Capítulo 28 Las Respuestas que trajo la Lluvia ꪜ

La noche por los alrededores de Tokyo no se percibía tan oscura y fría para los ojos azules que observaban como aquel mundo brillante se iba acercando, conforme el tren arribaba en la estación. Era un escenario moderno en comparación con el que vislumbraba en aquellas memorias heredadas de hace ya cien años

Su reloj de mano indicaba que muy pronto serían las nueve y el número de personas que se movilizaban poco a poco iba bajando, ya que en cierto punto no saldrían más trenes ¿Acaso Shinobu no había pensando en ello? Giyuu había revisado su celular cada cinco minutos, sin embargo no había ningún mensaje por parte de Kanae o Shinazugawa

"Deben estar preocupados"

Por eso debía encontrar a su estudiante cuanto antes, vagar por las amplias calles de Tokyo y sola no era algo muy bueno. El hombre un tanto molesto ya iba maquinando su sermón para la jovencita, sin embargo ¿sería capaz de decirlo? Desconocía los motivos para que ella hubiera actuado de tal manera, pero si no lo decía, no podría comprenderla

Confiando en las palabras de aquella mujer llamada "Flanna", Giyuu ignoró por completo el camino hacia la iluminada e imponente Torre de Tokyo, mientras corría en dirección al templo que respondía al nombre de "Atago" según sus vagos recuerdos había visitado aquel lugar una sola vez de pequeño, pero luego de eso no había regresado

"¿Por qué me desagradaba ir?"

Como si su duda hubiera sido escuchada, pronto la cara del hombre fue cambiando al ver que para llegar al templo, debía primero subir ochenta y seis escalones. Giyuu soltó un suspiro por lo bajo, mientras al pie de los escalones descansaba una piedra en donde tallado en kanji's se podía leer "Peldaños de piedra al éxito"

— ¿En serio? —masculló Giyuu dándose por vencido, antes de respirar profundo y comenzar a subir casi que corriendo los escalones

¿Qué hacía Shinobu sola en un templo y a esas horas? Las luces que iluminaban las escaleras ya habían sido apagadas, por lo que la entrada no lucia muy diferente a la de un cementerio, siendo solo la luz de la luna su guía para no tropezar y caer. Debía darse prisa y confirmar que estaba bien

¿Por qué los escalones se le hacían tan eternos en escalar? No habían sonidos de animales nocturnos, ni mucho menos del viento. Giyuu solo era consciente de su agitada respiración y el ruido sordo de sus pasos al tocar cada escalón de piedra, luego de unos minutos un sentimiento de logro iba asomando en su mirada

Finalmente había terminado de subir y los ojos azules, además de el primer Torii que le esperaba en la entrada, también se pudo ver rodeado de naturaleza. El suelo de piedra emitía leves sonidos conforme iba internándose hasta llegar a un pequeño lago rodeado de santuarios sintoístas

Todo se veía perfectamente cuidado y en armonía, el leve sonido del agua golpeteó sus oídos, haciéndole acercarse al lago solo para visualizar una barquita de madera y un Torii. La superficie era muy clara junto a la luz de la luna que Giyuu pudo notar que habían peces dorados, los cuales de vez en cuando daban uno que otro salto

A simple vista muy silencioso y solitario, pero había vida en aquel lugar libre de personas. Resultaba acogedor, sin embargo seguía sin hallar rastro de su alumna ¿acaso aquella mujer le habría engañado? Decidió seguir caminando hasta llegar a una zona donde no se podía apreciar el cielo libremente por todas las ramas de los arboles

Giyuu detuvo de repente su andar, mientras su azulada mirada reflejaba sorpresa. Una sensación de alivio invadió su cuerpo al ver que entre aquellos arboles residían pequeñas bancas de piedra, en donde en una de ellas efectivamente estaba Shinobu. A paso rápido se dirigió hacia ella, pues había notado que no estaba consciente

— ¡¿Kocho?! ¿Estás bien? —intentó llamarle, pero la joven seguía sin reaccionar

— Hum... —fue el único sonido que escapó de sus labios antes de que Giyuu percibiera de forma clara y suave la respiración de Shinobu

— Está dormida... —Giyuu no podía creerlo

"¿Quién en su sano juicio se dormiría en la banca de un templo?"

