The news
"El caso no ha mostrado mejoras, el captor sigue desaparecido y no hay pista alguna. Las autoridades intentan tranquilizar a la familia devastada, tras un año..."
—¡Minho, quita esas noticias y pon la serie de una vez! — se quejó Jeongin, quitando la almohada de su rostro para mirar a su pelimorado amigo, quien rodó los ojos y presionó la tecla del control remoto.
Jeongin tomó asiento y alcanzó uno de las sodas que había comprado en la tienda un rato antes de cumplir con su horario laboral.
— ¿Qué quieres ver, gusano? — dijo el mayor.
— Strangers From Hell.
Lee asintió y la reprodujo, acostándose al lado de su menor, robandole un sorbo de la bebida.
— Ew — dijo Jeongin, con la mano aún extendida, Minho soltó una carcajada e intentó besarlo para molestarlo — ¡Ew, quítate!
— Ah, alguien no está de humor hoy.
— No eso, imbécil, sólo no deseo besar tu boca llena de germenes.
— Pero si fuera el chico de la tienda, no pondrías peros...
— Sam, se llama Sam.
— Uh, nombre de extranjero. — Jeongin asintió, tomando una bolsita de gomitas.
— Seh, pero no parece ser extranjero... o sea se ve totalmente coreano, como Felix, ¿sabes? — Jeongin lo miró y pausó la película — Es algo extraño, siempre está nervioso y tartamudea todo el tiempo, algo así como si lo estuvieran persiguiendo.
— Bueno, últimamente todos estamos un poco nerviosos con todo el tema del caso de ese Hwang, así que no lo sé, tal vez él se sienta inseguro con salir a la calle — se encogió de hombros — No le des tanta importancia.
Yang asintió y le puso play a la serie, dejando de lado la conversación.
...
Otro día en la tienda, esta vez Jeongin se encontraba comiendo una sopa instantánea en el mostrador, con una expresión aburrida repasando lo que había sucedido en su día.
"¿Por qué las chicas no entienden que soy gay?"
Se preguntaba, muchas veces había tenido que soportar vergonzosas escenas de chicas proponiendo un noviazgo en frente de toda la escuela. Molesto. Era sumamente molesto porque todos miraban, diciéndole que aceptara e incluso enojandose si él rechazaba a aquellas chicas.
"Oppa, sé que eres supuestamente gay, pero estoy segura que sólo estás confundido porque nunca te han querido como yo podré hacerlo... las chicas son mucho mejores que los chicos, ellos no podrán satisfacerte como una chica lo haría"
— Cada quien tiene su manera de salir del closet — comentó divertido, recordando aquel comentario. Sorbió de los fideos, la campana de la puerta sonó dando aviso de un cliente, por lo que se limpió con la servilleta y dejó de lado su comida.
Miró hacia esa persona, encontrándose con Sam. Jeongin pensó que no volvería más, puesto que había dejado de aparecer por ahí hacía un mes. Su cara se tornó caliente de un momento a otro y su corazón comenzó a latir, sintiendo el pulso en el oído.
— Hey, Sam — saludó al chico, quien se encontraba ya en el mostrador con cuerdas y ácido muriatico.
— H-hola, Jeongin.
Cobró los productos y sonrió al contrario, quien se sonrojó y se quedó parado en su lugar.
— Y-yo, bueno, quisiera saber si me puedes vender cigarrillos...
Jeongin le miró un poco sorprendido, no se veía como alguien que fumara.
— Eh, claro, pero necesito tu identificación.
Sam presionó sus labios en una fina línea y le miró nervioso.
— N-no tengo — dijo, Jeongin hizo una mueca en desacuerdo — ¡S-soy mayor de edad, l-lo juro! es sólo que perdí mi identificación y realmente quiero unos cigarrillos.
Jeongin analizó la situación, no podía venderle a un menor, pero él decía que era mayor de edad, ¿No?
— Bueno... pero no puedes andar por ahí sin identificación, Sam, es peligroso últimamente — Dijo Yang, extendiendo la cajetilla — Ten cuidado, ¿has escuchado sobre el caso ese de Hwang? no sé ni siquiera cómo luce aquel chico, pero todos hablan sobre algo peligroso y no lo sé, no deberías salir como si nada.
Sam le miró petrificado, con la mano extendida para tomar los cigarros.
— ¿H-hwang? — preguntó — ¿Cómo sabes sobre e-él?
Jeongin se encogió de hombros.
— Ha sido una noticia bastante recurrente en la TV, no le he prestado atención pero dicen que es algo bastante turbio.
Sam asintió, soltando un suspiro cansado.
— Gracias, Ginnie — dijo, refiriéndose a los cigarrillos y se inclinó en el mostrador, dando un beso pequeño en la mejilla de Yang, quien enmudeció.
Sam salió de la tienda y entró a su siempre reluciente auto blanco, arrancando en seguida.
— ¿Q-qué mierda fue eso? — susurró ido, tocandose la mejilla ardiente — Woah, tengo que contarle a Minho hyung. — se apresuró, tomando el celular en sus manos y marcando a su amigo, quien adormilado atendió.
— ¿Por qué me marcas a la una de la madrugada un sábado? debe ser muy importante o te golpearé.
— ¡Sam besó mi mejilla, Hon, tal vez le gusto!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top