Extra IV

—El trabajo parece no terminar... —Killua está entre enormes pilas de papeles, sobre las cuales estaban escritos los pecados de los que caían en el infierno. Debía firmarlos y colocar pegatinas en cada uno sobre sus castigos. No le prestó atención a que su secretario tocó la puerta hasta que logró verlo asomándose entre las hojas. —Se-señor... —el pequeño demonio se presenta temeroso. —Tiene visitas...

Tras la puerta, enajenado mirando los cuadros del alargado pasillo se encuentra Gon, vestido de forma bastante formal para lo que acostumbra.—Puede pasar señor Zoldyck— Le susurra bajito el secretario que lo guío hasta allí.—Gracias— Manos a su espalda con una sonrisa pasa campante por la puerta.La puerta es cerrada con su cola.—Me llamó señor Zoldyck, eso sonó muy bonito— Un pequeño sonrojo al ver a su esposo estaba bastante sorprendido de su presencia en la oficina. —¿Cómo estás, Killu? —se acercó a él.

—Mi amor, no pensé que vendrías a visitarme. —se levanta de la silla para saludarlo. Con los brazos abiertos y una sonrisa de tonto en la cara. Le quedaba hermoso ese traje. Mientras, él usaba algo menos elegante. Solo sus pantalones y sin camisa. Porque así podía estar en su propia zona de trabajo.

Gon no estaba mirando precisamente el pecho descubierto cuando fue alzado en un abrazo cariñoso, — "Trae sus viejos lentes" — Le fue devolviendo el afecto poco a poco, casi reaccionando al hecho, — "¡Trae sus viejos lentes puestos!" — Chilla internamente al tenerlo cerca pidiendo un beso.

Se lo da.

—Tengo algo que mostrarte y no pude esperar a mañana. —sus pies no están en el suelo aún, —Pero estás mucho más ocupado de lo que pensé. —le cuesta mirarlo a la cara, así que sigue dibujando círculos en sus pectorales con el dedo, —¿Qué son todas esas hojas?, son muchas pilas. —mira el escritorio.

—¿Mostrarme algo? —muestra su interés, moviendo su cola de lado a lado. Gon tenía mucha ropa encima y eso era nuevo.

Después de besarlo, también en los cuernos y mejillas le explica: —Son mis pecadores. Debo archivar cada cosa que han hecho para mantener un reporte. Se ha hecho de esta manera desde hace siglos. Así que es agotador. —se sienta en el escritorio y lo llama con su dedo índice para que se siente en sus piernas.

Gon extiende sus alas y rápidamente le hace caso, como niño consentido recibe un beso como premio, no puede ver nada más que hojas, —Guao. —extrañado de los colores distintos de las hojas, de las pegatinas con zonas diferentes del infierno y los varios selladores distintos, toma alguna de esas cosas y las observa, —Son muchas, ¿cómo los archivas...? ¿Debes leer todo e ir haciendo pilas de papel? —su mente no entiende mucho.

Killua toma una de las hojas, en brillante color negro, se acomoda los lentes, — "Demasiado guapo" —, dispuesto a explicarle al mayor lo que sucedía.

—Sí, debo empezar a leer cada uno y entonces tomar una decisión dependiendo de lo que hicieron. De ahí se van a una carpeta y los demonios lo que hacen es guardarlo. —le comenta orgulloso, ya que hacía todo con paciencia. 

Le acaricia la espalda y solo como juego toma la cola y juega, hace que se la llevará a la boca. Eso le hace pensar en algo. —Aún no han llegado los resultados de tu embarazo...

Gon quita la mirada de la cara de Killua, sus ojitos brillaban, juega con los pies en el aire, la felicidad se nota en el aire, —A eso venía justamente. —sonríe, toma la mano de su esposo y por simple amor, le da un beso en la muñeca, —Somos padres Killua. —antes de que el albino se emocioné lo detiene con la mano alzada, —Y adivina que... ¡Es una niña! —alza los brazos festejando, en su bolsillo traía una pequeña ecografía que Leorio le había hecho, difícil de ver.

