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∘˚˳° Capitulo 7: La verdad  °˳˚∘
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Los niños adentro de las aulas empezaron a gritar, aliviados de que ese loco había perdido.

Una parte de la policía se fue, junto con Poe y Tanizaki por si las dudas. La otra se quedó en la escuela por cuidados.

Ningún oficial lo notó, pero la niña que había disparado hace segundos atrás, salió corriendo hacia la mujer en el suelo.
Está gritaba y lloraba de dolor, ¿lo mejor era dejarla sola? parecía histérica con todo esto, pero la policía también la necesitaba a ella en la comisaría.

-¡Mamá!-. Quiso callarse y deterse en seco por lo dicho, pero su preocupación por la mujer que la cuidó le ganó.

Aya lo sabía, las mujeres que la adoptaron nunca le demostraron verdadero amor, y si lo hacían era en la escuela. Pero la preocupación venía porque todos esos maltratos y abandonos no podían quitar el hecho de que Aya era solo una niña; una en la cual este mundo fue cruel con ella. Aún se preocupaba por sus "madres", y ni siquiera su orgullo podía con ello.

-Alejate de mí.

Su pobre corazón, triste por ver a su madre de ese modo, no le hizo caso a su mente.
Su mente le demandaba que se alejará de ese lugar, que se fuera con Atsushi y siguieran con el caso, pero su pobre corazón se preocupaba por su madre, y hacia oídos sordos a lo que la mujer le decía.

-¿Estas bien, madre?

¿Hace cuánto no decía esa palabra?
Nadie estaba acostumbrado a que aquella palabra saliera tan fácil de su boca.

-¿"Madre"..?

Ambas mujeres se quedaron mirando, una asombrada y la otra preocupada.
Parecía que ninguna tenía nada que decir. Ambas en sus propios pensamientos, tanto que ninguna se dió cuánta que la más pequeña se acercaba poco a poco.

Salieron de sus pensamientos al ver a un oficial llamar a la mayor, claramente quería que fuera con ellos.

Aya seguía cerca, no se había movido y no lo pensaba hacer.

Su corazón aún tenía esperanza; esperanza porque aún que sea le dijera algo bueno, solo eso. ¿Era mucho pedir unas buenas palabras de su "madre" acaso?

La mujer se inclinó, en el oído de la pequeña que adoptó y amo susurró:

"Te odio." Le daba igual. Le dió totalmente igual el como afectarán a la pequeña, quería desquitarse con alguien. Había visto a su primer hijo, a quien cuidó y protegió, odiarla, creer que todo fue culpa. Ella, solo había aceptado por miedo, miedo a perderlo, nunca le dijeron que estaba vivo sufriendo, incluso el cadáver le llegó, y sí, era él, ¿cómo iba a saber que estaba vivo? los doctores le juraron que estaba tan mal que ni siquiera pasar a verlo podían.

Quería tener a su hijo, a su verdadero hijo, no a una mocosa que adoptó por deseo de su primer hijo al tener una hermana, y mucho menos porque su idea era reemplazar el dolor que sentía a la perdida de su primer hijo con otro, sin embargo, nunca sintió amor de madre. Le daba igual Aya.

Sintió una mano agarrarle, por impulso volteó la mirada: Aya, tenía lágrimas recorriendo su rostro. Su corazón había sido dañado.

-¿Siempre me odiaron, no es así? toda mi vida, siempre deseé que ustedes dos me vieran como su hija, que me dieran amor, que me dejaran de abandonar. Quería que fueran mis madres. Pero en vez de amor, obtuve despreció, por parte de ambas. Pero me he cansado de todo eso. Sí, soy una mierda, lo sé. También sé que no debo de salir de casa e irme a los barrios bajos, ¿pero qué quieren qué pase? me dejan sola en casa, ¡tenía que salir! ¿ustedes salen, pero yo no puedo? ¿saben los daños que crearon en mí mente? esos días en dónde lloraba, ni siquiera entendía el por qué. Pronto me acostumbré a todo eso, deseaba buscar algún lugar mejor, así que sí, me escapé de casa, pero siempre regresaba, ustedes ni cuenta se dieron. ¿¡Y saben qué!? ¡esa es la principal razón del por qué me empeñe con mi verdadera familia! deseó, salir de este horrible lugar, en donde no solo nunca me prestaron atención, también me odian, y escondieron la verdad del por qué. ¡También las odio! a ambas, me dan igual a este punto. Estoy cansada de ustedes y sus tratos. Dile a la señorita Jean que yo, ya no soy su hija, y que nunca lo fuí. Espero que ambas vivan felices, sabiendo que perdieron a dos hijos de la forma más horrible, son un asco, ¡¡ambas lo son!!. ¡Las odio, señorita Lisa y Jena! ¿¡por qué nunca fui suficiente para ambas!? ¡solo quería amor, y ni eso me dieron!


