-ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 3
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...
Todos los presentes estaban atentos, expectantes por escuchar la respuesta de Jacob sobre la joven pelirroja que llevaba sobre su lomo.
El lobo se adentró en el bosque y, oculto entre los frondosos árboles, volvió en su forma humana. Vestido únicamente con una pantaloneta, cargaba a la sirena en sus brazos, listo para responder todas las preguntas de su alfa y sus amigos.
-Ella es mi impronta- declaró Jacob con voz firme-
Esa pequeña frase dejó a todos en completo silencio. Incluso Sam, su alfa, esbozó una leve sonrisa de sorpresa.
-¿Qué es? Su aroma es muy extraño- se atrevió a preguntar Embry, rompiendo el mutismo-
-Es una sirena. Y antes de que comiencen a bombardearme con preguntas -dijo Jacob, interrumpiendo cualquier intento de comentario- Sam, ¿puedo dejarla descansar en el sofá?
-Por supuesto- respondió el alfa con un leve asentimiento-
Jacob no perdió tiempo. Entró a la casa con Serenna en brazos y la depositó cuidadosamente en el sofá de la sala. Luego salió al porche, donde el resto de la manada seguía reunida, mirándolo con curiosidad.
-¿Donde la encontraste?- preguntó Sam, cruzándose de brazos-
-Estaba corriendo en la frontera de Canadá cuando la vi. Estaba desnuda y escapando de algo.
-¿De qué?- insistió el alfa, con el ceño ligeramente fruncido-
-Aun no me ha dicho- confesó Jacob, dejando escapar un suspiro- Pero prometió contármelo todo cuando despierte.
Sam reflexionó un momento antes de asentir.
-Será mejor que todos descansemos. Por la mañana, la chica responderá nuestras dudas.
Con eso, los demás miembros de la manada comenzaron a despedirse. Algunos no pudieron ocultar su curiosidad, pero respetaron la decisión de su alfa.
-¿Te quedarás aquí? - preguntó Sam, antes de entrar en la casa-
-Sí. Quiero que, cuando despierte, me vea.
El alfa asintió y subió a su habitación para continuar durmiendo con Emily. Jacob, por su parte, se sentó en el suelo junto al sofá. Antes de recostarse, besó con suavidad la frente de su impronta.
...
El sol comenzaba a filtrarse por las ventanas cuando la sirena despertó de golpe. Sus ojos verdes fosforescentes brillaban mientras un sudor frío cubría su piel. Parecía aterrada, como si acabara de escapar de una pesadilla.
Jacob escuchó los pequeños sollozos de Serenna y, preocupado, se incorporó rápidamente. La encontró acurrucada, con la cabeza entre las rodillas. Sin dudarlo, se sentó a su lado y la envolvió con sus brazos para calmarla.
Serenna se aferró al chico, buscando consuelo en el cálido latido de su corazón, que la ayudaba a alejar los recuerdos que la atormentaban.
-Tranquila...- murmuró Jacob, besando su cabeza con ternura- Sea lo que sea, estoy aquí contigo.
Poco a poco, la sirena logró calmarse. Cuando abrió los ojos, observó a su alrededor con curiosidad. Aún recostada en el pecho del moreno, no reconocía el lugar.
-¿Dónde estamos?- preguntó con voz suave, separándose apenas un poco de él-
Serenna asintió, dispuesta a colaborar. Jacob se levantó y le tendió la mano para ayudarla a incorporarse. A través de su oído desarrollado, podía escuchar a los chicos afuera, esperándolos.
Cuando ambos salieron, todas las miradas se posaron en ellos. Serenna, claramente intimidada, dio un paso al frente y sujetó con fuerza la mano de Jacob en busca de apoyo.
-¿Qué quieren saber?- preguntó sin rodeos-
-¿Quién eres?- cuestionó Sam, cruzándose de brazos-
La pelirroja tomó asiento en un tronco antes de responder:
-Soy Serenna, una sirena. Aunque supongo que Jacob ya les habrá dicho.
-¿Sirena? ¿En serio?- Paul alzó una ceja, claramente incrédulo-
-Sí, soy una sirena, no es tan difícil de captar, si entro al mar me sale cola- Alzó los hombros con desdén- No es como si fuera algo más extraño que su transformación.
El tono obvio de Serenna provocó un gruñido de Paul, pero Jacob lo ignoró por completo.
-¿De qué escapabas?- preguntó él con suavidad, buscando sus ojos.
Serenna suspiró y cerró los ojos un momento.
-Nos atacaron... Un clan de vampiros- La mención de aquel recuerdo hizo que su voz temblara ligeramente- Si un vampiro bebe la sangre de una sirena con poderes, puede adquirir ese poder por un tiempo.
La imagen de la masacre de su gente pasó por su mente, pero Serenna respiró hondo y continuó:
-Muchas murieron, con poderes o sin ellos, porque nuestra sangre también les da energía. Algunas logramos escapar transformándonos en humanas para ocultar nuestro aroma- Alzó la mirada hacia Jacob, con una mezcla de tristeza y determinación- Por eso estaba intentando salir de Canadá.
-¿Sabes que eres la impronta de Jacob?- preguntó Seth, el más joven del grupo.
-Lo sé- respondió con un leve asentimiento- Porque él es mi "otra mitad". O algo así.
-¿Tienes poderes?- preguntó Sam, interesado-
-Más o menos. Las sirenas pueden tener cinco tipos diferentes de poderes. Tres de ellos son para controlar el agua: congelarla, evaporarla o darle forma. El cuarto es manipular plantas marinas y el quinto es el encanto de voz.
-¿Encanto de voz?- preguntó Leah, cruzándose de brazos con escepticismo-
-Puedo controlar a un hombre y hacer que haga lo que yo desee.
-¿Puedes mostrarnos?- dijo Sam, curioso-
Serenna asintió y giró su mirada hacia Paul, quien bufó, pero no tuvo tiempo de protestar. Sus ojos verdes fosforescentes brillaron mientras abría ligeramente la boca. Paul escuchó una melodía hipnótica que los demás no podían oír, seguida de una voz dulce que le ordenaba transformarse.
En un instante, Paul se transformó en su forma de lobo. Sus ojos brillaban del mismo color verde que los de Serenna, señal de que estaba bajo su control.
Cuando la sirena dejó de manipularlo, Paul volvió a su forma humana con un fuerte dolor de cabeza.
- ¿Satisfechos? - preguntó Serenna con una sonrisa, mirando a la manada.
Les ha gustado? Que les gustaría que sucediera?
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