❑ e l e v e n ⚡︎

❝ Jamás odié tanto a la Bella Durmiente como hoy. ❞






















































:♦: ;; i am not a monster

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            ❐ ; 17/1O/21  -  ↷South Korea 🇰🇷

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〔 :⛓️: ┊은하〕

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— ¿¡Se puede saber qué mierda es esto!? — Preguntó a gritos el jefe de policía con enojo tirando los papeles que había quitado de las paredes de la estación apenas entró.

— Es lo que nos pidió, señor — Respondió un oficial con seriedad, mientras los diseñadores miraban con pánico al hombre frente a ellos.

— ¡Son asesinos, no modelos! — Vociferó con enojo. Era indignante ver las ridículas fotos que habían pegado en la estación y todo el país. — ¡Y con los niños debían tomar una foto buena!

— Los cinco primeros no tiene registro, señor. Y los otros tres son idols — Respondió una oficial poniéndose a la defensiva, apoyando el enojo de su compañero y encarando a su jefe.

— ¿Y eso es excusa? ¡Son boletines de búsqueda y captura, no de un festival! — El jefe tiraba humo por las orejas al ver los diseños tan vulgares que habían impreso.

— Agradezca que obedecimos al poner vivo o muerto en los de Stigma y Eunbin — Se quejó otro oficial.

El país estaba dividido en dos bandos:

Los que querían ver a Stigma encerrados, juzgados, o simplemente muertos.

Y los que los defendían y apoyaban más que a nada en el mundo.

Los primeros juzgaban a los segundos, y los segundos se quejaban de los primeros.

El argumento de los primeros era que Stigma era un grupo de asesinos y que en primer lugar no debieron darles una nueva oportunidad desde el principio, ya que era y siempre serían monstruos con poderes y sangre en sus manos.

Y el argumento de los segundos se basaba más que todo en aquellas personas que recibieron ayuda de Stigma en varias ocasiones y les debían la vida a esos siete chicos. Su argumento era la expresión de Stigma cuando salieron del orfanato. Según sus defensores, los ocho, incluyendo a Eunbin, estaban decaídos, dolidos y tristes. Las sospechas de que algo andaba mal cuadraron cuando la hija de la líder de Stigma y un idol de ENHYPEN fueron liberados de cinco chicos aparentemente con poderes al igual que Stigma, resultando ser uno de ellos el hijo biológico de Park Minyeong.

Pese a eso, la gente estaba dividida, al igual que esos tres oficiales y el resto de la comisaría.

— Quiten esos boletines ahora — Sentenció como orden final y se fue con enojo. Los tres miraron las miradas de asco y enojo del resto de oficiales, al igual que las del resto de personas que iban y venían, y eran pocas las que a lo lejos los apoyaban.

Al final del día, esos tres oficiales renunciaron a sus puestos y repartieron boletines por toda la ciudad, llegando a otros lados del país donde los defensores de Stigma hicieron lo mismo.

— Allá afuera es una locura total — Comentó Chan con una mueca al ver por la ventana y notar a las personas pelear y gritarse mientras rompían los boletines que encontraban y el resto los volvía a pegar. Iba a comentar algo más, pero la voz de Minho lo hizo girar.

— ¿Puedo llevar a Hera a tu estudio? — Preguntó con suavidad. Chan bajó la mirada a los brazos del castaño, donde yacía su hija de quince años dormida.

— Claro. ¿Quieres que la lleve por ti? — Minho asintió y con cuidado de no despertar a la menor, se la pasó al líder para que este la llevara.

Hera parecía una niña de tres años que necesitaba ser dormida con canciones de cuna, en este caso de Stray Kids, desde el suceso de hace cinco días. Se la pasaba llorando día y noche, negándose a creer que su madre y sus tíos habían sido responsables de tanta destrucción y dolor.

Minho batallaba día y noche tratando de que su hija se durmiera, ya que Hera le impedía que se fuera cuando era la hora de dormir. Y pese a que estaba irritado por ello, entendía a la menor. Estaba dolida y demasiado triste.

Además, tenía el periodo. El doble de drama.

