𝐈𝐈
Han pasado dos horas desde la emboscada que recibieron en el río. Los refuerzos llegaron en cuestión de minutos, pero no encontraron demasiado que hacer más que ayudar a escoltar a los cautivos a la manada. Por supuesto, la jauría no salió del todo ilesa, siendo superada en números al haberse ido Ango. Aun así, les faltó estrategia si creyeron que con fuerza bruta podrían ganarles. Dazai admite que son osados; un grupo de betas atacando a una jauría con dos alfas entre ellos.
⠀⠀Aún ahora el más bajo de ellos sigue lanzándole miradas asesinas y gruñidos cada vez que puede, y se ríe a pesar de estar amordazado cada vez que oye a Dazai quejarse por las heridas que le causaron sus dientes en la disputa.
⠀⠀En la manada, los reciben múltiples ojos curiosos y dado que son la manada más grande del territorio, es normal que los prisioneros tengan esas miradas de asombro al ver familias enteras tras los muros de madera que rodean las cabañas.
⠀⠀
⠀⠀—Llévenlos a los calabozos.
⠀⠀—Sí, señor —responde Lovecraft, que con otros hombres se lleva a los chicos encadenados hasta el lugar predispuesto. Yosano se le acerca en ese momento.
⠀⠀—Deberías venir conmigo a la enfermería antes de que-
⠀⠀—Osamu Dazai Ōgai —la interrumpe a sus espaldas una voz ya muy bien conocida para todos, y con ello Dazai puede definir el resto de su tarde y de la semana—. A la cabaña, ahora.
⠀⠀
⠀⠀Los demás bajan la cabeza al oír la prominente voz de mando de Mori Ōgai. No obstante, el nombrado permanece impasible a ella, pone los ojos en blanco y camina arrastrando las getas² en su andar porque no tiene prisas de oír el regaño. La yukata está arruinada, tiene varios rasguños nuevos y su padre está casi seguro de que, o bien atrae el peligro, o es un descuidado suicida que intenta matarse en cada vigilancia.
⠀⠀La parte del suicidio le suena tentadora en este momento.
⠀⠀
⠀⠀—¿En qué estabas pensando, Osamu? —inquiere cuando ya están en el interior de la vivienda.
⠀⠀—Jefe, creí que serían útiles unos-
⠀⠀—No te hablo como el líder en este momento —interrumpe—. Hijo, tú sabes bien a lo que me refiero, ¿por qué trajiste prisioneros? Lo escuché antes de vernos. Tú nunca dejas cabos sueltos.
⠀⠀—Son lobos rojos, papá... —Y con eso obtiene su silencio.
⠀⠀
⠀⠀Sucede que todos en su manada, al igual que en otras, poseen rasgos específicos en sus integrantes. Ellos gobiernan al norte, donde todos tienen cabelleras que van desde el negro hasta el castaño claro, cuyos lobos son de pelajes negros y cafés, por lo tanto.
⠀⠀La manada de lobos grises del sur, por obvio que suene poseen cabelleras platinadas, rosáceas u otros tonos pálidos, raramente blanco, pues los albinos solían darse más bien en una extinta manada de lobos árticos. De por sí, son pocos y suelen recibir miembros que no encajan del todo con sus características dominantes, la diferencia en ellos es que sus pelajes no siempre son grises, en ocasiones pueden ser más pardos.
⠀⠀Los lobos rojos al contrario, tienen predominancia por los cabellos rojos como el fuego hasta los tonos rubios como el oro, y sus pelajes tienen esa distintiva tonalidad rojiza. Por supuesto, Dazai piensa en esos detalles que ha estudiado desde que era un cachorro y solo se le viene a la mente la rubia melena de Elise.
⠀⠀
⠀⠀—No debiste traerlos aquí.
⠀⠀—Ella tiene derecho a saber más de su origen, no puedes negárselo. ¿Por cuánto tiempo más crees que podrás fingir delante de ella que es igual a nosotros? Cuando su lobo interior se manifieste, ella lo va a notar, así como notó hace años que es la única persona rubia en toda la manada. No quiero que Elise se sienta como un bicho raro cuando ese momento llegue.
⠀⠀
⠀⠀Con aquel balde de agua fría, Mori se sienta pensativo en una silla y deja a Dazai subir a cambiarse a un kimono formal, colocarse vendas limpias y tratar sus heridas. Y como si fuese una maldición, la mirada de odio de uno de los prisioneros regresa a su mente cuando siente el ardor de uno de sus mordiscos en el brazo.
⠀⠀
⠀⠀—Príncipe, ¿puedo pasar? —pregunta Yosano tocando la madera del marco de la puerta.
⠀⠀—Sí, claro. —La puerta ya estaba abierta, pues Elise hace poco vino a verlo luego de enterarse que regresó antes por la emboscada, seguramente habiéndose fugado de sus estudios. Graciosamente, ella lo regañó por su osadía y él no pudo contener la risa porque, ¿cómo sentirse intimidado por ese metro veintidós centímetros devora dulces? Imposible—. Elise, déjanos a solas. Vuelve a tus clases antes que papá sepa que te las saltaste.
