Capituló 5: Encuentro inesperado

Narró yo:

Eran cerca de las 8 de la noche, Rengoku había despertado y ahora mismo se encontraba comiendo el pequeño plato de yakitori que le había dejado su mejor amigo y compañero de piso durante esos meses.

Fue donde recibió una llamada de su mejor amiga y antigua estudiante: Kanroji Mitsuri.
No tardo en contestar, le encantaba hablar con esa chica, en especial por el gran ánimo y alegría que permanecían en su voz siempre que hablaban juntos. Pero esta vez no fue así...

Mitsuri había llamado para informar que Uzui había sido atacado durante esa misma noche, unas cuantas horas atrás. Y actualmente se encontraba camino al hospital para revisar que las leves heridas que tenía no fueran de gravedad y no pudieran poner en riesgo al joven de más de 1,90.

Narra Rengoku:

En cuanto escuche a mi ex-compañera decir eso salí corriendo hacia el hospital. Tenía un saco de Uzui, el que normalmente llevaba a la escuela, uno gris que me quedaba bastante grande en realidad. Pero en ese momento no me importaba; pedí un taxi y llegué lo más rápido posible al hospital. Allí estaban Mitsuri e Iguro, al parecer esperando los resultados de Uzui.

Fui hasta donde se encontraban ellos y me senté a un lado de Mitsuri, me explicaron la situación.

Uzui había sido golpeado en la cabeza con unas varas y también tenía pequeños cortes por todo el cuerpo; brazos, piernas, torso, cuello, cara y me da miedo imaginar otros lugares.

Estuvimos bastante tiempo esperando, aproximadamente hora y media o incluso dos horas, no vi mi teléfono por miedo a terminar poniéndome ansioso gracias a él.

Luego de un tiempo salió un doctor a decirnos quien entraría a ver a Uzui. Mitsuri e Iguro dijeron que era mejor que yo fuera, ya que era el que más confianza tenía junto a él y teníamos que saber cómo le pasó eso, ya que según Mitsuri, apenas lograron ver cómo alguien salía corriendo lejos de Uzui luego de caer al suelo.

Al entrar, lo primero que pudo observar Rengoku fue a su mejor amigo y compañero de aventuras, echado en esa cama con la cara pálida, lagrimas acumuladas en al parte inferior de sus ojos, sus pupilas algo dilatadas por la luz que caía directamente a sus ojos por el foco que se encontraba en el techo de la habitación.

Solo pudo sentirse mal por no haber llegado antes a ayudar a su amigo o por no haber estado cuando eso ocurrió, en especial, porque estaba seguro de quien fue dicha persona que arremetió contra una de las personas a las que más quería y admiraba.

—Akaza...— Dijo con un odio en su voz, era imposible para el rubio no mantener rencor hacia el chico que logró atormentar sus sueños durante tanto tiempo en la escuela secundaria.

Uzui simplemente podía verlo sin hacer más, debido a que perdió mucha sangre se encontraba débil, y no podría hacer mucho hacia su pareja.

Aunque este tuviera distintas máquinas y una pesadez increíble en el cuerpo, movió su mano derecha hasta llegar a la de su mejor amigo, la sostuvo con poca fuerza, pero si la suficiente para que Rengoku dejara todo mal pensamiento que en ese momento podría estar abarcando por su mente.

Rengoku al sentir el tacto en su mano izquierda  miró al dueño de esta acción, el peli Plata solo le dedicó una débil sonrisa que lo hizo llenarse de tantos sentimientos que no hubiera pensado sentir en algún momento.

Dejo de verlo como un amigo, un colega o un compañero más. Pero eso aún no lo sabía, así que lo dejo pasar y simplemente apretó la mano del chico a su lado para luego mirarlo a los ojos, y dedicarle esa leve sonrisa, que aunque fuera pequeña, al extravagante hombre le encantaba.

Sin embargo, luego escucharon unos golpes en la puerta.

—Que cagada—Pensó Uzui en el momento en el que escuchó la puerta. Miro a Rengoku y este también parecía haber pensado lo mismo, ya que se encontraba viendo la puerta con una ligera molestia en su rostro.

—Adelante—Los dos chicos estaban expectantes a quien podría haber arruinado su bello momento que ahora se encontraba perdido entre líneas pequeñas que se formaban poco a poco entre sus mentes.

Rengoku quedó estático, no podía moverse, no podía hablar, incluso se le dificultaba respirar. Ya que no esperaba ver pasar a esa mujer de cabellos burdeos que complementaban levemente con sus orbes celestes y con tonos violetas.

