haewon vio en la entrada de la universidad a lily hablando por teléfono. se acercó con sigilo y sonrió cuando escuchó la voz de la señora morrow. la coreana adoraba a su suegra, así como la mujer la adoraba a ella. sobretodo le encantaba cuando su suegra le decía que era la mejor pareja que lily había tenido.

claro que lo era.

— adiós, mamá — se despidió lily,
notando a la mayor a un lado suyo.

— hola, bonita — intentó besarla, pero
lily se lo impidió.

— estoy enojada contigo, wonnie — frunció el ceño, mirando hacia otro lado.

— ¿y eso por qué? — cuestionó parándose enfrente, no dejando que siguiera ignorándola.

— ¿por qué? ¡haewon, ¿recuerdas el
espectáculo que hiciste hace unas horas?!

la nombrada rodó los ojos, restándole
importancia.

— ¿y qué? solo estaba defendiendo lo mío — intentó tomarle la mano, pero lily la miró feo y comenzó a caminar hacia la
parada de buses —  ¡oye, lily!

la siguió corriendo con esfuerzo, tener las piernas cortas era una desventaja, claro.

— ey, detente — la tomó del brazo y lily se rindió, volteándose sin dejar su ceño
fruncido — ya, lo siento, lily, fue un
impulso.

lily no era de enojarse y solía perdonar
sus estupideces demasiado fácil, aunque verla con esa carita de felino enojado le hizo entender a hae que debía aceptar que cometió un error.

no le gustaba verla así.

— es que no lo entiendo, wonnie. ¿por qué actúas así? nunca te he dado indicios de engañarte o algo.

— no es eso, lils, yo confío en ti, pero no
en el resto. eres demasiado bonita y me
enferma que los demás se den cuenta — hundió su cabeza en el cuello ajeno,
abrazándose a la pequeña cintura de su
chica.

lily era débil, mucho más ante la
cosita hermosa que era su novia, así que
solo pudo morderse la lengua antes de
corresponder el abrazo y acariciar su
cabello.

con eso oh sabía que estaba
perdonada.

— mis ojos siempre te pertenecerán a ti ya nadie más, wonnie. y por eso no te tiene que importar el resto — le susurró — soy solo tuya.

haewon salió de su escondite, sonriendo en grande.

— ¿solo mía?

— solo tuya — afirmó, aceptando el beso
que la otra le dio — pero igual necesito que me prometas una cosa.

— ¿que cosa? – formó un puchero, poco
convencida.

— debes dejar de hacer estos shows de
celos.

haewon abrió la boca, viéndola con falsa
indignación.

— ¿disculpa? yo no hago shows.

— me voy a ir, oh.

— uuuuugh — rodó los ojos, molesta — está bien, intentaré controlarme. ¡pero

tampoco te quiero ver tan cerca de chicos ni de chicas, y si alguno te hace ojitos sales corriendo de allí ¡¿entendido?!

lily carcajeó ante la exagerada
chica que tenía como pareja. parecía
un duendecillo refunfuñón con su tono
levemente más agudo y dando bobas
pisadas al piso.

— sí, mi amor, todo lo que tú quieras
terminó por aceptar, agarrándole la mano
y sonriendo al ver la cara de satisfacción
de su bebé.