Capítulo 29 Mi persona destinada ꪜ

Ahora su pasado y presente inundaban su mente. La sensación era similar a haber sido visitada de forma repentina y sin previo aviso, pero Shinobu siempre se había dicho así misma que debía conservar la calma, por eso de alguna forma pudo lidiar con el remolino de emociones que agitaban su intranquilo corazón. Cuando su hermana le vio regresar cabizbaja no le preguntó nada, sino que más bien fue muy comprensiva

Pudo marcharse a su habitación y dejarse caer sobre su cómoda cama, mientras Kanae le susurraba que debía descansar apagando las luces. La pelimorada creyó que no podría dormir esa noche, sin embargo antes de darse cuenta ya se había dormido y el escenario que tanto temía visualizar comenzó a reproducirse como una película

Ella también era una espectadora en aquellos recuerdos, reconocía aquella sala en donde su yo de ese tiempo se había deslizado hasta llegar al altar en donde solía recurrir a su hermana mayor, en aquel momento estaba tan molesta y pensando en tantas situaciones que solo deseaba sentirse relajada, lo cual pareció funcionar una vez soltó dos profundas bocanadas de aire

— Sensei ¿ha vuelto? —escuchó una voz femenina a sus espaldas y ambas voltearon a verla

La nostalgia se hizo presente en Shinobu al ver a la Kanao de aquel entonces, aunque sentía que no había cambiado mucho, pues en la actualidad seguían siendo hermanas. Un mundo en donde estaban las tres juntas y podían vivir sin temor a perecer en cualquier momento con la noche como única compañera. La menor deseaba entrenar con ella y recibió un no por respuesta

La joven no podía decir si esa conversación fue buena para Kanao o no, si bien el entrenamiento en conjunto fue negado, obtuvo la respuesta para eliminar al demonio que había asesinado a Kanae. Era necesario que ella estuviera al corriente de la situación, pues en ese momento su cuerpo estaba altamente concentrado con veneno de Glicina. Sabía que no era factible eliminar al demonio con ello, pero Kanao podría dar el golpe final

— Definitivamente voy a debilitar al demonio —se escuchó hablar así misma— así que da el golpe final y córtale la cabeza, Kanao

— ¿El pilar de agua lo sabe? —susurró Kanao cabizbaja

— ... —era obvio que la pregunta le había tomado por sorpresa— que cosas dices, Tomioka-san no tiene porque saberlo

— ¿De verdad?

Shinobu comprendía las dudas de Kanao, pues la menor debió darse una idea cuando le pidió llevarle la caja con las tiras de papel y tinta. Realmente ella había tenido un cambio, pues poco a poco había comenzado a sincerarse, eso había alegrado un poco su corazón con el deseo de que su "Nee-san" también lo viera

— Sé que es lo que te preocupa, Kanao —habló la pelimorada soltando un suspiro— en aquellas tiras de papel residen deseos que no podemos cumplir, seguramente Tomioka-san ni siquiera ha venido a leerlos

— No es así —negó la menor alzando su mirada hacia su maestra— el pilar de agua ha venido cada cierto tiempo y revisa la caja, incluso parece tomarse su tiempo para escribir

— Ya veo... —ahora era su turno para bajar la mirada, pues no deseaba que Kanao viera las emociones que comenzaban a manifestarse en su rostro— gracias, Kanao

Su Tsuguko y también hermana menor solo empleó una corta reverencia para finalmente marcharse a entrenar con el pilar de Viento, Shinazugawa Sanemi. Al verse sola Shinobu por fin pudo soltar un suspiro, mientras las lágrimas se adueñaban de sus mejillas, el saber que Tomioka si había ido a leer y escribir las "promesas" le había conmovido, pero también lastimado porque ella ya había hecho su elección

¿De qué servían las promesas si ella ya sabía que iba a morir? Cuando habló con Giyuu en su momento pudo percibir un extraño brillo en sus ojos mayormente inexpresivos, las palabras que habían salido de sus labios ahora le pesaban en su corazón, pues ella no llegaría a ver otro amanecer, sino que se quedaría atrapada en la infinita noche

— ¿Qué debería hacer, Tomioka-san? —soltó aquella pregunta en voz baja que no recibiría una respuesta

