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narración incluida !
Roseanne se acercó a la mesa correspondiente con una pequeña sonrisa. Venía cargando tres cajas en total: una grande y desconocida abajo, sobre ella la caja que incluía las donas favoritas de su hija y, en la cima, la caja del pastel que recogió en la casa de Tzuyu.
Yoonah no pudo contener su emoción y corrió hacia su madre, quién frenó en seco para luego dejar todo sobre la mesa y poder recibir con gusto a su hija.
—¡Mamá!— la voz de la chica llamó la atención de ciertas personas cerca de su mesa, pero a ellos no parecía importarles mucho. Yoonah realmente había extrañado a su madre.
Roseanne soltó una risa ronca y dejó caricias sobre la cabellera de su hija.
—Felicidades por tu graduación, yoonyoon. Estoy muy orgullosa de tí.— le susurró contra el oído.
Yoonah sonrió con algo de timidez y alegría.
—Gracias, mamá...
Al separarse, Roseanne dejó una nueva caricia en la mejilla de su hija y posteriormente se volteó para saludar a su ex-pareja. Jennie correspondió su saludo, sonriendo igual con timidez y procedió a jalar la silla de Roseanne para indicarle a la menor su lugar.
Park tomó asiento a su lado y pareció no darse cuenta de lo mucho que se acercó a la otra. Ninguna de las dos lo hizo, en realidad, pero Yoonah definitivamente sí. Quiso seguir viéndolas a ellas interactuar, pero justo en ese momento una de sus profesoras lo llamó para prepararse a hacer su entrada con sus respectivos padrinos, quienes eran la hermana mayor de su mamá— su tía— junto a su esposa. Ellas la estaban esperando en la entrada, pero Yoonah se escapó un rato para asegurarse de que su madre llegara.
—¿Qué es eso de ahí?— preguntó Jennie señalando hacia la caja de fondo negro.
—Es mi regalo para Yoonah.— responde simple, junto a una pequeña sonrisa traviesa.
Jennie entrecerró sus ojos —Volviste a comprarle algo carísimo, ¿cierto?— la menor se encogió de hombros —¡Rosé!
—¿Qué? Hoy es su día especial... además, le fue súper bien con sus notas. Se lo tiene más que merecido.
—Una carta con dinero habría sido suficiente.— dijo mientras rodaba los ojos, aunque una sonrisa también se extendió por sus labios. Roseanne siempre fue la madre que más consentía a Yoonah.
—¿Tú le regalarás eso, acaso?
Jennie alejó su mirada —No realmente...
—¿Lo ves? ¡A tí también te gusta consentirla!
—¡Pero no tan exagerado cómo tú!— se defendió.
Roseanne frunció su ceño e iba a decir algo si no fuera porque de repente alguien comenzó a hablar desde el escenario a la distancia, el acto estaba a punto de comenzar.
Jennie sonrió con diversión al ver la tierna reacción molesta de la menor mientras escuchaba al director hablar.
Seguía siendo increíblemente tierna.
¡☆!
¡☆!
—¡No inventes!— Yoonah pegó un grito en cuánto vió lo que su madre le había regalado.
Era una nueva consola de videojuegos con controles de edición limitada. La caja también incluía algunos juegos que su hija aún no tenía antes de que su anterior consola se dañara.
Roseanne sonrió divertido y la menor comenzó a saltar de la emoción. Jennie miraba boquiabierta la escena, especialmente porque antes le había advertido a Roseanne no comprarle más videojuegos luego de que "accidentalmente" su hija junto a su mejor amiga dejaran caer la pobre consola.
—¡Gracias, gracias, mamá!— Nuevamente se lanzó a los brazos de Roseanne, quién se sorprendió un poco al principio, pero luego le correspondió sujetando su cintura.
—No es nada.— contestó, viendo brevemente a Jennie y dirigiéndole una sonrisa de diversión.
—Te dije que-
—¡Y puedo comprar más juegos con el dinero que me regalaste antes de llegar al restaurante!— la interrumpió un emocionado Yoonah.
Regresó a su lugar en la silla, viendo cómo un posible regaño hacia su mamá fue interrumpido por las meseras llegando a su mesa junto a la comida. Justo después de que Yoonah recibiera sus medallas y todo el protocolo terminara, las tres partieron directo al restaurante que ya tenían reservado. No les agrada mucho la idea de permanecer en una aburrida fiesta junto a profesores y los demás padres. Además, preferían pasar tiempo juntos solo las tres.
Mientras comían, Yoonah se dió cuenta que nuevamente sus madres estaban sentadas muy cerca de la otra, pero esta vez ambas compartían comida mientras hablaban silenciosamente entre ellas. Ellas ni siquiera parecían percatarse de la extrema proximidad entre sus cuerpos, mucho menos de la forma en la que se veían al hablar o la forma en que se sonreían.
En momentos como este es que ellla no sabe qué pensar sobre ellas. Realmente no recuerda mucho lo sucedido hace tres años entre ellas para que hayan decidido separarse, principalmente porque ella apenas tenía nueve, pero ellas realmente no parecían una pareja divorciada para nada. La forma en la que actuaban al estar juntas... no, incluso la forma en la que actuaban cuándo la otra no estaba. Todo parecía indicar que ellas aún se querían.
Yoonah recuerda las veces que encontró a su madre viendo de más los retratos que aún conserva de su madre, o la forma en la que está se queda apreciando la foto de contacto de Jennie cuándo ellas la llaman afuera de su casa luego de haber salido juntas.
También sabe que ellas aún no han tenido otra pareja luego de haber terminado. Hubieron algunos rumores, claro, cómo el de que Roseanne salía con su nueva asistente en la empresa, o cuándo ciertos padres de sus compañeros inventaron que su madre tenía una pequeña aventura con su maestro de Educación Física. Pero estos nunca resultaron ser ciertos. Ellas aún no estaban listas para volver a amar a alguien más.
Ella incluso recuerda la vez que le dijo a su madre en son de broma que su mamá la había invitado a una cita mediante ella. Jennie palideció y se convirtió en un manojo de nervios, saliendo corriendo hacia su habitación de inmediato para ver qué ponerse. Yoonah se sintió muy mal luego de eso y le terminó confesando a su mamá que sólo estaba jugando.
Un castigo es lo que menos recibió.
Salió de sus pensamientos en cuánto el sonido de unas carcajadas llegó a sus oídos. Ellas estaban prácticamente riéndose en la cara de la otra, y una rápida idea llegó a la mente de Yoonah.
Grabaría un tiktok.
Silenciosamente comenzó a sacar su celular y capturó el momento de sus madres en un pequeño video. Ni siquiera se molestó en ocultarlo, ellas no parecían darse cuenta de nada de lo que sucediera a su al rededor.
Lo siguiente fue fácil. Comenzó a editar el video en tiktok, agregando el famoso audio de "Un aplauso para esta pareja que está enamorada" junto a un pequeño texto, y listo, ya estaba.
Lo publicó sin tener idea de lo que sucedería después.
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