-Cartas-

Advertencias: Spoilers del manga (arco actual).

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Cartas que hablan de ti, y presiento hablarán contigo.

Amanda, ¿Estás lista?— pregunto Kenji desde la puerta, vestía un traje negro sin corbata.

Ya voy— se dió un último vistazo al espejo, observando con detalle el colgante de su cuello.

Cuando llegó a la sala pudo ver a la abuela acomodar un ramo de flores blancas, parecían lirios. La mayor le sonrió, y apretó su mano con firmeza. Kenji estaba parado viéndolas, sintiendo el dolor de su hermana. Llegaron al recinto dónde ya estaban algunos conocidos, los chicos se acercaron a saludarla, y está apenas decía palabras completas.

Resistió bien, apretaba la mano de su hermanito, y este de vez en cuando sollozaba en voz alta. Kenji realmente le tomó mucho aprecio al novio de su hermana mayor, encontraba en él mucho apoyo que no siempre tienes en tus familiares, eran amigos. Terminó antes de lo que esperaban, las personas tenían expresiones tristes, pero en la cara de la castaña no había nada.

¿Qué se supone que haría.

Amanda— Mitsuya la llamó mientras está atravesaba la puerta—, ¿Cómo estás?.

—Debo estar bien— sonrió débilmente—. Tú te ves mal.

—Lo estoy...si quieres hablarlo...

—Lo sé, gracias, creo que ya debo irme— prácticamente escapó del de cabellos lilas.

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—¿Todavía no come bien? la voz del pelirrojo sonaba a través del teléfono fijo.

No, apenas toca la comida y vuelve a dormir, Nishimiya-san— el menor de los Suzuki estaba angustiado.

¿Crees que quiera verme? preguntó con dificultad—. Podría ir mañana mismo.

—Es temporada de exámenes— recargo su cabeza en la pared—. Amanda no quiere hablar con nadie, ni siquiera conmigo.

Necesita su espacio...

—¿Cuánto será suficiente?— mordió su labio sin saber que hacer.

No le pasará nada malo, pequeño. Necesita ayuda, pero si no quiere...de momento trata de convencerla para volver a la escuela, Nakamura es flexible pero si falta tanto, ni él podrá ayudarla.

—¿Vendrás a verla?.

—Claro, le diré a mi chica que me ausentaré, y el viernes ya estaré allá.

Gracias, de verdad espero que puedas convencerla.

Colgó y sirvió un poco de té, su abuela salió a ver a la madre de los menores. Amanda tenía día sin salir de casa, sus profesores comenzaban a llamar para saber su situación, no hablaba y dejó de sonreír.

Tocaron a la puerta, y Kenji corrió para dejar pasar a su abuela, su sorpresa fue ver qué se trataba de Mitsuya.

—Mitsuya-san, ¿Qué haces aquí?— se hizo a un lado para darle espacio. Lucía un poco más delgado, pero era él.

¿Puedo ver a tu hermana?— mostró que cargaba una caja de metal.

No creo que quiera tener visitas, puedes intentar— admitió en voz baja—. Está en su cuarto, te llevo.

Subieron y al estar cerca, Kenji tocó suavemente la puerta—. ¿Puedo pasar?.

—Adelante.

Abrió la puerta encontrando a la muchacha sentada en la cama, visiblemente más delgada, con ojeras remarcadas, y una mirada perdida.

Mitsuya-san está aquí— prendió la luz lastimando la vista de su hermana en el proceso—. Los dejaré solos.

Hola— caminó para tomar asiento junto a ella.

Hola— apenas podía mirarlo.

Dejo la pequeña caja de metal junto a sus piernas, la muchacha tembló levemente por el frío.

Son cartas que hablan de ti, y presiento hablarán contigo— sonrió de lado y acarició su cabeza—. Estaré abajo con tu hermano, debes leerlas sola.

Amanda espero hasta que saliera para bajar la mirada, no tenía idea de que era esa cosa, por un momento pensó que podría ser de Ken, pero se negaba a tomarla.

No seas cobarde— pellizco su brazo para darse valor.

Quitó la tapa encontrando un montón de hojas, algunas parecían notas, y otras tenían más texto. Tomó una y leyó el contenido, "Amanda no quiere que vuelva a pelear, está un poco enojada", leyo la siguiente, "Mordí el hombro de Amanda y se puso tan roja que quise hacerlo de nuevo".

"Kenji mencionó que su hermana lloro de alegría por las flores que le dí".

"Me gusta cuando compara el tamaño de nuestras manos, ella es tan pequeña".

