Capítulo 5 Frase del Recuerdo ꪜ
Aquellas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza, simplemente no podía dejar de darle vueltas, hace un tiempo atrás Giyuu pudo ver un fragmento de algún recuerdo de "esa" persona, parecía estar en un lugar amplio, como un camino donde se podían apreciar los árboles, una pequeña tienda y a su lado una chica de cabello corto con mechones que terminaban en sus puntas con un suave tono lila, sin embargo no podía ver bien su rostro ni reconocía las ropas que usaban. En un momento clave esa joven dijo las mismas palabras que su alumna aquella tarde.
— Kocho... —susurró para si mismo en la oscuridad de su habitación, desde aquello su genio había ido de mal en peor.
— ¡Giyuu, estoy en casa! —escuchó decir a su hermana mayor.
— ...
— ¿Giyuu? —inquirió Tsutako entrando a la habitación y prendiendo rápidamente la luz solo para encontrar a su hermano menor sentado en una esquina junto al balcón de su cuarto.
— Bienvenida, Tsutako-nee —soltó a modo de respuesta a lo que su hermana negó, mientras se acercaba a él.
— Está haciendo frío y andas usando ropa ligera ¿acaso quieres enfermarte? —le reprendió picando su mejilla.
— Ya no soy un niño, Tsutako-nee —susurró apenado al ver el lado protector de su hermana.
— Un adulto no andaría en ropa ligera sabiendo que afuera está lloviendo —negó la joven con el ceño levemente fruncido.
— Te harás vieja de tanto fruncir el ceño —le molestó Giyuu ganándose un jalón de cachetes un poco fuerte.
— Traje algo para cenar, así que ve a tomar una ducha caliente y baja a comer —añadió Tsutako antes de marcharse.
Aunque estuviera solo en su habitación en esos momentos, sabía que la compañía de su querida hermana le alegraba bastante. Siguiendo el consejo de Tsutako, Giyuu tomó unas prendas más abrigadas y se dirigió a la ducha esperando a que se llenara la tina de agua caliente viendo que pronto estaría listo se deshizo de sus prendas y las dejó en un cesto mientras su mirada se centraba en su propia imagen frente al espejo, su torso desnudo no mostraba ninguna cicatriz a diferencia de aquel sujeto del pasado.
— Aún así las cicatrices de su alma no parecen haber sanado... —susurró para si mismo al sentir una opresión en su pecho.
¿Cuándo iba a lograr resolver todos esos misterios? Todo aquello rondaba a su alrededor desde muy temprano edad ¿con qué propósito? Solo se le ocurría que aquel sujeto mantenía algo pendiente y ese algo era aquella chica, Kocho Shinobu, únicamente al verla a ella su cuerpo se estremecía completamente dejándole fuera de órbita.
— Por favor, Kocho —se decía así mismo al sumergir su cuerpo y posar una pequeña toalla en su frente— ayúdame un poco a resolver esto...
Al estar solo sintiendo únicamente el suave goteo del agua al caer todo a su alrededor en parte comenzaba a distorsionarse hasta caer de golpe en la oscuridad, más cuando abrió sus ojos lo primero que visualizó fue sus pies, usaba zapatos extraños, mantenía aferrada a si mismo una espada y estaba rodeado de arboles, sus ropas también eran diferentes, ¿dónde estaba?
— Tomioka-san, ya llegaste —soltó una voz femenina a su lado sorprendiéndole
— Kocho —se escuchó decir a si mismo, mientras se levantaba.
Al alzar su mirada por primera vez pudo apreciar el rostro de la joven frente a el, no había duda la joven de aquellas memorias era su estudiante Kocho Shinobu, seguía siendo algo pequeña, usaba el mismo uniforme que él junto a un haori de diferentes tonalidades similares a una mariposa, más su mirada recayó también en su espada ¿acaso esa chica tan menuda también peleaba?
— Entonces aún tenemos tiempo antes de nuestra misión, siendo así ¿qué te parece hacer una parada en el camino? —inquirió Shinobu con una suave sonrisa en contraste con quizás su mirada distante de emociones
— Mi deber es asesinar demonios, no deberías perder el tiempo conmig-
— Es una buena tienda, Tomioka-san —le cortó Shinobu picando su hombro— solo un momento ¿si? Además ¿planeas ir a buscar a un demonio en plena luz del día?
— ...
— Entonces, pongamos en marcha —declaró nuevamente emprendiendo la marcha.
Había algo extraño, y era que Giyuu no podía controlar sus acciones, como si fuera solo una sombra seguías los pasos de aquel a quien la joven a su lado le hablaba, por mas que formulaba varias preguntas ninguna podía decirla en voz alta, siendo en resumen solo un observador de ese momento.
