Capítulo 15
Daniel
Toco por todas partes de mi cuerpo intentando notar si todo está aquí. Las llaves, la cartera, el bastón, gafas en mi cara... ¿mi móvil? Busco por encima de los muebles intentando sentirlo por algún lugar y me dirijo a la cama a ver si tengo mejor suerte. Trepo sobre ella intentado encontrarlo hasta que escucho la puerta de mi habitación abriéndose.
—¿Todo bien, cariño? —el tono suave de mi madre me hace sonreír.
Me acomodo en la esquina de la cama y siento como el colchón se aplasta a mi lado dándome a ver que mi madre se ha sentado a mi lado.
—Dime que has visto mi móvil. —Su risa entrecortada me hace fruncir el ceño. Toma mi mano izquierda con cuidado y coloca el móvil en esta—. Pensé que ya lo había tirado.
—¿Estás seguro que salir a esta hora es una buena idea?
—Estoy seguro de querer salir con ella —admito corto y le dedico una de mis mejores sonrisas.
Su mano toca mi pelo con cuidado de un lado a otro y un beso en la mejilla me sobresalta por unos segundos-. Estoy segura que será todo un éxito. Estás muy guapo.
—¿En serio lo crees?
—Por supuesto. —El timbre hace que nos sobresaltemos y siento como el colchón vuelve a su posición original— . Ya el taxi debe estar ahí. Hay que bajar.
Asiento y me levanto con cuidado, camino hacia la puerta para así apoyarme en la pared y bajar la escalera poco a poco. Llego con calma hasta la puerta, carraspeo antes de tomar aire. Joder, que nervioso estoy. Acerco mi mano hacia donde posiblemente esté el picaporte, lo tomo y giro para así abrir.
—¡Buenas tardes! ¿Alguien pidió un Uber? —escucho la voz de quizás un hombre joven. No se pasa de unos posibles treinta y cinco.
—Sí, fui yo. ¿Me das unos segundos para ir a buscar a mi chica? —Mi chica...
—Por supuesto. Tomate tu tiempo, aún no llevamos atraso.
Camino decidido a través de la puerta, y como ya me es costumbre camino hacia la casa de los Henry. Acaricio la pared para encontrar el timbre y segundos después de haberlo oprimido escucho la puerta abrirse.
—¡Estoy lista! —Suelto una pequeña risilla al escucharla tan dispuesta.
—Pues que bien porque el Uber nos espera.
—¿Uber? —le tiendo mi mano para que ceda la suya. Al notarla jalo de ella y comenzamos a caminar hacia mi casa.
La guío hasta la posible acera de mi porche y la agarro de la cintura con confianza para después escuchar al hombre riendo divertido.
—Veo que andas bien acompañada —escucho que va dirigido a Zoe y la aprieto más contra mí antes de poner una sonrisa sarcástica.
—Nos podemos ir ya.
No ha sido una pregunta, lo he demandado sintiendo a la chica separarse de mí. Zoe agarra mi mano suavemente y caminamos hacia el final de la acera dónde seguramente se encuentra aparcado el taxi. Escucho su puerta abrirse y siento como me empuja con cuidado hacia adentro. Me acomodo en el asiento trasero y después de mí ella. Su perfume dulce llena todo el ambiente y sonrío por inercia.
—¿A dónde vamos? —escucho su pregunta algo nerviosa y rebusco su mano antes de contestar.
—Sé que te encantará. —La puerta delantera se cierra de momento y carraspeo antes de indicarle a donde ir—. Vamos al puerto.
—Entendido —Se abstiene a decir y nuestro agarre se intensifica por parte de ella.
—¿Al puerto?
Coloco mi dedo índice sobre mis labios y escucho un bufido de su parte que me causa gracia. El resto del camino nos mantenemos en silencio. Siento como los nervios me carcomen, haciéndome sentir como un flan. Intento por todos los medios no comenzar a balbucir y meter la pata con ella. Sé que no hemos oficializado aún nuestra relación, y he pensado hacerlo hoy. El único problema es, ¿y si ella no quiere eso? ¿Qué tal si no quiere tener algo serio conmigo?
La inercia hace que me corra hacia delante al sentir como el auto frena de repente.
—Hemos llegado. No sabía que ya había empezado la feria. Eso fue astuto. —Río ante la sinceridad del conductor y me inclino hacia delante para pagarle—. Oh, no hace falta. No se las cobraré.
—Pero...
—Digamos que es mi regalo de esta noche. —asiento apenado y escucho la puerta a mi lado abrirse. La mano de Zoe agarra la mía nuevamente y me indica cómo salir con paciencia.
El ruido de la feria se escuchaba demasiado cerca y claros, el olor a comida envolvía asombrosamente todo el lugar y eso que estamos al aire libre. Agradecimos al conductor y comenzamos a caminar en línea recta, imagino que derecho a la feria.
—¿Y bien? ¿Qué tienes pensado?— escucho el entusiasmo en su voz, al igual que los nervios.
—Caminemos a la glorieta.
Comienza a jalarme por el brazo y entre risas vamos dando tumbos hasta llegar lo más cerca posible a la glorieta que está en el medio de todo. El sonido del mar nos envuelve al igual que el olor; siento como el agarre de Zoe me reconforta y aunque nunca la he podido ver de verdad sé que debe ser una chica estupenda, ¿no es verdad?
