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Nombrᥱ: Jeon WonWoo.
Edᥲd: 22 años.
Estᥲtᥙrᥲ: 1.82 cm.
Pᥱso: 63 kg.

  Amo mi trabajo, soy muy detallista y romántico, puedo sorprender con hermosas citas pero lamentablemente mi tiempo es limitado.

  Seré muy sincero, busco a alguien que sea fiel, trabajo en la marina por lo que me voy por meses y no me gustaría tener cuernos de los cuales todo el mundo sepa menos yo, no dejaré mi trabajo por nadie ni nada, tampoco le pediría a mi chico que cambiara algo en él, solo quiero tener una bonita y estable relación.

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SeokJin estuvo a punto de cambiar el restaurante donde solía juntarse con sus citas, al menos hasta volver con una pareja estable y no estar paseándose con un chico cada semana y colocándose como un tomate frente a desconocidos que no tenían por qué saber de su triste vida amorosa.

Incluso quería quedar con WonWoo en un parque pero éste le dijo que estaba un poquito enfermo por lo que lo mejor era estar en un lugar cerrado.

SeokJin consideró otro restaurante, pero al salir temprano del trabajo sintió la necesidad de tomar el café que vendían donde solía ir siempre. A última hora llamó a su cita para cambiar el lugar.

Esperaba que todos los meseros del lugar hubieran olvidado los piropos en voz alta que había dicho JunMyeon, rogó a todos los Santos y Dioses que conocía antes de entrar.

—Buenas tardes —Llegó el mesero a su lado con una amable sonrisa —¿Qué deseas ordenar?

—Un café —Pidió SeokJin.

—¿Algo más?

—Solo eso por ahora.

—¿Más tarde vendrá otra persona? —Preguntó y SeokJin lo miró sin entender mucho por qué quería saber aquello.

—Sí, estoy esperando a alguien.

—Bien, traeré el café.

A las cinco de la tarde un chico con un gran abrigo entró al restaurante, SeokJin miraba a través de la ventana cuando escuchó a alguien haciendo sonar, escandalosamente, su nariz.

WonWoo se sentó frente a él con ojeras bien marcadas bajo sus ojos, con su rostro agotado y un pañuelo en su nariz, no estaba un poco enfermo como había dicho por celular, debía estar en cama en ese momento.

—Hola —Lo saludó SeokJin.

—Hola, lamento si me atrase un poco —Bajo el pañuelo arrugándolo en su mano para luego meterlo en el bolsillo del abrigo —A mitad de camino me di cuenta que había dejado mis cosas en casa.

—No te preocupes.

—¿Cómo estás? —Preguntó WonWoo.

—Bien —Respondió mirándolo a los ojos —Tú estás con gripe.

—Sí, es horrible, estoy en mi mes de descanso y me ocurrió justo esto —Dejó un inhalador nasal sobre la mesa y SeokJin espero que no lo usara allí mientras comían o bebían algo.

Desvió sus ojos de aquel producto para mirar nuevamente a WonWoo, que era lo importante —¿Trabajas en la marina?

—Así es.

—Un café —El mesero llegó con el pedido y miró a WonWoo —¿Ordenara algo?

—Una limonada y un jugo de naranja también —Pidió WonWoo tratando de respirar bien por la nariz.

—Podemos dejar la cita para otro día si te sientes mal —Habló SeokJin.

—No, no, traje todo lo necesario conmigo —Respondió tratando de formar una sonrisa —Además me pareciste un buen chico en tu perfil.

—Gracias.

—Y eres hermoso —Lo elogió WonWoo.

—Muchas gracias —SeokJin sonrió avergonzado —Tú también eres muy guapo.

Si SeokJin ignoraba su cara de cansancio, sus ojeras, su nariz la cual parecía tener las suficientes secreciones nasales para no respirar bien por ahí, soltando un pitido al inspirar, WonWoo era guapo.

—Entonces... —SeokJin deslizó sus brazos por la mesa sentándose derecho en la silla —¿Cómo funciona tú trabajo en la marina?

—Me voy por tres meses y luego tengo un mes de descanso.

—Eso es demasiado tiempo fuera.

—He tenido tres relaciones y los chicos no aguantan eso, ¿Tú lo harías?

—No lo sé, debo conocerte más para responder a eso —Era demasiado tiempo lejos para SeokJin.

—A la mayoría de mis compañeros le ponen los cuernos y no es divertido.

—Claro que no debe serlo.

—¿Tú que buscas en un chico? —Preguntó WonWoo y el mesero llegó con su pedido.

—Alguien romántico, que tenga tiempo para nuestra relación —Miró a WonWoo con una expresión triste ante su comentario —Y no es que lo diga por ti, me gustaría tener una relación duradera y vivirla al límite, con todo lo bueno y lo malo.

—Es difícil para mí tener una relación así.

