ten.

La chica castaña oscura soltó un gran suspiro de alivio al ver a su ex-novia y a la ahora capitana de basketball tomadas de las manos. Sabía que aún no eran nada, pero era imposible negar que había "algo" entre ellas. 

Yujin se sentó en una pequeña banca cerca de su casillero y el salón donde ahora tenía clase de historia pero no quería entrar. 

No había hablado con Wonyoung desde que "se le declaro" por así decirlo, la pelimorada se había mantenido alejada de ella. Yujin debía hacer algo, hacer algo ya. 

-¿Señorita Ahn que hace aquí?

-Eh... Yo, maestra tenía que ir al baño- Dijo nerviosa. 

-¿Sin mi consentimiento? Entre ya- La profesora casi la jalaba de su oreja.

Literalmente.

Sin muchas ganas Yujin entro al salón seguida de la maestra de historia que tomaba asiento en su escritorio. Yujin se sentó en su lugar e inconscientemente miro a Wonyoung pero esta estaba en una plática muy amena con las demás chicas. 

Yena tenía entrenamiento, Yuri clase de español, así que se la pasaría totalmente aburrida durante la clase, porque era de esperarse. Wonyoung no iba a hablarle. 

Tomo su libro, lo puso delante de su cara, recostó su cabeza en el banco y cerro sus ojos quedando profundamente dormida. 

Wonyoung la miraba desde su lugar de reojo, sonrió sin pensar al ver que la chica pelinegra tenía su boca entre abierta, no se había dado cuenta en que momento Yujin se había quedado dormida. 

-Señorita Jang

Wonyoung seguía mirándola. 

-Señorita Jang

Y seguía. 

-¡Señorita Jang!- Wonyoung se sobre salto en su lugar ante el grito de la profesora.- ¿Que es lo que usted está...?- La maestra dejo su explicación, se levantó de su escritorio y fue directamente al banco de Yujin. 

-¡Ahn Yujin!- Yujin se despertó al acto soltando el libro que sostenía en sus manos. Las demás chicas comenzaron a reírse incluso Wonyoung.- ¡¿Antes de mi clase usted estaba fuera del salón y ahora la encuentro teniendo una siesta?! Venga conmigo- La tomo del brazo.- ¡Y usted también señorita Jang!

-¿Pero yo por qué?

-Porque estaba distraída viendo bobamente a Ahn- Las chicas siguieron riendo.

Yujin esbozo una sonrisa ante lo dicho por la maestra. 

Wonyoung se levantó de su lugar y siguió a la profesora.







(...)






-¿Otra vez tu Ahn?- La directora dijo molesta.

-¿Y tu Jang? ¿Ahora que hiciste?

-Ahn se quedó dormida en mi clase señora directora, y antes de iniciar estaba fuera del salón, y Jang estaba distraída viendo como Ahn dormía

-Puede irse profesora, yo me haré cargo de ellas- Diciendo esto la profesora cerró la puerta de la oficina de dirección y salió. 

-Muy bien señoritas vengan conmigo

-La directora llevó a Yujin y Wonyoung a una particular puerta blanca cerca de la oficina. 

-Entren- Abrió la puerta dejando ver una pequeña biblioteca en un cuarto pequeño. 

-¿Qué es esto?- Pregunto Yujin después de entrar seguida de Wonyoung. 

-Un cuarto de aislamiento.

Ustedes dos se quedaran aquí una hora, es el castigo para los que van más de una vez seguida a mi oficina recibiendo quejas de sus maestros. Si gustan algo tienen de todo adentro, Buena suerte

-Espere... ¡No!- Antes de que Wonyoung pudiera hacer algo la puerta había sido cerrada por fuera. Wonyoung se maldijo internamente. 

-Es una forma algo extraña de castigar-  Yujin se sentó en un pequeño sillón.- No sabía que habías ido a dirección más de una vez, ¿que fue lo que hiciste?- Dijo curiosa. 

-No creo que te interese- Yujin sintió ese tono frío e incómodo en Wonyoung. 

-Wonyoung no es mi culpa que las dos estemos encerradas aquí, sé que estas molesta por estar conmigo pero eso lo hubieras pensado antes de observarse mientras duermo

Wonyoung no dijo nada, solo le dio la espalda. Yujin suspiro. 

-Wonyoung...- La pelimorada se erizo por el tono ronco en la voz de Yujin.- ¿Por qué me tratas así?- La abrazo por detrás.- Sé que amas, y yo estoy llegando hacerlo yo...

-Yo no quiero ser tu premio de consolación- Con un dolor inmenso por dentro, Wonyoung se soltó del abrazo. 

-¡Tú no eres un premio de consolación! Wonyoung... Tu me gustas

-¡¿Cómo puedes decir eso?!- Wonyoung gritó.- Hace unos meses terminaste con Yuri, supiste que te amo y ahora vienes conmigo, ¿no te das cuenta de que me lastimas?