Ya los rayos del sol se estaban perdiendo en el horizonte, trayendo consigo la fría noche que durante las últimas semanas se había mostrado tan quieta y tranquila, similar a "la calma antes de la tormenta" era un respiro para ellos, sin embargo no podían dormirse en los laureles, ya que tarde o temprano la pelea comenzaría

Podía sentir claramente su dolor, las expresiones de tristeza que adornaban su rostro al momento de dejar caer una de sus manos sobre aquella caja. Una parte pequeña de su corazón deseaba ser positiva y creer que tenía la posibilidad de vivir, sin embargo Kanae en su lecho de muerte se lo había dejado muy claro

Otra lágrimas traicionera se deslizó por su mejilla, mientras tomaba entre sus manos las tres tiras restantes que correspondían a Giyuu y preparaba la tinta. Una pequeña vela iluminaba tenuemente la pieza mientras Shinobu se perdía en vagos pensamientos, escuchando solo de fondo el sonido de la tinta al prepararse

— Nee-san, ¿crees que en otro mundo podríamos ser felices? —susurró con una sonrisa amarga

No se atrevía a decirlo, pero en esos momentos sus ojos aún con rastros de lágrimas reflejaban el anhelo de querer aferrarse a la vida, similar a aquella pequeña flama que luchaba por no apagarse. Realmente deseaba saber si existiría otro mundo en donde ella pudiera vencer a aquel demonio sin tener la muerte como única opción, sin embargo decirlo en voz alta sentía que sería egoísta

— No quiero que termine así... —negó cabizbaja apretando aquel pincel con todas sus fuerzas

¿Por qué aquellos sentimientos tuvieron que florecer en ella? Se supone que lo que recorría su cuerpo era veneno, pero aquellos ojos azules en más de una ocasión le habían hecho desear un futuro diferente. La muerte estaba golpeando a su puerta, a la espera de que la vida en sus ojos se apagara y los latidos de su corazón cesaran, entonces por última vez sería egoísta

"Si hay otra vida"

— Tomioka-san, tu serás el primero en encontrarme —recitó mientras su mano se movía manipulando el pincel sobre la tira de papel— el primero en ir detrás de mi —escribió en la segunda tira que fue adornada con una que otra lágrima que descendió de sus ojos

En esta vida ella siempre le había encontrado sin importar cuanto él se alejara, por eso si había otra vida sería el turno de Giyuu para hacerlo, ya no le seguiría y pellizcaría su hombro, sino que él tendría que alargar su mano hacia ella para alcanzarla. Era justo de cierta forma, pero ¿estaba bien atarle así? Le amaba, sin embargo ¿sus sentimientos serían capaces de pasar las barreras del tiempo?

Sinceramente no podía saberlo, por eso al menos si uno de ellos no recordaba eventualmente esas emociones desaparecerían, pues Giyuu parecía el tipo de persona que podía hacerlo. Al final dependería de él si aquel destino que iba a interrumpirse sería capaz de continuar su curso en otro mundo, otra vida. Tomioka Giyuu sería quien decidiría si aquella rueda de engranaje comenzaría a girar

— Esta es la última —declaró segura de si misma, sin embargo su mano temblaba ligeramente— mientras tú no recuerdes, yo tampoco lo haré...

Estaba hecho, la tinta ya se estaba secando en aquellas tiras de papel que también contenían rastros de sus lágrimas. Quería llorar desde lo más profundo de su ser, pero no se sentía con el derecho de hacerlo, era una mentirosa. Aquellas promesas un día no tendrían ningún peso luego de su muerte y las tontas palabras que escaparon de sus labios herirían aquellos profundos ojos azules

No sabía si volverían a verse, pero escribir esas últimas promesas fue una especie de consuelo. Durante unos minutos podía permitirse disfrutar de aquella idea, aunque nadie le asegurara que podría volverse una realidad, ahora que tenía todos sus recuerdos completos Shinobu no pudo evitar dibujar una triste sonrisa en su rostro, pues Giyuu ciertamente fue el primero en encontrarla

Aunque él no lo supiera aquella fue la primera promesa que cumplieron o rompieron en el encuentro que tuvieron hace dos años, luego cuando volvieron a verse y él comenzó a ir tras ella, buscar su presencia, eventualmente la segunda promesa también se realizó. Por eso sus sueños poco a poco se volvían más claros, excepto la única sombra solitaria que varias veces siguió y quiso comprender quien era

Esa noche en el templo dos promesas se rompieron al mismo tiempo. Tomioka Giyuu aceptó su todo, los recuerdos y esencia de hace una vida le pertenecían, siendo así que sus recuerdos despertaron y aquella sombra solitaria resultó ser la persona que ella amaba tanto en el pasado como ahora. Y la otra promesa...