Había sido una noche de muchas emociones, aunque el mismo se había esforzado por mantenerlas a raya. Hacer las cosas con apuro y angustia solo nublaría su juicio, además estaba seguro que Kanae y Shinazugawa debían estar peor o más preocupados, Giyuu también terminó recordando que debía avisarles que la había encontrado

— Tomioka... —le escuchó susurrar a Shinobu a sus espaldas

— ¿Kocho, qué sucede? —le cuestionó acuclillándose a su altura para quitar uno que otro mechón que cubría su rostro

No había signos o indicios de que alguien la hubiera traído a la fuerza, su uniforme y cabello estaban perfectos al igual que el ligero labial que adornaba sus labios. Giyuu se dio un golpe mental por tales pensamientos, mientras sacaba su celular para hacer una llamada, lastima que la aparente llovizna que se había dado unos segundos antes se convirtiera en una fuerte lluvia

"Debe ser una broma"

Tal parecía que no era ni su noche, ni su día. Era un verdadero inconveniente que hubiera comenzando a llover de esa forma y sin un paraguas encima, Shinobu no parecía llevar uno con ella y estando dormida solo le dificultaría más las cosas. Los escalones empinados y ahora mojados de la entrada definitivamente serían peligrosos

— No hay opción, tendremos que quedarnos —Giyuu miró a su alrededor y por suerte uno de los techos del templo les cubría así que la lluvia no llegaba a ellos, además de las fuertes ramas de los arboles

Él no percibía frío, sin embargo Shinobu había comenzado a moverse. No mostraba indicios de que fuera a despertar pronto y con la lluvia no podrían ir a ninguna parte, solo pudo brindarle su abrigo y cubrirla con el hasta que despierte. Dejandose caer en la banca contigua, decidió enfocarse en la pantalla de su celular y finalmente marcar al número de Kanae, quien respondió enseguida

— Hola Giyuu-san ¿encontró algo...? —el sonido de la lluvia también podía escucharse de su lado junto a voz visiblemente nerviosa

— Si, la encontré Kocho-san

— ¡Que bien! ¿Se encuentra bien? —le cuestionó enseguida mientras soltaba un suspiro de alivio

— Si, ahora está dormida

— ¡Ya veo, enseguida iremos a verles!

— A decir verdad, encontré a su hermana en el templo "Atago"

— ¿Si? ¿qué hacia Shinobu allí?

— Ni yo lo sé, estaba dormida sobre una de las bancas, pero no puedo bajar debido a la lluvia —se disculpó Giyuu

— ¡Ciertamente! comenzó a llover muy fuerte y sería peligroso bajar esos escalones mojados —Kanae rápidamente había comprendido su situación

— Así es, por eso nos quedaremos hasta que pare —le explicó— una vez la lluvia cese, les llamaré para que vengan a recogernos ¿está bien, Kocho?

— Si, no tengo problemas con ello

— Entiendo, entonces nos vemos

— ¡Giyuu-san! —le llamó su compañera de repente— gracias por encontrar a Shinobu, la dejo en tus manos

— Si, no te preocupes Kocho

— Entonces, nos vemos

La llamada finalizó, pero al menos Kanae y los demás se quedarían tranquilos ahora, por eso solo debían esperar a que la lluvia cesara para poder bajar más tranquilos y regresar a casa. La suerte no había sido de lo mejor en aquel día, incluso les había sorprendido con una noche de lluvia más fuerte de lo normal

"La lluvia siempre te guiará a ella"

De repente las palabras de aquella extraña mujer resonaron en su cabeza, efectivamente la mayoría de sus encuentros habían sido por la lluvia, una sensación extraña, pero suave y nostálgica. Shinobu seguía moviéndose de vez en cuando y eso le preocupaba ¿acaso su abrigo no era suficiente?

