Al día siguiente de ese fatídico día podíamos a todos con vestimentas negras mirando aquellos cuatro cajones.

—Bueno, ellos fueron unas grandes personas que lucharon por estar aquí con nosotros y salvar a los más jóvenes— dijo Reborn mientras miraba la tapa abierta de los ataúdes.

—Han sido las mejores personas que se pudieron conocer, dulces y amables. Eran la combinación perfecta para alegrarte el día y vivir con el encanto de cada día al ver a tu hogar— continuo esta vez Imantado.

—Son y serán las personas que más se arriesgaron por mí y eso lo tendré siempre en mi memoria, para mí siempre pasarán a ser los héroes de los pueblos— dijo Axozer mientras inclinaba su cabeza en honor a ellos.

El silencio prontamente se apoderó del lugar, era triste el sentimiento continuo de ese lugar y la carga emocional del lugar. En un rezo silencioso en el que se unieron todos pudieron apreciar como los ataúdes iban bajando a dónde era su hogar ahora.

—Por el descanso eterno de nuestros héroes— dijo Auron mientras juntaba sus manos— y la recuperación de todos en este lugar, que en paz descansen— dio por terminada la solemne ceremonia llevada para ellos cuatro.

Todos estaban realmente dolidos, algunos más que otros. Ocho se encontraba en un estado depresivo por la pérdida de la persona que quería.

—Susana— suspiro.

—Terrible, siempre pasarán esas cosas Ocho— llego por atrás Focus mientras le palmeaba la cabeza.

—No esperaba que se sacrificara frente a mis ojos— dijo mientras una pequeña lágrima recorría su cara.

—Nadie jamás espera eso de las personas que ama— le dijo Focus mientras se sentaba a un lado de él— pero es una lección para ser igual que ellos y ser honestos con nosotros mismos.

Ocho lo miro desde el rabillo del ojo.

—Pero la amaba, no culpo a Axozer, nadie espera un ataque en su propia casa antes de la cena— le comento— pero me culpo a mí mismo por no poder llegar a rescatarla— bajo la cabeza mientras daba otro suspiro más.

—Son cosas inevitables, cosas que tenía que pasar— lo consoló en un cálido abrazo.

Ocho sintiendo el regazo del hombre junto al simplemente se relajó.

—Me pregunta que sería de mi sin ti o sin Fargan— le dijo en un susurro.

—Seamos positivos y digamos que tendrías otros pilares contigo — le dijo mientras le daba una pequeña sonrisa.

Ese emotivo acto causado por la desesperación era admirado por el viento y que al mismo tiempo se llevaba las palabras para no ser oídas por otras personas.

Pero en otro lado estaba pasando algo más triste aún.

~Santuario de Juan~

En aquel santuario se encontraban tres personas. Todas se miraban serías.

— ¿Por qué quieres ser el primero, Fargan?— le pregunto Juan.

—Quiero volver a ver a mis amigos de Karmaland— le aviso.

—No sabemos si tiene vuelta a nuestra realidad Fargan— le aviso Auron.

—Entonces.... Tomaré el riesgo y si no vuelvo dejare una carta en la casa— les comento.

Juan y Auron se miraron indecisos, tenían que hacerlo antes de si quiera Auron se casase y que Fargan regresará.

—Iras antes de mi boda, te la perderás— le dijo en forma triste.

—Lo sé, no importa— le dijo Fargan dándose la vuelta y caminando a su hogar.

Dejo solos a ellos dos, los que se encargarían de hacer eso realidad.

Se miraban desconcertados, al final llegaron a una conclusión silenciosa.

—No se dirá a nadie y se guardará en secreto de estado— recitaron ambos al mismo tiempo.

El proceso de buscar aquel portal ninguno dice nada, era una búsqueda larga y al mismo tiempo los preparativos para aquella boda que con tanto anhelo deseaban.

~Un mes más tarde~

Ya tenían el portal, ya estaba todo listo. El portal se encontraba escondido en medio del bosque, era momento.

Fargan había aprovechado que Focus estaba en misión y le dejo una nota que decía lo siguiente:

"Querido Focus, lamentó escribirte está carta e irme sin despedirme realmente pero tengo que volver a mi hogar en el que pertenezco. Me esperan en otro lado y lamentablemente yo ya me quedé mucho tiempo en este lugar, te quiero y jamás te olvidare ni a ti ni a nadie de los pueblos.

Prometo enviar cartas cuando pueda, pero no diré a dónde iré ni cómo llegar. Auron me ayudó en esto y, al igual que muchos, deseo volver a mi lugar feliz.

Te quiero, te quise y te querré mucho, Fargan"

La carta había digo dejada junto a una postal con la foto de ellos y el pueblo. Agarro sus males y de encamino hacia el lugar designado para ir, frente aquel portal derramó unas lágrimas y observo una foto que se quedó.

Paso el portal y cuando paso este se cerró y la foto se cayó al piso.

—Juan, dime qué Fargan estará bien— le dijo Auron.

Juan dudo mucho pero al final respondió.

—Lo estará, estará bien— dijo con un nudo en la garganta para caminar al pueblo de nuevo.

El silencio pronto inundó el lugar y después de algún tiempo se escuchó el grito de alguien gritar y buscar a alguien.

El arrepentimiento surcaba en dos caras que no miraban directamente a los ojos mientras derramaban algunas lágrimas.

— ¿Qué hicimos? Juan— le preguntó Auron.

—Cumplir los deseos egoístas de nuestro amigo.... — le contesto.

Y así quedó para ellos, el deseo egoísta de sus amigos.

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Te vuelvo a dedicar capítulos, jaja. Pero esta vez con palabras muy bonitas, te lo dedico a ti por ser una gran persona que me acompaña día con día aunque no hablemos.

Two-wingedBird

Si, hablo de ti y únicamente de ti.