⠀⠀—Pero yo quiero quedarme y peinar a la señorita Akiko —contradice, haciendo un puchero más falso que los deseos de Dazai por comprometerse.
⠀⠀—Hagamos un trato. Me comeré tus verduras en la cena de hoy.
⠀⠀—Que sea por una semana —rebate ella estirando su diestra hacía él, en particular su meñique. Yosano sonríe enternecida desde la entrada. Pero aquello es más de lo que él mismo puede soportar, así que hace una contra oferta.
⠀⠀—Mejor te consigo esos caramelos de cereza que tanto te gustan a escondidas. Solo una bolsa pequeña, no abuses de mi.
⠀⠀—¡Hecho! —exclama bajándose de la cama para correr a la entrada, luego regresa con el mismo ímpetu y vuelve a estirar el dedo; al parecer lo había olvidado—. ¿Por el meñique?
⠀⠀—Por el meñique. —Y esta vez, se va conforme. Al retirarse, Yosano cambia radicalmente su expresión a una más seria y obtiene toda su atención—. Te he dicho que no me gusta que me llamen así... Dime qué ocurre.
⠀⠀—Uno de los prisioneros, descubrimos que no es un beta.
⠀⠀—¿Te refieres al que usa collar...? Eso era más que obvio desde que lo vi, noté su collar cuando trató de morderme el cuello en el bosque, quizás sea un omega, aunque uno muy fuerte.
⠀⠀—Es más que eso, Dazai. Tiene un don y le está causando problemas a Lovecraft en este momento. Es el único al que no han podido sacarle nada de información, ni siquiera han podido tocarlo.
⠀⠀
⠀⠀Dazai suspira y se levanta. Sale de la cabaña seguido por Yosano, y Ango que los esperaba afuera. Con ellos a cada costado, apresura sus pasos hasta llegar al pequeño pero necesario calabozo que tienen construído bajo tierra, como muchas otras locaciones por toda la aldea, mientras ambos lo ponen al tanto de otros detalles relacionados al problemático prisionero. Al llegar, su sorpresa no es notable a simple vista, pero eso es debido a que ha sido entrenado para permanecer estoico ante los demás.
Porque cualquiera se sorprendería de ver una persona sentada de cabeza en el techo con un aura roja rodeándole.
⠀⠀
⠀⠀—Tú, el del techo. —le dice seriamente pero con una calma impasible, a lo que el pelirrojo me ignora—. ¿Cuál es tu nombre, enano?
⠀⠀—¡¿Hah?! ¿Cómo me has dicho, momia? —Con un gesto de la mano, Dazai previene que alguien más intervenga. El interrogatorio apenas comienza entre las oscuras sombras donde la luz de las velas a duras penas alumbran desde su pecho hacia abajo, dando un aire misterioso a su apariencia al no verse de su rostro más que los ojos.
⠀⠀—El de las preguntas aquí soy yo. Parece que te sientes muy rudo a pesar de tener las manos atadas a la espalda con grilletes de acero.
⠀⠀—Voy a salir de aquí con mis camaradas y juro que voy a patear tu trasero vendado antes de irme.
⠀⠀—Bueno, para eso antes debes liberarte a ti mismo, Nakahara Chuuya.
⠀⠀—¿Cómo conoces mi nombre?
⠀⠀—Tus camaradas no son muy buenos cerrando el hocico bajo presión. —El otro se enfurece aún más y se digna a bajar del techo, acerca su rostro enfurecido a los barrotes y con la escasa iluminación se logra apreciar mejor su odio transmitido a través del mar enfurecido que representan sus ojos cobaltos, que se atrevería a decir que son casi tan lindos como los de Elise—. Descuida, están con vida. Por ahora.
⠀⠀—¿Qué mierda quieres de mi, bastardo? Prefiero hablar con el que esté a cargo.
⠀⠀—Oh, quieres hablar con Ōgai, pero eso no será necesario. Tendrás que conformarte con hablar con su heredero.
⠀⠀—¡Bien! Pues traelo aquí, estúpido perro.
⠀⠀—Pequeño insolente, ¡cuida como le hablas a nuestro príncipe! —Dazai gira los ojos con molestia ante el error de Kajī Motojirō, el guardia de turno. Este al parecer ni se entera de lo que ha hecho y posa con orgullo por defender su honor.
⠀⠀—¿Este rollo de papel higiénico es el futuro líder? —Bien, admite que eso le ha dolido.
⠀⠀—Aparte de bajito, sordo. —le contesta y ambos chocan miradas, solo que Chuuya está al borde de un ataque de ira y Dazai se está divirtiendo a costillas suyas—. ¿Es que las palabras no te entran a los oídos desde ahí abajo?
⠀⠀Y con su siguiente palabrería de protesta —donde tres de cada dos palabras, es una grosería— no puede hacer más que reírse de su comportamiento. Será divertido jugar un poco con este tal Chuuya Nakahara.
⠀⠀
— Glosario —
Waraji¹: sandalias hechas de paja que constituían el calzado típico de la gente común en Japón.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top