Capítulo 24 Una Suave Fragancia ꪜ

El sonido de los fuegos artificiales y el fuerte murmullo de las personas quedaron atrás cuando Giyuu terminó de bajar el último escalón del templo. Volteó ligeramente sintiendo la fría brisa sobre su húmedo cuerpo obligándole a percibir un leve escalofrío que se esforzó lo más que puedo por ocultar bajo esa máscara de seriedad tan característica

Shinobu le observó en silencio y apenada al también descender los últimos escalones para situarse a su lado y acomodar unos cuantos mechones que se escapaban de su kanzashi en forma de mariposa. Era importante para ella distraerse de lo contrario sentía que bromearía sobre el aspecto actual de su maestro y eso no le gustaría para nada

"Aunque se parece a Kuzco versión llama"

— Tomioka-sensei ¿se encuentra bien? ¿No sería mejor tomar un taxi? —inquirió la pelimorada al verlo estornudar

— No es necesario —negó fingiendo que no tenía frío

— Ara, ¿es así? —Shinobu le dedicó una corta sonrisa

Tomioka Giyuu precisamente ¿a quién quería engañar? Era muy obvio que el agua del estanque estaba fría por la época pues ya estaban por inicios de primavera más la brisa que también era igual de helada... realmente no se sorprendería si al día siguiente amanecía resfriado, aunque esperaba que su buena condición física le ayudara

— Bueno, no falta mucho así que aguante un poco más ¿si?

— ¿Realmente no será una molestia que vaya a tu casa? —cuestionó mirándole de reojo

— Ara, está bien —le aseguró aunque en realidad no le había dicho nada a Kanae— solo tenemos que secar su ropa y podrá volver a casa —le aseguró

— Entendido

— ¿Acaso es un robot? —soltó divertida

— ¿Por qué?

— Solo responde con monosílabos Tomioka-sensei —suspiró la joven negando— a este paso nunca va a conseguir novia

— No es algo que me preocupe

— ¿Le gusta alguien? —inquirió Shinobu de repente haciendo que detuviera su paso

Los ojos azules reflejaban cierta sorpresa por la pregunta. La joven por su parte se detuvo unos pasos más adelante al no percibir su presencia haciendo que su mirada reflejara una gran interrogante, por lo que bastante curiosa retrocedió sobre sus pasos hasta quedar frente al silencioso hombre que le miraba nuevamente como si esperara algo

"¿Pregunté algo delicado?"

— Tomioka-sensei ¿se encuentra bien?

— Yo... —titubeó el pelinegro

— Acaso... —los ojos morados reflejaron cierta sorpresa al comprender algo

— Kocho, yo- —Giyuu pensaba arriesgarse un poco

— Tomioka-sensei ¿es gay?

— ...

— Si es eso, no debe preocuparse —negó la joven con una mirada comprensiva— descuide no le diré a nadie sobre-

— No soy gay, ni tampoco soy odiado

— No dije nada de eso, al menos lo segundo no

— De seguro pensaste hacerlo

— Ara, ¿ahora lee mentes?

— En la próxima clase de educación física-

— ¡Tomioka-sensei ya estamos cerca! —le cortó al ver que ya pensaba amenazarla con sus clases

"¡Gané!"

A diferencia de Shinobu que se esforzó por cambiar el tema, Giyuu no pudo evitar dibujar una corta sonrisa en sus labios al ver que la joven le temía con respecto a sus clases, sin embargo verla caminar unos pasos más adelante que él le hacia apreciar su pequeña figura junto a sus suaves pasos casi silenciosos mientras ambas sombras se juntaban por la luz que proyectaba la luna

— Le indicaré en donde está la ducha —le guió Shinobu una vez entraron a la casa y encendieron las luces de la entrada

— Bien

— Tomioka-sensei puede darse un baño de agua tibia y tomar unas de las batas blancas que hay en la repisa

— ¿No será una molestia?

— No se preocupe, para empezar fue en parte mi culpa que usted terminara así

— No demoraré

— Dejaré un cesto afuera del baño, por favor deje su ropa allí para meterla en la secadora ¿si?

— Bien

— Ah, por favor no vaya a tirar nada

— ¿Por qué lo haría?

— Solo me dio esa sensación

— Soy capaz de alcanzar todo perfectamente, Kocho quizás eres tu quien tenga problemas para-...