"¡Bummm...!"

Aquel fuerte sonido fue la señal de que la batalla había dado inicio. Shinobu pudo ver como su yo del pasado tomó las tiras y las arrojó en la caja, mientras la vela se consumía dejando todo en oscuridad. Verse partir así misma hacia las grandes llamaradas de fuego le dio a entender que ya no había marcha atrás y sería la última vez que vería a Tomioka Giyuu para posteriormente enterarse de su muerte

El escenario iba cambiando rápidamente y a su memoria solo llegaban retazos de la figura de aquel hombre solitario bajo un árbol de glicinas viviendo en paz los últimos años de su vida. ¿Cómo no podría derrumbarse ante ello? Sabía que sucedería y aún así tenía la sensación de que nunca la culpó por sus acciones

— Por eso todos te odian... —susurró cabizbaja— eres malo con las palabras, pero tus acciones son las más puras y buenas. Aunque todos te odien, yo no puedo hacerlo, porque me gusta ese Tomioka-san...

"En algún momento terminará..."

La película terminó y sus párpados temblaron levemente al abrirse para recibir los vagos rayos de sol que se filtraban ya por su ventana. Su corazón estaba desbocado y sus mejillas mojadas por las lágrimas saladas que no paraban de salir al recordar la silueta solitaria de su persona amada, su odio por los demonios y el deseo de vengar a su hermana fue más fuerte que cualquier promesa en ese momento, ella eligió y él se quedó sin elección

No tenía ánimos de salir, pero debía hacerlo. Como si se hubiera puesto en modo automático se vistió y arregló para ir al instituto y aunque podía sentir sobre ella las miradas de preocupación de Kanae y Kanao, decidió que era mejor ignorarlo. En el camino reinó el silencio, pues su hermana menor no dijo nada al respecto y en parte eso mantuvo tranquila a Shinobu

Las ganas de llegar a refugiarse en la oficina del consejo estudiantil era enormes, lo que menos quería era toparse con su profesor de puntos menos y en parte logró hacerlo. Una vez corrió la puerta de la sala un gran alivio comenzó a invadirla y con toda tranquilidad se sentó en el escritorio a disfrutar de la brisa de la mañana

"Espero el día continue así"

Seguramente el día la odiaba o quería vengarse por alguna desconocida razón, que un ligero golpe se escuchó en la puerta, la cual enseguida fue abierta sin esperar una respuesta. Shinobu palideció en su asiento al ver ante ella a Tomioka que venía con una lista en mano, tuvo que maldecir para sus adentros, pues era normal que cada mañana él le llevara la lista de revisión de los uniformes

— Kocho, Agatsuma me entregó la lista y no parece haber nada raro —habló Giyuu observando a su alumna

— Entiendo, es bueno... —aquella sonrisa falsa nuevamente adornaba su rostro

Aquella respuesta pobre no pasó para nada desapercibida para el hombre, quien tampoco demoró en notar los ojos ligeramente rojos de la joven ¿acaso había estado llorando? La alerta ya había sonado en su interior, sin embargo no sabía como decirlo. Giyuu tenía muchas dudas empezando por su extraño comportamiento del día anterior en que salieron a buscarla, aquella llamada que agitó su corazón y finalmente que ella nunca llegó al lugar diciendo que debía volver

Shinobu no lo sabía, pero esa noche Kanae le había enviado un mensaje a su compañero diciéndole que su hermana menor había ido a verle con mucha prisa. La duda le envolvió, pues el mensaje de su alumna había llegado antes y eso solo podía llevarle a una cosa, por algún motivo oculto ella le había mentido, la pregunta ¿por qué?