Y esta vez, no tenía a Minyeong ni a ninguna de las chicas para que lo ayudara a lidiar con una preadolescente en sus días, hormonal y dramática.

Hera luego de la escuela había llegado a la empresa y se había lanzado a llorar en el regazo de su padre debido a que en la escuela habían vuelto a molestarla por el tema de Minyeong, algo que molestó demasiado a Minho y le prometió que iría personalmente a arreglar ese problema, y si no se solucionaba, la sacaría de la escuela.

Luego de eso Minho, Jisung y Jeongin comenzaron a cantarle para que se durmiera, y fue entonces cuando decidió pedirle a Chan que se la llevara a su estudio para que la menor no se despertara por los gritos molestos del resto, por una razón en concreto.

— ¿Por qué por culpa de ellos tenemos que soportar tanto odio? — Se quejó Seungmin molesto.

— No seas doble cara, Seungmin — Lo cortó Hyunjin con molestia. — Llevas días llorando por Wooyoung, así que cállate — Hyunjin al parecer era el único que no estaba molesto con Stigma, y menos con Haneul, a la que seguía considerando su novia e incluso llevaba esos cinco días tratando de comunicarse con ella, sin éxito alguno.

— Tú deja de ser tan idiota, mejor dicho — Se quejó Minho después de que Chan saliera con Hera. — Esos siete mataron a tus padres y aún los defiendes. Deja de ser tan cínico, Hyunjin — Soltó con frialdad.

— No estás en condiciones de hablar porque amas a Minyeong con tu maldita vida — Soltó con rabia. — ¡Y no trates de negarlo, Minho! ¡Tienes una hija con ella! ¡Incluso ibas a pedirle matrimonio! — La boca del castaño se secó ante la última revelación de Hyunjin, que hizo que los demás soltaran un jadeo de sorpresa.

— ¿Ibas a pedirle matrimonio a esa psicópata? — Preguntó Changbin enojado.

— Iba, Changbin. Iba. Uno puede dejar de amar a alguien cuando te ha causado demasiado daño, Hyunjin. Deberías de saber eso — El chico negó con gracia.

— Ni aunque Minyeong nos matara a todos dejarías de amarla. Aquí el único idiota eres tú, engañando a tu mente y tu corazón diciéndote mil veces que dejaste de amar a Minyeong ese día, cuando realmente en tus ojos se nota el amor que derramas por ella. Se nota el dolor que sientes al no tenerla a tu lado, porque de todos nosotros, Minho, fuiste el que más bajo cayó en lo que respecta al amor. Minyeong es el amor de tu vida, y aunque ella mate a todo el mundo en un segundos, la seguirás viendo con amor y dulzura. Crees que engañas a los demás a ti mismo, pero a mi no. Deberías de dejar tus ridiculeces de lado y demostrarle a tu hija que su madre no es mala, porque así, solo le estás causando un trama más a esa niña, metiéndole en la cabeza que su madre es un monstruo, cuando sabes perfectamente que no es así — Hyunjin salió de la sala luego de sus palabras, ignorando el hecho de haber irrespetado en gran medida a su hyung, pero sabía que era la verdad.

Minho se quedó pasmado en su lugar, tanto que ni siquiera reaccionó cuando Hyunjin se fue. Los demás solamente se quedaron callados, y Chan, quién había vuelto y había escuchado todo, solo negó con la cabeza y siguió con sus cosas desde un principio.

Lo que ellos más odiaban, eran saber que Hyunjin tenía razón. Y no sólo por Minyeong, sino por todos en general.

No podían fingir odiarlos cuando los amaban como a nadie en el mundo.

Y eso era lo que más detestaban.

Siete personas con trajes negros miraban atentamente los movimientos y acciones de las cinco personas en el campo de entrenamiento, que luego de tres horas haciendo diferentes circuitos, estaban exhaustos y a punto de caerse de bruces al césped.

— El entrenamiento terminó por hoy. Mañana comenzaremos con los poderes. Vayan a descansar — Tras las palabras de la pelirroja, los cinco se dejaron caer finalmente al suelo, jadeando y sollozando.