-Es que tú no lo entiendes. Me gustas, eso es muy diferente a estar enamorado, pero yo me estoy enamorando de ti, incluso por esos pequeños gestos, me gusto quedarme dormida y que tú no dejarás de verme- Se acercó nuevamente a ella.- Por qué a no ser por eso las dos no estaríamos aquí- Tomo su mejilla dejándole un beso lento y mojado.- Wonyoung lo sentía, sentía como ese beso ardía en su mejilla.

-Yujin...- susurró. 

-¿Si?- Ambas se miraban fijamente. 

-¿Que quieres de mí? 

-Todo- Tomo su rostro dándole un beso lento y profundo beso en los labios. 

Wonyoung solo cerro sus ojos dejándose llevar. Poso sus brazos sobre el cuello de Yujin y esta posó los suyos sobre su cintura. 

Yujin sentía como nuevamente miles de mariposas revoloteaban en su estómago. Ambas caminaron hacia el sillón sin despegarse de sus bocas quedando Wonyoung encima de Yujin. 

Así siguieron separándose de vez en cuando por aire, los besos comenzaban a subir de intensidad pero las dos sabían que no debían pasar de ahí. Yujin confirmaba que no solo le gustaba Wonyoung, la amaba; quizás sonaría estúpido el decirse a sí misma que la amaba en tan poco tiempo, pero no importaba.

Una hora ya había pasado. Podía escucharse como la cerradura de la puerta se abría, las dos se separaron totalmente sonrojadas. 

-Señoritas pueden salir- Yujin y Wonyoung salieron como un rayo, la directora las miro totalmente extrañada al ver como las chicas salían sonrojadas de ahí. 

-Wonyoung...- Dijo Yujin nerviosa, ambas ya iban a su última clase del día, ninguna había dicho nada después de haber salido del cuarto de aislamiento. 

-¿Si?

Yujin abrazo fuertemente a Wonyoung.

-¿Quieres salir conmigo después de clases?- Dijo en su oreja. 

-Me encantaría- Le devolvió el abrazo. 

Las chicas tomaron las cosas de sus casilleros y escaparon de la escuela tomadas de las manos. 





(...)

 

-Yena me hace cosquillas

Yuri y Yena también se habían saltado sus clases, las dos estaban en el gimnasio de la preparatoria, pero en el lugar no había nadie. 

-Eres muy cosquillosa Jjoyul- Yena seguía picando con sus dedos el cuello de Yuri haciendo que esta soltara carcajadas. 

-¡Yah pato tonto!- Yuri se hartó de la situación y comenzó a hacerle cosquillas a Yena también.

Las risas de las dos retumbaban en el gimnasio, Yuri abrazo a Yena en un intento de que no volviera a tocar su cuello, pero ambas cayeron al suelo debajo de una de las gradas. 

Yuri había quedado encima de Yena sus rostros estaban demasiado cerca. 

-Yena, lo siento- Yena no dijo nada, su mirada estaba en esos ojos hermosos para ella.

Yuri llevaba el cabello suelto, su cabello emanaba un olor a fresa que dejaba a Yena nuevamente confundida. 

Seguían sin decir algo, solo viéndose fijamente. 

Bésala, bésala, bésala... Se seguían repitiendo ambas.

-Yuri yo...- Yena puso un mechón de cabello detrás de su oreja, acariciando la mejilla de Yuri sin dejar de observarla. 

-¿Si Yena?

-Nunca, volveré a hacerte cosquillas- Puso sus manos en los hombros de Yuri. 

-A mí me gustaría que lo hicieras

-¿Ah sí?

-Perdóname....- Antes de que Yena lograra responder Yuri presiono sus labios con los de Yena. Los ojos de esta se abrieron abruptamente. Era su primer beso, y lo estaba teniendo con Yuri. 

Sus piernas flaqueaban como gelatina, si hubiera estado de pie eso habría sido un gran problema. 

Siguió el beso como pudo, sus pequeños movimientos eran torpes pero eficientes para Yuri. 

El timbre de salida sonó. Ambas chicas se separaron por inercia, Yuri estaba totalmente sonrojada por lo que acababa de hacer. 

-Eh, yo me tengo...me tengo que ir- Yena se levantó del suelo sonrojada también. 

-Yena te acompaño- Yuri la tomo de la mano, Yena la soltó y Yuri sintió como era atravesada por miles de estacas ante esa pequeña acción. 

-No te preocupes Jjoyul, yo... Tengo que pasar a comprar chocolate para Tiffany. Si, si eso hare

Sin mirarla Yena salió del gimnasio huyendo. Yuri se sentó en las gradas pensando en lo que acababa de pasar. 

-Soy una idiota- Las lágrimas amenazaban con salir.- ¡Mierda! De verdad estoy enamorada de ella- Dijo para sí misma después de que la primera lágrima salió, seguida de muchas más.- Las chicas lindas no deben llorar- Yuri sonrió al recordar esas palabras que la misma Yena le había dicho. Limpio sus lágrimas y salió del lugar.






























Se viene el drama

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