¿Había terminado? ¡por supuesto que no! si orgullo le permitió llorar en frente de todos, pero su mente se cansó de todo. Solo quería largarse de ese lugar, pero primero tendría que decir todo lo que guardo por años.

-Seguramente mis verdaderos padres son mejores que ustedes, y han de tener una razón del abandono, no solo por diversión. ¿¡Y sí no me querían, por qué me adoptaron!? ¡sé que fue por él. Él quería una hermana y se lo concedieron! pero yo les pido amor y que se comporten como madres, y no me lo dan, no es justo. ¡No es justo el trato que me dan! las odio, y estoy segura que mucho más de lo que tú dices odiarme. Seré feliz, seré feliz en la agencia y con mis padres, y no es por ser mala o algo, ¡pero espero que ustedes nunca sean felices!

-Aya..

-¡Nada! desde éste momento, dejamos de ser familia, o conocidos, porque familia nunca fuimos.

Las lágrimas seguían corriendo, y un fuerte dolor en su pecho le recordaba que ella siempre las quiso como madres, aún con todo el mal trato, ella en verdad las quería, pero fue momento de dejar esa casa atrás y seguir con su nueva vida.

Lista para seguir con el caso, se limpió las lágrimas, estás demandaban en volver a salir, pero no las dejaría, ¿para qué llorar por una familia que nunca tuvo?
Sintió atrás de ella una tristeza, no voltearia, porque bien sabía de quién era.

La castaña lloraba, la intento agarrar, pero fue muy tarde para ella, la niña había salido a abrazar al albino.

-¿Qué hicimos..?- Su voz sonaba rota, aún más que cuando grito el nombre del chico.

El oficial la siguió hasta un carro, y la última vez que la pudo ver, estaba sonriendo, sus ojos rojos y con lágrimas que luchaban por quedarse en sus ojos y no salir, aún con todo el dolor que sentía sonreía.

En el momento en que el carro avanzó se arrepintió profundamente por todo.

-¿Có-mo pude ser tan cruel..?

Supo entonces que nada tenía salvación para ella y su esposa.

Cuando el carro dejo de tener vista a la escuela, Aya volteó la mirada.

-¿Quisieras tomarte un descanso? tenemos tiempo para encontrar a tus padres.

-No gracias. ¡Tenemos que encontrarlos pronto! necesito escuchar su versión para luego chantajearlos hasta que me compren miles de regalos y dulces, ¡Jaja!

El albino sonrió. Sabía que estaba dolida, pero hizo lo mejor para mostrar su mejor cara, estaba feliz de que ella pudiera salir de lo que tanto la jodió por años.

"Ojalá fuera así de fácil." Aunque sabía que nada era fácil, su mente dijo el comentario sin querer, rápidamente negó y se dispuso a ir por un helado antes de caminar a la mafia.

Los maestros y los estudiantes fueron llevados hasta sus hogares, no habrían clases hasta dos días después. La policía se retiró, y una vez más agradecieron a los agentes por salvar a todos.

-¡Heladooo! tenemos que apurarnos, mis padres podrían querer salir del país.

-Dudo que eso suceda, Aya-chan.

-¡De verdaaaad Atsuhi!

-Es una buena idea.

Una nueva voz se había unido. Casi se olvidan que el castaño tenía que ir con ellos.

-¡Dazai-san! se me olvidó que tenías que venir..

-¿Olvídarte de tu superior? me lastimas, Atsuhi-kun~.

⊰⁠⊹

El gran edificio se podía notar aún más.
Los tres estaban esperando señales para entrar.

