//Jungkook//

El día de hoy lo empiezo a contar aquí, porque sería mucho lío empezarlo desde el principio, entonces, ahora mismo estoy en una misión de trabajo, sí, no es tan importante como lo son normalmente, esta vez es simplemente algo normalillo y sin peligro.

Unos compañeros de mi banda encontraron a un estafador que intentó entrar en la banda haciéndose pasar por uno de los nuestros, es entonces cuando lo detuvieron y le encerraron atándole y haciéndole básicamente su perra del día de hoy.

Estará así toodo el día hasta que se le ocurra confesar algo....

Ah sí, porque según Kitty J, él debe ser agente encubierto o algún tipo de trampa de la poli, yo pienso que nada que ver, simplemente es un imbécil que se intentó pasar de listo y fin.....
Pero el experto en farsantes es don gatito, entonces no puedo decir nada.

El caso es, que alguien tendría que vigilar al imbécil del farsante, entonces, como yo no tengo nada que hacer hoy, me ha tocado, y aquí estoy, en una sala, con mi querida pistola en una mano y en la otra la última carta que me envió mi amorcito.

La carta me llegó justamente antes de salir de casa para venir aquí, entonces me alegró el día, al menos ya tenía algo que leer y entretenerme un rato, además, ojalá me inspire y pueda escribir algo de vuelta.

Es por eso que, vuelvo de nuevo, estoy en la sala que ya mencioné, en una esquina, mirando al farsante, que sigue en silencio, sentado en la silla con sus extremidades atadas y una luz muy fuerte alumbrando su rostro.

Yo estoy también en silencio, dando vueltas a mi pistola por hacer algo y como mínimo intimidar un poco, aunque como ya dije, creo que si le amenazo no dirá nada porque yo creo que no oculta nada, solo es tonto y se creía que meterse en una banda de mafiosos es algo sencillo.

Luego de un buen rato mirándole, me cansé de hacer lo mismo durante ya varias horas seguidas, y sí, era hora de leer la carta de Taehyung, entonces eso hice, la leí mientras que el tonto que tenía sentado seguía en silencio absoluto.

La carta me encanta, es literalmente lo que me esperaba, y obviamente no estoy palote porque no es momento, pero eso no quita que no me haya gustado y me haya inspirado a seguirla como mi nene dice.

Entonces saqué de mi mochila una hoja.... Y busqué un bolígrafo, pero parecía que no tenía, o al menos no en mi mochila.

Igualmente tenía pereza de revisarla entera, y es por eso que miré al farsante y rompí el hielo preguntando:

- Tch. Tienes un boli bro?

El chaval elevó la mirada que tenía clavada en el suelo, y ahora la clavó en mí, para luego simplemente negar con la cabeza y mirar a otro lado.

-Joder, ni eso llevas encima, que pringao.

Al no tener otra opción, tuve que revisar bien mi mochila, abriendo todos sus bolsillos y viendo si tenía alguno, y para mi suerte tenía uno que le robé a Kitty J.

Sonreí como niño inocente y me levanté, me acerqué al farsante y moví la lámpara que le alumbraba directamente a la cara, haciendo que alumbre al suelo.

-Eeepa, gracias guapo -Me agaché y me senté en el suelo, y sin desperdiciar ni un segundo más empecé a escribir mi carta.

Aunque quizá tenía algunos detalles que eran simples pero no tenía ni idea de que poner, por eso recurrí a mi gran amigo, el chaval de la silla.

-Ey, dime una hora chaval

-....... No.....

-Coño, dime una hora.

- Nunca....

Resoplé y le apunté con mi pistola, solo le pedía una hora, y encima me vacila, se gana un pequeño hueco en su entrecejo a este paso.

-V-Vale vale, las doce, las doce -respondió inmediatamente el farsante al ver como mi rostro volvía a ser amenazante y la pistola le apuntaba a sí mismo.

-Eso bro, tampoco es tan difícil, solo era un número -Bajé el arma, volví a sonreír y lo apunté en mi carta.

Nuevamente volví a escribir lo siguiente de la carta, dejando que mi imaginación la creara poco a poco y que aquella carta le haga tener problemas inferiores y quedarse con ganas por culpa de algo que ya tenía claro aún estando solo en el principio.

Luego de un par de amenazas más al farsante y muchas y muchas letras escritas en aquel papel....

La terminé, y me encantó, aquí la tenéis mis cochinos, disfrutad.

𝑬𝒓𝒂𝒏 𝒂𝒍𝒓𝒆𝒅𝒆𝒅𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒅𝒐𝒄𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆, 𝒚 𝒂𝒉í 𝒆𝒔𝒕á𝒃𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔, 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝒄𝒐𝒄𝒉𝒆, 𝒚𝒐 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒂𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒑𝒊𝒍𝒐𝒕𝒐, 𝒚 𝒕ú 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒅𝒆 𝒑𝒊𝒍𝒐𝒕𝒐, 𝒄𝒐𝒏𝒅𝒖𝒄𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒖 𝒕𝒂𝒏 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑭𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓𝒊 812 𝒔𝒖𝒑𝒆𝒓𝒇𝒂𝒔𝒕 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒍𝒐𝒓 𝒏𝒆𝒈𝒓𝒐.

𝑳𝒐 ú𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒑𝒐𝒅í𝒂 𝒆𝒔𝒄𝒖𝒄𝒉𝒂𝒓 𝒆𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒎𝒐𝒕𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒑𝒐𝒓𝒕𝒊𝒗𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒖 𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒐, 𝒇𝒖𝒏𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒔í 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒊𝒓 𝒂 𝒄𝒂𝒔𝒂.