El albino no reacciona. Se queda mirándolo sin entender muy bien lo que estaba pasando. Observa a Gon sin poder procesar nada. —¿De verdad? Eh... ¡¿Cu-cuándo fuiste?! —empieza a sudar por los nervios, estaba pasando de verdad. El pobre demonio está perdido en sus pensamientos.

—Bueno, estabas muy ocupado, así que me aburrí y eso llevó a que me ponga muy ansioso. —se rasca la nuca, avergonzado, —Hable con Kurapika, fuimos está semana, él me hizo el ultrasonido. —juega feliz con sus dedos. Killua le toca el vientre con la mano entera, el pobre parecía que iba a llorar.

—En realidad fue innecesario ir en este momento, es más, Leorio me dijo que si este fuese el mundo humano hubiese tenido que esperar un poco más para saber que es una niña. —se ríe con nervios, atolondrado como es, no pensó mucho. —Es más... Leorio me dijo: "Lukia crecerá fuerte y seguramente sea un íncubo como tú, los genes de Killua son difíciles de transmitir..." aunque no sé a qué se refiere con eso exactamente. —le acomoda los lentes desordenados al más alto y besa el puente de su nariz

Killua solo repetía en su cabeza "niña" "íncubo" "paternidad". Al fin puede moverse al pensar tanto, le da muchos besos a Gon y sin querer con su cola al levantarlo y cargarlo deja caer varias hojas. 

—Estoy tan feliz... —suspira aliviado, todos esos días comiéndose las uñas se habían acabado. Pega la oreja en el vientre de Gon. —Va a nacer bella y sana porque tendrá un papá que le chupara la energía al otro para eso. —Hace pucheros mientras solloza.

— "Ah, también debo preguntarle a Leorio sobre eso, no quiero matar a Killua solo por hambre" — Este le deja varios besitos en la panza, aún completamente plana, —Va a nacer fuerte y bella porque tú eres su papá, el hombre más fuerte y guapo. —un poco de cursilería, parecía que soltaban flores y caramelos al aire.

A Gon no le importaban mucho las hojas en el suelo.

—Así que será un demonio de tu especie... No ha nacido y ya me siento sobre protector. Quiero ver cómo sería... —vuelven a sentarse, Killua tiene cuidado con sus prominentes cuernos de lastimar a su esposo. —Ese trío valió la pena. —le dice sugerente.

—Y aún con todo eso, no tendrá casi ninguno de tus rasgos. —se molesta, para Gon, Killua es el ser más hermoso del mundo, quería que sus hijos sean pequeñas copias de él, se imagina peinando sus cabellos blancos en la mañana, cruza los brazos, —Resulta que mis genes son muy fuertes. —un puchero pronunciado, su esposo ríe por ello.

—No importa, si se parecen a mi entonces te amará sin dudarlo. — brillitos a su alrededor, al voltear y ver el sonrojo en su esposo, combinado con los estúpidos lentes de pasta cuadrados traga duro.

—Bueno... Es que por tu color de cabello y piel eres dominante, por eso no hay muchos albinos en el mundo. Son muy raros. —Killua comenta y nota la mirada intensa que le da su marido. —Amor... ¿Pasa algo? —siente un escalofrío por eso, un deja vu de cuando se conocieron.

—¿Por qué traes puestos tus viejos lentes? —es directo y pasa un brazo por los hombros pálidos para acercarse. —Creí que tú visión se había reparado cuando te transformaste en Satán. —le quita las gafas para mirarlos de cerca, aún tenían el cristal grueso.

—Es que, se me cansa la vista por estar tanto tiempo leyendo y nunca los termine por tirar a la basura. —los ojos de Gon se ven enormes detrás del cristal y por eso se ríe. —¿Me siguen quedando bien?

Gon se los vuelve a colocar y sonríe de medio lado, —Me dan ganas de comerte desde que entre, pero tengo un autocontrol envidiable. —orgulloso de sí mismo hincha el pecho con una gran bocanada de aire.

Si esposo le devuelve la sonrisa, —Me trae recuerdos... —el dedo índice bajo la barbilla del más jóven.