Atsuhi era malísimo para mentir, y el castaño no se veía interesado por ayudarle para entrar a la mafia.

-¡V-venimos a ver a Akutagawa!- Esa ridícula frase fue lo primero que se le vino a la mente, el guarda lo miro extrañado; la agencia y la mafia no se llevaban muy bien, y según él pelinegro, aún odiaba con su alma a "Jinko". ¿Por qué lo quería ver entonces?

Se comunicaron con Higuchi, al parecer la chica cuidaba del pelinegro, esté se quejaba.

Duro varios minutos en tener una respuesta. Akutagawa al escuchar que Dazai venía a verlo se paró de la camilla, se quitó todo y estaba listo para ir a verlo él, Higuchi le insistió en que no tenía porque pararse, las cosas llegaron a más y un fuerte golpe se escuchó.

-¡¡Akutagawa-sempai, lo lamento demasiado!!

¿Higuchi golpeó al perro rabioso? sus dudas se aclararon después de escuchar como está lloraba y le pedía perdón. Sí, lo había golpeado.

Los siguientes minutos fueron reemplazados por sollozos de la rubia, luego unos gritos hacia la misma chica.

-Pu-pueden pasar.- Por supuesto que Akutagawa no se negaría al tener a Dazai esperándolo.

¿Y el jefe de dicha organización? tomaba té con un conocido, despreocupado por lo que sucedía en el primer piso. Él estaba al tanto de todo, pero era inútil hacer un escándalo por dos agentes, y más cuando su jefe estaba con él.

Aya quedó sorprendida. Poco a poco el dolor en su pecho y las ganas de llorar se estaban retirando.

El primer piso era más como una oficina. Habían algunas sillas y más pasadizos, pero principalmente estaban los escritorios con computadoras y varios trabajadores ocupados en papeles o en llamadas, otros descansaban y charlaban, y el resto iba de un lado a otro, con armas o papeles, incluso con comida.

-¿Así que esto es la mafia, eh? se ve diferente..

-Lo sé, Aya-chan. La primera vez que estuve acá fue la misma reacción, y aún no me acostumbró.

-¿Has estado acá? ¡seguro para ver a tu amorcito~!

-¡No digas eso! no en este lugar..

-¿No lo niegas, Atsuhi-kun? ¡Jaja! Akutagawa y Atsushi son-

Su boca fue tapada repentinamente.

-¡Acá no! podemos meter a Akutagawa en problemas.

-¿Pol qué?- Las manos fueron retiradas, e hizo una nueva de asco, claramente fingida.

-Digamos que no nos llevamos del todo bien. Somos, enemigos. 

Todos los mafiosos estaban tan concentrados en su trabajo que no se habían percatado de los intrusos, y aunque lo hubieran hecho, no tendrían motivo para alarmarse. Si estaban ahí era por algo.

-Akutagawa y yo no podemos ser pareja, por nada del mundo.

Sin embargo, para el chisme no se es vago, y la primera persona en escuchar esas palabras fue la rubia, que seguía llorando.

-¿¡Qué!?

Atsuhi, por nada del mundo había visto a una persona moverse tan rápido, no sin habilidad.

-¡Wow! primera persona en atacarnos. ¡Tranquilo, Atsuhi! Aya está acá para protegerte.

Ni Dios sabe cómo, pero el brazo enredado en el cuello del nombrado fue retirado.

-¡Hi-guchi-san! es un gusto verla..- Jalo aire.

-¿¡Qué decías sobre Akutagawa-sempai!? ¡habla!
  
-¡E-s un mal entendido! no decía nada sobre él..

La mirada asesina estaba clavada en Atsuhi, y esté sentía que quería salir corriendo de ese lugar lo mas pronto que pudiera.

-Ahorita mismo solo nos queda una salvación, y está siendo retrasada por tí, Higuchi.

-Dazai-san..lamento estarlos retrasando, pero primero necesito saber que tiene esté, con sempai.

-¡No agarres así a Atsuhi!

-¿Quien es esta pequeña?- Su mirada se volteó, nadie de ahí había notado a la peque hermana de Ryuunosuke; Gin.

-Higuchi. Estoy segura que escuchaste mal, sabes que si mi hermano tuviera una relación yo lo sabría y por ende, tú lo sabrías. Tranquila, ¿sí?