— Báñese.

— ...

Giyuu no comprendió porque la joven prácticamente lo empujó dentro del lugar y cerró la puerta con más fuerza de la normal. Decidió restarle importancia y comenzó a quitarse el pantalón junto a su camisa y abrigo, abrió un poco la puerta y efectivamente el pequeño cesto ya estaba allí, por lo que los dobló y dejó para volver a cerrar la puerta

"¿Está bien que ella los lave?"

— No, solo iba a secarlos —negó al recordar las palabras de la joven

Sentir el agua tibia sobre su piel le generó un gran alivio ante los pequeños escalofríos que sintió antes con la brisa primaveral. Realmente esperaba no resfriarse aunque si hacia memoria casi nunca se había enfermado a excepción de esa vez que terminó en el hospital por caerse de un árbol para así acabar despertando esos recuerdos

Ajena a los pensamientos y recuerdos de Giyuu, la joven se había instalado en la cocina luego de meter rápidamente la ropa de su profesor en la secadora. Considerando que había caído en un estanque no muy profundo de agua fría y aguantando la brisa propia de la época, un baño de agua caliente y chocolate le harían bien

"¿Nee-san volverá pronto?"

Los ojos morados se cerraron con fuerza mientras movía su cabeza algo rápido negando aquellos vagos pensamientos pues no era como si estuviera haciendo algo malo, solo estaba ayudando a su profesor que por... su culpa, no tan culpa había caído en un estanque y ahora trataba de tomar responsabilidad por su acción

"Aunque..."

Sus largas pestañas negras cubrían como una tenue sombra sus ojos al ver como el agua comenzaba a burbujear indicando que ya estaba listo. Shinobu sacó una tasa y puso el liquido en ella mientras buscaba el chocolate, debía reconocer que estaba algo apenada pues al tomar las prendas masculinas percibió un suave aroma similar al romero y eucalipto

Aunque no quería reconocerlo... ¿realmente un hombre podía oler tan bien? Los tonos en rojo comenzaron a hacerse notar en sus mejillas al dejarse llevar por sus pensamientos, una parte de ella le decía que debía detenerse y otra que deseaba conocer y saber más de esa suave esencia, de quien era en si Tomioka Giyuu

— Ya no lo percibo —negó algo triste pues el único aroma que olía era el chocolate

— ¿Qué cosa? —inquirió una voz masculina a sus espaldas sorprendiéndola

— ¡¿Tomioka-sensei? ¡Ah...! —masculló al sentir como algunas gotas calientes caían sobre su mano

— Kocho ¿estás bien? —inquirió tomando su mano antes de llevarla consigo hasta el grifo y dejar que la fría agua cayera sobre la zona enrojecida— lo siento, no debí hablarte de repente

— No, está bien —en realidad se maldecía para sus adentros el sentirse así

"¿Por qué solo él...?"

La visión que se abría a sus ojos le resultaba encantadora pues desde ese lado podía apreciar los rasgos masculinos de su rostro, su cejas ligeramente fruncidas por la concentración, la comisura de sus labios levemente abiertos hasta llegar a su mentón, pero definitivamente sus profundos ojos azules eran un encanto

— Kocho ¿qué sucede? —cuestionó al ver que le miraba fijamente

— N...No, no es nada... —balbuceó sintiendo que sus mejillas le quemaban— ¿ya terminó?

— Si

— Bien ¿puede sentarse en la sala? Le llevaré la bebida enseguida —le pidió al temer que fuera capaz de escuchar los fuertes latidos de su corazón

Giyuu asintió en silencio y se dirigió al lugar para luego sentarse en el sillón más ancho, no pasó mucho para que la joven se hiciera presente con la bebida caliente que le había prometido. Al tomarla en sus manos dejó que un poco del calor se filtrara mientras soplaba suavemente antes de beberla con cuidado

Su joven estudiante le observaba en silencio sentada a pocos centímetros de él. Tomioka se preguntaba si acaso debía decir algo como "está delicioso" aunque nunca lo había hecho con una bebida, pero al menos debía agradecer que le estaba ayudando... al caer en cuenta de su última palabra los ojos azules algo inexpresivo adquirieron un suave brillo