𝒀𝒐 𝒎𝒆 𝒎𝒂𝒏𝒕𝒆𝒏í𝒂 𝒆𝒏 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐, 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒈𝒊𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒂𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒊𝒏 𝒅𝒊𝒓𝒊𝒈𝒊𝒓𝒕𝒆 𝒏𝒊 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒐𝒍𝒂 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂, 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒇𝒖𝒓𝒊𝒐𝒔𝒐, 𝒚 𝒍𝒂 𝒓𝒂𝒛ó𝒏 𝒆𝒓𝒂 𝒎𝒖𝒚 𝒐𝒃𝒗𝒊𝒂 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐.

𝑻ú 𝒍𝒐 ú𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒄í𝒂𝒔 𝒆𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒅𝒖𝒄𝒊𝒓 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒒𝒖𝒊𝒍𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒓𝒓𝒆𝒕𝒆𝒓𝒂, 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒍𝒆𝒗𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂𝒍 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒍 𝒉𝒖𝒎𝒐𝒓.

𝑴𝒊 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒔𝒆 𝒎𝒐𝒗𝒊ó 𝒍𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒑𝒐𝒔𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒎á𝒔 𝒄ó𝒎𝒐𝒅𝒂, 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕í𝒂 𝒎𝒊 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒊𝒏𝒄ó𝒎𝒐𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂 𝒑𝒐𝒔𝒊𝒄𝒊ó𝒏.
𝑨𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒕𝒆𝒏í𝒂 𝒎𝒊 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒍𝒅𝒂 𝒂𝒑𝒐𝒚𝒂𝒅𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒑𝒐𝒓𝒕𝒊𝒗𝒐, 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒕𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒃𝒂 𝒆𝒏 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐.

- 𝑬𝒔𝒕𝒂𝒓á𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏𝒕𝒐.. -𝑻𝒆 𝒅𝒊𝒋𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒏𝒂𝒅𝒂, 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒃í𝒂 𝒅𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆 𝒚𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒉𝒐𝒓𝒂.

- 𝒀 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐 𝑲𝒐𝒐𝒌𝒊𝒆, 𝒎𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕ó, 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒍𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒐 𝒂𝒏𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒍𝒂 𝒇𝒐𝒍𝒍𝒂𝒅𝒂 𝒎á𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖𝒗𝒊𝒎𝒐𝒔 -𝑺𝒐𝒍𝒕𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒓𝒊𝒔𝒂, 𝒐𝒃𝒗𝒊𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒃𝒖𝒓𝒍á𝒏𝒅𝒐𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎í 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒂 𝒕𝒊 𝒕𝒆 𝒓𝒆𝒔𝒖𝒍𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐𝒔𝒐.

- 𝑱𝒂𝒋𝒂.. -𝑴𝒊 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒊𝒔𝒂𝒋𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒑𝒐𝒅í𝒂 𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒗é𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒗𝒆𝒏𝒕𝒂𝒏𝒂.

𝑻ú 𝒂𝒍 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒂 𝒏𝒐 𝒅𝒆𝒄í𝒂 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒎á𝒔 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒂 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒆í𝒓 𝒚 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒓𝒄𝒉𝒂...

𝒀𝒐 𝒂𝒍 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒐 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒐 𝒂 𝒑𝒐𝒔𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒓 𝒎𝒊 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒆𝒏 𝒕𝒊 𝒚 𝒎𝒆 𝒄𝒓𝒖𝒛ó 𝒅𝒆 𝒃𝒓𝒂𝒛𝒐𝒔 𝒂𝒍 𝒗𝒆𝒓 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒕𝒐𝒎𝒂𝒃𝒂𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒓𝒂 𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒔𝒕𝒖𝒎𝒃𝒓𝒆.

- 𝑨𝒎𝒐𝒓, 𝒒𝒖é 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒔?
- 𝑼𝒊, 𝒏𝒐 𝒕𝒆 𝒅𝒊𝒋𝒆, 𝒎𝒊𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒆𝒏𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒋𝒖𝒏𝒕𝒐𝒔, 𝒅𝒊𝒄𝒆𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒏 𝒅𝒂𝒓 𝒖𝒏𝒂 𝒐𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅, 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒓𝒕𝒆.

𝒀𝒐 𝒂𝒍𝒛𝒐 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒆𝒋𝒂 𝒂𝒍 𝒆𝒔𝒄𝒖𝒄𝒉𝒂𝒓𝒕𝒆,
¿𝑻𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒓𝒎𝒆 𝒂 𝒎í?
𝑻𝒄𝒉, 𝒑𝒖𝒆𝒔 𝒑𝒐𝒄𝒂𝒔 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐 𝒚𝒐 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒓𝒍𝒐𝒔 𝒂 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔.

-𝑨𝒏𝒅𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒗𝒊𝒔𝒂𝒔, 𝒎𝒊 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝒂𝒈𝒆𝒏𝒕𝒆.
-𝑷𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖é, 𝒔𝒊 𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒆𝒏𝒂, 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒄𝒆𝒏𝒂 𝒚 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂, 𝒇á𝒄𝒊𝒍 𝒚 𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒍𝒍𝒐, 𝒏𝒊 𝒍𝒐 𝒋𝒐𝒅𝒂𝒔 𝑱𝒆𝒐𝒏.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂? 𝑪ó𝒎𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒍𝒐 𝒋𝒐𝒅𝒂, 𝒂𝒄𝒂𝒔𝒐 𝒄𝒓𝒆𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒓é 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒂 𝒄𝒆𝒏𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖é𝒔 𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒃𝒆𝒓𝒎𝒆 é𝒍 𝒋𝒐𝒅𝒊𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂, 𝒋𝒂.