Si su hermana hubiera estado presente, lo más seguro es que llevaría contados todos y cada uno de sus suspiros. No había de otra, pues no deseaba verla así, por lo que Giyuu se sentó en el espacio libre de la banca mientras con cuidado pasaba sus brazos por el cuerpo de la joven para levantarla y dejarla reposar en su hombro

Incluso así Shinobu no despertó, no parecía tener fiebre y respiraba tranquila y pausada. El hombre solo podía llegar a la conclusión de que su alumna tenía el sueño pesado, pero al menos su pequeño cuerpo se había mantenido caliente con su abrigo, la brisa primaveral podía llegar a ser muy fría por el reciente invierno

"Pequeña, suave y cálida"

— Si estuviera despierta, quizás me golpearía —susurró algo divertido para si mismo

Era la primera vez que veía dormir a Shinobu, su pequeño y cálido cuerpo descansaba junto al suyo siendo solo perceptible su tranquila respiración. Los mechones con degradado entre negro y morado realzaban con encanto sus largas pestañas, Giyuu no pudo evitar volver a acomodar otro mechón rebelde detrás de su oreja

Incluso si lo pensaba, no guardaba ni un recuerdo en donde ellos hubieran podido estar así, tan cerca y sin temor a dejarse llevar debido a sus deberes y propósitos. La noche no era tu aliada, sino más bien la posible espectadora de tu muerte, y seguiría siendo así mientras existieran los demonios

Giyuu no podía evitar preguntarse si en aquel entonces, ellos no habrían pensando en que en el futuro el mundo no necesariamente tenía que tener demonios para estar tan podrido. Los mismos humanos podían volverse peor que los demonios, destruyendo todo a su paso, sin piedad ni remordimiento alguno

"Es el tipo de mundo horrible y a la vez hermoso en que vivimos"

Ahora la oscuridad de las calles equivalía a peligro y muerte, sin embargo a su lado una joven dormía tranquila. Él ya lo sabía, desde su perspectiva Shinobu era aquel componente hermoso dentro de su mundo, no una reliquia o tesoro de valor, pero si una existencia única y fugaz como todos, eso es lo que era nacer y ser humano

— Shinobu, aún ahora sigo buscando una respuesta en tu actual yo —habló Giyuu al ver como las gotas chapoteaban en el suelo— al menos mi conflicto con mi yo del pasado y quien soy actualmente ha terminado

"Ahora lo sé, sin importar el tiempo sigo siendo yo"

— Mi apariencia, nombre o voz pueden cambiar como no hacerlo, pero sigo siendo yo mismo —añadió antes de ver como una pequeña gota caía en la palma de su mano— es la misma esencia, la misma alma

Giyuu algo curioso miró hacia arriba en donde efectivamente habían unas hojas mojadas, de seguro aquella pequeña gota venía de allí. Las respuestas eran similares a las pequeñas gotas de agua, poco a poco había ido avanzando en el desastre de sus recuerdos, no eran memorias heredadas, eran sus verdaderos sentimientos

— En el pasado no pude decirlo ¿verdad? —soltó mirando de reojo a Shinobu que seguía dormida— no pude ser cercano a ti, no pude llamarte por tu nombre, no pude tomar tu mano, no pude abrazarte, ni fui capaz de llorar tu partida...

La culpa y el dolor de cien años eran muy desgarradores que sentía una extraña sensación atorada en su garganta. Decir que no tenía lágrimas para seguir lamentando tantos errores sería una mentira, pero no es algo que Shinobu ni él harían ¿por qué ahogarse en los lamentos pasados cuando tienen un presente?

— Ahora lo recuerdo muy claro, prometimos que si sobrevivíamos... —musitó al sentir que su voz se quebraría— definitivamente seríamos sinceros, Shinobu

"¿Puedo decirlo ahora?"

Ella seguía inconsciente, pero estaba allí a su lado, viva y respirando. Shinobu también renació para volver a encontrarse, como en aquel día de lluvia en donde decidieron separarse. Durante cien años esos sentimientos habían estado sellados en su corazón y labios, por eso ahora deseaba decirlo... incluso si luego debía repetirlo cien veces, no dudaría

— Shinobu —siguió Giyuu, mientras tomaba su mano para acercarla a sus labios— hace cien años, en aquella vida te amé... como mujer —confesó finalmente— como llegaste a hacerlo, ni yo mismo lo sé, pero... te amaba y adoraba

Como si la lluvia también fuera consciente de el significado de aquellas palabras, comenzó a amainar hasta que los ojos azules fueran capaces de ver como las pequeñas gotas de agua caían. Ya no era una lluvia, era solo una ligera llovizna de primavera que con los pétalos de cerezos húmedos por el agua, su confesión había llegado