-P-pero..¡golpeé a Akutagawa-sempai y ahora estoy aquí amenazando a el hombre tigre!- Las lágrimas volvieron a salir.

Gin se disculpo en su nombre.

-Ahorita mismo está muy sensible, lo mejor será que descanses. Lamento que corriera a amenazarte, chico tigre. 

-No es nada, ¿Gin-san?

¿Estaba bien que la llamara por su nombre?

La Akutagawa se retiró con un asentimiento de cabeza, pero antes le indico en donde estaba su hermano.

Abrieron la puerta, y lo primero que vió fue a Akutagawa casi sonriendo, solo que era sonrisa se desvanecido de su rostro al verlo a él y a la pequeña.

-Jinko, ¿y Dazai-san?- Aún tenía esperanza.

-Me dijo que me esperaría afuera...

-¿Entonces no quiso pasar a verme?..ya veo. ¿A qué vienes entonces?

Su corazón se volvió más pequeño al verlo de ese modo, sus ojos se volvieron más oscuros, y la pequeña sonrisa que poseía en su rostro desapareció por completo. ¿Ni siquiera le daba algo de felicidad que él viniera a verlo? sus oportunidades cada vez eran menos.

-Oh, cierto. Vinimos porque Ranpo-san ha dicho que acá encontraremos la pista faltante para los padres de Aya-chan.

-¿Qué Chuuya-san no les había dicho que dejarán el caso? además, ¿por qué creen que acá estará alguna pista, sospechan de alguien acaso?

El albino estaba por hablar, pero la pequeña pegó un fuerte grito.

-¡Ese Chuuya! ¡él es la pista importante!

-¿Qué quieres decir, Aya-chan?

-¿Recuerdas que se puso a decir que dejáramos el caso? ¡se delató solito! tiene que saber algo sobre mis padres. He oído que la Port Mafia todo lo ve, ¿qué detiene a Chuuya de no saber algo?

Ambos chicos parpadearon, intentando recopilar lo dicho.

-¡Tienes razón! wow, Aya-chan. Yo le iba a decir a Akutagawa que me ayudará a interrogar a todos los pelirrojos de la mafia, ¡es una conclusión maravillosa!

-¿Qué? jamás haría eso, Jinko.

-¿Seguro?- Se volteó mirando al pelinegro. Llevo su dedo recurriendo todo su pecho hasta terminar en su propia boca. Moría de vergüenza por aquella acción, pero era tarde para retractarse.

-¿Qué se supone qué haces, Jinko?- Mentiría si dijera que aquella acción no lo provocó un poco.

-¡¡Nada. Olvídalo mejor!!- Su rostro de volvió tan rojo como un tomate, y la pequeña empezó a reír hasta terminar en el suelo llorando.

-¡Oh Dios! ¡pareces un tomate!

-¡Aya-chan, basta!- Las burlas de la pequeña solo incrementaba su vergüenza.

Unos cuantos minutos después todos llegaron a una conclusión: Aya aceptaría la derrota en frente de Osamu. Al principio el pelinegro no le encontró sentido a eso, pero luego de recordar que prácticamente la menor le ganó, sin dudas era algo que un mafioso como él no podía permitir, y mucho menos que lo supiera el castaño.

Aunque la pequeña había peleado para cambiar lo dicho; no quería admitir la derrota.

-¡Emo sin cejas!

-¡Mocosa sin padres!- Ninguno de los presentes tenía padres, y a todos les dolió.

-¡Paren ambos!- El pobre de Atsuhi parecía loco. Ambos se empezaron a gritar, atacandose, y a ninguno le importaba estar en medio de la gente y sabiendo que el castaño estaba al frente de ambos.

-¿Terminaron? genial. Ahora, ¿a dónde se dirigen? Akutagawa no se ve en estado de caminar.- El nombrado se paró rígido.

-Estoy bien, Dazai-san. Puedo caminar y hasta correr.

-Dudo que puedas con lo último.- Nuevamente dió en su orgullo.

Iban a contestar, pero un fuerte grito del doctor hizo que voltearan la mirada.

-Oh, hola Dazai-san. ¡Akutagawa a la cama ahora! no te dí permiso de moverte, estás grave.