-𝑵𝒐 𝒂𝒈𝒆𝒏𝒕𝒆 𝑲𝒊𝒎, 𝒕𝒖 𝒍𝒂𝒅𝒓𝒐𝒏𝒄𝒊𝒍𝒍𝒐 𝒚𝒂 𝒇𝒖𝒆 𝒎𝒖𝒚 𝒎𝒂𝒍𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒉𝒐𝒚, 𝒔𝒆𝒓é 𝒖𝒏 𝒃𝒖𝒆𝒏 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐.

- 𝑴𝒖𝒚 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒏𝒆𝒏𝒆. -𝑴𝒆 𝒄𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒚 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒆í𝒔𝒕𝒆 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒛.

𝑳𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒑𝒂𝒓 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒏𝒖𝒕𝒐𝒔, 𝒂𝒑𝒂𝒈𝒂𝒔 𝒆𝒍 𝒎𝒐𝒕𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒑𝒐𝒓𝒕𝒊𝒗𝒐 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒉𝒂𝒃𝒆𝒓𝒍𝒐 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒄𝒂𝒅𝒐, 𝒚 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒖𝒏 𝒍𝒂𝒓𝒈𝒐 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒐...

𝑴𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒔 𝒚 𝒔𝒐𝒏𝒓í𝒆𝒔, 𝒔𝒖𝒆𝒍𝒕𝒂𝒔 𝒖𝒏 𝒔𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐 𝒚 𝒔𝒊𝒏 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒓 𝒏𝒂𝒅𝒂, 𝒂𝒃𝒓𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒚 𝒔𝒂𝒍𝒆𝒔.

𝒀𝒐 𝒕𝒆 𝒔𝒊𝒈𝒐 𝒔𝒊𝒏 𝒏𝒊𝒏𝒈𝒖𝒏𝒂 𝒒𝒖𝒆𝒋𝒂, 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒓𝒐𝒅𝒆𝒐 𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒑𝒐𝒓𝒕𝒊𝒗𝒐, 𝒓𝒐𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒅𝒆𝒅𝒐 í𝒏𝒅𝒊𝒄𝒆 𝒑𝒐𝒓 é𝒍, 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒂 𝒕𝒊 𝒚 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒓𝒕𝒆.

-𝑵𝒆𝒓𝒗𝒊𝒐𝒔𝒐 𝒂𝒎𝒐𝒓?

-𝑺í, 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒏 𝒅𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒑𝒕𝒂𝒓𝒕𝒆.

-𝑺𝒊 𝒏𝒐 𝒍𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒏 𝒎𝒆 𝒄𝒉𝒖𝒑𝒂 𝒖𝒏 𝒉𝒖𝒆𝒗𝒐, 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒔𝒆 𝒍𝒐 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒅𝒆𝒏, 𝒚𝒐 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒊𝒓é 𝒂 𝒕𝒖 𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒊𝒈𝒂𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐.

-𝑨𝒊 𝑱𝒆𝒐𝒏, 𝒄𝒂𝒍𝒍𝒂, 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒏 𝒅𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒑𝒕𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒑𝒖𝒏𝒕𝒐, 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒑𝒕𝒆𝒏 𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒊𝒄𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒍𝒐 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒅𝒆 𝒂𝒎𝒃𝒐𝒔

-𝑺𝒊 𝒔𝒆 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒏 𝒑𝒆𝒔𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒆𝒔 𝒎𝒂𝒕-

𝑴𝒆 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒓𝒖𝒎𝒑𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒄𝒂𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒏𝒇𝒂𝒅𝒐, 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒓𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒄𝒆𝒓𝒄𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒖𝒔𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒅𝒊𝒂𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐, 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔 𝒎𝒖𝒚 "𝒂𝒈𝒓𝒆𝒔𝒊𝒗𝒐".

-𝑱𝒆𝒐𝒏, 𝒍𝒂 𝒃𝒐𝒄𝒂, 𝒏𝒐 𝒚 𝒏𝒐.

- 𝑴𝒊 𝒃𝒐𝒄𝒂 𝒆𝒔𝒕á 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝑨𝒎𝒐𝒓, 𝒏𝒐 𝒔𝒆𝒂𝒔 𝒏𝒆𝒈𝒂𝒕𝒊𝒗𝒐, 𝒔𝒊 𝒔𝒆 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒏 𝒎𝒖𝒖𝒖𝒖𝒚 𝒎𝒖𝒖𝒖𝒚 𝒑𝒆𝒔𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒃𝒓á 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒓 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒐𝒍𝒖𝒄𝒊ó𝒏, 𝒚𝒐 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒈𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒓𝒐 𝒎𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒑𝒕𝒂𝒏, 𝒔𝒐𝒚 𝒆𝒍 𝒑𝒖𝒕𝒐 𝒂𝒎𝒐.

𝑻ú 𝒔𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒎𝒆 𝒑𝒆𝒈𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒖𝒏 𝒈𝒐𝒍𝒑𝒆 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒚 𝒕𝒆 𝒈𝒊𝒓𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒏𝒇𝒂𝒅𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒈𝒖í𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒔𝒆 𝒗𝒐𝒄𝒂𝒃𝒖𝒍𝒂𝒓𝒊𝒐, 𝒂𝒔í 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒊𝒏𝒅𝒊𝒈𝒏𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒚 𝒔𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒓, 𝒅𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒗𝒆𝒓𝒔𝒂𝒄𝒊ó𝒏.

-𝑨𝒔𝒉, 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒂𝒍𝒉𝒖𝒎𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕á𝒔 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒗𝒆𝒏𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒂𝒒𝒖í. - 𝑻𝒆 𝒅𝒊 𝒖𝒏 𝒈𝒐𝒍𝒑𝒆 𝒍𝒆𝒗𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒏𝒂𝒍𝒈𝒂𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒕𝒂𝒓𝒍𝒂 𝒚 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒓𝒎𝒆 𝒂 𝒕𝒖 𝒍𝒂𝒅𝒐.

-𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒊𝒐𝒔. -𝑴𝒆 𝒓𝒆𝒈𝒂ñ𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒓 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒏𝒂𝒍𝒈𝒂𝒔 𝒚 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒓 𝒂𝒍 𝒕𝒊𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒄𝒂𝒔𝒂.

𝑻𝒐𝒅𝒐 𝒍𝒐 𝒔𝒊𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒆𝒔 𝒍𝒐 𝒐𝒃𝒗𝒊𝒐, 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒂𝒃𝒓𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏, 𝒏𝒐𝒔 𝒔𝒂𝒍𝒖𝒅𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒚 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒂 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔, 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒂𝒍 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒅𝒐𝒓 𝒚 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒆𝒔𝒕á𝒃𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂 𝒎𝒆𝒔𝒂, 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒆𝒏 𝒇𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔, 𝒂𝒍 𝒐𝒕𝒓𝒐 𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒔𝒂.

𝑻𝒖 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆 𝒏𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂𝒃𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒅𝒊𝒐𝒔, 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒕𝒖 𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒐, 𝒚 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒕𝒖 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏 𝒈𝒆𝒏𝒆𝒓𝒂𝒍, 𝒕𝒐𝒅𝒂𝒔 𝒑𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒃𝒖𝒓𝒓𝒊𝒅𝒂𝒔 𝒔𝒆𝒈ú𝒏 𝒚𝒐.

𝑬𝒔𝒕𝒐 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂 𝒖𝒏 𝒑𝒐𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒅𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊ó𝒏, 𝒏𝒐?

𝑬𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒆𝒔𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒐 𝒇𝒊𝒏𝒋𝒐 𝒃𝒐𝒔𝒕𝒆𝒛𝒂𝒓 𝒚 𝒔𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒓𝒄𝒐 𝒂 𝒕𝒊, 𝒑𝒐𝒏𝒈𝒐 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝒎𝒖𝒔𝒍𝒐, 𝒚 𝒍𝒐 𝒂𝒄𝒂𝒓𝒊𝒄𝒊𝒐 𝒍𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆.

𝑬𝒏 𝒆𝒔𝒆 𝒊𝒏𝒔𝒕𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒖 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒔𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒂𝒍𝒊𝒛𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒐, 𝒅𝒊𝒐𝒔 𝒎í𝒐, 𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒋𝒐𝒅𝒆𝒓.
𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒔𝒆𝒈𝒖í𝒂 𝒋𝒖𝒈𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒖 𝒎𝒖𝒔𝒍𝒐 𝒍𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒕𝒓𝒂𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒅𝒊𝒃𝒖𝒋𝒐𝒔 𝒐 𝒍𝒆𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒆𝒂𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂𝒔.

𝑳𝒐 ú𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆𝒏í𝒂 𝒄𝒍𝒂𝒓𝒐 𝒆𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒃𝒂 𝒔𝒊𝒏 𝒑𝒂𝒓𝒂𝒓, 𝒕𝒆 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒃𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒏𝒆𝒓𝒗𝒊𝒐𝒔𝒐, 𝒕𝒆𝒏𝒔𝒐, 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂𝒔 𝒊𝒎𝒑𝒖𝒓𝒐, 𝒔𝒖𝒄𝒊𝒐 𝒚 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆𝒕𝒐𝒅𝒐, 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂𝒅𝒐.

𝑴𝒊𝒔 𝒅𝒆𝒅𝒐𝒔 𝒓𝒐𝒛𝒂𝒃𝒂𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒆𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒏𝒕𝒂𝒍𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒅𝒆𝒍𝒊𝒄𝒂𝒅𝒆𝒛𝒂, 𝒚 𝒅𝒆 𝒗𝒆𝒛 𝒆𝒏 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 "𝒂𝒓𝒂ñ𝒂𝒃𝒂" 𝒆𝒔𝒂 𝒕𝒆𝒍𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒅𝒊𝒇𝒆𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆.

𝑻𝒖 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒔𝒆𝒈𝒖í𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒔𝒐, 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒅𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒉𝒂𝒄í𝒂 𝒕𝒖 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒊𝒆𝒔𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒗𝒐𝒄𝒂𝒃𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒔𝒂.

- ¿𝒀 𝒒𝒖é 𝒕𝒂𝒍 𝒆𝒔 𝒗𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒓𝒆𝒍𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒆𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔? -𝑫𝒊𝒋𝒐 𝒕𝒖 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒆𝒏 𝒕𝒐𝒅𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒆𝒏𝒂, 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒂 𝒕𝒊 𝒊𝒏𝒄𝒐𝒏𝒔𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂𝒍 𝒔𝒆𝒓 𝒔𝒖 𝒉𝒊𝒋𝒐.

𝒀𝒐 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒆í 𝒚 𝒕𝒆 𝒎𝒊𝒓é, 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒖 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒚𝒐 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊é𝒏, 𝒚 𝒂𝒅𝒆𝒎á𝒔 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒐, 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒗𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒔 𝒅𝒆𝒅𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂 𝒓𝒐𝒕𝒖𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒕𝒖 𝒑𝒂𝒏𝒕𝒂𝒍ó𝒏 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒓𝒐𝒅𝒊𝒍𝒍𝒂, 𝒓𝒐𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒇𝒊𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒑𝒊𝒆𝒍.

-𝑬-𝑬𝒔 𝒎𝒖𝒚 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒎á, é𝒍 𝒚 𝒚𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐, 𝒔-𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒂𝒑𝒐𝒚𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒕𝒐𝒅𝒐, 𝒚-𝒚 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒐....

