𝐗𝐗𝐗
Han pasado casi dos días completos desde el secuestro de Atsushi y la ansiedad nunca había sido una enemiga constante en la cabeza de Ryunosuke Akutagawa hasta ahora. Dazai había tenido que ordenarle para evitar que siguiera por su cuenta al grupo de intrusos sin un plan de rescate. Era la primera vez que Akutagawa había puesto resistencia a la voz de mando de Dazai. No podía enojarse con él por querer hacer las cosas como es debido, pero en su juicio nublado por esa voz estridente que dice "búscalo, búscalo, búscalo" y "ve por tu omega", sonaba adecuado seguirlos y descuartizar a todos con Rashōmon.
⠀⠀Pero Dazai Osamu siempre tiene un plan, aunque la información que requiere venga de una fuente poco confiable.
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⠀⠀—Vas a decirnos dónde está la guarida de los lobos árticos.
⠀⠀—¿Qué obtengo yo de este trato, querido primo? —a pesar de la fiebre por la herida infectada, Fyodor se permitió sonreír con suficiencia, como si el mundo estuviera en la palma de su mano.
⠀⠀—Me causa gracia que creas que tienes opción. Verás, sé lo dolorosa que es una herida infectada. Si no recibes tratamiento pronto, la fiebre te hará delirar y con suerte, morirás en unos días. Pensarás "mi lobo puede curarme" y puede ser, pero me aseguraré de hacer esto cada hora de cada día hasta que cantes como un gallo cuando sale el sol. —Para demostrar su punto, toma la flecha que sigue incrustada en su muslo y la gira solo un poco, haciendo al alfa atado y arrodillado retorcerse en consecuencia, resistiéndose a gritar de dolor—. Morir es lo mejor que podría pasarte ahora, así que me aseguraré de que no mueras, querido primo, aún cuando empieces a rogar para que te mate.
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⠀⠀Desde ese momento, han pasado turnándose para torturar al hombre hasta que finalmente cede. La especialidad de Dazai es encontrar la debilidad del enemigo y usarla a su favor. Fyodor no cede porque le duela demasiado para soportarlo por más tiempo o porque su orgullo esté siendo pisoteado, no. Son los delirios: memorias del pasado mostrándole todo aquello que amó y perdió, a su padre, a su madre enferma, a Agatha. El amor que nunca fue correspondido mientras veía sus ojos azules y su sonrisa marchitarse. Dazai sabe que es jugar sucio y no le importa. Tiene a un chico inocente que rescatar por su culpa.
⠀⠀Mientras tanto, Atsushi se ha acostumbrado a sus conversaciones con Sigma. Hablar con él es fácil, Sigma es bueno escuchando y tiene una retentiva que a Atsushi le parece espectacular (y envidiable). Sigma es como un hermano mayor genial que escucha tus problemas sin juzgarte. O al menos, así se siente para Atsushi, que en realidad solo conoció el cariño sincero de su padre adoptivo antes de llegar a la manada del norte.
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⠀⠀—Así que, háblame de ese chico, el que te gusta.
⠀⠀—¿Ryū? Oh, no le gusta que lo llame así, pero él no está aquí para detenerme ¿verdad? —ante la afirmativa risita de Sigma, Atsushi continua, casi pavoneándose porque Akutagawa no puede corregirlo ni mirarlo feo por usar el apodo que él mismo le puso. El pensamiento se desvía rápidamente a un anhelo que le produce melancolía—. Es un amargado. Va por el mundo con cara de pocos amigos y solo sonríe para burlarse de la gente (pero es una linda sonrisa arrogante...). Y si lo miras de cerca, te das cuenta que aunque parece que no tiene cejas, las tiene. Son de un blanco casi traslucido con algunas negras, como él es tan pálido, parece que no tuviera. ¿Pero sabes? Cuando se transforma en lobo, puedes ver claramente lo pobladas que son sus cejas blancas entre todo ese pelaje oscuro.
⠀⠀—¿Te gusta mucho, cierto? —Sigma, sentado a su lado con los brazos sobre sus rodillas, reflecta la alegría de Atsushi como si fuera la suya; después de todo, él aún recuerda cómo es sentirse así, aún si no le duró mucho tiempo.
⠀⠀—Demasiado... Es muy especial para mí. Aprendí que debajo de todo ese enojo, hay un alfa con un corazón muy puro, solo no sabe demostrarlo, así que aprendí a leerlo.
⠀⠀—¡Bravo! —los aplausos que llenan el pequeño espacio cavernoso, resuenan junto al grito de Shibusawa, que hace a ambos omegas saltar en su sitio. Atsushi se pega automáticamente a Sigma, que lo cubre con sus brazos protectoramente—. Es una historia tan conmovedora, ah. Haz hecho bien ganándote su confianza, Sigma. Preparando el camino para tu alfa, que buen omega.
⠀⠀—Tatsuhiko, esto no está bien. Sé que yo apoyé la idea, pero no pensé que las cosas iban a ser así. —Sigma interfiere en su camino, mientras Shibusawa casi se cierne sobre ellos—. El chico no quiere esto, no lo obligues-
⠀⠀—Apártate, omega. No te cruces en mi camino.
