°.Capítulos cortos.°

«Bruno, ayúdame»

Una figura masculina se encaminaba de manera peligrosa hacia la mujer que yacía en el suelo, desvaneciendose antes de que pudiese llegar a ella.

«¡Salvame!»

Se pudo ver a él mismo y aquella mujer a una gran distancia, ella extendía sus manos hacia él como si quisiera alcanzarlo, pero su esfuerzo era inútil y parecía alejarse más y más.

Bruno despertó de su sueño, mirando hacia el techo sin comprender absolutamente nada de lo que acababa de soñar.

—Esto es raro.— Murmuró perplejo.

El eco de su puerta siendo golpeada le hizo reaccionar.

» ¡Buenos días tío Bruno! ¡El desayuno está listo!.

Exclamó una voz lejana, era Mirabel.

El menor de los trillizos Madrigal se levantó de su lugar, dandose cuenta de que, efectivamente, ya era un nuevo día. Suspiró cansado, frotando sus ojos antes de levantarse de la cama y dirgirse escaleras abajo para desayunar.

Mientras caminaba varias de sus ratas mascotas bajaron de la misma cama y comenzaron a seguirlo, notando como un pedazo de loza verde brillante reposaba en el suelo, siendo este absorbido por la arena del cuarto poco a poco hasta ser oculta debajo de la cama.

Editado
30/01/2022