"Esto es un fragmento de sus recuerdos, por eso no puedo interactuar"
Durante el trayecto ambos se mantuvieron en silencio, sin embargo no era un silencio incómodo, sino más bien como si disfrutaran de la compañía de cada uno, además su mirada siempre recaía en ella, en su espalda pequeña, su cabello recogido con aquel broche de mariposas, mientras ella solo mantenía su vista en el camino.
— ¡Hemos llegado, Tomioka-san! —declaró Shinobu frente a una pequeña cabaña ubicada a un lado del camino.
— ...
— Ara, realmente eres alguien de pocas palabras —soltó bastante divertida, mientras Giyuu tomaba asiento en uno de los tantos bancos.
— Buenas tardes, ¿qué se les ofrece? —nos cuestionó la mujer que atendía el pequeño negocio.
— Si, por favor dos porciones de dangos y dos té de Sakura —pidió Shinobu a lo que la mujer asintió para marcharse.
Shinobu con total calma dejó su espada a un costado de ella para tomar asiento a una distancia de unos cinco centímetros de Giyuu, el pilar de agua mantenía la mirada baja haciendo que ella soltara un suspiro. No pasó mucho para que la amable mujer llegara con su pedido y se los entregara con una gran sonrisa antes de marcharse a atender a su nuevo cliente.
— ¡Ara, está delicioso! —soltó Shinobu satisfecha, mientras Giyuu probaba el té, viendo como el ligero vapor inundaba su rostro— Tomioka-san, Tomioka-san —le llamó picando su hombro.
— ¿Qué...? —la pregunta no llegó a formularse pues al primer movimiento Shinobu le había metido uno de los dangos en su boca, haciéndole en tal caso tragarse también sus palabras.
— ¿Qué tal está? —cuestionó divertida al ver la expresión de confusión en Giyuu
— ...
— ¿Quieres otro? —añadió con una sonrisa que distaba de ser amable precisamente
— Está delicioso...
Con solo esa respuesta Shinobu dejó el dango en su lugar y bajó la mirada, Giyuu le observaba de manera atenta sin dejar de tomar su té y ahora comer unos cuantos dangos, pudo observar que ella sonreía de una forma distinta a la que siempre lo hacia, finalmente ella le miró para luego picar su cachete.
— ¡Tomioka-san, tienes otro punto menos! —soltó con aquella sonrisa que cargaba un ligero rastro de tristeza.
¡Giyuu! ¡¿Cuánto tiempo piensas ducharte?!
— ...
Al abrir nuevamente sus ojos se encontró con un panorama bien conocido para él, su baño. Para que su hermana le hubiera ido a llamar es porque realmente se había tomado su tiempo, pero ¿eso fue solo un sueño? no, en parte lo era, sin embargo representaba un recuerdo por primera vez claro del pasado de aquella persona, sin ni siquiera imaginarlo su estudiante, Kocho Shinobu le había aclarado aquel recuerdo con una sola frase
— Gracias... —susurró, mientras salía de la ducha para secarse y vestirse.
Una vez listo aún con una toalla en su cabello bajó hacia el comedor donde su hermana mayor le esperaba ya con la cena servida, por su expresión seria sabía perfectamente que se había demorado, y sin deseos de protestar al respecto tomó asiento en silencio y agradeció por la comida, y es que al darse cuenta su hermana le había traído su platillo favorito.
— Giyuu, ¿por qué demoraste tanto? —inquirió Tsutako captando su atención.
— Bueno, eso... —para Giyuu era complicado plantearse el explicar un sueño o recuerdo que tuvo mientras se relajaba en el agua.
— Giyuu, ¿acaso tú...? —por alguna razón su hermana no terminó de formular la pregunta generando curiosidad en él.
— ¿Qué, Tsutako-nee? —cuestionó con evidente interés, aunque el verle con una toalla en la cabeza distaba de ser serio.
— ¡¿Estabas haciendo algo indebido?! —perfecto, casi escupe parte de su merienda.
— ... —no necesitaba hablar en toda su cara estaba escrito ¿de qué me hablas?
Tsutako preocupada al verle algunas migajas pegadas en su barbilla tomó una servilleta y le limpió a lo que Giyuu no se dejaba hacer, sin embargo con una sola expresión de seriedad de ella, el menor se quedó quieto dibujando una expresión neutral en su rostro.
— Giyuu, ¿sucedió algo? —preguntó tomando una de sus manos entre las suyas— soy tu hermana mayor, así que siempre puedes contar conmigo
— Tsutako-nee... yo... —no sabía como explicarlo si él mismo no lo entendía del todo— de nuevo... estoy teniendo esos sueños... pero ahora los veo de forma tan clara como si los estuviera viviendo uno a uno.
— Los sueños son más claros —repitió la mayor de los Tomioka observándole fijamente.