𝑴𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒚 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒆𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒏𝒆𝒓𝒗𝒊𝒐𝒔𝒐, 𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒇𝒐𝒏𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒅í𝒂 𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒗é𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒆𝒏𝒂𝒛𝒂𝒃𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒂𝒕𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓𝒎𝒆 𝒂 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒄𝒂𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔.

𝑬𝒍𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒂 𝒎𝒂𝒏í𝒂 𝒎𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄í𝒂 𝒋𝒐𝒅𝒊𝒅𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂𝒃𝒔𝒖𝒓𝒅𝒂, 𝒑𝒐𝒓 𝒒𝒖é 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒓í𝒂 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒓 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔 𝒎í𝒐 𝒆𝒏 𝒖𝒏 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒄𝒖𝒂𝒍𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔?

𝑵𝒊 𝒊𝒅𝒆𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒖𝒕𝒊𝒍𝒊𝒛𝒂𝒓é 𝒆𝒔𝒐 𝒂 𝒎𝒊 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓 𝒚 𝒕𝒆 𝒋𝒐𝒅𝒆𝒓é 𝒂𝒍 𝒊𝒈𝒖𝒂𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒊𝒄𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒕ú 𝒄𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒔𝒂𝒓í𝒂.

𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔 𝒔𝒖𝒃í 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒂 𝒕𝒖 𝒎𝒖𝒔𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒂𝒄𝒂𝒓𝒊𝒄𝒊𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂 𝒂𝒓𝒓𝒊𝒃𝒂 𝒚 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒎𝒊𝒔 𝒅𝒆𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒚𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒓í𝒂, 𝒕𝒖 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒑𝒊𝒆𝒓𝒏𝒂.

𝑨𝒒𝒖í 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒄é 𝒂 𝒓𝒐𝒛𝒂𝒓 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒔 𝒅𝒆𝒅𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒆𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒑𝒂𝒏𝒕𝒂𝒍ó𝒏 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒂 𝒓𝒐𝒛𝒂, 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒕𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒃𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒓𝒐𝒃𝒂𝒓 𝒒𝒖é 𝒕𝒂𝒏 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒔 𝒇𝒊𝒏𝒈𝒊𝒓.

𝑻𝒖𝒔 𝒆𝒙𝒑𝒓𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒆𝒓𝒂𝒏 𝒋𝒐𝒅𝒊𝒅𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒐𝒃𝒗𝒊𝒂𝒔, 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒃𝒂 𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒔𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒏𝒐𝒓𝒎𝒂𝒍𝒆𝒔, 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒊 𝒕𝒖𝒔 𝒆𝒙𝒑𝒓𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂𝒏 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒎á𝒔 𝒏𝒐𝒓𝒎𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔.

𝑻ú 𝒔𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒈𝒂𝒃𝒂𝒔 𝒔𝒂𝒍𝒊𝒗𝒂 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒎á𝒔, 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂𝒔 𝒔𝒆 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒄𝒐𝒓𝒕𝒂𝒃𝒂𝒏 𝒂 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒄𝒖𝒍𝒑𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒗𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒑𝒆𝒕𝒊𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒔 𝒅𝒆𝒅𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒖 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒑𝒊𝒆𝒓𝒏𝒂, 𝒍𝒐𝒈𝒓𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒕𝒊 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏, 𝒕𝒆𝒎𝒐𝒓, 𝒚 𝒖𝒏 𝒑𝒍𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒎𝒖𝒚 𝒆𝒙𝒕𝒓𝒂ñ𝒐.

𝑶𝒅𝒊𝒂𝒃𝒂𝒔 𝒔𝒆𝒓 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒇𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒆𝒓𝒂 𝒚𝒐, 𝒕𝒖 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒐, 𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌, 𝒚 𝒆𝒔𝒐 𝒕𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒂𝒃𝒂, 𝒕𝒆 𝒉𝒂𝒄í𝒂 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒓 𝒎á𝒔, 𝒚 𝒕𝒖 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒑𝒊𝒆𝒓𝒏𝒂 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊é𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒅𝒆 𝒂𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒈𝒐.

𝒀𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒐𝒄𝒐 𝒂 𝒑𝒐𝒄𝒐 𝒆𝒍 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒐 𝒃𝒖𝒍𝒕𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒆 𝒉𝒂𝒄í𝒂 𝒎á𝒔 𝒚 𝒎á𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒏𝒅𝒆, 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒓𝒐𝒄𝒆𝒔 𝒚 𝒕𝒐𝒒𝒖𝒆𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒄𝒆𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒎í.

𝑻𝒖 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒑𝒊𝒆𝒓𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒂 𝒎𝒊 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒄𝒂𝒚ó 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒕𝒓𝒂𝒎𝒑𝒂, 𝒂𝒄𝒖𝒅𝒊ó 𝒂 𝒎𝒊 𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂𝒅𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒚𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒓í𝒂, 𝒚 𝒂𝒉í 𝒕𝒆 𝒕𝒆𝒏í𝒂, 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒑𝒓𝒐𝒃𝒍𝒆𝒎𝒂 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒑𝒊𝒆𝒓𝒏𝒂, 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒂𝒑𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒏𝒕𝒆𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒔𝒂, 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒉𝒂𝒄í𝒂𝒏 𝒑𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒂𝒔 𝒋𝒐𝒅𝒊𝒅𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂𝒃𝒔𝒖𝒓𝒅𝒂𝒔, 𝒚 𝒕𝒖 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒃𝒂 𝒆𝒏 𝒔𝒆𝒙𝒐 𝒚 𝒎á𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒕𝒆𝒏í𝒂𝒏 𝒏𝒊 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒊𝒛𝒄𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒗𝒆𝒓 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒈𝒆𝒏𝒊𝒕𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒄í𝒂𝒏.

