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CAPITULO 06
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Eva pasó la noche en el hospital, acompañada solo por el sonido de los monitores y las luces suaves del pasillo que se filtraban a través de la ventana. El dolor había disminuido un poco, pero el miedo seguía presente. Se encontraba esperando a que el Doctor Cullen llegara con los resultados.

Gloria, su jefa, había tenido que irse antes. Le había dicho que la llamaría más tarde, pero Eva ya no quería preocuparla más de lo necesario.

A pesar de estar rodeada de médicos y enfermeras, Eva se sentía sola. Había estado tan acostumbrada a resolver todo por sí misma que, en ese momento de vulnerabilidad, le resultaba difícil depender de otros. Pasó su vida cuidando de sí misma, y la única vez que permitió que alguien velara por ella, las cosas salieron mal. Eso la llevó a decidir que lo mejor era no depender de nadie. Sin embargo, algo había comenzado a cambiar. La presencia de Carlisle había sido constante, calmándola y ayudándola sin esperar nada a cambio. Un sentimiento cálido y reconfortante, que jamás imaginó que volvería a experimentar, había empezado a florecer en su pecho. Pero aún no quería aceptarlo, pues temía volver a caer en desgracia.

Justo cuando pensaba que el silencio la consumiría, la puerta se abrió con suavidad, y la figura del Doctor apareció en el umbral. Llevaba una expresión seria, pero sus ojos brillaban con la misma suavidad con la que siempre la había mirado.

- Buenos días, señorita Marshall -Su tono era reconfortante, pero también reflejaba la profesionalidad que siempre le había caracterizado- ¿Como se ha estado sintiendo?

Eva lo miró con una ligera sonrisa, aunque aún se notaba la preocupación en su rostro.

- Mejor... el dolor ha bajado- respondió, intentando sonar tranquila, aunque sabía que aún tenía muchas preguntas sin resolver-

Carlisle asintió y se acercó, sentado al borde de la cama para poder mirarla de cerca. No podía evitar sentir preocupación por ella. No quería que nada en el mundo la dañara, ni la hiciera sentir mal.

- Tengo los resultados de los exámenes, y quiero que sepa que, aunque hemos detectado algo, no es tan grave como podría haber sido. Tiene hipertensión gestacional- Eva lo miró con sorpresa, sin comprender completamente lo que eso significaba. Carlisle continuó- Básicamente, su presión arterial ha subido más de lo normal debido al embarazo, lo cual puede causar ciertos riesgos, pero es algo que podemos controlar con tratamiento y revisiones constantes.

Eva suspiró, dejando escapar un poco de tensión al escuchar que no era algo irreversible.

-¿Y eso...? ¿Eso significa que todo está bien para el bebé?

Carlisle la miró fijamente, sus ojos llenos de calidez. Sabía que el miedo que ella sentía era principalmente por el bienestar de su hijo, y le dolía verla tan preocupada.

-El bebé está bien, Eva. No hay indicios de que esto esté afectando su salud. Pero sí debemos tomar medidas para reducir la presión lo antes posible. Te voy a recetar algunos medicamentos y te haré ver con más frecuencia. Necesitas descansar lo más posible y evitar el estrés.

Eva se quedó en silencio un momento, mirando a Carlisle. Sabía que tenía razón, pero la realidad de su situación la golpeó de inmediato. Necesitaba trabajar, no podía permitirse parar.

- Entiendo lo que me dice, pero... no puedo dejar de trabajar- Dijo, su voz temblando ligeramente- El dinero que gano me mantiene a flote. Si dejo de trabajar, no puedo cubrir mis gastos.

Carlisle la miró fijamente, reconociendo la determinación en su mirada, pero también la ansiedad detrás de ella.

-Eva, lo que más me importa ahora es su salud y la del bebé. Entiendo su preocupación, pero necesita hacer una pausa. Hay maneras de ajustar sus horarios o encontrar alternativas para que pueda descansar mientras cubre sus necesidades. No puede arriesgarse a que esto empeore.

Eva suspiró, sabiendo que, en el fondo, Carlisle tenía razón. Pero su independencia, su lucha por mantenerse de pie por sí sola, no era algo que pudiera simplemente abandonar.

- Bien, hablaré con mi jefa - respondió ella, aunque en el fondo sabía que intentaría continuar. Podía hacerlo sin sobreesforzarse, o al menos eso se decía a sí misma. No quería que su independencia se viera amenazada, pero al mismo tiempo, sentía el peso de las advertencias de Carlisle y su preocupación por su bienestar y el del bebé-

Carlisle asintió, mostrando una ligera sonrisa que intentaba transmitir calma, pero sus ojos seguían reflejando la seriedad de la situación.

- Le recetaré medicamentos para controlar la presión arterial. Debe tomarlos con regularidad y seguir las indicaciones al pie de la letra - dijo, mientras sacaba una pequeña caja de su bolso. Le entregó una receta con instrucciones claras- También la haré ver con más frecuencia, incluso si tiene que faltar al trabajo de vez en cuando. El descanso es crucial en este momento, Eva.

-Lo entiendo, pero... -dudó por un momento, su voz bajando. No podía evitar seguir preocupada por su situación económica-

Carlisle la observó en silencio por un momento, su expresión suave pero firme.

-Eva... entiendo que quiera seguir adelante, pero su salud y la del bebé son lo más importante. Si el estrés y la falta de descanso siguen afectando su presión arterial, podría empeorar. Le prometo que la ayudaré a encontrar una solución para que no se sobrecargues tanto. Pero necesita cuidar de usted misma primero.

Si fuera por Carlisle, ella estaría viviendo ahora mismo en su casa y sin siquiera mover un dedo para trabajar. Pero sabía que eso era algo que la asustaría debido a que hace poco se habían conocido y ella no tenía conocimiento de los vampiros.

Carlisle observó detenidamente a Eva, notando cómo su mente parecía luchar con sus propios deseos de independencia. Era evidente que no quería depender de nadie. Pero el instinto protector de Carlisle no podía ignorar el hecho de que ella estaba poniendo en peligro su salud, y eso incluía la de su bebé.

-La entiendo, Eva- comentó nuevamente, su tono lleno de comprensión- No quiero que sienta que la estoy presionando, ni que deje de hacer lo que le gusta. Pero, por favor, piense en el bienestar de su bebé, y también en el suyo. El trabajo siempre estará ahí, pero la salud es algo que no podemos recuperar tan fácilmente.

- Lo intentaré - respondió en voz baja, más para sí misma que para él-

Carlisle sonrió levemente, reconociendo el esfuerzo en su voz. Le entregó la receta de los medicamentos, asegurándose de que entendiera cómo tomarlo.

- Recuerde, no solo son los medicamentos. El descanso y el cuidado emocional también son importantes. Si alguna vez necesita hablar o necesita cualquier cosa, estoy aquí.

Eva asintió con una mezcla de gratitud y miedo, agradecida por su apoyo, pero sin querer depender de él más de lo necesario.

Mientras se levantaba de la cama para prepararse para irse, Carlisle la miró nuevamente, una mezcla de ternura y preocupación en su rostro. Aunque intentaba mantener la distancia emocional debido a la interacción médico-paciente, no podía evitar sentirse cada vez más cercano a ella.





Quiero un Carlisle en mi vida, ¿Será que cuando sea interna lo encuentro? jajajja

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