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Nombrᥱ: Kim JongIn.
Edᥲd: 25 años.
Estᥲtᥙrᥲ: 1.82 cm.
Pᥱso: 63 kg.

  Lo sé, se estarán preguntando ¿Es él realmente? Sí, muchos me conocen por lo que no sé si podría saltarme esta parte.

  Me interesan los chicos con ambiciones, lindos y tiernos, que se preocupen de sí mismos y que tengan tiempo para mi. Soy un excelente besador, al menos muchos me han dicho eso.

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Si SeokJin hubiese rechazado aquella cita y salía en prensa probablemente amanecería muerto. Kim JongIn era un modelo famoso, guapo y divertido, el cual se mostraba muy romántico por televisión y en las entrevistas.

SeokJin claramente había escuchado hablar de JongIn, era el típico príncipe azul con ningún defecto. Obviamente eso pensaban las adolescentes pero él sabía muy bien qué al final del día era una persona común, con defectos y virtudes, por lo que se daría el tiempo para conocerlo mejor.

Y quizás, si todo salía bien, tener una segunda cita.

No se arregló demasiado en su aspecto por conocer a una celebridad sino como lo hacía a diario, además estaba saliendo del trabajo y no alcanzaba a pasar por su departamento.

—Aquí está —Dijo SeokJin entregándole el pantalón al mesero —Muchas gracias.

—No fue nada —El chico le sonrió —¿Te quedarás a tomar algo?

—Un café, solo si mi mesa favorita está disponible —Dijo con una sonrisa, molestando, podría sentarse en otro lugar.

—Has tenido suerte estos días —El mesero lo guió hasta su mesa —Nadie la ha ocupado.

—Eso es extraño —Dijo quitándose el abrigo junto a la bufanda —Para mi tiene la mejor vista.

El mesero asintió y escondió detrás de él el papel de la reserva que antes estaba en la mesa.

—Traeré el café —Dijo retirándose.

—¡Espera! —Lo llamó el castaño colocándose de pie —Mejor trae dos y dos trozos de pastel también.

—Enseguida traigo todo.

—Gracias —Se volvió a sentar y miró la hora. Faltaban sólo diez minutos, esperaba que JongIn no se enojara por haber ordenado por él, pensó que así tendrían más tiempo para hablar sin interrupciones.

Un chico alto, delgado y moreno entró al restaurante con un abrigo negro y lentes oscuros, miró hacia todos los lados, perseguido hasta que logró reconocer a SeokJin. Se paró derecho y sonrió acercándose al castaño.

—Tú debes ser SeokJin —Dijo quitándose los lentes.

El castaño se quedó en palabras, ahora entendía lo famoso y reconocido que era en el mundo del modelaje, el chico era hermoso, muy cerca de ser un muñeco.

—Hola —Se levantó sonriéndole —Sí, soy yo.

—Eres muy lindo—Comentó JongIn dejando una rosa en la mesa, frente a SeokJin.

—Gracias por la rosa —Era un tierno gesto.

—No es nada, me la pasó una chica que me reconoció cuando salí de casa.

JongIn miró las cosas en la mesa y tuvo deseos de ir a vomitar. El olor a café lo mareaba y con ver el pastel, con toda esa crema pastelera fue horrible.

—Odio esta comida —Dijo cubriéndose la boca y nariz —¡Quién trajo esto! —Exclamó enojado mirando hacia dónde estaba la cocina.

—Lo pedí para ti, lo lamento mucho —Habló apenado SeokJin.

—¿Ocurre algo? —Llegó el mesero debido al grito de JongIn.

—Llévate esto —JongIn cerró los ojos empujando el pastel y el café.

—Claro —El mesero miró a SeokJin y tomó las cosas para luego irse.

—Lamento haber ordenado por ti, pensé que te gustaría el café junto a un trozo de pastel.

—Me debo cuidar en las comidas, si subo unos gramos terminan castigándome solo tomando agua —Explicó quitándose el abrigo.

—Eso es demasiado extremo.

—Puede ser —Se quedó un momento pensando en ello —Pero no me molesta, es el sacrificio que debo hacer por ser conocido.

—Aquí también venden comida muy liviana.

—No te preocupes, tome un batido antes de venir. Mejor cuéntame de ti —Dijo con una sonrisa mirando al castaño.