-𝑨-𝑨𝒎𝒎... 𝑷𝒆𝒓𝒅ó𝒏? 𝑵𝒐 𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒖𝒄𝒉é 𝒎𝒂𝒎á.... 𝑳𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐, 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒃𝒂 𝒆𝒏 𝒖𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒆𝒅𝒊𝒄𝒊𝒏𝒂.... 𝑴𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒓𝒆𝒑𝒆𝒕𝒊𝒓?. -𝒅𝒊𝒋𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒆𝒗𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒕í𝒎𝒊𝒅𝒐 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒄𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒏𝒊 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒐𝒍𝒂 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆 𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐.

-𝑪𝒍𝒂𝒓𝒐, 𝒅𝒆𝒄í𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒉𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒂𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒋𝒂 𝒏𝒐 𝒕𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒓𝒂𝒊𝒈𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒅𝒊𝒐𝒔, 𝒚 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒔𝒂𝒒𝒖𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒓𝒓𝒆𝒓𝒂. -𝑻𝒆 𝒓𝒆𝒑𝒊𝒕𝒊ó 𝒕𝒖 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒂𝒅𝒗𝒆𝒓𝒕𝒊𝒓 𝒍𝒐 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒅𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆, 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒅𝒊𝒐𝒔 𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒂.

-𝑺-𝑺í 𝒎𝒂𝒎á, é𝒍 𝒆𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒓𝒓𝒆𝒓𝒂 𝒚 𝒔𝒊 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒐, 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒋𝒖𝒏𝒕𝒐𝒔. -𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒂𝒓𝒂𝒅𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒔𝒂𝒃𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒄𝒊ó𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒐𝒚 𝒚𝒐, 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐 𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒐𝒍 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝒗𝒊𝒅𝒂, 𝒚 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖é𝒔 𝒆𝒔 𝒓𝒆𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆, 𝒚𝒂 𝒕𝒆 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒂 𝒚 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒏𝒊 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒕𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒅𝒊𝒗𝒆𝒓𝒕𝒊𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒗𝒆𝒓 𝒎𝒊 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒚 𝒂𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓 𝒂 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒐 𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒚 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒓.

𝑴𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕ú 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒔 𝒂 𝒍𝒂 𝒑𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒂, 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒚𝒂 𝒉𝒂𝒃í𝒂 𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐 𝒍𝒂 𝒄𝒓𝒆𝒎𝒂𝒍𝒍𝒆𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒑𝒂𝒏𝒕𝒂𝒍ó𝒏, 𝒔𝒆 𝒉𝒂𝒃í𝒂 𝒎𝒆𝒕𝒊𝒅𝒐 𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒕𝒖 𝒃ó𝒙𝒆𝒓 𝒚 𝒉𝒂𝒃í𝒂 𝒔𝒂𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒕𝒖 𝒎𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒐 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂, 𝒐𝒃𝒗𝒊𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒍𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒔𝒖𝒕𝒊𝒍, 𝒓𝒐𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒖 𝒑𝒊𝒆𝒍 𝒆𝒏 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐, 𝒉𝒂𝒄𝒊é𝒏𝒅𝒐𝒕𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓 𝒎𝒂𝒓𝒊𝒑𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒆𝒔𝒕ó𝒎𝒂𝒈𝒐.

𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒔𝒆𝒈𝒖í𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒊𝒆𝒔𝒂, 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒓𝒐𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐𝒔𝒆 𝒕í𝒎𝒊𝒅𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒖 𝒎𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒐, 𝒅𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒐𝒔 𝒕𝒐𝒒𝒖𝒆𝒔, 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒊 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊𝒅𝒐 𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒆𝒍𝒍𝒂, 𝒚 𝒍𝒐𝒈𝒓𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒓 𝒎á𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒆𝒏 𝒕𝒊 𝒂𝒍 𝒏𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒕𝒐𝒅𝒂 𝒍𝒂 𝒂𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊ó𝒏 𝒅𝒆 𝒈𝒐𝒍𝒑𝒆, 𝒚 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒈𝒐𝒍𝒑𝒆𝒄𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝒎𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒐, 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒊 𝒏𝒐 𝒔𝒖𝒑𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓.

𝑳𝒂 𝒔𝒊𝒕𝒖𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒕𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄í𝒂 𝒔𝒖𝒓𝒓𝒆𝒂𝒍, 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒃𝒂𝒔 𝒚 𝒎𝒊 𝒓𝒐𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒚 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒏 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒊 𝒏𝒂𝒅𝒂, 𝒔𝒊𝒏 𝒏𝒊𝒏𝒈ú𝒏 𝒕𝒊𝒑𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒂𝒅 𝒐 𝒑𝒊𝒄𝒂𝒓𝒅í𝒂.
𝑬𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂𝒕𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔, 𝒂𝒅𝒆𝒎á𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒆𝒔 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒅í𝒂 𝒔𝒊 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒑𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒂𝒃𝒂𝒏.

𝑬𝒓𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒆𝒍 ú𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄í𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒓𝒂𝒓𝒐 𝒐 𝒂𝒄𝒕𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒆𝒙𝒕𝒓𝒂ñ𝒂 𝒆𝒓𝒂𝒔 𝒕ú, 𝒕𝒖 𝒗𝒐𝒛 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒔𝒆 𝒂𝒔𝒆𝒎𝒆𝒋𝒂𝒃𝒂 𝒎á𝒔 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒎í𝒕𝒊𝒄𝒐𝒔 𝒈𝒆𝒎𝒊𝒅𝒐𝒔, 𝒕𝒖 𝒑𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒔𝒆 𝒎𝒐𝒗í𝒂 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒎á𝒔 𝒓á𝒑𝒊𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒄𝒖𝒍𝒑𝒂 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒂𝒄𝒆𝒍𝒆𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒊𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏, 𝒕𝒖𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒏𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂𝒃𝒂𝒏 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒕𝒐𝒔, 𝒔𝒆 𝒎𝒐𝒗í𝒂𝒏 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒂 𝒐𝒕𝒓𝒐, 𝒔𝒊𝒏 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒓 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒓, 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒔𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒓í𝒂𝒏 𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓, 𝒕𝒖𝒔 𝒍𝒂𝒃𝒊𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒏 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒉𝒖𝒎𝒆𝒄𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒖 𝒔𝒂𝒍𝒊𝒗𝒂 𝒂 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒎𝒊𝒏𝒖𝒕𝒐 𝒑𝒓á𝒄𝒕𝒊𝒄𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆

𝑻ú 𝒒𝒖𝒆𝒓í𝒂𝒔 𝒎𝒐𝒓𝒅𝒆𝒓𝒍𝒐𝒔, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅í𝒂𝒔 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓𝒍𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆, 𝒒𝒖𝒆𝒓í𝒂𝒔 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅í𝒂 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒏𝒊𝒏𝒈𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔.

𝑳𝒐 ú𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒐𝒈𝒓𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖é𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒐𝒔 𝒎𝒊𝒏𝒖𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖é𝒔 𝒇𝒖𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒓𝒄𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒂 𝒎𝒊 𝒐í𝒅𝒐 𝒚 𝒔𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒂𝒔𝒊 𝒆𝒏 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒅𝒆 𝒈𝒆𝒎𝒊𝒅𝒐 𝒎𝒆𝒛𝒄𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒔ú𝒑𝒍𝒊𝒄𝒂 𝒍𝒂𝒔 𝒔𝒊𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂𝒔

- 𝑨-𝑨𝒎𝒐𝒓, 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒔.... -𝒅𝒊𝒋𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒅𝒊𝒇𝒊𝒄𝒖𝒍𝒕𝒂𝒅 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒐𝒍𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒕𝒐𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒗𝒐𝒛.

- 𝒅-𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒇𝒐𝒍𝒍𝒆𝒔.... 𝑰𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝒔𝒊 𝒉𝒂𝒄𝒆 𝒇𝒂𝒍𝒕𝒂 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓𝒎𝒆 𝒅𝒂ñ𝒐.... 𝑸𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒎𝒂𝒓𝒒𝒖𝒆𝒔 𝒚 𝒉𝒂𝒈𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒄𝒂𝒃𝒆𝒛𝒂 𝒏𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒂𝒑𝒂𝒓𝒆𝒛𝒄𝒂 𝒕𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆... 𝑸𝒖𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒈𝒓𝒂𝒃𝒂𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒕𝒆𝒏𝒆𝒛𝒄𝒐 -𝒎𝒆 𝒔𝒖𝒑𝒍𝒊𝒄𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒓á𝒑𝒊𝒅𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒖𝒏 𝒔𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖é𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒅𝒆𝒓 𝒕𝒖 𝒓𝒐𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒄𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐.

𝒀𝒐 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒆í 𝒚 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖é𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒐𝒒𝒖𝒆𝒔 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝒎𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒐, 𝒍𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒄é 𝒂 𝒎𝒂𝒔𝒕𝒖𝒓𝒃𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒕𝒖𝒅 𝒚 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒖𝒏𝒂 𝒍𝒆𝒗𝒆 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒊ó𝒏 𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒆, 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒖 𝒑𝒊𝒆𝒍 𝒔𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒊𝒓𝒂 𝒚 𝒔𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒈𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒎𝒊𝒍í𝒎𝒆𝒕𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒎𝒖𝒆𝒗𝒆.

𝑻𝒖𝒔 𝒍𝒂𝒃𝒊𝒐𝒔 𝒔𝒆 𝒂𝒃𝒓𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐, 𝒄𝒐𝒏 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊ó𝒏 𝒅𝒆 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓 𝒔𝒂𝒍𝒊𝒓 𝒄𝒖𝒂𝒍𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓 𝒔𝒐𝒏𝒊𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒍𝒊𝒗𝒊𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒔, 𝒚 𝒆𝒔𝒐 𝒉𝒊𝒛𝒐, 𝒅𝒆𝒋ó 𝒔𝒂𝒍𝒊𝒓 𝒖𝒏 𝒔𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐, 𝒒𝒖𝒆 𝒇𝒖𝒆 𝒊𝒏ú𝒕𝒊𝒍 𝒚𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂𝒃𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒂𝒉𝒐𝒈𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒈𝒓𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒎í𝒏𝒊𝒎𝒐.

𝑻𝒖 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒚𝒂 𝒉𝒂𝒃í𝒂 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒅𝒐 𝒂𝒍 𝒍í𝒎𝒊𝒕𝒆, 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅í𝒂 𝒐𝒄𝒖𝒍𝒕𝒂𝒓 𝒎á𝒔 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒔𝒖𝒄𝒆𝒅𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒆𝒔𝒂 𝒎𝒆𝒔𝒂, 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅í𝒂 𝒊𝒈𝒏𝒐𝒓𝒂𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒗𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐, 𝒕𝒖 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒆𝒍 𝒎í𝒐 𝒚 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒂𝒏 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒕𝒖 𝒍𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐 𝒂𝒖𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐 𝒎á𝒔.

𝑴𝒊𝒔 𝒍𝒂𝒃𝒊𝒐𝒔 𝒕𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄í𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒎𝒂𝒔𝒊𝒂𝒅𝒐 𝒂𝒑𝒆𝒕𝒊𝒕𝒐𝒔𝒐𝒔, 𝒔𝒖 𝒄𝒐𝒍𝒐𝒓 𝒚 𝒔𝒖 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊, 𝒕𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒗𝒐𝒄𝒂𝒃𝒂, 𝒂𝒍 𝒊𝒈𝒖𝒂𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒍𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐, 𝒎𝒊𝒔 𝒃𝒓𝒂𝒛𝒐𝒔, 𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔, 𝒗𝒆𝒏𝒂𝒔, 𝒄𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐, 𝒆 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝒑𝒐𝒄𝒐 𝒂 𝒑𝒐𝒄𝒐 𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒛𝒂𝒃𝒂 𝒂 𝒆𝒙𝒄𝒊𝒕𝒂𝒓 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒎𝒊𝒔 𝒂𝒄𝒄𝒆𝒔𝒐𝒓𝒊𝒐𝒔.