La situación que se daba actualmente era como las que pasaron ambos hace tanto tiempo. Como un cazador había ocasiones en que Giyuu fue descuidado y le restaba importancia a heridas pequeñas como cortes, rasguños y demás, sin embargo Shinobu siempre le picaba su rostro u hombro antes de llevarle a su consultorio

— Tomioka-san, otra vez estás lastimado —suspiró la joven Pilar de Insecto

— Esto no es nada —le cortó restandole importancia

— Si lo es, cualquier herida puede infectarse y empeorar con el tiempo —le devolvió reflejando evidente preocupación en su rostro

— Trataré de no ser una molestia —Giyuu se reprendía por pensar que solo le daba problemas a su compañera

— Tomioka-san, si no le das la debida importancia a tus heridas no deberías pelear —negó Shinobu con una expresión seria— si estás débil y con dolor ¿cómo puedes asegurar que protegerás a otros?

— Yo-...

— Quizás puedes forzarte a hacerlo, pero habrá un momento en que ya no podrás y perderás una vida o quizás la tuya —añadió limpiando suavemente un corte en su mejilla— como Pilar debes dar ejemplo a los demás para no preocuparles y causarles temor, ellos confían en nosotros ¿si?

— Entiendo.

Ahora le resultaba irónico que tras esa leve reprendida comenzara a cuidarse más así mismo y con el paso del tiempo por cosas extrañas del destino terminó dandole el mismo consejo a Hashibira Inosuke aunque sus palabras y acciones fueron frías y directas a diferencia de Shinobu, quien le habló con calma y una sonrisa que decía que la próxima vez que sucediera lo ataría en la camilla

"Tomioka-san"

— Tomioka-sensei ¿en qué está pensando? —le devolvió la joven a la realidad con aquella pregunta tocando levemente su frente— no parece tener fiebre

— Solo... recordaba a alguien que conocí hace mucho tiempo

— ¿Cuándo era un niño?

— Tal vez, era una chica con un genio fuerte pero con el tiempo y las circunstancias fue cambiando hasta usar todos los días una gran sonrisa que no era real

— ¿Qué sucedió con ella?

— Quien sabe, mis memorias son borrosas pero ella... —titubeó un poco al vislumbrar brevemente la mirada de la joven con una sonrisa triste— era alguien tan efímero como una mariposa y hermosa...

Shinobu le escuchó en silencio mientras inconscientemente apretaba con sus manos la lisa tela de su kimono. Al verlo hablar de alguien más notó que su mirada había cambiado tiñéndose de un gran anhelo y nostalgia así como arrepentimiento, era fácil llegar a la conclusión de que esa chica era alguien importante en la vida de Tomioka y eso... dolió

— Siempre creo que la he estado buscando... —se permitió confesar Giyuu mirando fijamente a la joven— pero por alguna razón es difícil hallarla

— Ya veo... —susurró Shinobu al recordar que Giyuu desde un comienzo parecía intentar ver a alguien más en ella

"¿Acaso piensa que tengo un parecido con esa persona?"

— No debería buscar rasgos de ella en otras personas, Tomioka-sensei —soltó la pelimorada dibujando una sonrisa seca en su rostro

— ¿Qué?

— Tal vez su ropa ya esté seca —le cortó levantándose más fue detenida por la mano de Giyuu— ¿sucede algo?

— Creo que me estás malentendiendo Kocho —respondió mientras se levantaba para hacerle girar y quedar frente a él

— Ara, ara ¿por qué piensa eso?

— Me dio esa sensación

— Usted no me conoce

— Tal vez si

— Odio a los mentirosos

— Igual ya habías dicho que todos me odian, que uno más lo haga no hace mucha diferencia

— ¡¿Cuándo dije que yo lo odiaba?! —inquirió molesta

— Entonces no me odias —declaró Giyuu acercándose a ella

— ¡...! eso... —susurró cabizbaja tratando de contener su enojo

— Kocho, no me odias —repitió en tono que reflejaba victoria

— ¡Sacarlo de esa forma es trampa! —exclamó empujándole sin embargo Tomioka nunca soltó su agarre por lo que fue arrastrada también— auch...

