2;; Soobin

–Entonces, ¿Conseguiste algún amigo? –Habló su padre alfa dejando a un lado de su plato el periódico que llevaba en manos.

Kai sólo se sentó en su silla y recargo sus codos en la mesa con una mirada notablemente triste –No creo que quiera jugar conmigo...

Su padre miró a su madre y está solamente no sabía que responder.

–Entonces hablaste con los nuevos vecinos –Sonrió tratando de animar a su pequeño cachorro, pero eso no ayudó.

Kai se encogió sobre la mesa y dejó salir un suspiro –Se llama YeonJun...

–¿Y que te dijo YeonJun bebé? –Está vez su madre preguntó acercándose a la mesa y poniendo un plato de Waffles frente al niño.

–Avente mi pelota y el me la regresó... Pero no quizo hablar mas conmigo por que su mamá lo llamó –

–Oh entonces debe ser por eso pequeño –Acarició sus cabellos ganándose un pequeño ronroneo de su hijo–No te pongas triste, ya habrá otra ocasión.

Kai asintió y tomó sus palillos para empezar a comer aquel Waffle.

🍓

–Bienvenidos –La señora frente a la puerta se acercó abrazando a la que estaba en el umbral –Me alegra volver a verte amiga –Sonrió.

–A mí también Jisoo, es un gusto estar aquí. Ya sabes, necesitamos hacer esto por ellos –Apuntó hacia los dos niños. La alfa frente a él asintió.

–Claro. Ya lo platicaremos adentro, pasa, pasa. Deja que se conozcan los muchachos –Tomó de la espalda a la alfa que rompió el abrazo y ambas caminaron hacia la puerta entrando a la Gran casa.

Por otro lado YeonJun solo se encontraba sentado sobre una amaca fuera de su casa, sin saber que hacer ya que su madre no le dejaba jugar con niños. Pará su madre el, ya tenía dueño. Y aunque no lo entendiera, estaba feliz de que llegara aquel niño de azabaches negros, ropa formal y un aroma muy fuerte a pino.

El niño aquel divisaba el lugar con sus dos manos dentro de su bolsillo. Hasta topar su dura mirada con la de aquel chico. Frunció su ceño y luego la corvatura de su boca.

–¿Tú eres YeonJun? –Preguntó casi gritando.

–S-sí, soy yo... –Contestó tímidamente haciendo un pequeño campo sobre la amaca para dejar que aquel chico se sentará.

Sus pies empezaron a temblar y pasó saliva en su boca –Mi nombre es Choi Soobin. Tengo 15 años y soy un alfa –.

YeonJun le miró un poco interesado. Sabía que era un alfa, pero nunca había visto otro después de sus madres. Sonrió, pero aquella sonrisa no fue correspondida.

–Mira YeonJun. Te conozco y se por qué estoy aquí. De una vez quiero decirte que no estoy interesado en ti. Solo debemos cumplir esto y ya, no pidas más –Se acercó quedando centímetros de la cara del más pequeño –Y sobre todo... Deberás hacer caso a lo que te ordene.

YeonJun hubiera llorado por aquel tono sombrío sino fuera por una pelota revoloteando sobre los aires. Era ese niño de aura infantil, linda y noble. Sonrió y apretó sus pantalones, tenía demasiadas ganas de ir y jugar. Divertirse cómo otros niños...

–¿Él quien es? –Preguntó Soobin mirando hacia el niño que jugaba con su pelota.

Choi solamente negó en responder recibiendo una dura mirada del alfa –Bueno, no me interesa. No quiero que juegues con él. Ni con nadie. –Habló autoritario.

Y YeonJun, sólo jugaría con Kai en sus sueños.

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