-Estoy bien.

Ambas miradas chocaron, y ni un minuto había pasado cuando el mafioso cedió caminando a la habitación nuevamente.

Oyeron una puerta cerrarse.
Atsuhi y la pequeña se miraron, ¿ahora qué harían para encontrar al pelirrojo?

Estaban por sentarse, cuando una figura negra apareció nuevamente en el centro de los dos sillones.

-He vuelto.

-¿Qué no tenías que reposar?

-Nadie lo sabrá por un buen rato. Podemos irnos a la oficina de Chuuya-san.

Las últimas palabras, como si fueran la llave para el castaño, reaccionó agarrando al azabache del cuello.

-¿Qué hace esté?- A la defensa, había agarrado un florero, lista para tirarselo si no soltaba al chico.

-¿¡Dazai-san!?

-¡No se metan!- Atsuhi confiaba en Dazai y en Akutagawa, pero la pequeña se veía aún a la defensa.

-Asi es, es entre subordinado y maestro. Ahora dime Akutagawa, ¿abriste de más la boca?

-Por supuesto que no, Dazai-san. No sería capaz de fallarle, ni a Chuuya-san.

-Bien. ¿Así que me dices que ambos lo descubrieron ya? les tomo menos tiempo del que pensé. ¿Tan obvio es?

Él sabía la respuesta, así que no hizo falta que alguien la contestará.

-Akutagawa, ¿aún quieres mí reconocimiento, verdad? lo tendrás si detienes a Atsushi-kun y a la mocosa.

Los dedos del amor se separaron poco a poco, cuando el pelinegro se aseguro de no tener alguna amenaza en su cuello, se dió la vuelta mirando al castaño. Su mirada estaba vacía, parecía saber la verdadera razón, mas nunca dijo nada y se limitó a asentir.

-Lo que sea, Dazai-san.

-Perfecto~. Ahora dime cuál elevador sube más rápido, oí que Kaji los arreglo por error y ahora van más rápido.

-El de la derecha luego de la oficina de administración de armas.

-Muchas gracias por tu colaboración~.

La pequeña estaba por correr, pero la tela negra la agarro impidiendo que se fuera.

-¡Hey, emo. Suéltame!

-Tengo órdenes claras de Dazai-san.

-Akutagawa, ¿qué fue todo eso?

-No tengo que dar explicaciones, no aún.

Atsuhi fácilmente podría salir con la pequeña, pero en el territorio de la mafia era peligroso, ¿y si lo atacaban? la pequeña podría terminar herida.

Intentaba pensar en algo, en la mínima cosa que no acabará con Aya dañada, pero al parecer Dios sí existe.

-Hermano, me acaban de avisar que el jefe necesita verte, ahora.

La salvación que nunca pensó tener: la hermana del mafioso.

Un gruñido salió del chico, puso a la pequeña en uno de los sillones, y con una mirada de advertencia se retiró; casi corriendo.

No podía defraudar a su jefe, él tenía que estar antes del castaño, además, su hermana no le había mentido, ¿no?

-¡¡Corran!! Ryu le dió el camino más largo a Dazai, síganme y seguro llegamos antes.

Estaba seguro que al verlo correr le dispararían, pero con la hermana de Akutagawa se sentía más seguro de que no pasará mas.

Cargaba a la pequeña mientras seguía lo más rápido que pudo a la mujer; se desplazaba rápido.

Tuvo que saltar para evitar la tela que lo intento agarrar.

-¡Hablaremos serio, Gin!

-¡Eres idiota! ¡¡todavía prefieres a Dazai en vez de lo que tú quieres!! ¡sí, hiciste una promesa, pero por qué volverle a hacer caso a Dazai, no son nada, ni siquiera está acá, nunca lo estuvo, entiende hermano!

Al entrar en el elevador, pensó que estarían a salvo, pero antes de que las puertas se cerraran, el mafioso entró como si nada.

-¿Todo era tú plan, no es así?

-Te ví espiando la conversación, era obvio que te ibas a meter.

-¿Y por qué no solo dijiste que no, antes de armar un escenario?

-No quiero defraudar a Dazai-san.

-¡Esperen ambos! ¿de qué hablan, hermana del emo y emo?

-Soy Gin, cariño.