— Quizás pienses que estoy loco —suspiró Giyuu al ya no sentir mucho apetito.
— No, yo no pienso eso Giyuu —negó con una suave sonrisa, mientras acariciaba la mejilla de su hermano menor— te lo dije antes ¿verdad? En algún momento ibas a encontrar tu destino, y sin necesidad de que buscaras las respuestas ellas iban a llegar a ti en el momento indicado, eso quiere decir que desde que llegaste a la academia Kimetsu lo has encontrado.
Realmente debía agradecer por tener en esta vida a su querida hermana nuevamente, Tsutako siempre había estado velando por él, ella era la única que conocía la verdad respecto a lo que sucedió desde el accidente de hace trece años, cuando desesperado por ya no lograr contener la culpa solo ella logró escucharle y entenderle.
— Gracias Tsutako-nee —susurré al ver como ella me abrazaba y acunaba con tanto cariño como si fuera un niño pequeño.
Ella no había cambiado, la Tsutako del pasado y la de ahora era mi misma hermana mayor amorosa y protectora, siempre dispuesta a dar su vida por mi sin esperar nada a cambio, no pude evitar que a mi memorias viniera el claro recuerdo de un pasado lejano donde un yo joven lloraba en brazos de su hermana mayor por la muerte de sus padres, pero ella sin mostrar su dolor le acunaba en sus brazos con una sonrisa dulce en su rostro, realmente la vida y el destino eran impredecibles a sus ojos.
Aquella joven, Kocho Shinobu seguía siendo la misma Shinobu del pasado, a pesar que ella no guardara las mismas memorias que él, sin embargo hace dos años la encontró y ahora era su profesor, al convivir con Shinobu sentía que quizás el nudo que aprisionaba todas sus memorias sería capaz de finalmente deshacerse, las respuestas solo podían estar en ella.
— Bien, dejemos ese tema por ahora y terminemos la cena ¿si? —asintiendo a la petición de su hermana, ambos se enfrascaron en disfrutar su cena en calma.
— Gracias por traer mi comida favorita, Tsutako-nee —le agradeció más tranquilo
— Es un honor consentir a mi pequeño hermano —le molestó Tsutako colocando una divertida sonrisa en su rostro, misma acción que Giyuu no pudo evitar relacionar con Shinobu.
— Ya soy mayor —fue lo único que soltó en respuesta
Su cena finalizó con temas de conversación sobre su día en la academia como en el trabajo de su hermana, Tsutako estaba emocionada porque los preparativos de su boda pronto estarían terminados. Entre ambos dejaron limpia la cocina y el comedor para luego darse las buenas noches y cada quien marcharse a descansar a su pieza. Giyuu conociendo a su hermana mayor, sabía que ella se quedaría un rato más despierta conversando con su prometido
— Mujeres... —susurró divertido al imaginarla al día siguiente como un zombie.
Sabiendo que no habría forma de hacer que su hermana se fuera a descansar, Giyuu suspiró resignado mientras se cepillaba sus dientes, pero por un solo momento le pareció verse así mismo en el espejo, pero con ropas antiguas, su mirada era más fría de la normal, para finalmente perderse con su verdadero reflejo. De nada servia sorprenderse, ya en su habitación apagó la luz y se metió a la cama buscando acomodarse.
— Incluso en el pasado me gustaba el Daikon con salmón —al ver tal afirmación no pudo evitar negar lo antes dicho con cierta molestia.
Tal vez era tonto seguir manteniendo aquel conflicto entre aquel hombre del pasado y su yo actual, pero ¿cómo saber si era el mismo? Las emociones que recorren su cuerpo y todo, quizás sean por los recuerdos y deseos de ese sujeto, ¿o son suyos? no, de nada servía pensarlo en ese momento, al día siguiente debía dar clases a primera hora y justo con aquel grupo inusual de chicos que también formaron parte de aquel pasado.
Su vista con el pasar de los minutos se enturbió sin poder divisar bien su entorno, presintió que pronto caería dormido por el cansancio, por la puerta de vidrio del balcón ligeramente abierta una pequeña mariposa de tonos lilas parecía hacerse presente, pero quizás solo era parte de su imaginación, más al ya cerrar sus ojos una suave voz femenina se hizo escuchar con el inicio de aquella tan esperada respuesta.
"Tomioka-san, hagamos una promesa"
— ¿Qué clase de promesa?
¡Eso lo sabrán en el próximo capítulo! Ya que no subí capítulo en varias días esta es mi manera de recompensarlo uwu este capítulo vendría a marcar ya el inicio de todas las respuesta que Giyuu está buscando, pero no será fácil, pues sin saberlo quizás el mismo es su propio nudo, y mientras ese nudo no se deshaga, la unión y el destino de ambos seguirá congelado uwu
Att: Andysakurai15
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