— ¿Te encuentras bien, Kocho? —le cuestionó al ver su mirada perdida

— Si, estoy bien Tomioka-sensei —una respuesta que normalmente no escucharía, ya que ella debería es soltar alguna broma o sarcasmo

"Otra vez está haciendo esa sonrisa"

Sabía que estaba actuando extraño, pero conociendo a la joven muy fácilmente le refutaría todas sus preocupaciones alegando que era molesto o metido. Faltaban cerca de unos diez minutos para que las clases iniciaran y él no deseaba irse, pues desde que le escuchó aquel tono familiar en la llamada sintió una sensación de nostalgia y alegría envolverle, quería verla

No había nada que pudiera hacer, por lo que cerrando sus ojos resignado dio la vuelta hasta llegar a la puerta. De repente las palabras que aquella extrañaba adivina llamada Flanna le había dicho esa noche se repitieron en su mente "Estoy segura que no solo encontrarás lo que buscas, sino que también..."

— Terminará... —susurró para si mismo mientras una pequeña posibilidad recorría su mente

"¿...Acaso era posible?"

— Kocho —le llamó sin voltear a verle

— ¿Si?

— La elección de nombres para Kanao debió ser difícil, en especial si fuiste tu quien propuso los nombres —soltó en un tono similar a la burla aunque no podía estar seguro, pues su corazón corría como loco por escuchar su respuesta

— ¡¿Qué?! ¡No lo fue! ¡Realmente lo pensé mucho! —se quejó Shinobu levantándose de repente y golpeando el escritorio con ambas manos— ¡Nee-san no dijo nada, pero Aoi...!

— ¿Aoi qué...? —le cuestionó girandose solo para apreciar la expresión estupefacta y cenicienta de la joven

— Yo... —balbuceó confundida y sin poder creerlo, sin desearlo le había confirmado a Giyuu que tenía sus recuerdos, pero ¿cómo pudo sospecharlo?— Tomioka-sensei

— Ven conmigo —declaró Giyuu acercándose a grandes zancadas para tomar su mano y sacarla de la sala

— ¡Espere, Tomioka-sensei! ¿A dónde vamos? —inquirió Shinobu visiblemente nerviosa, pues no podía soltarse de su agarre

Ninguna explicación o respuesta llegaba del hombre y por más que la joven quisiera zafarse de su agarre, una parte de ella no le permitía hacerlo. ¿La culpa? ¿Sus verdaderos sentimientos? En los largos pasillos ya no estaban los estudiantes, pues la campana había sonado en el momento justo en que habían abandonado la sala, para su suerte llegó a toparse con su hermana mayor Kanae, quien solo le miró antes de brindarle una sonrisa como de apoyo

— ¡Nee-san...! —Giyuu miró de reojo al escuchar a Shinobu y su compañera solo le hizo una señal de "ok" como si fuera a cubrirles

"¿Por qué?"

No lo comprendía, ahora mismo no entendía para nada las acciones de Tomioka. Prácticamente le había sacado de las instalaciones y subido a su auto, pero lo peor de todo es que ella no había hecho lo mejor por poner resistencia, sino que se había dejado guiar a la vaga espera de una explicación. No tenía idea de a donde se dirigían, pues los ojos azules no se despegaban de la carretera

Shinobu no reconocía el camino, pero este se extendía tan largo que no le veía un fin. Era temprano así que tantos carros no circulaban y menos en aquella zona que poco a poco se iba alejando de la ciudad. Ya había alcanzado su límite así que solo pudo dejar caer su cabeza en el asiento y cerrar sus ojos a la espera de que él se detuviera, siendo el silencio su único compañero en aquel pequeño espacio

— ¿A dónde nos lleva está carretera? —inquirió en voz baja, pero lo suficiente para que Giyuu le escuchara, más no tuvo una respuesta

Un suspiro escapó de sus labios y simplemente se dejó hacer, no estuvo segura de cuanto tiempo había transcurrido y más bien llegó a pesar que se había dormido al sentir que el auto se detenía y Giyuu se bajaba para abrirle la puerta. Seguía sin hablarle, pero al menos le tendió su mano para ayudarle a salir

La carretera seguía allí rodeada de algunos arboles, pero cuando los ojos morados alzaron su mirada hacia el lado de donde había venido su profesor poco a poco las lágrimas comenzaron a hacerse presentes. Sin soltar su mano siguieron caminando hasta que Shinobu pudo apreciar la arena que era mojada por el profundo azul de mar que se extendía hasta el infinito junto al ruido de las olas