-Entonces, Gin y emo.- la nombrada soltó una suave risa.

-Mi hermano sabía que los ayudaría, así que para no defraudar a Dazai pretendió ayudar a detenerlos. Su plan siempre fue que ustedes subieran primero.

-¡Es genial! gracias, Akutagawa.

¿Había oído bien? la pequeña lo había llamado por su apellido y no por el apodo raro que le puso.

-Prometí ayudar a Jinko, es lo más que haré. Ahora se las arreglan ustedes.

Nakajima parecía querer llorar. De un salto abrazo al pelinegro, fue por puro impulso; escuchar esas palabras lo ponían feliz y no se contuvo a darle un abrazo.

Ryuunosuke en vez de apartarlo se quedó mirando a un punto fijo, mientras su rostro se calentaba y sentía que moría. ¿Cómo se correspondía un abrazo? lo quiso hacer, pero su orgullo y su negación no lo dejaron.

Y el que habían llegado al piso correspondiente.

-Estamos un piso abajo de la oficina del jefe, no hagan mucho ruido.

Con esas palabras la mujer se retiró lo más veloz que pudo, y los tres chicos no perdieron tiempo entrando a la habitación.

Los guardias le avisaron que el ejecutivo Nakahara estaba fuera de servicio, pero todos aseguraron tener permiso, ¿y para qué meterse con el perro rabioso de la mafia? asintieron y siguieron vigilando.

Las personas entraban y salían, al parecer todo el piso eran oficinas para los más altos miembros, mayormente los ejecutivos.

Unas grandes puertas separaban la oficina del pelirrojo con el exterior, y no fue para nada fácil abirlas.

Cuando lo lograron todos entraron para notar que no habían señales del chico.

-Podria estar en su descanso. Todas las oficinas de los altos miembros tienen una sala aparte con muebles y cosas como un hogar.

-Genial. Yo dormía en cartones y suciedad.- Habló Atsuhi sin querer dirigiéndose a la puerta a un lado de la habitación.

La puerta era considerablemente mas pequeña, estaban con cerradura.

-Apartate.

Con ayuda de su habilidad logro abrirla, se podían oír leves ronquidos.

Cuando oyeron la puerta moverse todos entraron a la habitación lo más rápido que pudieron; el castaño ya había llegado.

La puerta la habían dejado un poco abierta, apenas se podía ver la oficina. Y como magia el pelirrojo se levantó del sillón.

Una figura humana se levantó poco a poco del sillón. Inmediatamente agarro el celular y empezó a balbucear.

-¡Oh mierda! la atacaron y no me dí cuenta..

La puerta fue empujada, y solo con ese sonido fue suficiente para que un cuchillo se pegará en la camisa del albino, ni siquiera rozo su piel, solo lo preenso contra la pared.

-¿Qué demonios haces acá?- Antes de voltearse la puerta fue abierta totalmente, tirando a la pequeña hacia adelante y cayendo al suave suelo con alfombra.

-Fue estúpido confiar en tí, Akutagawa.

La mirada del pelirrojo se turnaba. Miraba al castaño parado serio mirando al piso, luego al albino con la camina pegada en la pared por el cuchillo, y de último al pelinegro tirado en el suelo con la vista fija hacia adelante, incapaz de dejar el suelo.

Pero pronto noto otra figura; una niña pelirroja.

¿Su idea o de la nada el clima se hizo más frío?

Su conciencia volvió cuando se dió cuenta: ¡lo habían descubierto y ni un día les tomo!

¿Estaba acabado? probablemente.
¿Asustado? ¡por supuesto.
¿Tenía ganas de morir? no era un suicida, pero si quería desaparecer y prepararse mentalmente.

Años y años confiando en él, y ahora la verdad luchaba para salir a la luz.

-Parece ser que necesito explicar todo, ¿no?

。:゚゚:。

Esta vez, si me pasó algo y no pude actualizar a tiempo 😿
Me fui de viaje toda la semana, tenía el cap listo pero Wattpad me lo borro🤬 me tomé la semana libre y disfrute del paseo, luego me pusieron uñas y es difícil escribir con ellas JAJSJA

¡El próximo cap toda la verdad será revelada!

~termiando: dom 16 oct 22~

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