—Nooo... No te detengas, quiero tus besitos. —lo apachurra contra su cuerpo. Killua también tenía unos bien dotados pectorales, toca su cuerpo con cuidado y las alas del íncubo se contraen por eso. La cola oscura se enrolla en su pierna. —Yo también quiero comerte. ¿No quieres pasar un buen rato con Satán?

Gon estaba por asentir muchas veces en éxtasis de felicidad cuando un movimiento de la cola de Killua tiró una gran pila de papeles a sus espaldas, —Te ayudo a recogerlo todo, no te preocupes. —le levanta de encima para empezar a ayudar, siempre poniéndose en posiciones sugerentes para la vista del de ojos claros.

—¿Dónde llevo esta pila? —todas las hojas son de color rojo, —Necesitamos el escritorio libre. —le sonríe con un sonrojo, flotando con todas las hojas en los brazos. 

Killua estaba acomodando en los gabinetes los ya firmados de color negro.

—Sí, justo ahí. —el albino se lo come con la mirada y cuando siguen ordenando las cosas se hace el loco y le da una nalgada a su esposo para reír por el salto que dio. —Mi lindo asistente, ¿quieres hacer algo en específico cuando terminemos? —hace pucheros. —No me has dado mis besitos. 

Sigue acomodando las hojas que son de color gris y las pone en otro gabinete.

Gon está de rodillas frente a un mueble bajo, terminando de acomodar las hojas blancas ya firmadas y selladas, —¿Qué más además de tus lentes te trajiste de esa época? —ya habían pasado muchos años y con el tiempo las pocas prendas y cosas útiles que se había llevado ya no le quedaban o se hicieron pedazos. —Están tus cómics, figuritas y cajas de ese chocolate en forma de robot que tienes entre las fotos.—enumera, acomodándose mientras menea la fina cola, su esposo estaba llevando la última pila a su lugar.

—Tengo mi antiguo uniforme. Ese que me terminaste rompiendo muchas veces. —insinúa sin pudor, aunque extrañaba esos días y le daba risa cuando Gon entraba en esos momentos de necesidad y hasta le rogaba. En las temporadas de estudio el no podía hacer nada más que estudiar hasta partirse el lomo, en eso el íncubo lo abrazaba por las piernas y le decía "¡Por favor amo, déjame al menos tenerlo en mi boca!" Hasta enrojece hasta las orejas cuando Gon lo besaba mientras estaba dormido y hasta había tenido orgasmos por los sueños que le producía mientras abusaba de él.

—Te quedaba muy bien, lo admito. —cuando ambos terminaron su trabajo de organización vuelven hasta la mesa del escritorio. Gon sentado sobre el mismo y Killua reposando en la silla de almohadones rojos, —Aunque ahora te ves igual de bonito. —se agacha para pellizcarle el pezón.

—Exibicionista, mostrando tanta carne a un demonio del sexo, es como si buscarás que te coma. —apoya uno de los tobillos en los hombros pálidos al pasar por brazos hacia atrás y acomodarse.

—No sé qué estás esperando. —le besa los pies y acaricia debajo del pantalón ajustado. —Con esa ropa igual no pareciera que tuvieras nada debajo o es solo mi imaginación de todas las veces que te he visto desnudo. —le hace cosquillas por diversión, solo un poco porque sabe que podría recibir una patada en la cara. —Ven aquí y dale un besito a tu esposo. —estira los labios y agarra sus manos, disimulando que no alcanza a tocarlo cuando solo necesita alzarse un poco y lo lograría.

Gon da un aleteo y se sienta en sus muslos, una pierna en cada costado, se besan suave, sin apuros. Solo se escucha sus respiraciones y el pequeño -plop- de cuando Gon corta los besos por diversión, las manos de su esposo viajan a su retaguardia y el mayor tiene una idea.

—Neh Killua, ya que vamos a hacerlo aquí... ¿No hay algo especial que quieras agregar?... Tus lentes me dan muchas ideas. —los vuelve a colocar en su lugar, se le habían bajado.

—¿No quieres ser mi lindo pecador humano? —le sonríe con lujuria, le besa las orejas y se enternece de como enrojece por eso. —Te amo tanto, tendré solo un poco de consideración contigo por nuestra bebé. —lame su cuello y lo muerde varias veces.

