pero esta vez con normalidad y se lanzó al suelo a llorar sin control, dejando que los demás cayeran con ella.

¿Así acabaría todo?

Minho lloraba desconsolado aferrado al cuerpo de su amada, sintiendo todo tu interior romperse en pedazos y más pedazos.

- Deja de llorar que no es funeral.

Abrió los ojos de golpe y alejó su cabeza del cuello de la pelirroja, sintiendo su respiración fallar.

- Si es niña quiero que se llame Sooyeon, ¿te gusta?

Minho parpadeó varias veces.

- ¿Ya me morí y estoy contigo en el cielo o qué? - Preguntó con la voz entrecortada.

Minyeong rió.

Y los demás los miraron.

- Los ángeles no son tan lindos, Minho - El castaño la miró indignado. - Solamente tú.

- Eres una maldita estúpida.

- Cállate y bésame o me vuelvo a morir.

Minho estampó sus labios contra los de Minyeong, quién se colgó del cuello del castaño y ambos se abrazaron en medio del beso que les devolvió la vida a ambos.

Los gritos de felicidad del resto resonaron en sus oídos, haciendo que ambos se separaran y Minho sonriera con felicidad al ver la sonrisa de su chica.

Su amor.

- Te amo, mi hermoso amor - Susurró con una linda sonrisa que solo le pertenecía a él.

- Te amo, mi hermoso amor.

Solo soy un niño.

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