Empezó a sudar frío, su ritmo cardíaco se aceleraba de a poco, le costaba respirar, y también comenzó a temblar levemente.

Uzui apretó un poco la mano de su amigo, sabía que verla a ella le estaba afectando, así que aunque no pudiera protegerlo físicamente en ese momento, al menos haría el intento por evitar que su mente se revuelva en un caos inimaginable para el.

Ambos apretaron el agarre de sus manos más de lo que ya lo habían echo anteriormente. Definitivamente no esperaban ver a Karin pasar por esa puerta.

—Hola..—Karin, con su voz suave pero a la vez algo ruda, pero que hoy sonaba muy avergonzada y tímida, para la sorpresa de los hombres en la habitación.

—¿Qué haces aquí?—Siseo Rengoku entre dientes tratando de mantener la compostura en ese momento.

—¿Acaso no puedo venir a ver cómo está el mejor amigo de mi prometido?—Dijo con voz un tanto burlona, parecía que esa timidez de antes se le había esfumado de la misma manera en la que hizo ella el día de su boda.

—bien que no pudiste pasar el día de tu boda eh—Pensó Uzui al escuchar a la peli-burdea—No quiero tú visita, así que lárgate de una vez, me da dolor de cabeza solo escuchar tu asquerosa voz— Dijo en un tono seco y dominante para que Karin entendiera lo fastidiado que se encontraba con su visita.

—Está bien, igual quería hablar contigo..Kyo~— El tono con el que dijo ese apodo le desagradó demasiado a los dos chicos. Parecía un tono amable y tierno, pero que podría cortarte en tan solo unos segundos de escucharlo.

Luego de eso entro el chico de cabellos rosas, Hakuji o mejor conocido como Akaza, Rengoku solo pudo quitar la mirada de ese lugar, no quería ver al peli rosa ni en pintura, aunque sabía que era inevitable.

—Tenemos que irnos Karin, Hunter dice que si no nos apuramos, no llegaremos a tiempo a la frontera— El chico de las marcas solo dijo eso para luego retirarse sin si quiera mirar quien más se encontraba en esa habitación.

Karin únicamente suspiró y subió la mano en manera de despedida, no fue respondida con más que feas miradas de parte de los dos chicos. Y al salir también con la fulminante mirada de Obanai y Kanroji.

Solo se quedó callada y salió junto a Akaza del hospital, y ambos subieron a una furgoneta negra con rayas azules y estampados pequeños con formas de distintos animales o personas.

Rengoku cuando supo que ya no estaban allí ninguno de los dos chicos que traían chaquetas de cuero, soltó un gran suspiro y se dejó caer en ese espacio de la camilla que quedaba Justo al lado de la caderade su mejor amigo. Allí solo pudo cubrir su cara con sus manos y tratar de evitar que unas gruesas lágrimas salieran de sus orbes dorados.

Tengen se limitó a sentarse en la camilla, acomodándose recostado en la pared, y a ayudar a calmar a su amigo, sabía que podría estar sufriendo bastante, vio a la persona que lo abandonó en el altar hace varios meses atrás.

Kyojuro se recostó un poco en el pecho de Uzui, sin hacer tanta fuerza ya que este seguía algo malherido.

Mientras Uzui lo ponía sobre sus piernas, para así tener una mejor comodidad los dos. Pasaron varios minutos en los que Rengoku se limitaba a soltar pequeños sollozos y suspiros en el pecho de este.

Luego de que ambos se calmaran un poco más se separaron. Rengoku tenía lágrimas en los ojos y también los tenía algo hinchados, eso quitando que se encontraba sonrojado por haber llorado en el pecho de Uzui tanto tiempo, le traía algo de nostalgia por lo qué pasó el día de su boda, pero seguía dándole vergüenza, en especial por los sentimientos que al parecer no comprendía.

Pasó un buen rato, Uzui y Rengoku quedaron dormidos los dos sobre la camilla, casi abrazándose el uno al otro, si no fuera porque Rengoku insistió en que debía tener espacio con Uzui para no lastimarlo más.



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Se que me tarde mucho con este capituló! Por favor perdónenme, pero me queda menos de una semana en vacaciones y la verdad he estado muy ocupada arreglando todo lo de mis clases.
Además de que mi poca inspiración se había quedado más seca que un desierto en verano.
Jaaa, metáforas de abuelos.

En fin, tratare de hacer el próximo capituló mejor y más pronto, es que de verdad me ha ido mal con la inspiración. Pero apenas pueda actualizare!

Recuerden hidratarse muy bien y cuídense mucho.

Hasta pronto!

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