En medio de las caricias y besos Gon va dejando que el cambio fluya, sus alas y cola desaparecen primero, luego sus cuernos y garras, — "Hace mucho que no utilizo esta forma" — Sus colmillos desaparecen también.

Cuando Killua se separó para mirarlo Gon le sonrió con lujuria.

Toma unos fibrones rojos, —¿Te molesta que dibuje algunas cosas en el suelo? —su esposo niega sutilmente, —Es para ponernos en ambiente. Se levanta de las piernas contrarias, —Cierra los ojos. —pide y el otro obedece entre risas.

Pasan unos pocos segundos cuando Gon vuelve a pedirle que los abra, —No-no puede ser... Lo logré… —estaba apoyado sobre un falso círculo rojo de invocación, su mirada de súplica era fácilmente confundida por una de pánico, su pequeño cuerpo tiembla, —Un de-demonio de ver-verdad...

—Claro que lo soy, represento al mismísimo Satanás. —anuncia mirándolo divertido. Cómo si estuviera encima de su trono. —¿Qué pretendes en llamarme aquí, humano? No me hagas perder el tiempo. Hay muchos como tú qué buscan invocarme y nunca logran hacerlo. Al menos di tus razones.

— "Una jaqueta momentánea no me matará" — Sus ojitos llorosos brillan antes de hablar, —Quiero conocer el paraíso. —un pequeño golpe en su nuca, prosigue aguantando perfectamente, —Y no podré hacerlo... No importa cuánto castigo reciba, mis pecados no se limpiaron ni se limpiarán. —se prepara para la siguiente frase. —He intentado contactarme con Dios... Ha-hablar con él, pero mi voz ya no lo alcanza. —su cabeza da vueltas por haberlo nombrado, Killua se levanta.

—Si lo que necesito es un castigo divino, entonces que así sea, n-no me das miedo… —su esposo se veía tan intimidante que le produce cosquillas en el vientre.

Killua se ríe fuerte. Mirándolo como el ser inferior que fingía ser. —Un simple humano como tú... Queriendo hablar con Dios. Es algo que me da tanta risa, no importa cuánto lo escuché… —lo rodea por completo, caminando cerca de él. —De solo verte puedo saber que hiciste, pequeño diablillo. Dime qué pretendes, sino pudiste hablar con el ser supremo de arriba ¿qué ganarás conmigo?

— "Él la tiene fácil en esto, seguramente ya habló con muchos humanos en esta situación" — Le cuesta pensar una respuesta de inmediato, al lograr mirar el suelo, —Estoy seguro de que sólo a través de ustedes Dios me perdonará por lo que hice. —sus manos atrapan el pantalón de vestir que fingía ser uno de estudiante, —Por culpa de tus engendros es que los humanos pecamos así qué, debe ser a través de sus castigos que nuestras almas podrán ser perdonadas. —está de acuerdo a medias con lo que está diciendo, intentando no mencionar al de arriba en cada una de sus frases como Killua solía hacer.

—Hey, no estés señalando a algún culpable. Ustedes son los que muestran su verdadera cara cuando se les pone a prueba. Si insistes tanto en que te castiguen entonces lo haré, pero no te garantizo que seas perdonado... Eso solo existe en ese libro estúpido que ustedes se aferraron para tener algún tipo de fe. —lo acorrala, recuerda todas esas veces que escuchó a pecadores decirle lo mismo y le enoja. Siempre es culpa de alguien más, no de ellos por tener problemas mentales, o en un ataque de ira matar a alguien.

Deja a Gon acostado y aprovechando que se mantiene sumiso jala la tela de los pantalones hasta romperla. Sujetando la cintura de su esposo con su cola para dejarlo quieto en su lugar, la punta se mantiene en su entrepierna. — "Pervertido, ya está duro" — Saca la lengua al escuchar un jadeo y como Gon aprieta las manos contra su pecho.

Cierra los ojos y pretende rezar, no pronuncia palabras entendibles porque eso sí le haría desmayarse, es un buen actor y finge tener miedo de la situación a pesar de que la dura erección ya fue mostrada.

