𝐕𝐈
—Tienes que estar bromeando... Tú lo que quieres es matarme de un infarto... —Mori se lleva una mano a la cabeza y cierra sus ojos para darle un mayor enfoque a su melodrama—. Osamu, no me puedes estar hablando en serio.
⠀⠀—Hablo más en serio que nunca. —Miente, pero su padre no tiene que saberlo.
⠀⠀—¿De verdad quieres que me crea que en realidad trajiste a esos prisioneros porque te enamoraste a primera vista de uno de ellos?
⠀⠀—No tiene nada de malo.
⠀⠀—Osamu. —Él lo mira con seriedad, Dazai le sostiene la mirada de la misma forma—. Es un lobo rojo.
⠀⠀—Lo sé. Pero lo quiero a él. Otras manadas frecuentan enviar ofrendas y eso nunca ha impedido que un lobo negro se una a uno de otra manada.
⠀⠀—Esto es diferente, él no es una ofrenda, es un prisionero. No es precisamente por el color de su cabello.
⠀⠀—Él ya no es prisionero, lo liberé. Aunque no puedo decir lo mismo de su jauría.
⠀⠀—Oí de Akutagawa que el chico tiene un don bastante útil-... Espera, ¿lo liberaste?
⠀⠀—No podía dejarlo en una sucia celda pasando hambre y frío si quiero conquistarlo. Pero ese no es el punto —responde sonriente para desviar la atención del asunto antes que le pregunte por su casta, pues ni él mismo está seguro de lo que Chuuya es—. Tú querías que consiguiera una pareja y ahora estoy interesado en alguien, ¿no deberías estar feliz por mi?
⠀⠀Él se endereza en la silla, parece pensárselo unos minutos. El rostro de Dazai permanece neutro, si llega a mostrar un ápice de estar mintiendo, el trato con Chuuya se irá al caño y la constante palabrería del hombre frente a él sobre darle nietos pronto, volverá a darle dolores de cabeza. Al final Mori suspira resignado y lo libera con una pequeña curva en la línea de los labios.
⠀⠀
⠀⠀—De haber sabido que tenías gustos más... Excéntricos, habría aceptado antes la ofrenda de Yukichi. Bien, tienes mi permiso —admite, resaltando lo de la excentricidad quizás por fijarse en alguien que no es de su misma manada—. Pero tendré un ojo en ustedes dos. Si descubro que esto es una treta tuya para no enlazarte pronto, con Gea y Urano como mis testigos que te casarás con quien yo elija y no volverás a salir de la manada hasta que yo muera o tenga nietos. ¿Entendiste, Osamu?
⠀⠀—Sí, jefe —La amenaza le hace tragar grueso sintiendo la garganta totalmente seca, porque puede leer en sus ojos que no puede decirlo más en serio.
⠀⠀
⠀⠀Bajo esa premisa se retira de la pequeña oficina que su viejo tiene dentro de la cabaña en la planta baja. Chuuya lo espera con la pequeña Kyōka en el jardín del frente, donde las flores que Elise cultiva con ayuda de Mori, se encuentran ya secas porque pronto empezará a nevar.
⠀⠀La brisa fría golpea su rostro al salir y acompaña sus pasos hasta llegar a ellos. La menor hace una reverencia al verlo, siempre tan seria y educada que a veces lo hace dudar si la pequeña omega de verdad es tan joven. A Dazai hasta debería darle vergüenza que sea más madura que él, pero realmente no le importa serlo. Kyōka se despide de Chuuya y posteriormente de Dazai, dejándolos solos.
⠀⠀
⠀⠀—Debo suponer, por la sonrisa de payaso que traes, que tuviste éxito.
⠀⠀—Chibi, yo siempre consigo lo que quiero, deberías aprenderlo.
⠀⠀—Como sea.
⠀⠀—¡Hermanooo! —se oye a lo lejos, y Dazai se estremece con un escalofrío, el pelirrojo lo nota con gesto extrañado. Olvidó que por estas horas Elise regresa de estudiar y lo toma desprevenido.
⠀⠀—Elise. —Dazai se agacha cuando ella se acerca y se arroja a sus brazos, apretando sus manitas alrededor de su cuello con sus ojos cerrados y una sonrisa enorme mientras la alza en brazos—. ¿Cómo te fue en la escuela?
⠀⠀—Me pelee con Kosuke porque estaba molestando a Sakura y Shinji por ser más pequeños. ¡Y le gané!
⠀⠀—Me alegro por ti. Tengo que presentarte a alguien, linda. —Elise, quien parece no tener ojos para nadie más en el mundo recién nota que no están solos. Mira con sorpresa al pelirrojo y este la observa de la misma manera mientras es devuelta al suelo.
⠀⠀—¿Ella es tu hermana? Pero es...
⠀⠀—Lo sé, luego te cuento los detalles. Chuuya, ella es Elise. Elise, él es Chuuya Nakahara, es como tú. —Ella hace un sonido de sorpresa y sus ojitos azules se iluminan como estrellas, estira su manita en dirección al pelirrojo y Dazai temo que esto esté por salir mal, no le advirtió nada porque edte encuentro no fue planeado.
⠀⠀—Mucho gusto, princesa. —Para su sorpresa, él se inclina y toma su mano para depositar un beso en su dorso, como todo un caballero. Quién lo diría de alguien que habla como cantinero de bar de mala muerte.
⠀⠀—Solo dime Elise. ¿Me dejas tocar tu cabello?
⠀⠀—Claro —acepta él, con una sonrisa que Dazai jamás imaginó ver en su amargada cara.