Cinco días habían sido suficientes para que mejoraran la condición física, pero eso no dejaba a un lado el hecho de que hacer esos circuitos era cansado. Ya entendían lo que pasaba los siete años atrás en AIO.

— Lo hicieron bien, chicos — Aduló Eunwoo con una pequeña sonrisa. Sunhee, Wooyoung, Sora, Jaehyun y Haneul se acercaron a los cinco chicos tirados en el césped y les ofrecieron botellas con agua que se acabaron en dos segundos, haciéndolos reír al pedir más.

— A la próxima intenta no saltar antes de tiempo, Sunoo — Advirtió Minyeong mirando la rodilla ensangrentada del chico, que estaba demasiado cansado como para sentir dolor, y ni siquiera se acordaba de esa raspadura. La pelirroja se acercó al chico y colocó su mano en su herida, sanándola por completo.

— Gracias, noona — Le sonrió con ternura, haciendo que Minyeong sonriera también y lo ayudara a levantarse.

— ¿Nosotros hicimos algo mal? — La ojiverde se lo planteó antes de asentir y contestar.

— Jungwon lo hizo bien, pero en el tercer circuito fallaste el salto porque no pisaste bien la plataforma. Temías que los demás te pasaran que descuidaste el pisar la plataforma completa y por ello la barra no se extendió y caíste al suelo. Debes enfocarte más en lo que haces y no en la rapidez, que también es esencial, pero en casos extremos debes velar por tu seguridad y no por la velocidad en la que lo haces — El menor asintió con una sonrisa.

— Lo tomaré en cuenta en el próximo entrenamiento. Gracias, noona — La mayor asintió y ahora miró al otro chico.

— Riki también lo hizo bien, pero te faltó más velocidad en en segundo circuito. Necesitas aprender a contener más aire en tus pulmones para poder nadar distancias más largas sin tener que salir a cada rato a respirar. Tu poder te ayudará en eso, pero recuerda que no tienes que depender de ellos, ya que igual gastan tu energía.

— Entendido. Gracias, noona.

— Hanmin no tuvo complicaciones con nada. Ella ha entrenado con Manifesto por años, así que conoce muchas cosas y es buena en velocidad y agilidad. Felicidades, Han — La menor sonrió avergonzada y asintió con una sonrisa. — Ojalá pudiera decir lo mismo de tu hermana.

— ¡Oye! — Los demás rieron divertidos ante la indignada mirada de la pelinegra.

— Te falta destreza, Eunbin. Estuviste a punto de caerte de la torre porque te faltó equilibrio. Si no hubiera sido por Sunoo y Hanmin, habrías caído al suelo y te habrías roto las costillas. Debes practicar más tu equilibrio y destreza. Puedes practicar con Hanmin o con Sora, que son las más audaces en esos aspectos — Sora asintió con diversión y Eunbin la miró con molestia sacándole la lengua, haciendo que los demás volvieran a reír. — Es todo, dejando de lado esas pequeñas cosas que deben practicar y perfeccionar, estoy orgullosa de lo que han logrado en solo cinco días — Los demás la miraron con una sonrisa y asintieron. — Bien, váyanse ya. Tomen una ducha, coman algo y descansen unas tres horas. A las ocho cenaremos en el comedor y luego iremos a planear todo.

Todos obedecieron menos Hanmin, que sonrió y luego de cruzar unas últimas palabras, despareció como siempre, yéndose de vuelta a Corea en la base de Manifesto, la cuál se había escapado como todas las noches y había dejado un holograma perfecto para evitar que alguien se enterara de sus escapadas a Francia para entrenar con Stigma y ayudarlos en el plan de acabar con Manifesto.

A la mañana siguiente, Minyeong y Hanmin habían llegado a Corea nuevamente ya que la mayor le había pedido a la pelinegra que la llevara hasta allá para hacer unas cosas, y por cosas se refería hablar con Kayser, quién era nada y nada menos que otro aliado de Stigma.

Resulta que habían hablado con Jin Kayser antes de lo ocurrido en el orfanato, y él fue quien dio la orden de llevar a todos los reporteros al lugar para ser capturado el momento.