SeokJin supo al instante que WonWoo no era el chico que estaba buscando, no tenía nada malo en él, pero empezar una relación con alguien que a la semana después se iría por tres meses, no era la mejor opción, no lo conocía lo suficiente.

Pero quizás podían seguir hablando.

—Lo entiendo pero podríamos seguir hablando por mensajes o llamadas —Dijo SeokJin animado en conocerlo más.

—No nos permiten llevar celulares.

—¿Tres meses incomunicado totalmente?

Eso en definitiva no era algo bueno para SeokJin, ni para nadie.

—Muchos se distraían, así que lo prohibieron —Explicó WonWoo sacando otro pañuelo, miró la hora y de su abrigo comenzó a sacar cajas de medicamentos. SeokJin lo miraba atento —No recuerdo cuál debía tomar ahora.

—Son demasiados —Comentó SeokJin contando las cajas, habían más de diez.

—Son para el dolor de cabeza, dolor de espalda, cuatro son para la gripe, gotitas para los oídos, para el dolor de las articulaciones, dolor de estómago —Habló WonWoo buscando la que debía tomar.

De pronto estornudó y SeokJin vio claramente cómo las secreciones nasales de WonWoo volaron directo a su café y parte de su mejilla izquierda.

—Oh, lo lamento —El pelinegro se levantó para limpiar a SeokJin y en un mal movimiento empujó el café sobre los pantalones del castaño.

SeokJin abrió sus ojos a tope al sentir el líquido caliente en su entrepierna, se levantó llamando la atención de los otros clientes.

—Me arde, me arde, me arde —Tomó su pantalón con los dedos tratando de alejarlo de la sensible piel en aquella parte.

Lo peor es que WonWoo estornudo nuevamente frente al rostro de SeokJin.

Ese fue su límite.

SeokJin llevó una mano hacia su rostro quitando la pegajosa secreción que tenía en su ojo derecho.

—¿La cita ha llegado hasta aquí? —Preguntó WonWoo, sabía que había arruinado todo.

—La cita llega hasta aquí —Con lo poco de dignidad que le quedaba tomó sus cosas y se fue al baño.

—¿Necesitas ayuda? —Entró el mesero cuando SeokJin se estaba lavando la cara.

—Estoy bien, gracias —Respondió avergonzado sin mirarlo a través del espejo, sabía que su cara se estaba colocando roja a pesar de lo fría que estaba el agua.

Todo era vergonzoso, la cita de hoy, la de todas las semanas, éste chico sin conocerlo sabía lo patético que era en el amor.

—Puedo pasarte un pantalón limpio.

SeokJin suspiró cerrando la llave del lavamanos —Eso sería genial.

—Lo traeré.

En cinco minutos el mesero entró al baño con un pantalón de tela negro. Estiró su brazo ofreciéndoselo al castaño.

—Es un pantalón de trabajo, trate de buscar una talla mediana pero solo encontré un grande.

—Creo que está bien este —Dijo SeokJin entrando a uno de los cubículos del baño.

—¿Necesitas una camisa?

—No —Respondió vistiéndose —La mía está bien.

—¿Seguro?

—Sí.

El mesero se apoyó en un lavamanos esperando a SeokJin. El castaño salió sujetándose el pantalón en su cintura.

—Está un poco grande —Dos tallas más grandes que él, detestaba verse así frente a otras personas.

—Déjame ver —El pelinegro llevó sus manos hasta el borde del pantalón levantando ligeramente la camisa, pudo observar su pálido y plano abdomen. Despejó su mente de otro tipo de pensamientos y lo ajustó a su pequeña cintura —Creo que ahí está bien.

—Gracias —SeokJin le sonrió —Me has salvado de muchas.

—No te preocupes —Lo miró enternecido por un momento, SeokJin estaba sonrojado —¿Te puedo hacer una pregunta?

—Claro —Se miró al espejo ordenando rápidamente su cabello.

—Todos esos chicos con los que has venido... —Comentó con cuidado de no ofender a SeokJin.

—Dios, sabía que algún día preguntarías eso.

El pelinegro soltó una carcajada —¿Son pretendientes?

—Citas —Dijo SeokJin tomando sus cosas —Estoy en una búsqueda.

—¿Del hombre perfecto?

—Algo así —Caminó junto al mesero hasta la salida del restaurante —No tiene que ser perfecto, solo especial.

—¿Entonces no has tenido mucha suerte? —El pelinegro le abrió la puerta y SeokJin salió del restaurante aún mirándolo.

—Mira lo que me ocurrió en la cita de hoy —SeokJin trató de sonreírle —Soy un desastre.

—No lo creo así.

—Claro —El castaño miró el anillo en la mano del mesero mientras se afirmaba en el marco de la puerta —Nos vemos.

—Suerte con tu búsqueda —Dijo cuando SeokJin se volteó a despedirse moviendo su mano.

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