⠀⠀
⠀⠀Y le sienta de maravilla. Cree que debería intentar provocarlo para ver más seguido ese gesto en él. Elise se toma todas las libertades, acercándose con confianza a tocar el cabello ajeno, que se me antoja suave, a su parecer. Sale de su ensoñación cuando Elise esta pidiéndole a Chuuya que la deje peinarlo algún día y él, sin saber en qué se mete, acepta. Con su encanto, se ha ganado a su hermana en cinco minutos. Espera que ojalá logre hacer lo mismo con Ōgai.
⠀⠀Elise no duda en acompañarlos a caminar entre las demás cabañas cuando Dazai menciona que Chuuya "acaba de llegar" y no conoce la aldea ni a nadie. Por nada del mundo planea decirle cómo conoce al pelirrojo ni mucho menos que se entere que es el causante de sus más recientes rasguños, aunque la mayoría ya se ha regenerado.
⠀⠀Ella sostiene su mano con ímpetu mientras prácticamente lo arrastra, mostrándole la enfermería de Yosano, el huerto (aunque este medio seco), las casas de los demás miembros entre los que destaca las de sus compañeros de estudio y luego un espacio techado al aire libre, donde además de impartírsele enseñanza grupal a los cachorros de la manada, también se reunen a todos los miembros de la manada para celebraciones y sesiones extraordinarias. Por último, le jala colina arriba de regreso a la cabaña del líder y como cualquier infante sumida en su propio mundo, dijo que es su castillo, que es custodiado por un feo dragón y que Dazai es el príncipe encantador que la rescata de la miseria diariamente.
Dazai ni siquiera sabe cuándo aprendió esa palabra o si sabe qué significa. Y Mori es el dragón, jaja.
⠀⠀
⠀⠀—Pff... ¿Encantador? ¿Si hablamos de la misma persona? —comenta el más bajo con sarcasmo, ganándose un puchero por parte de Elise.
⠀⠀—¡Mi hermano es el mejor del mundo mundial! Y cuando sea grande me voy a casar con él. —Ella le saca la lengua y Dazai ya no puede evitar reírse. El cómodo momento con la pequeña rubia se ve interrumpido justamente después de eso.
⠀⠀—Pero Elise~ tú dijiste que te ibas a casar con tu papá cuando fueras grandeee~ —lloriquea el viejo apareciendo detrás de los tres. Dazai y Elise, ya acostumbrados al show, lo ignoran olímpicamente. Chuuya al contrario, hasta brinca del susto y hace una marcada reverencia que Dazai no recuerda haberle dicho que debiera hacer.
⠀⠀—Buenas tardes, señor Ōgai, majestad.
⠀⠀—Oh, ¿me conoces? Porque estoy seguro que si dependiera de Osamu, ni siquiera harías una reverencia por respeto —y vaya que tiene razón, hasta parece que le ha leído el pensamiento al castaño.
⠀⠀—He oído mucho de usted, su majestad. Solo no sabía que estaba dentro de su territorio hasta que fue muy tarde. Me disculpo profundamente. —La mandíbula de Dazai prácticamente se desencaja de la sorpresa.
⠀⠀—Ese enano grosero y amargado que no hace más que retarme hasta con la mirada, tiene los modales que yo escasamente aplico, mucho más pulidos. —Piensa.
⠀⠀—Tienes un porte particularmente fino. Tu nombre y de qué manada provienes.
⠀⠀—Sí señor, soy Chuuya Nakahara, líder de los nómadas del oeste.
⠀⠀—Curioso —comenta él, haciendo una señal para que Chuuya deje de reverenciarle. Lo inspecciona con su mirada en un gesto retorcido que incluso molesta a su hijo, porque puede imaginar lo que piensa—. Para ser alguien tan pequeño ya eres líder, tu aspecto delicado engaña pero puedo deducir que tienes mucho potencial y agilidad. Lo único que me intriga es tu casta... Claramente no eres alfa, no me malinterpretes, tampoco me molesta que no lo seas, pero por tu leve olor que ocultas a los demás, se nota que tampoco eres un beta. ¿Omega quizás?
⠀⠀—Padre...
⠀⠀—Tiene razón. Quizás no tengo el porte de un alfa o la estabilidad de un beta, pero le aseguro que tampoco tengo la delicadeza de un omega, así que por favor no se ofenda, pero prefiero no hablar de mi casta con nadie —Dazai carraspea en ese instante y Chuuya parece comprender enseguida, así que se corrige—: con nadie más que su alte-... Quiero decir, con Dazai.
⠀⠀—Respeto eso. Bueno, no hablemos más que está comenzando a caer la tarde. Vamos dentro, cena con nosotros, estoy seguro que la pequeña Gin puede agregar otro plato a la mesa.
⠀⠀
⠀⠀Ambos destensan el cuerpo sin haber notado que lo estaban antes. Elise entra detrás de Mori protestando el tema de "casarse con Osamu y no con él" y antes de que Chuuya dé un paso dentro, este lo detiene del brazo.
⠀⠀
⠀⠀—Chuuya.
⠀⠀—¿Qué?
⠀⠀—Desde ahora llámame por mi nombre frente a los demás, siempre, especialmente frente a Mori. Se supone que estamos cortejándonos, no lo olvides —advierte, ganándose un asentimiento de su parte mientras empieza a avanzar hacia la cabaña, queriendo en vano que Dazai no note el sonrojo que incluso se le marca en las orejas—. Él es lindo a veces...
⠀⠀
⠀⠀Dazai no puede sacarse una parte de la conversación con su padre mientras le sigue adentro. Si bien Chuuya admitió no ser alfa o beta, negó indirectamente ser omega, a pesar de que lleva ese feo collar negro en el cuello, protegiendo la zona de la marca. Aquí hay gato encerrado y él está a punto de descubrirlo.
⠀⠀»Qué emocionante eres, Nakahara.
⠀⠀
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