—¿Quieres sentarte?
—¿Ya estás cansada? —interrogo divertido y escucho su risa por arriba del tumulto.
—No, pero quisiera saber qué es lo que deseas hacer sentados que es mejor que estar parados aquí.
Asiento divertida mientras me guía a uno de los bancos más cercanos a nosotros. Toqueteo con nerviosismo el asiento y me tiro hacia él soltando un suspiro cansado.
—¿Tienes algo que decirme?
Tenso mi cuerpo al escucharla y hecho la cabeza hacia arriba. ¿Tanto me conoce?
—¿Cómo lo sabes?
—La feria, el muelle, nosotros solos en la noche; o me escondes algo o me tienes algo que contar. —Alza la voz para hacerse oír por encima de la música y asiento ante eso.
—¿Quieres ser mi novia? —Suelto nervioso y comienzo a sufrir por adelantado de su respuesta.
Junto mis manos que sudan como si las tuviera completamente mojadas. Mi cabeza gira hacia el lado donde ella se encuentra y de un momento a otro siento sus labios en los míos haciendo que suelte un suspiro al sentirla tan cerca.
Entreabre su boca haciendo que nuestras lenguas se toquen y comiencen algún tipo de baile que solamente ambos podemos dirigir. Llevo mi mano torpemente hacia su espalda baja pegándola más hacia mí y escucho una pequeña risa entre mis labios.
—¿Nos vamos ya? —pregunta antes de volverme a besar con intensidad haciendo que me demore unos segundos en responder.
—Vámonos ya.
Saco mi móvil y le pido que marque el número del conductor del Uber avisándole que ya hemos terminado aquí. Nos contesta que quizás se demore unos veinte minutos así que decidimos levantarnos y caminar hacia donde mismo nos habían dejado en un principio. Apoyamos nuestros cuerpos en uno de los puestos que había de comida, siento como Zoe se despega de esta y se posiciona delante de mí antes de volver a besarme.
Esta vez había más, mucho que más que un simple beso tímido o de emoción. Nuestras lenguas chocaban unas con otras sin ningún tipo de vergüenza y los besos sonaban por encima de nuestras respiraciones. La agarro por la cintura y jalo de ella para pegarla más a mí. Un pequeño gemido se escapa de sus labios en el momento que siente mi erección golpear en la parte baja de su estómago. Muevo una de mis manos hacia su parte baja quitando su vestido en medio y presiono en su punto, sintiéndola tan húmeda incluso por encima de su ropa interior.
—Joder, Zoe... —Atrapo nuevamente sus labios mientras retiro con mis dedos su braga para comenzar a mover en círculos sobre su intimidad.
Los gemidos de mi chica cada vez me descontrolan más. Puedo notar como rota y mueve sus caderas para que cada vez sea más intenso hasta que escuchamos el sonido del claxon de un vehículo. Ambos nos miramos fijamente a los ojos y sabíamos que en algún momento este día debía llegar. Caminamos-casi corriendo- excitados hacia el auto y dentro de este objetamos que podían regresarnos a casa.
En el camino podía sentir su mano jugueteando por mi entrepierna mientras intentaba controlarme para no terminarla follando aquí mismo en el Uber. Al llegar bajamos lo más rápido que pudimos y esta vez sí pagamos al no ser el mismo conductor. Entre besos y pasos un poco atontados pudimos llegar hacia la puerta apoyando a Zoe en esta.
—¿Quieres entrar? Mi madre seguro estará durmiendo —digo insinuando claramente lo que quería. ¡Lo que queríamos, joder! Los últimos años han estado tan cargados de tensión sexual entre ambos que las ganas no nos faltan.
Las sentimos en los besos, en cómo nos tocamos, en cómo gemimos en los labios del otro. Nunca había sentido tanto dolor al no poder ver algo, al no poder verla a ella. Pero esta vez es diferente, esta vez no me hace falta verla, solamente necesito sentirla, conmigo adentro y pensando incontables veces las razones del por qué no había ocurrido antes.
••••
¡Hey! Quiero agradecer a todos los que le están dando una oportunidad a Zoe, es muy importante para mí sus vistas, likes e incluso los mensajes para que actualice. Me motivan bastante a continuarla porque así se que os está gustando.
Bueno a lo que vine para así no aburrirlos. Como pueden ver este ha sido un capítulo cargadito de amor y algo más .-. Por eso he decidido preguntarles como es que quieren continuarlo.
¿Desean que les haga un capítulo +18 narrando cómo les fue la noche a estos chicos?
¿Desean que no haga esas injurias del señor y que continúe la historia hacia el día siguiente sin que les relate nada?
¿Desean que los chicos no caigan en el pecado y que sigan vírgenes hasta que crezcan más? O sea que no se acuesten ni en el siguiente capítulo ni en otro más arriba.
¡Los leo! Es muy importante para mí conocer su respuestas. Tengo las tres ideas para el capítulo bastante cargadas, así que no se quedarán sin él, pero no me acabo de decidir cuál debería utilizar.
¿Cuál quisieran ustedes? ¡Espero sus respuestas!❤
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