Kocho Shinobu deseaba ser tragada por la tierra en esos momentos ¿acaso podía ser peor? Ella era pequeña y más débil que Tomioka, pero ¿había sido capaz de empujarle hacia el mueble? Incluso si lo había logrado la situación no mejoraba si ella también había sido arrastrada en la caída y por ende reposaba sobre su cuerpo

Giyuu no dijo nada sino que se quedó observándole con una mirada diferente a la usual mientras subía suavemente la palma que sostenía el brazo de la joven hasta llegar a la pequeña mano femenina y apretarla ligeramente. Su otro brazo tomó suavemente la cintura de Shinobu quien se sonrojó en respuesta por la repentina cercanía

— Tomioka-san... —susurró al sentir que no podía soportar aquellos profundos ojos azules mirarle con tanto anhelo

— ¡Shinobu, llegamos! —habló Kanae con una gran sonrisa antes de finalmente mirar la escena— ara...

— Shinobu-nee... —susurró Kanao totalmente sonrojada

— ¿Qué sucede Kanao? ¡¿Ah, Tomioka-sensei?! —Tanjiro estaba igual de rojo que su compañera

— ¡¿Ah?! ¿Dijiste Tomioka? —inquirió Shinazugawa también entrando en la casa— ¡¿que demonios?! ¡Tu idiota! ¡¿qué le haces a una alumna?!

Shinazugawa cruzó rápidamente la sala a fuertes zancadas mientras Shinobu se alejaba rápidamente y Giyuu ponía cara de completa confusión al ser zarandeado bruscamente por el peliblanco que tenía escrito en toda su cara "mereces morir". Kanae al ver que la situación podría empeorar se acercó para separarlos

— Espera, Shinazugawa-san, quizás hay una explicación —intentó mediar la joven profesora mirando a Shinobu

— ¡Explicación un carajo! ¡Es un maestro! ¡Ni siquiera debería estar aquí! —renegó fulminando a Tomioka con la mirada— ¡por esto podrías ser despedido!

— Shinazugawa-san —le llamó Kanae con una dulce sonrisa que le hizo guardar silencio enseguida— es mejor que ambos nos expliquen —sentenció mientras Kanao y Tanjiro se mostraban de acuerdo

"No es como si encontraras a un profesor en bata de baño en tu casa todos los días"

Una vez que Shinobu y Giyuu explicaron la situación Kanao y Tanjiro soltaron un suspiro de alivio, Shinazugawa se quedó en silencio mientras murmuraba un "debiste decirlo antes, idiota" y finalmente Kanae que parecía un poco decepcionada ¿acaso la mayor de las Kocho esperaba algo más? La pelimorada no podía saberlo con certeza

El azabache al ver que ya todo estaba dicho procedió a retirarse para cambiar sus ropas pues ya se habían secado y pedir un taxi. Agradeció a Kanae y Shinobu además de despedirse pues sentía que habían pasado muchas cosas y necesitaba tomar un descanso. Una vez el taxi llegó y entró soltó un corto suspiro de alivio

— Cansado... —susurró dejando caer su rostro cerca del frío vidrio. sus párpados se sentían pesados y quizás se habría dormido de no percibir su celular vibrar

Sabito V.H

Makomo me comentó que estás enamorado

¡Por fin!

No lo estoy...

¡Un verdadero hombre no

niega sus sentimientos!

¿Exactamente como sabes

que quieres a alguien?

¿Qué es lo que sientes Giyuu?

Anhelo

Ya estás perdido

De sueño, si

Claro, sigue engañándote

Normalmente habría contestado algo, pero actualmente Giyuu se sentía muy cansado y solo quería dormir un poco mientras se dejaba llevar por la dulce sensación de percibir el cuerpo de la joven tan cerca como sus labios decorados por el rojo de sus mejillas junto a aquel tan característico ceño fruncido para ocultar su pena, más él no sabía que entre sus recuerdos aún faltaba una triste y cruel verdad

"Las pesadillas también pueden volverse una realidad"





¡Hola a todas y todos! Bienvenidos a un nuevo capítulo ^^ no diré mucho pues ando preparando varias cosas como una forma de disculparme por la demora ;-; al saber que ya estoy cerca por terminar este fanfic como que me dan ganas de no dejarlo ir y pues dudo mucho jajaja, pero poco a poco estoy avanzando y fijando los eventos así que ya casi todo está decidido solo queda escribirlo y dar lo mejor por resolver los asuntos pendientes que dejaron estos dos hace una vida

Att: Andysakurai15 

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