Estando allá, habló con Kayser sobre los avances que habían en el plan, los cuáles no eran muchos pero servirían de algo. El hombre le comentó que tenía vigilado a Stray Kids y Enhypen en caso de que Manifesto decidiera ir tras ellos para llamar la atención de Stigma y hacerlos aparecer nuevamente luego de que fueron borrados del mapa por arte de magia, ya que nadie sabía donde habían ido.

Claro, solo Kayser y Hanmin.

Pero entre todo lo bueno que tenían para avanzar con el plan, siempre habría algo que mandaría todo a la mierda.

Era de noche cuando la pelirroja planeaba reunirse con Hanmin en el bosque a las afueras de Corea de Sur para que la chica la llevara de vuelta a París, luego de haber estado con Kayser todo el día poniéndolo al tanto de las cosas que habían sucedido.

Escuchó una rama quebrarse tras ella, lo que la hizo girar con rapidez. Se alivió al ver el rostro de Hanmin, pero se confundió al notar la mirada de pánico que tenía la chica.

"Corre" fue lo que logró leer los labios de la menor, pero ya era demasiado tarde.

Una hoz negra atravesó su estómago con una velocidad increíble, sacándole la sangre de la boca al sentir el impacto. Hanmin la miró con frialdad mientras reía, mientras la pelirroja caía al suelo en shock.

— Te volviste tan descuidada, madre — Su sangre se heló al escuchar esa sarcástica voz cargada de odio y resentimiento. Al girarse, se encontró a nada más y nada menos que Beomgyu a varios metros de ella. — ¿Te gusta mi hoz? La hice especialmente para ti, para decorar tu estómago con ella. Es negra, como tu alma, así que combina perfecta — Su sádica voz hizo temblar a la pelirroja, que comenzó a toser sangre, pero no sangre roja y común, sino sangre negra.

La pelirroja se asustó más pero al tratar de levantarse, sus piernas fallaron y cayó al suelo, cansada y con la pesadez llegando a su cuerpo.

— ¿Qué me hiciste? — Preguntó con la voz temblorosa. No sentía sus poderes, no podía curarse y estaba demasiado débil.

El chico se acercó a ella con una sonrisa y tomó la parte delantera de la hoz, girándola para hacerla gritar, lográndolo ya que Minyeong soltó un desgarrador grito que rompió los nervios de Hanmin, que solo se repetía una y mil veces que era una estúpida por no haber cubierto las cámaras que grabaron a Minyeong cuando llegó a Corea.

Beomgyu se había enterado de la presencia de la pelirroja debido a esas cámaras, y entre todos planearon algo para poner débil a la pelirroja y seguir su malvado plan. Hanmin en todo ese tiempo quería echarse a llorar y advertirles al resto que Manifesto iría tras Minyeong, pero no pudo irse porque Beomgyu se la llevó con él a buscar a la pelirroja.

Debió ser más rápida y advertirle que se fuera, pero Beomgyu fue más rápido al tirarle la hoz.

— No es nada, simplemente Jaewon envenenó la hoz para meter en tu sangre un paralizante contaminado y así poder dejarte débil y sin poderes para evitar tu curación. Y Chaerin solo hizo los honores finales al hechizar la hoz para meterte en un profundo sueño. ¡Felicidades, ahora eres La Bella Durmiente! — Se burló con diversión. Tomó con fuerza la parte delantera de la hoz y empujó a la ojiverde contra el árbol tras ella, dejándola colgando mientras clavaba la hoz en el árbol y en el estómago de su madre.

Los ojos de Minyeong se volvieron más pesados, y comenzó a ver borroso, pero no sabía si era producto de la hoz o de sus lágrimas.

— Adiós, querida madre. Disfrutaré mucho torturar a tus dos manos derechas — Pese a haberlo escuchado, su mente no procesaba las palabras.

Eunwoo y Sora...

Tenían a Eunwoo y Sora, por lo que dio a entender que todo había sido una trampa.