— En aquel tiempo no pudimos ser sinceros, así que tampoco podía decir mis verdaderos sentimientos —declaró mientras depositaba un suave beso en la mano femenina

"No diremos nuestros más profundos sentimientos"

Una lágrima silenciosa se deslizó por la mejilla de la joven, su acompañante no fue consciente de esto, ni mucho menos de  que ella había estado despierta desde que le había escuchado perderse en pensamientos sobre si mismo. Ahora lo comprendía, desde que de los labios de Giyuu habían salido esas dos palabras, un fuerte sonido de un hilo rompiéndose había inundado la mente de Shinobu

Todo aquel mundo en sus sueños comenzaba a cobrar sentido, ya no eran sombras que se asemejaban a la forma de un humano, sino que eran personas que habían formado parte de su vida desde antes de nacer. La sombra solitaria que hasta el final siguió y buscó acompañar en sus sueños

La oscuridad que le rodeaba poco a poco había ido desapareciendo, revelando una melena negra algo larga, unos rasgos finos y masculinos junto a aquellos tan hinoptizantes y conocidos ojos azules. Al verle finalmente las lágrimas habían acudido a sus ojos, empapando sus pestañas, pues aquella sombra torpe y gentil fue y es...

"Tomioka Giyuu"

Era demasiado para procesar, no se sentía capaz de abrir sus ojos y aceptar todo lo que estaba recibiendo. Estuvo celosa de si misma, le dijo cosas algo crueles porque pensó que aquellos ojos azules buscaban en ella los restos de otra mujer cuando nunca fue así, Giyuu siempre la había visto por quien era, siempre la había buscado

"Yo también..."

Querer decirlo, pero no poder. Aún los recuerdos seguían aclarándose, pero las palabras de aquella mujer resonaban una y otra vez en su mente: "porque tu misma decidiste dejarle todo a esa persona, a esa pequeña gota de agua que podría secarse en cualquier momento" ¿qué quería decir Annistyn con eso? ¿No había sido capaz de recordar a Giyuu por su culpa?

— Tomioka-san... —susurró por lo bajo sin darse cuenta

— ¿Estás despierta? —le escuchó preguntarle, Shinobu ya no podía fingir

— Si... —respondió alejándose un poco para secar rápidamente los rastros de lágrimas— ¿qué sucedió?

— Eso debería preguntar yo, pero ya es algo tarde —negó Giyuu— tu hermana debería estar pronto aquí, vamos

Shinobu se quedó allí de pie confundida. Giyuu no dijo ni preguntó nada al respecto, sin embargo no podía culparlo, pues ahora entendía todos sus intentos por hacerle entender y recordar el pasado que compartieron y aún así lo dejó solo. Quizás la persona frente a ella ya estaba cansada de ese rodeo sin fin

"Yo... ¿qué debería hacer?"

La respuesta no llegó rápido y la lluvia ya había cesado. En completo silencio terminaron descendiendo con cuidado los ochenta y seis escalones, para que luego de cinco minutos su hermana mayor y Shinazugawa llegaran a recogerles. Quiso decir algo, pero no se sentía capaz, pues el dolor que residía en su pecho era tan profundo que temía su voz fuera a quebrarse

Al ver su espalda descender del auto y dirigirse hacia su hogar terminó por hacer que las lágrimas que tanto había estado reteniendo, descendieran en silencio por sus mejillas. Agradecía que Shinazugawa y Kanae estuvieran enfrascados en una conversación del clima, pues no deseaba que notaran su malestar

Las promesas habían sido rotas una por una, Giyuu se las había recitado sin saber que estaba despierta y en ese momento es que Shinobu recién cayó en cuenta de que ya podía ver como antes, había estado tan enfrascada en su profesor que había olvidado por completo que las sombras habían abandonado el mundo de sus sueños

Era un alivio de cierta forma, aquello fue un leve consuelo para su agitado corazón. Ya de pie en la entrada de su casa y sacándose su zapatos, los profundos ojos morados se perdieron en los destellos claros de la cálida luz que iluminaba el pasillo. ¿Por qué los veía de esa forma? De nuevo las lágrimas mojaban sus mejillas

