❅𝔸𝕝𝕘𝕦𝕟𝕠𝕤 𝕡𝕣𝕖𝕡𝕒𝕣𝕒𝕥𝕚𝕧𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕓𝕠𝕕𝕒 𝕪...
Después de aquel fatídico día todo era más silencioso, bueno casi todo. En un hogar lejos del movimiento del centro del pueblo se podía ver cómo algunas personas estaban idas y vueltas.
Había otro que estaba sentado en el sillón y los miraba confundidos.
—Creo que se deberían relajar y dejarme leer— opino el niño.
—Entonces planifica tú una boda— le dijo Biyin.
—No es por eso, es que están muy estresados y no pasan tiempo juntos o no pasan tiempo conmigo— les dijo haciendo pucheros.
Ambos se detuvieron en ese momento y suspiraron.
—Tienes razón, debemos tomarnos esto más tranquilos y no tan estresados— admitió Auron.
—Gracias— le dijo el niño mientras levantaba sus manos.
Ambos se miraron y con una sonrisa cómplice de acercaron al pequeño.
—No, esperan no. Cosquillas no— el más pequeño salió corriendo mientras saltaba y los evitaba.
Al poco tiempo lo agarraron y le hicieron cosquillas.
—Ahora te unirás a ayudarnos a nosotros— le dijo con maldad Auron.
Axo le encantaba la infinita interacción de su familia, le encantaba las noches que se tomaban la libertad de jugar entre todos ellos. A fin de cuentas ya había pasado otro año entre todos los sucesos contados, él ya tenía once años y sus padres se siguieron amando como la vez que los junto a los dos.
Luzu que se encontraba a algunos metros del lugar dudo muy seriamente si arruinar aquella felicidad que tanto les había costado conseguir. Una vez tomo la decisión abandono las cercanías de la casa.
Nadie se dio cuenta, estaban sumergidos en su inmensa felicidad del día, su hogar estaba lleno de felicidad. Todos los pueblos lo sabían.
—Pronto será primavera— dijo Auron parando de hacerle cosquillas al niño— y quiero oficializar nuestro compromiso— dijo volteando a ver a Biyin.
Una dulce sonrisa surco los labios de la pareja y unas grandes felicidades por parte de su hijo adoptivo.
—Bravoo, mamá y papá al final si se casaran— festejaba canturreando.
Auron esa misma tarde llevo a Biyin a un bello lugar alejado del ruidaje característico del pueblo. Con ellos traían algunas bellas cosas para comer, unos pedazos de tartas y unas galletas con chispas de chocolate.
Se sentaron debajo de un árbol con bellas flores rosas y un muy rico olor. Soplaba una leve brisa que hacia mover en un bello compas sus cabellos y desprendía las bellas flores que se sujetaban fuertemente al árbol.
—Biyin, frente a este majestuoso árbol y en este hermoso silencio te propongo pasar el resto de tu preciosa vida a un lado de lo que resta de mi vida. ¿Tu aceptarías casarte con este hombre lleno de imperfecciones y que está aprendiendo a dejar de huir de aquel pasado que atormenta su cabeza?— le preguntó mientras sacaba un bello anillo de oro rosa formando una bella rosa y en el centro un bello diamante.
—Yo acepto pasar el resto de la eternidad contigo, de mi presente, de mi pasado y de mi futuro. Te acepto con todas tus imperfecciones— le dijo con un leve sonrojo tiñendo sus bellas mejillas junto a una hermosa sonrisa.
Auron después de ese "si, acepto" le coloco el bello anillo de compromiso mientras una dulce sonrisa surcaba su rostro y el de su prometida.
En ese momento aprovecharon para comer aquellos pedazos de tarta y tomar un poco, disfrutando de la tranquilidad del lugar y de la calma del viento.
—Jamás pensaría que aquel niño revoltoso que tenemos de hijo nos uniría por siempre— le susurro Biyin.
—Yo no esperaba enamorarme de tan bella mujer, me alegra que me hayas aceptado en esta vida— le contesto también en un susurro mientras le acariciaba suavemente su espalda.
—Todo esto gracias al pequeñito que criamos juntos. Aquel niño que amamos con el alma y decidió llamarnos como sus padres— le dijo Biyin encantada.
—Todo lo contrario querida, gracias a ti por aceptarme en tu vida y en su vida. Todo esto es posible por el— le comento mientras levantaba algunas cosas del piso, ya era hora de irse.
Ambos compartieron una muy hermosa tarde que les dejo un hermoso recuerdo de su pasado y de su presente. Su vida era mejor gracias a ello.
Pero hubo un pequeño percance al volver, ambos se toparon con Luzu, un Luzu que estaba celoso de aquella felicidad que el también deseaba.
—Auroncito, ¿no le contaste a tu prometida lo que fuiste en antaño? — le pregunto con cierto veneno.
—Luzu... ¿De qué habla? — preguntó Biyin.
— ¿No le contaste Auroncito? ¿No le contaste la razón de aquel mechón o te la olvidaste ya? — le volvió a preguntar pero esta vez con veneno en su voz.
—Luzu, creo que eso es otro tema de mi pasado y es algo que tú mismo provocaste— le comento de manera seria.
— ¿Auron? — preguntó de nuevo Biyin.
— ¡Vamos dile, dile que eres un asqueroso ser hecho de slime! — le grito.
—Luzu, por favor, tranquilízate— le dijo para abrazarlo.
El abrazo le devolvió la poca cordura que le quedaba, ese abrazo cálido que había necesitado tanto tiempo.
—Auron ya me lo había comentado por arriba, jamás dijo algún culpable y hablo maravillas de ti— le comento Biyin.
Pronto la vista de Luzu se nublo y en esa hermosa mujer que le sonreía pudo ver reflejada a su amada esposa.
—Lana...— susurro con los ojos aguados.
El lugar se envolvió de paz una vez más, las palabras no eran necesarias. Biyin le tocaba el hombro en pos de darle confianza y reconfortarlo.
Auron le daba un cálido y duradero abrazo, sabía lo difícil que era para ese Luzu soltar el pasado, un pasado tan lejano.
Después de una hora aproximadamente lo soltaron.
—Gracias— le susurro a la pareja.
Ambos le sonrieron.
—Gracias a ti por ser tú, por tus aportes— le dijo Auron— tú seguirás siendo mi alcalde.
La sonrisa apenada de Luzu decía muchas cosas, ese había sido uno de sus mejores días, el más bonito de todos.
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Este capitulo lo dedico al amor de mi vida, al que me apoya en buenas y malas. El que esta conmigo y una de las personas que hizo posible esto.
Hablo de ti amor, gracias y mil gracias siempre. Te amo ♡
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