Sus ojos chocolates se aguaron con facilidad cuando logro ver las cuencas de aquella pulsera que rompió jugando con Ken. Tocó una tomando una entre sus dedos tratando de contener un suspiro.

Siguió leyendo los papeles, algunos tenían cosas vergonzosas, otras un poco tontas, y divertidas. Sostuvo lo que parecía una hoja bastante vieja.

"Estimado Ken Ryuguji

En realidad no quería estar en este taller, pero si no lo hago reprobaré. Haré el mejor intento para que mis cartas sean entendibles, por favor no las quemes.

Mi comida favorita es el Chazuque, mi padre hace el mejor en todo Japón. Mi color favorito es el verde, como el del bosque.

Ya te dije dos cosas de mi, platícame alguna sobre ti. Espero que no te burles de mi, y puedas responder, de esto depende mi calificación.
Ten un buen día, y espero te encuentres bien.
-Amanda".

Manchó la hoja con gotas saladas que escurrían hasta la punta de su nariz, conservó cada carta que le envío estando en primer año, estaban todas, y sobre ellas algunos garabatos que eran una especie de respuestas que solo él podía leer. Sonrió antes de pegar la carta contra su pecho.

Tonto, maldito tonto— cerró los ojos con fuerza—. Te amo tanto, y lo haré aún si no estás aquí.

Se puso de pie guardando en un orden que creía conveniente cada folio. Antes de cerrarla puso una que tenía guardada entre dos libros.

"Eres la chica más bonita que conozco, eres inteligente, sensible y no soy capaz de ver algún defecto en ti, porque estoy enamorado. Sé que aún falta mucho por conocer del otro, me gustaría que sea saliendo, quiero disfrutar mis próximos años contigo, incluso si no es como resulta, estaré feliz si es contigo.

Me gustas Amanda, y creo que yo te gusto. Si decides rechazarme quisiera que olvidarás esto, pues prefiero ser un tonto enamorado no correspondido, que uno lejos de ti".

La carta con la que le hizo llegar algunas cosas que no pudo decir, pero que se vió en la necesidad de repetir cada día que pasaron juntos. Cerró la pequeña caja de metal y la acomodó en su escritorio, bajo las escaleras mientras secaba sus ojos, le costó pues se canso a la mitad del camino.

—¿Te sientes mal?— su hermano se puso de pie al verla entrar a la sala.

¡Gracias!— inclinó la cabeza frente a Takashi.

No es nada, de todas formas eran tuyas, no tuve la fortuna de leerlas, pero Ken las atesoraba con mucho cariño— sonrió dando un sorbo a su té.

—¿Quieres una taza?— su hermano moqueaba un poco.

Si, me gustaría pasar el resto del día con ustedes, pulguita— se puso recta, y abrazo a su hermano.

Gracias Mitsuya-san— aguantaba las ganas de llorar.

Oye, ella debería llorar— soltó una risita—. Ahora que podemos hablar, quisiera invitarte a una competencia, es de diseños, puedes llevar a tu hermano.

—Con gusto iré— sonó la nariz de su hermano que prácticamente gimoteaba.

Es en dos días. Debo demostrarle que soy capaz de seguir mis sueños, él querría eso— apretó sus labios temblorosos.

Seguro que ganarás— dejo unas palmaditas en la espalda de su hermano.

Gracias, podría diseñar algo para ti en el futuro...

La tarde estuvo lleno de risas, y algunos silencio extensos, no les importaba mucho, Kenji estaba tan feliz de que su hermana aceptará ayuda, no sabía que más hacer. Después de eso trataría de ser su hombro.

Amanda se despidió de Takashi con la promesa de verse en unos días, probablemente vería a los demás chicos dándole ánimos a Taka-chan. Se dejó caer en el sillón junto a su hermano.

¿Quieres ver una película?— pregunto el muchacho.

No, prefiero quedarme así— Kenji sintió su hombro húmedo.

Nishimiya-san vendrá el viernes— recargó su cabeza sobre la de su hermana—. Te quiero mucho, Amanda, quisiera que no sintieras dolor.

Tranquilo, ahora solo quiero seguir con mis sueños, creo que es una buena manera de sentirlo cerca.

Tienes derecho a llorar más si quieres hacerlo.

La más baja asintió y fue envuelta en los brazos de su hermano, que curioso, ella siempre sintió que él la protegía más que ella a él. Pequeños quejidos salían de su boca mientras repetía lo mucho que extrañaría a Ken.




Aquí está el primer final (el más parecido al canónico), yo puse esa frase desde el primer capítulo porque no sería una historia completamente feliz.

Mañana subo el final alternativo. En fin, Tenko es el amigo que merecemos.

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