9:10

Su respiración era agitada y su corazón latía con fuerza. Las gotas de sudor resbalaban por su frente mientras sus pies se arqueaban de manera involuntaria.

—Aioros… Aioros… —murmuraba entre jadeos.

Sus dedos largos y firmes recorrían su propia hombría, moviéndose con un ritmo constante. Los gemidos rompían el silencio de la habitación, cada vez más audibles. Su espalda se tensaba con cada escalofrío que recorría su cuerpo, y su mano aceleraba el ritmo conforme el clímax se aproximaba.

—Carajo… Aioros… —susurró con la voz entrecortada, al borde del éxtasis.

—Te ves patético, Saga, masturbándote pensando en tu ex —se burló Kanon, irrumpiendo sin previo aviso en la habitación.

—¡Maldita sea Kanon! ¿Por qué no puedes tocar la puta puerta antes de entrar? —gritó furioso el gemelo mayor.

—Porque no me importa, además no esperaba traumatizarme viendo a mi hermano dándose “cariñitos”. Aunque, bueno... al menos comprobé que la tengo más grande que tú —respondió Kanon con una sonrisa burlona.

—Aun así, te gusta —contestó Saga.

—¿En serio? ¿De todo lo que podías decir, sales con eso? —replicó Kanon incómodo—. Hermano, esto es raro... ¿Dónde quedó Saga maestro del doble sentido y las respuestas ingeniosas?

—Déjame en paz, Kanon. Si solo viniste a burlarte, mejor vete. Además... ¿cómo carajos entras a mi casa? —preguntó Saga, visiblemente molesto.

—Me diste una copia de tus llaves, pendejo —respondió Kanon encogiéndose de hombros—. Además, mamá me pidió que viniera a verte. Está preocupada por ti.

—Y de qué te sirve tenerla más grande si, al final, eres tú al que le dan? —dijo Saga con una sonrisa burlona, recuperando algo de su actitud habitual.

Kanon puso los ojos en blanco.

—¿Sabes qué? Al diablo. Vine porque me preocupa que termines consumido por la tristeza, encerrado aquí, sin ver a nadie. No porque quiera discutir sobre quién la tiene más grande, claramente soy yo, no importa si me dan.

Saga bajó la mirada por un momento, dejando escapar un suspiro pesado.

—Gracias, Kanon… Aunque tienes una forma muy extraña de mostrar tu preocupación.

—Si bueno, ya sabes cómo soy, es culpa de papá, nunca nos enseñó a demostrar afecto, ya sabes cómo se puso cuando supimos que no era un alfa.

Kanon suspiro nostálgico agachando la cabeza.

—Es verdad, de todas formas agradezco que estés aquí, aunque nunca te lo digo, de verdad te quiero hermano—confesó el Geminni mayor con una cálida sonrisa.

—Wow, bueno...yo...también te quiero hermano, mucho, y... pues...dejaré que te vistas y no sé, creo que hablar de tus problemas te hará sentir mejor—titubeo Kanon saliendo de la habitación con torpeza.

—Gracias Kanon, y otra cosa, no vuelvas a entrar sin tocar ¿Si?—Murmuró Saga.

—Lo pensaré—Respondió Kanon con un guiño antes de perderse por el pasillo.

10:30

—Asi que podemos concluir que todo es culpa de papá —dijo el menor mientras se desparramaba en la silla.

—No Kanon, no podemos culpar de todo lo que nos pasa en la vida a papá, además, aún cuando el nos crío de esta forma, debí ser diferente a él, debí ser el Alfa que Aioros necesitaba, pero...no lo fui, y ahora parece que me olvidó tan fácilmente, creo que lo perdí para siempre—suspiro apoyándose en la silla mientras observaba entre las cortinas al castaño despidiendo a su nueva pareja en el edificio de enfrente.

—Bueno, todavía no están casados. Solo debes encontrar la forma de acercarte de nuevo.¡Ay Atlas! ¿Quién es el perro más bonito de todo el universo? —Kanon fue interrumpido por la mascota de Saga quien rasguñaba su brazo en busca de caricias.

Saga recordó con tristeza aquellos días donde ambos paseaban a Atlas y corrían en el parque, su mirada fija en su cachorro lo llevo a divagar.

—Si claro, y se perfectamente como hacerlo—sonrió satisfecho

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N/A: Así es, luego de desaparecer como 3 años volví, pq descubrí q hacer fics geis no es un pasatiempo, es un estilo de vida 🙏🏻

El capítulo es corto pero meh, creo que está bien para regresar.