-ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 8
...
...
La joven sirena estaba sintiendo muchas cosas en un solo momento.
Preocupación, decepción , miedo, ira, y tristeza.
Jacob sabía lo que había pasado, la razón por la que ella había huido de su hogar, y aún así la había llevado a un lugar lleno de esas criaturas. ¿Realmente no pensó en lo que ella sentiría? ¿Acaso olvidó lo que le había causado tanto dolor?
Con una última mirada llena de reproche hacia él, Serenna salió corriendo de la casa.
Sabía que Jake la seguía; podía oír el sonido de sus pasos apresurados tras ella. Sin embargo, eso no la detuvo. Corrió hasta llegar a la playa de La Push. Al pisar la arena, se desplomó de rodillas, el peso de sus recuerdos cayendo sobre ella con la misma fuerza que las olas rompiendo en la orilla.
Los recuerdos de aquel día invadieron su mente, escenas que había evitado revivir. Sangre, gritos de sus amigas y compañeras, el caos absoluto.
Las lágrimas brotaron con rapidez, incapaz de contener su dolor, de dejar de revivir esos momentos tan aterradores.
Sabía que él estaba atrás de ella, pero no miraría atrás, no le hablaría. Necesitaba tiempo para procesarlo todo, para comprender lo que sentía. No era una mujer que evitara las explicaciones, pero aún no estaba lista. Primero, debía estar sola.
...
Mientras tanto, en la cabaña, todos observaban a Jacob con reproche. Incluso el pequeño Seth, que a su corta edad, entendía el error que había cometido. Estaban molestos, más aún cuando, al pasar el día, Serenna no había regresado.
Jacob no era una mala persona, pero su corazón era tan blando que no había pensado en las consecuencias de sus acciones. Cuando le habló de Bella, omitió la parte crucial de los vampiros, consciente de la reacción que tendría Serenna al enterarse de que esas criaturas estaban cerca de ella. Sin embargo, se había cegado por su propia preocupación por la que se supone es su mejor amiga y había olvidado el temor de la sirena hacia los chupasangre.
Al ver que Serenna no llegaba, Jacob decidió regresar a su casa, dándole el espacio necesario para que tomara su decisión de si quería hablarle o no.
Esa noche, Serenna la pasó en La Push. Se refugió en una pequeña cueva submarina, un lugar que, de alguna manera, la reconectaba con su niñez. Allí, en la oscuridad, se sumió en pensamientos y recuerdos de tiempos pasados, cuando dormía junto a sus amigas en una cueva similar.
Estaba lista, finalmente, para enfrentar la situación y escuchar lo que Jacob tenía que decir. Al amanecer, salió del agua y se colocó la misma ropa que llevaba el día anterior.
Al llegar a la cabaña, una sonrisa tímida cruzó su rostro al saludar a todos. Al instante, el pequeño Seth se lanzó a abrazarla, seguido de Embry y Quil.
-Estábamos preocupados por ti- dijo el pequeño, sin soltarla-
-Si, Jacob es un idiota- añadió Quil, siempre sincero-
-Lamento haberme ido sin avisar. Solo necesitaba tiempo para procesarlo todo- Serenna habló suavemente, con una sonrisa ligera en los labios-
-Toma las galletas que quieras, las hice especialmente para ti. No dejé que ninguno las tocara,- Emily le acercó un tazón con varias galletas, intentando cambiar de tema para aliviar la incomodidad.-
-Gracias- Serenna sonrió más abiertamente, tomó una galleta y la mordió. Al instante, el sabor del chocolate la envolvió, pero también percibió algo nuevo- Están deliciosas... ¿Qué les pusiste? Tiene un sabor diferente.
-Además del chocolate, les agregué kiwi. Es una fruta nueva que está en el mercado del pueblo, y quería que la probaras. Si quieres, hay más en la nevera, para que las comas frescas.
Serenna se acercó a Emily y la abrazó con gratitud.
- Muchas gracias, Emily, están increíbles.
Entonces, Serenna le ofreció una galleta a cada uno de los presentes para que pudieran probar la deliciosa mezcla.
Tras un breve silencio, finalmente preguntó:
- ¿Dónde está Jacob?.
- Seguramente en su taller, pensando en lo idiota qué es- respondió Paul, sin rodeos-
-Gracias- Serenna murmuró, sintiendo que ya era hora de hablar con él-
...
Después de caminar un poco, Serenna finalmente vio a Jacob en su pequeño taller. Él estaba concentrado en arreglar lo que parecía ser una moto antigua, su ceño fruncido reflejaba la incomodidad de la situación.
Jacob percibió el aroma característico de su impronta y, al levantar la mirada, vio a la pelirroja a tan solo un metro de distancia.
- Seri - usó el apodo que solo él la llamaba en privado, lo que hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Serenna - Lo siento- Su voz era baja, casi inaudible, pero cargada de culpa y arrepentimiento - De verdad, lo siento muchísimo.
Serenna lo miró a los ojos, sintiendo cómo las lágrimas aún no derramadas amenazaban con salir.
- ¿Por qué me llevaste allí? ¿Por qué no me dijiste lo que eran? - preguntó con voz quebrada - Sabes lo que significan los vampiros para mí. Sabes lo que me hicieron-
- No tengo excusas, ni una razón que justifique lo que hice para que decidas perdonarme- Jake dio un paso hacia adelante, su rostro demostraba desesperación - Fue estúpido de mi parte. Estaba preocupado, la situación del momento y los acontecimientos antes de conocerte me golpearon y me cegaron, no pensé en cómo te sentirías estando allí- suspira- cuando me pediste llevarte acepté porque necesitaba tu apoyo, pero fui un idiota en pensar solo en mi y olvidar aquella importante razón de tu dolor, y de verdad me arrepiento por ello. Lamento no contarte todo desde el inicio-
Serenna no retrocedió cuando él se acercó más. Sintió el peso de sus palabras, pero necesitaba hablar.
-Me sentí muy dolida, traicionada pero más que todo desprotegida, reviví aquellos horrorosos momentos.
Jacob asintió, su garganta apretada, incapaz de decir más. Solo dejó que la tristeza en sus ojos hablara por él.
-Lo sé, y me duele profundamente que te haya puesto en esa situación. Haré todo lo posible para enmendarlo- dijo, colocando una mano suave sobre su mejilla, limpiando las lágrimas que caían lentamente- No volveré a ponerte en una situación así.
-Te creo- respondió Serenna, su voz más calmada- Pero necesitaré tiempo para superarlo- Se apartó un paso, mirando a Jacob fijamente - Y necesito que me cuentes todo, absolutamente todo. Todo lo relacionado con Bella, todo sobre los vampiros... todo.
Jacob la tomó de la mano con suavidad, guiándola hacia dentro del taller para que pudieran estar cómodos y hablar.
-Todo empezó, cuando Bella volvió a Forks- comenzó Jacob, sabiendo que era el momento de contarle toda la historia-
Serenna permaneció en silencio durante todo el relato, observando atentamente sus expresiones, analizando sus palabras, y finalmente comprendiendo, aunque con dolor, al chico que tanto significaba para ella.
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