Aidan:

La cena estaba transcurriendo con normalidad, algo incómodo por el silencio que solamente mi madre hacia resonar

- Y, dime ____ - habló nuevamente mi mamá - ¿Quién es el chico que vino aquí contigo?

Más que nadie yo quería saberlo, pero luego de haberse lo inquirido antes no lo había vuelto a repetir, no me atrevía a querer saber la realidad, qué tal vez podría ser más dolorosa que la ignorancia en la cual ahora vivo

- Soy Adán señora - el tal le sonrió - Soy el novio de ___ - miró a la nombrada

El bocado que estaba por meter a mi boca cayó al piso y el tenedor chocó contra el plato de cerámica, haciendo un estruendo insostenible

Esto es más de lo que jamás pensé sentir

Mi corazón se parte ante esta trágica situación y no existe consuelo por lo que siento

Las posibilidades de que podría ocurrir se habían quedado estancadas en mi mente, como si fuera una nube negra a punto de dejar caer su lluvía, cual será seguida por una tormenta.

Mis pensamientos giraron

¿Desde cuándo?

- Si - contestó ___ mirando con dulzura Adán - Somos novios desde hace un mes

Se abrió una rendija dejando entrar un poco de luz que me ayudó a ver la situación más clara, haciéndome querer cerrar los ojos a veces

- ¡Felicidades! - exclamó mi madre - son muy lindos juntos - sentí como me dio un ligero codazo

- Fe-Felicidades...- pronuncié con la voz insegura y palabras estancadas en mi garganta

¿Porque no a mí?

- Muchas gracias - ambos se miraron y agradecieron

Con cuánta dulzura se miraban, con cuánto cariño se trataban también en las mínimas cosas...

Mientras yo solamente la miraba con tanta tristeza que podría llegar a llorar todas mis lágrimas justo ahora, no podía hablar, me temblaba la quijada y si intentará hacerlo, mis palabras temblarían como lágrimas.

Creo que esperar ser amado de vuelta fue una pérdida de tiempo.

[...]

La cena había llegado a su fin y estábamos todos despidiendonos del otro.

- Adiós Aidan - se despidió Adán de mi dándome una mirada de simpatía - fue un placer

¿Como podía sentir repulsión hacia alguien tan amable?

O

¿Como podía alguien tan amable hacerme sentir tanta repulsión?

- Adiós - dije dándole una mirada fugitiva

Mi madre se había despedido de ambos y ahora quedaba solamente que yo me despidiera de ____

Necesitaba hablar con ella

- ____ - dije antes de que ella se pudiera acercar a mi y besar mi mejilla, como por educación se suele hacer - podemos hablar

Pareció incomodarle mi petición, por lo cual miró a los lados y por último nuevamente a mi

- Bien - pronunció

Nos dirigimos hacia un lugar más apartado de los demás, donde tal vez no lograrían escuchar lo que diríamos

- ¿Porqué quieres hablar ahora?- fue ella a hablar en primero

- ambos sabemos que los momentos de soledad están hechos para decir cosas que normalmente
no podrás decir en cualquier otro momento - expliqué tratando mantener la mansedumbre - ¿Porque veniste?

- Tu me pediste que viniera, Aidan - me sorprendió el tono inexplicablemente molesto con el cual me contestó - ¿Que hacemos aquí? - dijo con molestia

- Pues - extendí mis brazos a lo largo en señal de rendimiento - Aquí estoy, arrastrándome de vuelta a ti.
¿Porque te comportaste así la vez pasada?

Sus ojos no transmitían nada más que indiferencia hacia mi, miraba con tanta frialdad mi “yo” en desesperación y en espera de una única esperanza

Cual era ella.

Había algo indescifrable en esa mirada, pero al mismo tiempo, desarmador

- ¿Alguna vez has pensado en llamar cuando tenías tiempo? - al no recibir respuesta fui yo quien continuó - porque yo lo hago siempre.

Nuevamente ella no contestaba, eso me daba siempre más la certeza de que la respuesta era un

“No”

Y que aún peor, nisiquera deseaba estar en ese momento conmigo, desperdiciando su tiempo con alguien quien solamente estaba pidiendo explicaciones necesarias frente a ella y metiendo todo su orgullo y dignidad bajo el peso de la tristeza

- Como puedes hacer esto mientras sabes lo que siento - no podía comenzar a llorar

No justo ahora ...

Sin que yo lo quisiera o menos, mis ojos comenzaron a brillar por las lágrimas cristalinas e mis ojos a irritarse por la sustancia salina, mi corazón, una vez más, a quebrarse por el ansia que aumentaba

- ¿Quién eres? - pregunté mientras trataba no hacer una nueva con mis labios temblorosos - Tu no eres tú... - y sabía que esas últimas palabras la irían a herir

Ella no dejó tiempo para arrepentirse y con una velocidad irreal, ella ya no estaba ahí.

¿Otra vez se había huido de mi lado?

¿Otra vez la había hecho huír de mi lado?

Es como si los cientos de pesadillas que había tenido en todo ese tiempo nublaran mi mente como avispas.

Como un enjambre.

Demasiado rápido y demasiado grande para llegar a espantar de manera normal.

Al igual que los insectos que zumban através de mis oídos y al interno de mi cerebro, y en mi garganta, hasta sentir como si me fuera a ahogar con ellos

En todo lo que puedo pensar es en la obscuridad.
Porque todo está obscuro...y mi mente está nublada

Siento como un grito desgarrador amenaza salir de mi y el querer desahogarme exije suceder, siento enfado hacia ella y una nueva desepción hacia mi

Me dirijo lo más rápido posible a mi habitación, sin nisiquieta despedirme y finalmente llorar en silencio.

[...]

Ahora te he conocido, y aunque mi corazón lata mucho más fuerte por ti, a mis ojos vales mucho menos.

¿Cómo puede ser? pensarás.

Porque la ofensa que me has causado obliga a un amante a amar más, pero a querer menos.

A este punto mi corazón ha llegado, chica de ojos oscuros, por tu culpa, y está perdido en la desesperación por lo que ya no me es posible quererte aunque te conviertas en la mejor de las mujeres, ni dejar de amarte, aunque hicieras todo por impedirlo.

Eres una mujer que todo hombre debería mirar con admiración, que hace temblar el aire de luz y trae amor, hasta el punto de que nadie puede pronunciar una palabra, pero todos suspiran

No se podía describir tu encanto, es tan alto que, frente a ti, toda noble virtud se inclina y la belleza te indica como su diosa.

Has fingido quererme con dulces mentiras que duelen pero  el recuerdo me acaricia.

Ayer valían, ahora ya no