— "Los crucifijos quemarían nuestra piel, así que no hubiese sido buena idea pedirle uno"— Abre los ojos entre pequeñas lágrimas, en alto albino de prominentes cuernos lo tiene acorralado contra el escritorio.

—Si está es la única forma de ser perdonado, haz lo que tengas que hacer demonio. —mira hacia otro lado, le hace recordar a cómo era Killua en ese entonces con él, —No me importa… —sus manos por encima de su cabeza de golpe, ver los ojos celestes en falsa furia hacia él lo encienden aún más.

—¿Qué fue lo que hiciste? Aún no me has dicho, solo repites que quieres ser perdonado. —lo sienta y no tiene ni que separarle las piernas, Gon por si solo se está entregando aunque eso solo le sube el libido. 

Su alargada lengua recorre por encima la erección y busca el glande para lamerlo y encerrarlo en sus labios. Debe tener cuidado con sus cuernos, así que con la cola lo acerca a conveniencia mientras ahora muerde los grandes muslos y deja chupones en todos lados.

¿Guardar sus gemidos es una buena idea?, no tiene idea y tampoco lo está logrando, intenta concentrarse, su esposo clava un poco sus garras en su muslo, —"Supongo que es su forma de obligar a este humano a hablar"— Traga saliva para no desparramar.

—Yo... Me he acostado con algu-algunos hombres… —no miente, su esposo lo mira y amenaza su pene con los colmillos, acercándose poco a poco, —¡Y lo he disfrutado mucho!

—Así que es eso… —termina por bajar la ropa interior y dejar caer saliva por los glúteos para probar por fin la vagina de su marido completamente húmeda. —También debiste disfrutar que esos hombres te hicieran un oral. —Busca frotar el clítoris con los dedos mientras la punta de la cola sigue acariciando el miembro de arriba abajo. —No te contengas, quiero escucharte pedir más.

Se estaba olvidando de actuar tímido o siquiera asustado, — "No puedo... Concentrar mi voz" — Se tapa la boca y niega con la cabeza, —No-no caeré en tus tra-trampas nunca más. —asegura cuándo en realidad estaba al borde del orgasmo, debía actuar como un humano con ganas de ser perdonado ¿no?, tendría que ponérselo difícil a Killua de alguna manera.

—Haga-gamos un trato. —lo aleja de su intimidad antes de perder completamente los estribos, —Si logro hacer que te vengas primero entonces tú limpiaras mi nombre de la lista de pecadores. —inconscientemente Killua hizo una mueca, — "Seré gentil amor, de otra forma no sería divertido"— Aprieta los labios, —Si tú lo logras primero entonces dejaré que hagas mi alma arder en el infierno sin quejas. —se levanta desnudo de la cintura para abajo y apoya las manitas en el pecho contrario para "intentar" no ser inmovilizado.

—¿Confías tanto en tu capacidad? —traga saliva disimuladamente. — "Si me hace una mamada estoy acabado... Gon siempre me hizo derretirme por eso, parece que ni siente náuseas... Bueno, lo ha hecho durante siglos..." —

Lo deja ahora sentado en sus piernas, abriendo los botones del chaleco para apartarlo y dejarlo solo con esa camisa blanca de mangas largas. —Te dejaré entonces que comiences, para que sea más justo. —Killua le sonríe con cariño, inconscientemente busca la cola de su esposo pero al recordar que ya no está hace un puchero. Le gustaba cuando unían sus colas mientras intimaban.

Gon lucha internamente mientras se baja de las piernas contrarias para abrirle el pantalón, debían jugar al gato y el ratón pero era complicado siendo él, — "Despacio, debe parecer que voy a perder"— No se los quita aunque pudiese, la dura erección es liberada y sus ojitos brillan de emoción, una negativa rápida y muestra su lengua de un tamaño común, humano, — "Todas las ventajas para mí lindo esposo"— Rodillas juntas en el piso, —Te vas a arrepentir, engendro. —toma la base entre sus manos y finge que no puede llegar a más de la mitad, su lengua recorre las diferentes zonas con experiencia mientras los dedos juegan a tientas con los testículos.

