#uzuzen
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Eran como las dos de la tarde, el sol le pegaba más fuerte que un ebrio y seguramente también quedaría marca.

─ ¿Cuánto más vas a tardarte?

Zenitsu Agatsuma, joven de 23 años, golpeaba su pie contra el pavimento porque su maldito novio (Tengen Uzui, 25 años) llevaba una eternidad en el baño. Específicamente 33 minutos.
Se estaba cagando de calor, el sudor corría por su nuca sin cesar empapándole la playera, su playera favorita puesto que su lindo novio le dijo que le tenía una sorpresa y naturalmente si el pendejo de tu novio con más pito que cerebro te dice que te tiene una sorpresa te vas a querer poner bonito. Lógica básica.

Sin embargo su aspecto fue echado a perder bastante rápido, hasta el momento la cita había sido como cualquier otra y Zenitsu estaba impacientándose.
A ese ritmo para cuando Tengen le diera su bendita sorpresa el chico estaría hecho un puerco en labor de parto.

Bueno, tampoco estaba muy alejado.

Zenitsu tenía tres meses de embarazo, aunque eso era algo que Tengen no sabía, pero para Zenitsu (con tenerlo bajo el rayo del sol) era un "mano a mano".

Suena justo.

─ ¡Por dios, Tengen, ya sal del maldito baño, me voy a morir aquí parado!

Zenitsu gritó a la puerta del baño público un tanto apenado porque la gente pasando lo observaba en reprobación.

¿Y ellos qué harían? ¿Esperar como idiotas? ¡Tengo un bebé dentro, gente, soy persona de riesgo!

─ ¡Sal o te saco a patadas!

Tal cual prometió Zenitsu dio una patadota a la puerta, al demonio las represalias o la policía, su abuelo le enseñó que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña.

─ ¡Tengen! ¡Más te vale que no te hayas escapado para abandonarme o juro que quemo tu colección de arte! ¡Y mataré a tus ratas!

─ ¡Ni se te ocurra!

─ ¿Tengen?

El baño estaba vacío, los cubículos también a excepción de uno (el del fondo) que estaba bien cerrado por algún motivo.
Dentro, Tengen.

─ ¿Qué haces allí? ¿Otra vez hiciste del dos y no trajiste papel higiénico? Yo tengo. Pero no es excusa para abandonarme allí como un idiot-.

─ No es eso─ dijo el mayor curiosamente decaído. El fino oído de Zenitsu captó emociones muy tristes en su amado.

─ ¿Todo está bien?─ preguntó con miedo.

Por un instante temió haber hecho o dicho algo que dañara a Tengen, y Zenitsu lo amaba muchísimo, jamás le haría daño a propósito.

─ ¿Dije algo malo?

─ Ah... no es por ti, pichón. Fue culpa mía.

El aire se detuvo en los pulmones de Zenitsu.

─ No debí haberlo hecho. Soy un idiota, no te merezco.

Mientras que la voz no salía por su boca, miles de escenarios, respuestas y posibles cosas atravesaban la mente de Zenitsu como lanzas.

─ Fallé como novio. Te fallé, pichón.

Quería llorar.
Se echaría a llorar.

─ T-tengen...─ susurró con las fuerzas escurriéndose de él─ No... p-por favor... di-dime que no...

Lo único que podía hacer en ese preciso momento era largarse a llorar desconsolado.

─ Se me cayó el anillo por el inodoro.

─ ¿Ah?

─ Ahora no podré pedirte matrimonio.

Tengen abrió la puerta del cubículo y miró muy dolido a su novio que estaba llorando vaya Cristo a saber porqué, enseguida el mayor reaccionó y le secó el rostro con las mangas de la sudadera que llevaba atada a su cintura, sin embargo en cuanto Zenitsu paró de llorar, Tengen se comió el cachetazo de su vida.

─ ¡AUCH! ¡¿Y ESO PORQUÉ?!

─ ¡POR HACERME CREER QUE ME HABÍAS METIDO LOS CUERNOS, PEDAZO DE BRUTO CABEZA DE CHOTA!

─ ¡¿PERO ERA NECESARIO EL CACHETAZO?!

─ ¡SI! ¡PARA QUE NO VUELVAS A HACERLO! ¡CASI ME MUERO! ¡A LA PRÓXIMA TE DEJO!

─ ¡ME VAS A DEJAR DE TODOS MODOS!

─ ¡¿QUÉ?! ¡¿PORQUÉ?!

─ ¡PORQUE EL PUTO ANILLO SE ME CAYÓ POR EL INODORO! ¡¿ERES SORDO?!

─ ¡¿CUÁL ANILLO?!

─ ¡CON EL QUE TE IBA A PEDIR MATRIMONIO, TARADO!

Si había que ser honestos, Zenitsu jamás había sentido tanto alivio en su corta vida.

─ ¿Es enserio?─ inquirió sin saber cómo reaccionar.

─ ¿Te parece que estoy de humor para bromas?

¡PLAF!

─ ¡AUCH! ¡YA! ¡¿Y ESA PORQUÉ FUE?!

─ ¡POR CREER QUE TE DEJARÍA POR ALGO TAN BANAL COMO UN ANILLO, RETRASADO MENTAL!

Tras dos cachetazos bien puestos en el perfecto (ya no tan perfecto) rostro de Tengen Uzui, éste último se frotó las zonas afectadas y suspiró.

─ Ese anillo me costó mucho dinero─ explicó en tono sombrío y triste─ ahorré durante cinco años para pedirte matrimonio y en un descuido cuando me subí los pantalones se me cayó con caja y todo por el retrete. ¿Sabes lo que se siente? Duele más que tus cachetadas, Zenitsu.

─ Tengen...

─ No soy digno de ti, merezco morir solo. Si ni siquiera puedo cuidar de un anillo, ¿cómo voy a cuidar de ti y de nuestros futuros hijos?

En parte Zenitsu se sentía culpable, se había montado tremenda película y su novio era quien realmente la estaba pasando del asco, y por el otro estaba feliz, porque él era la única persona en el mundo que conocía al verdadero Tengen Uzui que se escondía debajo de toda la extravagancia.

─ Sí eres digno de mí, Tengen, y yo no te cambiaría por nada. Un anillo es sólo una cosa, aunque también me duele haberlo perdido porque significó un gasto, no necesito un metal para quedarme contigo el resto de mi vida. Te amo demasiado para sopesarlo con un solo objeto, ni todo el metal del mundo podría pesar lo mismo que el amor que te tengo.

Zenitsu colocó una mano en cada mejilla de Tengen, lo obligó a verle a los ojos y sonrió tan cálidamente como fuera necesario para reconfortar el pobrecito corazón de su novio.

─ Pichón, yo-.

─ No, ya está, no vas a disculparte, ahora vamos a ir al centro de aguas y avisar que si ven una caja con anillo en la tubería es nuestro.

─ ¿Te pondrías un anillo que estuvo en el retrete y en un pozo ciego?

─ Me pondría calcetines con chancletas si así te hago feliz.

─ Ridículo.

─ Pero no más que tú.

Así como quién no quiere la cosa Tengen y Zenitsu continuaron su cita en el centro de aguas de Tokyo, preguntaron allí si vieron una caja roja con un anillo en las cloacas y sí, en efecto, los empleados les entregaron la jodida cajita que por recomendación del centro primero pasaron por cloro, después la abrieron y Zenitsu se fue a dormir con un hermoso anillo que, ¡carajo!, menos mal que lo encontraron porque Uzui jamás se recuperaría económicamente de dicha pérdida.

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