— ¿El mar? —soltó evidentemente confundida al sentir como Giyuu soltaba su mano para adelantarse unos pasos

— Esta es la última promesa, hoy finalmente vinimos juntos al mar "Shinobu" —habló Giyuu girandose

"Quiero ir al mar, Tomioka-san"

— Aún lo recuerdas... —susurró Shinobu al sentir las lágrimas recorrer sus mejillas

— Lo siento, por demorar —se disculpó volcando su azulada mirada en ella

— ¿Por qué me miras con esos ojos tristes? —le cuestionó la pelimorada con su voz rota— no llores —le pidió al ver como dos lágrimas escapaban de sus ojos que se esforzó por intentar secar

— Yo creí que nunca sucedería —negó cabizbajo apretando sus manos en forma de puño

Ya lo comprendía, Giyuu ya estaba seguro que ella también tenía sus recuerdos de hace una vida. Durante el recorrido había pensado en maneras para negarlo, sin embargo ¿por qué debería hacerlo? Sentía dolor y culpa, pero era mayor contemplar por primera vez lágrimas en aquellos ojos que amaba, ya no quería herirlo

— Tomioka-san ¿me reconociste al instante? —musitó Shinobu con una suave sonrisa mientras tocaba su rostro

— ¿Por qué vienes a mí ahora? —soltó Giyuu aún sin poder creerlo, pero el calor de su pequeña mano era real

— He regresado, Tomioka-san —fue la única respuesta que escapó de sus labios

"Mi persona destinada"

— Creo que demoraste —le devolvió soltando un suspiro— ¿tienes idea de cuánto...?

— ¡Oh! —exclamó Shinobu al ver que inesperadamente la lluvia había llegado

"¿En serio? ¿Lluvia en la playa?"

El pobre hombre no podía creerlo ¿por qué tenía que llover cuándo finalmente la tenía a su alcance? Pronto las dudas murieron en su mente al recordar que desde el comienzo y hasta en las palabras de aquella mujer la lluvia siempre había estado presente, guiándoles de una manera u otra hasta encontrarse, sin embargo en esta ocasión no tenían una sombrilla que les cubriera, pero ahora estaban juntos

— Que mala suerte, Tomioka-san jajaja —rió Shinobu de forma sincera al sentir como la lluvia iba empapándoles— parece que el clima te odia

— Kocho —le llamó Giyuu de nuevo mientras apartaba algunos mechones mojados del rostro de la joven

Los profundos ojos de tonos lila de Shinobu se conectaron con los azules que le hacían competencia al ancho mar, podía sentir las gotas de lluvia ir mojando su piel, sin embargo estaba más concentrada en escuchar lo que Giyuu fuera a decir en ese momento. El sonido de las olas era muy fuerte y sentir una de las manos masculinas tomarle de la cintura y la otra del mentón echó a su lado todo su razonamiento

¿Por cuánto tiempo habían esperado por esto? Como su alumna había imaginado inconscientemente algo así, y como una cazadora y Pilar, ni siquiera había dejado escapar aquel pensamiento, pero ahora podía sentir sus labios sobre los de ella que de alguna manera eran suaves y cálidos. Ya no podía saber si estaba derramando lágrimas de felicidad o solo era la lluvia

Estaba feliz, pues si bien no había podido escucharlo. Claramente pudo leer los labios del contrario antes de besarle y quizás por ello mismo había decidido aceptarlo sin reservas, ya le había dado tantas dificultades para volver a reunirse y por eso se permitiría atesorar aquella sensación junto a aquella palabra que esperó por más de cien años para transmitirle los sentimientos del pasado y su presente

"Aishiteru..."





¡Hola a todas y todos! aquí ya gasté mis pañitos lol, por fin... ¡por fin! Luego de veintiocho capítulos todo cae en su lugar, claro aún hay ciertas cosas que faltan, pero descuiden las respuestas llegarán y en parte estoy muy feliz por como fui desarrollando todo esto, lo que deseaba transmitir era mi manera de como yo percibía el giyushino que si bien no pudo ser en la era Taisho, en un mundo diferente si... aunque aquellas personitas que vienen del primer fanfic "fuego en tus ojos" saben que el pensamiento de Shinobu no estaba del todo equivocado, ahora si me despido y nos vemos en el último capítulo junto a una pequeña noticia fufu

Att: Andysakurai15 

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