"No, no puedo seguir fingiendo"

Shinobu se giró rápidamente para volver a calzarse sus zapatos. Aunque seguía sin tener del todo sus recuerdos claros, al menos sabía que el sentimiento que mantenía Giyuu hacia ella, era mutuo, ahora lo entendía. Siempre estuvieron dando vueltas, pero ya no más, ya no dudaría

— ¿Shinobu, a dónde...? —inquirió Kanae al verla

— ¡Giyuu-san! —soltó la joven en respuesta antes de salir y dejar solo escuchar el ruido sordo de la puerta al cerrarse

Rápido, quería llegar rápido hacia él. Ya habían esperando cien años ¿por qué debían esperar más? Podía sentir los charcos de agua salpicar sus medias, más no le importaba, solo quería verle y decirle lo que tanto tiempo no había podido decir Como pudo sacó su celular para marcar su número, el cual fue atendido enseguida

— ¿Kocho? —le escuchó hablarle del otro lado de la línea

— ¡Tomioka-san! —exclamó Shinobu al sentir que le faltaba aire— yo... ¡quiero verte!

— ¿Ah? ¿Dónde estás? —la confusión era evidente en su voz y eso solo provocaba más lágrimas en ella

— Voy a ir a verte —declaró Shinobu sonriendo entre las lágrimas— espérame, por favor —le pidió antes de colgarle

Giyuu no se quedó quieto sino que también se dirigió hacia la puerta para salir en busca de ella de nuevo, siempre había sido así en esta vida. El primer paso lo había tomado él, pero si se trataba de Shinobu, no importaba mientras pudiera verla. Esa noche ambos buscaban la presencia del otro

La joven ya estaba muy cerca, solo debía rodear aquel gran terreno vacío y estaría a una calle del lugar en donde vivía Giyuu, sin embargo si todo iba a ser alegría... Shinobu comprendió junto a las palabras de Annistyn que estaba equivocada, pues nada era fácil y menos cuando se trataba de tantas reglas y promesas que les encadenaban

"Tú serás el primero en encontrarme..."

— ¿Qué? —Shinobu reconoció rápidamente su propia voz a pesar de percibir su agitada respiración golpear en su oído

"El primero en ir detrás de mí"

— ¡No, no puede ser así! —negó para finalmente detenerse en la mitad de aquel vacío terreno— yo no pude haber...

"Y mientras tú no recuerdes..."

— ...Yo tampoco lo haré —completó la joven en cuclillas sobre el suelo mojado, sus propias lágrimas se perdían en aquel charco— se supone que debía decir... "he vuelto, Tomioka-san"

El sonido de unos pasos acercarse le alertó y aunque hubiera deseado quedarse para verle, no podía hacerlo. La culpa que despertaba en su corazón era demasiado grande como para poder aceptarlo tan rápido, Shinobu ahora lo recordaba. Esa noche hace más de cien años, las promesas que le correspondían escribir a Giyuu, ella las escribió...

— Fueron mis deseos egoístas, porque sabía que iba a morir —susurró Shinobu escondida detrás de una pared de bloques

Los ojos azules recorrían de un lado a otro en busca de la joven, sin embargo no había nadie cerca, de repente su celular vibró y Giyuu pudo leer el mensaje que claramente decía "lo siento, tuve que volver a casa" aunque fuera inesperado, no había nada más que pudiera hacer, excepto dar la vuelta y volver a casa

— Annistyn dijo que le pondría fin a la espera —pensó la joven caminando de vuelta a casa— al recuperar mis recuerdos...

"Todo ha terminado"



¡Hola a todas y todos! Me disculpo por la demora en este capítulo, pero siento que estuvo intenso jajaja ¡Shinobu esclareció sus recuerdos! Sin embargo no parece muy feliz de ello, bueno las promesas faltantes ha aparecido y resulta que fueron escritas por ella unos minutos antes de la batalla final... la Shinobu de aquel entonces ¿qué sentimientos habrá tenido? ¿Por qué lo hizo? Bueno lo descubriremos en el penúltimo capítulo, gracias por leer y espero sea de su agrado esta loca historia ^^

Att: Andysakurai15 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top