SeokJin dejó su café a un lado para darle toda su atención a JongIn —Bien, vivo solo en un departamento, soy dentista y quizás puedas tener un cierto recelo a ellos por la mala fama que nos hemos ganado pero en verdad me gusta, lo disfruto mucho...

Quiso seguir hablando pero JongIn estaba tecleando su celular, sin mirarlo ni escucharlo. SeokJin se alejó de la mesa sentándose más hacia atrás y lo espero.

No pasaba nada si en una primera cita alguien sacaba el celular, podía ser una emergencia pero JongIn estaba sonriendo y escribiendo.

No era muy educado de su parte.

—Sigue —Animó JongIn haciéndole un gesto con la mano —¿Te gusta tu trabajo de profesor?

—Dentista —Corrigió SeokJin con su rostro serio —Soy dentista.

—Le tengo un pánico a los dentistas —JongIn siguió tecleando en el celular  sin mirarlo —Cada vez que voy a una consulta termino con dolor de cabeza.

SeokJin no respondió nada, simplemente se quedó allí esperando a que terminara de hablar, tomó de su café e hizo sonar intencionalmente la taza contra el platillo para que por fin le tomara atención.

—Lo lamento, algunos periodistas se enteraron que ando en la calle solo —Habló JongIn mirándolo.

—¿Es demasiado malo eso?

—No lo es si piensan que estoy en otro restaurante —Dijo JongIn y comenzó a teclear nuevamente en su celular.

SeokJin apoyó la cabeza en su mano escuchando las risitas de JongIn, miró al mesero pasando con un plato de comida y cerró los ojos por un segundo.

—Sigue hablándome de ti —Dijo de pronto JongIn debido al silencio en la mesa.

—Espero a que termines de hablar —Murmuró aburrido.

—¡Súper interesante!

SeokJin bufó y siguió comiendo tranquilamente de su pastel.

—Quiero una historia para mí Instagram —JongIn se levantó sentándose junto al pequeño —Sonríe.

—No creo que sea una buena idea —Dijo incómodo tratando de alejar el celular de su rostro.

—Puedes besarme si quieres —JongIn ofreció su mejilla a SeokJin.

El castaño lo alejó con las manos y vio cómo el mesero se acercaba.

—¿Ocurre algo? —Preguntó el pelinegro —¿Desean ordenar algo más?

—Oh, no, ya saben qué estoy aquí —JongIn se colocó de pie, tomó su abrigo y se colocó los lentes de sol —SeokJin fue un gusto conocerte, si deseas salir de nuevo conmigo puedes llamar a mi manager, deje el número en la página de citas.

SeokJin ni siquiera alcanzó a responder algo y JongIn salió del restaurante.

No sabía por qué lo había afectado tanto esta cita, tal vez era la mirada de confusión y pena que le dio el mesero o quizás porque estaba aburrido de tener tan mala suerte.

Sus ojos se humedecieron rápidamente, sacó dinero de su bolsillo para colocarlo en la mesa y salió corriendo del restaurante. Sentía pena por sí mismo, por más que intentara encontrar un novio era imposible, la vida estaba en su contra y no sabía la razón.

—¡SeokJin! —Gritaron en medio de la noche.

El castaño se dio la media vuelta encontrándose al mesero corriendo hacia él.

—Sí que caminas rápido —Dijo el pelinegro con la respiración agitada —Se te olvidó esto.

Se encargó de colocarle el abrigo a SeokJin, su delgado cuerpo estaba temblando debido al frío, notó su nariz roja y sus ojos llorosos, no le quiso preguntar nada pero se imaginaba a que se debían sus lágrimas.

Lo abrigó con la bufanda y SeokJin bajó su rostro tratando de ocultarse en ella.

—Sí quieres te invito un chocolate caliente —Dijo el mesero mirando al castaño.

—Estoy bien, gracias por traer mis cosas.

Cuando lo miró con esos pequeños, hermosos y tristes ojitos, el chico sintió ganas de abrazarlo y reconfortarlo en sus brazos. Se veía tan débil y solo.

Pero algo le impedía pasar ese límite, SeokJin no lo conocía y posiblemente pensaría mal, no quería alejarlo, ni tampoco lograr que no fuera más al restaurante por su culpa.

No alcanzó a notar cuando SeokJin se dio la media vuelta para seguir caminando y él lo observó hasta que se perdió de su vista.

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