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⠀⠀A Sigma se le eriza cada vello del cuerpo. No quiere obedecer, pero el comando empuja sus sentidos y los embota mientras más se resiste a moverse del lado de Atsushi, creando chispazos de dolor en su cabeza y sus músculos por el esfuerzo. Shibusawa nota como su convicción flaquea y empuja a su omega a un lado, sin importarle si se lastima en el proceso, cayendo contra el suelo rocoso, más allá de las pieles de oso donde los dos omegas estaban sentados. Ignora el chillido de dolor de su omega, concentrado en el dulce y tentador olor de las feromonas de Atsushi impulsadas por su celo. Con un tono de voz de fingida elegancia, dirige sus palabras al otro omega, que tiembla asustado frente a él, indefenso.
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⠀⠀—Lamento el asunto del otro día, ya sabes, cuando intenté marcarte. Eso no estaba en mis planes, supongo que perdí los estribos por tu negativa. No necesito marcarte si no es lo que quieres, solo tienes que engendrar a mis cachorros. Unos dos o tres para variar. Después de eso no me importa si quieres irte con ese lobo negro. No es un mal trato, ¿no crees? ¿Qué son uno o dos años de tu vida, para salvar a toda una especie? —Shibusawa se acercó aun más con cada palabra, hasta que estuvo sobre Atsushi, apresando sus muñecas sin dejarle realmente opción a negarse. Sigma comenzó a llorar al fondo, sin fuerza en las piernas para moverse e intervenir nuevamente.
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⠀⠀Atsushi gruñó sacudiéndose y en el momento en que Shibusawa se cansó de su lucha y le ordenó quedarse quieto y callarse, el comando se filtró en su piel y dejó de resistirse. Era como tener la cabeza llena de algodón; veía todo como si estuviera encerrado en su cabeza, como si su cuerpo no fuera suyo y fuera un muñeco de trapo sin voluntad. Una lágrima escurrió por su mejilla cuando entendió que eso era todo...
⠀⠀Y de pronto, Shibusawa ya no estaba encima suyo.
⠀⠀Nikolai lo había empujado lejos de él y ahora ambos alfas forcejeaban entre gruñidos. Atsushi se estremeció cuando sintió que alguien lo tomaba en brazos y solo se relajó cuando sintió el aroma tranquilizador de Sigma envolverlo, la fragancia a lavanda y vainilla lo cubrió mientras Sigma lo ponía a salvo lejos de la pelea entre hermanos. Una ráfaga oscura se cruza entre ambos y Shibusawa es jalado y arrojado cerca de la entrada del intento de habitación, por donde el origen de aquella interrupción se hace presente.
⠀⠀Atsushi tarda exactamente tres segundos en detectar a Rashōmon regresando a su dueño y la sonrisa que se extiende en su rostro se ve discordante con sus mejillas mojadas y ojos enrojecidos. Akutagawa conecta miradas con él y el alfa a sus pies pasa automáticamente a segundo plano. Corre hacía Atsushi y prácticamente se lo arrebata a Sigma de las manos para abrazarlo (Atsushi puede sentir su aroma empañado de angustia y rápidamente corresponde al abrazo) y lo separa apenas lo suficiente para palpar su cuerpo y asegurarse de que está bien.
⠀⠀Shibusawa alza la vista al par de getas que se presentan frente a sus ojos y Chuuya lo toma del cabello, haciéndolo verlo para asestarle un puño en la cara. Chuuya se levanta escuchando sus quejas de dolor y cuando está a punto de atacar a Nikolai y a Sigma, que se han reunido a ver si el otro está bien del mismo modo que Atsushi y Ryunosuke, es Atsushi el que lo detiene.
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⠀⠀—¡No, espera, ellos intentaban protegerme! —Chuuya duda, pero la mano de Dazai sobre su hombro apaga su habilidad y lo ayuda a contenerse, aunque rechista en desacuerdo.
⠀⠀—Tranquilo, Chuchu, tendrás más oportunidades en el futuro de demostrarme tu fuerza y lo magnífico que eres con tu habilidad, por ahora dejemos a los lacayos del enemigo en paz.
⠀⠀—¿Qué hay de ese idiota? —Chuuya señala a Shibusawa, que sostiene su nariz rota mientras se retuerce en el suelo; la fuerza de Chuuya no es algo para bromear.
⠀⠀—Bueno, no me importa lo que- —Dazai no termina de hablar, cuando Rashōmon pasa de él y se clava en Shibusawa por el pecho, atravesando su corazón.
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⠀⠀Por un momento, todo queda en silencio. Shibusawa jadea y poco tiempo después tose sangre. Atsushi se cubre los labios para no gritar por la impresión y quita la vista cuando Ryunosuke lo cubre con su brazo, pegándose a su pecho para no ver la sangre del hombre que parece ahogarse en ella. Nikolai murmura un suave "no..." y Sigma, a su lado, observa en estado de shock. Ve a Dazai y Chuuya discutir con Akutagawa, regañarlo por lo que acaba de hacer sin razonar en las consecuencias. El omega apenas percibe el sonido de lo que pasa a su alrededor, solo puede ver la luz en sus ojos que, como una vela luchando en vano contra el viento, solo se apaga.
⠀⠀Y lo único que se escucha después, es el grito adolorido de Sigma rasgando el aire.
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