Killua convierte su rostro frío y gélido en uno fruncido por las atenciones, a veces siente que los colmillos de Gon rozan su glande y eso le provoca escalofríos. — "Si lo dejo continuar lo más probable es que pierda, lo único que se ocurre para ganar algo de terreno es lo que hice antes..." —

Su cola larguísima acaricia las piernas bronceadas y busca rozar la entrepierna completamente húmeda. En eso nota como los ojos brillantes se entrecierran y choca su respiración contra su pene con más frecuencia. —Cuidado no te vayas a atragantar. —empuja su cabeza para que llegué hasta el fondo, engullendo su miembro solo un poco más y luego busca alejarlo.

Sus manos se clavan en los muslos vestidos para "tomarse un respiro", ama la sensación del momento llenando su boca pero seguía siendo un juego de ambos y acabar rápido sería desafortunado. Cuando Killua lo suelta Gon lo masturba con las manos, intentando verse dudoso o torpe mientras vuelve a dejar besos por toda la extensión, — "Concéntrate Gon, concéntrate" — Su intimidad pulsa y la cola de su esposo viaja por diferentes zonas húmedas, acariciando o apretando, a veces azotando su carne.

Sus mejillas hinchadas por el grosor en su boca y los ojitos brillosos por la repentina intromisión de la punta de la cola en su vagina, —Dijiste que ibas a darme ventaja… —hace un puchero sin aumentar la velocidad o técnica de su mano, —Demonio tramposo... Seguro yo... I-iba ganando. —se mete muy poco en su interior debido a la posición de ambos.

—Nunca te dije que te iba a dar toda la ventaja. Así que deja de quejarte y separa mejor las piernas. —el grosor estaba dentro hasta cierto punto, hasta que Gon se acomoda y puede seguir entrando junto a un gemido alto del moreno que no pudo disimular al sentirse algo lleno. Los fluidos le están manchando el muslo. —¿Estás seguro de que quieres ganar? Yo no veo el problema de que te quedes aquí conmigo, haciendo muchas otras cosas por toda la eternidad.

Si tuviera sus alas estarían saltando de la emoción. Gon lleva todo el miembro hasta su garganta de golpe y el gemido de sorpresa que Killua suelta es tapado por la mano del mismo, — "Que lindo, se avergonzó" — libera el miembro y lo masturba más rápido que antes, —Jamás. Ya te dije "Satán" estoy decidido a redimir mis pecados. —deja el glande en su boca, reconoce los temblores. Killua no debía estar muy lejos del orgasmo, — "Probemos un poco más" — Vuelve a soltar el miembro, —Las santas escrituras hablan de un ser de tinieblas, maligno y cruel, yo solo veo un pobre diablo. —se burla de él, el líquido preseminal le mancha las manos y su entrada es liberada del ataque de la cola pálida.

Killua siente el cuerpo demasiado sensible, viendo a Gon lamer sus fluidos que estaban en su mano lo saca de los estribos y lo agarra de la cintura para volver a sentarlo entre sus piernas. Amasando en grande trasero y dándole varios azotes a mano limpia, sonríe al notar como cae más líquido de la entrepierna de su esposo por eso. 

—Noto que te gusta usar esa linda boquita para muchas cosas además de hablar, así que ahora que estamos iguales me parece justo seguir. —solamente debe alinear su miembro a la entrada anal, dónde solo empuja y lo vuelve a alejar. —Hacerlo aquí es lo más "pecador" que se puede hacer, ¿no? —ahora que ambos esperaban a su hija era mejor no arriesgarse.

Acaricia la vagina todos sus labios y busca insertar dos dedos.

Se abraza a Killua con aparente miedo, aunque su mirada llena de deseo y amor lo delata, tiembla y clava sus cortas uñas en la piel que rápidamente se regenera, —¡Ahhh! —cuando dos dedos entran finalmente a su vagina los acompañan también el duro miembro en su trasero, no suele necesitar mucha preparación, es un íncubo después de todo, —Es muy grande ~... —se deja llevar un poco, su vello se eriza cuando un tercer curioso dedo acaricia su clítoris con toda la humedad y líquidos transparentes mojando la mano, —Oh mi señor… —Killua se mueve lento en su interior, metiendo centímetro a centímetro.