𝑴𝒊𝒔 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒄𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒕𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄í𝒂𝒏 𝒆𝒙𝒄𝒊𝒕𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔, 𝒕𝒆 𝒓𝒆𝒔𝒖𝒍𝒕𝒂𝒃𝒂𝒏 𝒄𝒂𝒍𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒔𝒖𝒔 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒐𝒔 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔, 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒍𝒂𝒃𝒊𝒐 𝒊𝒏𝒇𝒆𝒓𝒊𝒐𝒓 𝒚 𝒖𝒏𝒐 𝒆𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒔 𝒄𝒆𝒋𝒂𝒔, 𝒆𝒓𝒂𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐𝒔.

𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒚 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒈𝒖𝒂𝒓𝒅𝒂𝒃𝒂𝒔 𝒕𝒖 𝒎𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒃ó𝒙𝒆𝒓 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐, 𝒔𝒖𝒃𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒄𝒓𝒆𝒎𝒂𝒍𝒍𝒆𝒓𝒂 𝒚 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖é𝒔 𝒍𝒆 𝒑𝒆𝒅𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔...

-𝑷𝒆𝒓𝒅ó𝒏, 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒐 𝒊𝒓 𝒂𝒍 𝒃𝒂ñ𝒐, 𝒎𝒆 𝒆𝒔𝒕á 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒅𝒐𝒍𝒆𝒓 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒃𝒆𝒛𝒂... -𝑻𝒆 𝒍𝒆𝒗𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒚 𝒇𝒖𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒅𝒊𝒓𝒆𝒄𝒄𝒊ó𝒏 𝒂𝒍 𝒃𝒂ñ𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒔𝒖𝒓𝒂𝒅𝒂.

𝑨𝒍 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒓 𝒂𝒍 𝒃𝒂ñ𝒐, 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒅𝒐𝒓 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒋𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒂 𝒎í, 𝒒𝒖𝒆 𝒐𝒃𝒗𝒊𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒎𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔, 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒊 𝒎𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒗𝒊𝒈𝒊𝒍𝒂𝒓𝒂𝒏 𝒂 𝒅𝒆𝒕𝒂𝒍𝒍𝒆.

-𝑯𝒖𝒎..... 𝑴𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒎𝒊𝒕í𝒔? 𝑰𝒓é 𝒂 𝒗𝒆𝒓 𝒒𝒖é 𝒍𝒆 𝒔𝒖𝒄𝒆𝒅𝒆.... 𝑸𝒖𝒊𝒛á 𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒅𝒊𝒂𝒓....

𝑴𝒆 𝒍𝒆𝒗𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒔𝒊𝒍𝒍𝒂 𝒚 𝒇𝒖𝒊 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂 𝒍𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒃𝒂ñ𝒐, 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒂𝒃𝒓𝒊𝒓 𝒚 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒓 𝒓á𝒑𝒊𝒅𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒚 𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓 𝒅𝒆𝒕𝒓á𝒔 𝒅𝒆 𝒎í, 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒂𝒎𝒃𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒃𝒂ñ𝒐....

𝒀..... 𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒓á 𝒏𝒆𝒏𝒆, 𝒔í, 𝒕𝒆 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒎𝒆 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒂 𝒎í 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝒂𝒏𝒕𝒆𝒓𝒊𝒐𝒓 𝒄𝒂𝒓𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒏 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒚 𝒂 𝒎𝒆𝒅𝒊𝒂𝒔.

𝑺𝒆𝒈𝒖𝒊𝒓é 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒄𝒂𝒓𝒕𝒂, 𝒒𝒖𝒊𝒛á 𝒕𝒆 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒎𝒂ñ𝒂𝒏𝒂, 𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐..... 𝑶 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒆 𝒂𝒑𝒆𝒕𝒆𝒛𝒄𝒂.
𝑴𝒖𝒂𝒌

                                                 -𝑱𝑲

Esa era mi carta, mi continuación a la de mi novio, y la verdad, me encantó, me salió genial, y además ya era de noche, entonces ya podía irme a mi casa a dormir, que se encargue otro del rehén.

Mi turno ya había terminado, es por eso que recogí todo, fui hacia la puerta y me despedí de mi gran amigo

-Adiós bro, un placer hacer cartas contigo, un beso, calvo. -Le mandé un beso y luego salí de la sala, cerrando con llave y dejándola en el lugar secreto para que el siguiente la coja.

Seguí con mi camino hacia casa mientras releía la carta una y otra vez, satisfecho de mi obra maestra.

Saqué mi teléfono y le escribí a Tae:

- "Ey nene" "por casualidad sabrás si los polis quieren infiltrarse a alguna mafia o algo?" "dímelo y no seas malo"
"por cierto, que jodida belleza de carta, te enviaré la respuesta"

Y luego de eso llegué a casa, sonreí y me acerqué al buzón donde siempre tiro mis cartas para mi novio, y cómo no, tiré mi siguiente obra maestra al buzón, sonreí y me giré para entrar a la casa.

Y hasta aquí por hoy marranos, yo ya no tengo nada más que comentar, ahora le toca a mi bello y hermoso novio seguir así.

Un cuchillazo, digo, abrazo, Byeee