Manifesto ya sabía que Stigma estaba en Francia, pero no sabía que conocí el lugar de la base. Tal parece que habían logrado llevarse a Eunwoo y Sora mientras ella estaba en Corea.

Finalmente Beomgyu y Hanmin se fueron, pero al llegar a la base y ver a Eunwoo y Sora encadenados y completamente heridos y desmayados, no dudó en transportarse a Francia a advertirles a los demás.

Se echó en llanto apenas llegó a la base, diciéndoles lo que Beomgyu había hecho con Minyeong, y con Eunwoo y Sora, ya que al parecer, nadie sabía aún de la desaparición de los dos últimos.

¿El problema? El problema era que Hanmin no podía llevarlos ya que Beomgyu se daría cuenta y todo el plan terminaría de ir a la mierda, y no podían permitir eso en esas circunstancias. Alterada, ellas les comentó cuál era el bosque y luego se fue nuevamente a la base en Seúl, donde apenas llegó, se encerró en su habitación a llorar.

Todo era su culpa, y ahora no sabía si Minyeong estaba muerta.

O dormida eternamente.

— Help me — Susurró al ver la pequeña mariposa que la seguía incluso en ese momento. Las pantallas se encendieron de la nada, y lo que todo el país vio, fue algo demasiado grotesco.

Estaba colgando del árbol con la hoz incrustada en su cuerpo. Su rostro estaba pálido, lleno de sangre. Sus ojos estaban celestes debido al hechizo de Chaerin en su cuerpo, y de estos salían gotas de sangre negra, al igual que de sus orejas, nariz y boca. Habían venas negras por todo su cuerpo desde su rostro hasta sus pies. Su abdomen estaba lleno de sangre roja y negra, mientras que de la herida se podía notar un leve brillo celeste.

Esa escena fue el detonante de nuevamente el llanto de Lee Hera, y la caída de Stray Kids y Enhypen al ver a Minyeong medio muerta.

Esto es tan estúpido, pero ya que — Soltó a como pudo, evitando que sus ojos se cerraran para siempre. — Ahora resulta que me volví La Bella Durmiente, solo que sin mi príncipe cerca porque me odia — Rió con gracia, pero gracias a eso escupió la sangre que estaba en su boca, negra, claro.

Stigma veía la pantalla del helicóptero con ganas de llorar, sin saber como hacer para llegar más rápido.

Estaban entrando a Corea, pero aún no llegaban al bosque donde se encontraba la pelirroja dando sus últimas palabras.

Para cuando me encuentren, posiblemente ya esté muerta, o dormida, como dijo Beomgyu... — Nuevamente escupió la sangre. Sus ojos pedían descanso eterno, pero se negaba a ir sin despedirse al menos. — Solo quiero que sepan que los amo. Y díganle a Minho que lo amo... Cuiden a Hera por mí, y díganle que lo siento por no seguir siendo su madre — Su boca se llenó totalmente de sangre, casi pareciendo que estaba vomitando debido a la cantidad desmesurada que salía. Se estaba desangrando y esa era su señal para irse.

Habían entrado al bosque.

Lancen Christmas Evel. No me destrocé la vida con las notas altas de Winter Falls y 24 to 25 por nada — El spoiler estuvo demás, pero que importaba eso cuando estabas a un paso de no volver a ver la luz del día.

Minho estaba destrozado. No podía creer lo que sus ojos veían, y el llanto de Hera tampoco ayudaba en su control mental de mandar todo a la mierda e ir a buscar a Minyeong.

No me odien, por favor... No quiero ser un monstruo — Sollozó por última vez, dejando de pelear con la vida y dejándose llevar por el destino.

El cruel destino.

En su último respiro y su último parpadeo, visualizó los gritos de sus chicos y sus rostros empapados en lágrimas acercarse a ella, pero habían llegado tarde, porque Minyeong ya se había rendido.

Los cuatro chicos lograron sacar la hoz y hacerla caer en los brazos de Jaehyun, que comenzó a moverla con fuerza al no verla respirar, pero sollozó aún más fuerte cuando Minyeong comenzó a respirar nuevamente.

No estaba muerta, estaba dormida.

Y lamentablemente, para siempre.

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