El pálido suspira y gime bajo con dificultad, — "A Gon le está gustando mucho este juego de roles, está muy apretado..." —

Por fin entra por completo y su trasero rebota contra su pelvis, acaricia todo su cuerpo y busca besarlo con hambre, jalando sus labios y por un momento olvida todo por estar disfrutando de la lengua y saliva de su esposo. —Estás apretando mucho... —le besa los cachetes.

Gon se mira el vientre, un poquito hinchado, así que se lo acaricia, los besos son un manjar y no suelta la boca de su esposo es un buen rato, por un momento solo fueron ellos, los esposos. 

— "Necesito moverme" — Sube los pies sobre los muslos también y con esto se ayuda a autopenetrarse, es conciso y duro, cae con todo su peso y luego vuelve a subir la cadera, en esa posición no puede moverse como le gustaría. No deja la boca pálida en paz, lo besa una y otra vez, mordiendo o jalando los labios mientras el miembro en su interior lo llena y deja vacío una y otra vez.

—Hace calor… —aún tiene la camisa puesta y para darse un poco de aire la desabrocha con temblores en los dedos sin parar de moverse.

Killua lo detiene aunque sea imposible para ayudarle a quitarse la camisa, el moreno sigue moviéndose con la mirada perdida y eso le hace pensar en algo. —¿Cómo se siente tener la polla de Satán dentro de ti? —lo vuelve a besar mientras el líquido preseminal mancha a ambos por los fuertes movimientos. Lo ayuda al sujetarlo del trasero para que todo se vuelva más errático.

— "Se siente demasiado bien" — Responde internamente, las cejas fruncidas y la boca semi abierta en un intento de respirar con regularidad, —Es mu-mucho... Vas a romperme. —lloriquea en el hombro pálido mientras se abraza, contradictorio pues es él quien no detiene su cadera, los sentones duros.

Las manos que lo ayudan sueltan azotes de vez en cuando, le aprietan el trasero y separan su nalgas para moverse él mismo contra esa zona hipersensible, —Más despa-pacio… —ruega aunque le encantaría gritar por más, muerde las puntiagudas orejas o lo jala de las alas que a veces lo arropan.

Siente el líquido pre seminal desparramarse de su entrada, Killua tampoco aguantaría tanto, — "Quiero más... Mierda" —

Killua se levanta del escritorio y solo hace que se cambien los papeles, ahora el moreno está acostado sobre el mueble y el encima. Antes de que pueda replicar algo se mueve más duro y conciso en su interior, ya no piensa en nada mientras los temblores antes del orgasmo se vuelven presentes y le hacen balbucear. —Y-ya estoy... —Anuncia tembloroso, las piernas de Gon le rodean la cintura y el pobre escritorio parece sufrir por los movimientos que hace el encima. Lo besa al sentirse demasiado cerca, callando los gemidos y los suyos cuando por fin se libera entre embestidas pausadas pero profundas. El albino se vuelve un desastre.

Se deja caer sobre él, los fluidos en su interior, tibios, aún no se desparraman, pues el albino sigue en su interior. Gon estuvo apretando su miembro con una mano durante todo el ajetreo, tenía un último chistecito que soltar a su esposo antes de que probablemente se vayan de la oficina, —He ganado. —susurra en el oído del más alto y este tiene escalofríos por lo sensible que se encuentra, —A la mierda la lista de pecadores. —lo toma del rostro para sonreírle, deja paso a qué su cuerpo vuelva a ser el de siempre, cuernos, cola y alas, acompañados de sus garras y afilados dientes, —Tú corona es mía ahora. —suspira feliz, jugando con los cabellos blancos, Killua ríe, —Así que ahora serás mi esclavo. —le besa con profundidad, su interior es liberado y él gime, está sensible, a punto de correrse en realidad.

—Por mí no hay problema. —le da más besitos mientras siguen pegados, los muslos de Gon tiemblan por la cercanía y por eso cierra los ojos y aprieta los labios. —¿Quieres que te ayude, amo? —besa su oreja y baja hasta su pelvis, lamiendo la punta de su miembro con cuidado mientras busca introducir los dedos en ambas entradas.

