Prólogo

Los gemidos y jadeos resonaban en la habitación, tal vez si Jisung y Changbin no tuvieran un espectáculo en ese momento ya habrían escuchado a Minho ser maltratado y humillado por su jefe.

—Vamos, no te escucho muy bien. Gime más fuerte para mí —ordenó su jefe Christopher mientras jalaba la correa del collar que traía el castaño.

Minho hizo su cabeza hacia atrás, jadeando mucho más fuerte que antes, el aire ya le estaba faltando, pero el éxtasis que sentía en ese momento no era algo que se conseguía fácilmente.

Un fuerte golpe sonó en la habitación y un gemido, que más bien, era grito; salió de parte de Minho.

—Chris...

—No te di permiso de hablar. —Le dio otra nalgada mientras lo embestía más fuerte y más profundo. —Sólo disfruta como entro en ti, gatito —le susurró en el oído para luego lamerlo.

—Amo... por favor... otra más —rogó el menor muy apenas articulando las palabras.

—Te he dicho mil veces que las órdenes las doy yo. —Con eso dicho, aún así, acató la orden de Minho dándole otra nalgada aún más fuerte que las anteriores.

Con eso, el menor terminó por venirse, pero aún no terminaban, no. Aún faltaba que Christopher se corriera y bueno no era tan difícil.

—Amo...

—Dios, Minho, tu entrada me acepta tan bien, así cualquiera pensaría que eres una zorra.

A Minho realmente no le importaban las palabras hirientes, al contrario, las amaba, además así era su trato.

Minho salió de su trance cuando sintió los dientes del mayor en su cuello, intentó no gritar tan alto, pero tal parecía que Chris lo hacía a propósito, masturbándolo mientras también lo embestía, simplemente hacía que Minho se excitara más.

El mayor jaló de la cadena del collar de Minho para lanzarlo a la cama y este se recostara, lo cual entendió; abrió sus piernas para recibir a su amo que se metió entre ellas.

Si había algo que Chris amaba de Minho eran sus muslos, eran grandes y podía hacer con ellos lo que quisiera, pero no era el momento, ya que el espectáculo de Changbin y Han terminaría dentro de poco y tenía que ir a despedirse.

Volvió a embestir a Minho tan rápido y profundo para que este lo disfrutará, las nalgadas no faltaron, después de todo, su gatito parecía pedírselo a gritos, literalmente.

Minho terminó abrazando al mayor para que lo penetrara más profundo, cosa que logró, ya que comenzó a rasguñar la espalda de Christopher por el éxtasis.

Quien sabe por qué, pero eso le dio más placer a Chris, tanto que terminó corriendose dentro de Minho.

Ambos estaban tan cerca que sus respiraciones agitadas se mezclaban, sin previó aviso, Christopher salió de Minho y fue al baño, tal vez a limpiarse, ya que salió rápidamente y comenzó a vestirse con su típico traje de maestro de ceremonias, además de que era el dueño del circo en el que ahora Minho trabajaba.

—Tal vez más tarde podamos divertirnos, gatito —le dijo mientras abotonaba su traje.

—¿Es necesario que suba a despedir el espectáculo también?

—No, le diré a Jisung y Bin que estas indispuesto, puedes quedarte aquí o irte a tú habitación a descansar. Fuiste bueno hoy. —Le sonrió pícaramente.

—Me quedaré aquí, ahora si te pasaste. No creo poder levantarme siquiera y aún me tiemblan las piernas. —se quejó el castaño.

—No te quejes porque fue obvio que lo disfrutaste. Sólo me pedías más nalgadas, se nota que las amas.

—Cállate, ¿Quieres? —Se puso colorado por las palabras de Chris, incluso se tapó la cara.

—Aww, que lindo gatito, pero... —Chris caminó hasta la cama y tomó del mentón a Minho, incluso le dolió, ya que hizo fuerza en el agarre. —Te recuerdo que las órdenes dentro de esta relación las doy yo, sé que te excitas, ¿Y quién no? Pero tienes que aprender a controlar eso.

—Lo lamento, a veces digo incoherencias, pero no volverá a suceder —Movió su cabeza para soltarse del agarre.

—Eso espero, también esperaba que te excitaras al agarrarte del mentón tan fuerte, pero supongo que te exita más el collar que todavía traes puesto. —Sonrió al ver cómo Minho se lo intentaba quitar. —Bueno, nos vemos más tarde.

Cuando salió de la habitación, Minho se ocultó en las cobijas con la cara totalmente roja, ya que Christopher tenía razón, le excitó el hecho de que lo tomara así del mentón, pero no era algo que aceptaría tan fácil.

Pensaba que si lo decía Chris pensaría que se excita rápido con cualquier muestra de humillación y maltrato, y aunque así era, no quería demostrar que también fuera de la cama.

—Que hombre. —Se recostó de nuevo cuando terminó de quitarse el collar. «No sé porque pierdo la cabeza tan fácilmente al momento de ser humillado por Chris. Nunca pensé en hacer esto, ni siquiera sabía que era hasta que comence a trabajar aquí y observé como maltrataba a sus parejas de una noche, quién diría que ahora soy una de ellas, pero para más de una noche.» Pensaba mientras miraba el techo. —No me arrepiento de nada, el dolor vale la pena —se dijo a sí mismo para luego cerrar los ojos y dormir, ya que tenía sueño.

Chris subió al escenario justo cuando Jisung dio por finalizado su espectáculo.

—Agradecemos mucho su presencia aquí, esperamos dar mejores shows pronto y también que puedan interactuar con nuestros payasos y acróbatas. Gracias de verdad, esperamos les haya gustado —dijo al micrófono y luego sonrió, recibiendo gritos de chicas que se habían autoproclamado su club de fans.

—¿Dónde estabas? Comenzaba a preocuparme. —Jisung despedía con una mano desde su lugar con una sonrisa. —Pensé que ya no ibas a subir.

—Estaba... educando a un pequeño gatito —respondió aún con su sonrisa.

—Mmm, ya veo, bueno, entonces, supongo que más tarde también puedo educar a mi cerdito, ¿Verdad? —Lo miró de reojo para ver la expresión del mayor.

—Adelante, también eres dueño del circo, además no sería ni la última ni la primera vez que te escucho gemir —confesó el mayor.

—Eso me consuela, no tengo que preocuparme por tus oídos. —Rió por lo bajo. —Bin.

—¿Qué pasa? —le preguntó aún despidiéndose.

—Hoy... ¿Puedes quedarte? —le preguntó. —Me imagino que ya sabes para que. —Paso su mano por la espalda del mayor haciendo que este se estremeciera.

—S-si, puedo quedarme, hoy no tengo que volver a casa, ya que mañana no tengo que ir a la Universidad.

—De acuerdo, te esperó más tarde en la habitación, hoy tengo un nuevo juego que quisiera probar. Espero no me decepciones.

—No lo haré.

«Supongo que la educación de Changbin debe ser más estricta que la de Minho.» Pensó Chris mientras miraba a ambos de reojo. «Bueno cada quien tiene sus métodos y fetiches, y usar tacones no es lo mío.» Suspiró para luego caminar hacia atrás del telón.

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