Gon toma sus piernas y las levanta un poco, sonríe ante el sutil "gracias" y se deja llevar cuando los dedos en su trasero pasan con facilidad, —Ummm… —el pulgar pálido apretando su clítoris y el resto de dedos metiéndose poco a poco en su vagina, la boca de su esposo está ocupada con su miembro, tragándolo entero, —Muy bien... Sigue así… —sus manos aprietan más sus piernas cuando los temblores por el cercano orgasmo se presentan.

Solo debe cerrar los ojos y succionar rápido cuando los temblores se hacen presentes. Traga todo el líquido sin problemas mientras Gon se vuelve un lío de gemidos y jadeos. Lo está sobre estimulando. —Aquí también te mojaste mucho. —lame los labios de su vagina mientras Gon le aprieta el cabello con fuerza.

—¡Hya!... Aca-b-bo de… —se atraganta con su saliva. Killua no se detiene aunque jale de su cabello, entierra su boca en su vagina para seguir lamiendo mientras ahora él le sostiene las piernas para que no se escape, —¡Malo!... Killua… —su cuerpo tiembla y empieza a agitarse más y más, cuando su esposo baja nuevamente hasta hasta su entrada anal grita por todo lo que su cuerpo está sufriendo, sus ojitos se llenan de lágrimas y solo cuando el otro estuvo satisfecho es que fue liberado.

Los espasmos son tan fuertes que Killua se asusta. —¡Tarado!... —le pega en la cabeza cuando ve que se acerca, —Creí que iba a morir...

—¿Cómo vas a morir? —se lame los labios y sonríe como si nada. —Si mueres de verdad volverás conmigo porque te voy a buscar. —acaricia sus piernas de manera superficial, aún molestándolo. Toma sus pies y los besa. —Ya no te haré nada, seguro todos en la oficina nos escucharon.

—Gracias cariño, pero no me puedo mover. —estira como puede los brazos para ser cargado y Killua le hace caso, —¿No tienes alguna habilidad para borrarles la memoria?, aunque no me molesta que nos hayan escuchado realmente. —sube y baja los hombros ahora apoyado en su esposo, que le cubre la desnudes con sus grandes alas.

—Si puedo, si de verdad quieres. —al fin puede juntar sus colas y se sienta en su silla con Gon acurrucado a su lado. —Aunque si alguien entra tendré que hacerlo de todas maneras, si te ven desnudo así tendré que dar muchas explicaciones. —le da un beso en la nariz para acariciarlo. —¿Cómo te sientes?

—Mi ropa está destruida —comenta y Killua tose en consecuencia, —Pero estoy bien, solo... Cansado... Supongo que es porque la bebé ahora exige un poco más de energía. —se acaricia el vientre, —Descuida cuando vuelvas a casa ya me haré cargo yo del resto. —probablemente lo haga mientras Killua duerme, así no sufre un orgasmo en medio del acto que neutralice su comida.

—¿Quieres besitos? Mientras borraré la memoria de los del edificio. —sabía lo que le esperaba y solo sonríe nervioso. Seguramente iba a pasar unos días bastante movidos. La mirada de Gon planeando su plan le hace ponerse nervioso. —Ese gesto lo haces cuando estás planeando algo...

Gon le pone un dedo entre los labios, —Shh. —ríe luego y se vuelve a acomodar, subiendo un poco las piernas y abrazándose con las alas, —¿Puedo dormir aquí un rato? —sus ojos cansados enfocan a su esposo, aún seguía desnudo, —No me molesta dormir así en lo absoluto pero nuestro contrato de esposos dice que ahora solo tu puedes ver... Así qué...

—Yo te protejo de los malos mientras descansas. —busca abrazarlo para tenerlo muy cerca dándole un beso en la comisura de los labios, cierra los ojos también. Por suerte no debe moverse para hacer su trabajo de hacer que los que estaban trabajando olvidarán lo pasado hace unos minutos.

Hay otro que será posiblemente el último, o no?) pero esta en fábrica porque nos volamos y metimos como cinco Killuas de otros universos JAJJAA

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