The car guy






























Jeongin era un parlanchín por excelencia, hablaba de esto y lo otro sin parar, claro que tenía su propio límite y sólo hablaba como un perico con sus amigos.

Este era el caso, Minho le había visitado en la tienda donde trabajaba y Jeongin hablaba sobre sus experiencias últimamente mientras su mayor también compartía las suyas.

— Tengo que contarte algo rarísimo — Lee asintió interesado y Jeongin miró hacia la puerta, cerciorándose de que nadie entrara — Hace unos días un chico bastante extraño compró cintas, quiero decir, un montón de cinta y alcohol, también unos cuántos trapos... Se veía cansado, temblaba; Cuando me pagó, todo el cambio cayó al mostrador y susurró un "Lo siento" que por poco no pude escuchar. Amigo, fue la cosa más linda que he visto.

Minho soltó una risilla.

— ¡En serio, no te burles! Era muy bonito, a pesar de que mantuvo la cara todo el tiempo mirándose las manos y nervioso, fue súper tierno cuando me pidió que le cobrara un kitkat.

— Jeong, debes dejar de interesarte tanto en la vida de tus clientes, de verdad te lo digo.

— Ah, qué aguafiestas, y ni siquiera me interesé en su vida... sólo dije que era lindo.

Minho rodó los ojos y murmuró un bajo "Lo que digas".
Un rato después, este se fue prometiendo regresar más tarde para ir a la casa del menor y ver una serie de zombies recién estrenada en Netflix.

Estando solo, decidió acomodar la nueva mercancía mientras miraba las noticias. La reportera decía cosas sobre desapariciones y un posible secuestrador, quien por desgracia se había dado a la fuga.

La campaña sonó, Jeongin dejó de concentrarse en las noticias y miró hacia la entrada, sorprendiéndose ya que era el mismo chico de la vez pasada. Había regresado y se veía incluso más nervioso que la vez pasada. Se acercó a la zona de comida enlatada y metió cuantas latas pudo, luego de eso buscó utensilios y platos desechables junto a guantes de limpieza y un candado.

El pelinegro se dirigió al mostrador, buscando con la mirada a alguien que lo atendiera, un poco angustiado. Jeongin habló en voz alta:

— Voy en un momento.

El chico le miró buscando su voz y asintió haciendo una pequeña mueca.

— Tengo algo de prisa — comentó, rebuscando dinero entre sus bolsillos.

Jeongin dejó lo que estaba haciendo y fue al mostrador, tomando con rapidez los productos y escaneándolos, para después cobrarle al pelinegro frente a él.

— Quédate con el cambio — le dijo y salió del lugar para entrar al coche, intentando arrancarlo, más este no encendió y con frustración golpeó el volante.

Jeongin, que veía todo con curiosidad, salió de la tienda y le tocó la ventana.

— ¿Necesitas ayuda? — ofreció, el chico le miró con vergüenza y asintió frenéticamente, bajando del auto.

— N-no sé qué le sucede yo... yo no sé nada sobre autos y este ni siquiera es m-mío.

— Tranquilo, este es tu día de suerte, yo sé bastante sobre autos — le intentó tranquilizar Yang, dándole una ligera sonrisa que hizo al desconocido asentir aliviado, devolviendo una casi imperceptible sonrisa.

Jeongin revisó las marcaciones y abrió en capó, cerciorándose de que todo estuviera en orden. Sonrió al encontrar la falla y se giró al chico.

— Es el anticongelante, no tienes más y por eso se apagó, de hecho el motor está sobrecalentado. — Explicó al otro, quien le miró confuso.

— ¿Y eso tarda demasiado en repararse? ¿Dónde lo puedo conseguir? — preguntó casi con desesperación.

— No te preocupes, es bastante rápido. De hecho yo tengo en el almacén, puedo ponerlo por ti...

— S-sam.

— Bien, Sam, yo soy Jeongin y en un momento regreso. — el ya no tan desconocido asintió y se quedó esperando, mientras Yang corrió al almacén esperando no dejar mucho tiempo sola la tienda. — Bingo — dijo cuando encontró el líquido.

Salió apresurado, mirando a Sam impaciente y mirando de acá para allá con nerviosismo. Se dirigió rápidamente al motor y vertió aquel líquido en el contenedor correspondiente para luego cerrar el capó.

— Está listo, procura revisar con regularidad los aceites para que esto no vuelva a suceder y no quedes varado en algún lugar de nuevo.

— Muchas gracias por tu ayuda, Jeongin, ¿Cuánto te debo?

— No es nada hombre, ya vete, veo que te urge salir de aquí.

Sam asintió y subió al coche, encendiéndolo a la primera y dando una pequeña sonrisa de agradecimiento a Jeongin antes de marcharse.

Yang entró al recinto de nuevo y se dispuso a arreglar lo que había dejado hace un rato, aún con la televisión encendida y un cliente nuevo entrando.

El hombre pidió unos cigarrillos y un par de bebidas, mirando a la televisión mientras Jeongin cobraba los productos.

— Pobre chico, tanto por delante y desaparecido... Bastante injusto, ¿No?

Jeongin miró hacia la pantalla, sin embargo la foto del chico desaparecido a la que el señor se refería ya había sido quitada y en su lugar aparecía la reportera dando la nota.

— Toma tus precauciones, muchacho, hoy en día hay mucho loco suelto y quien menos lo esperes puede hacer daño.

El hombre tomó su compra y salió del lugar agradeciendo el servicio, desapareciendo en el callejón contrario.

Recibió un mensaje de Minho que recitaba un "Noche de bros 😜" que le hizo rodar los ojos.














imaginen que el auto se apaga por eso, porque según sé eso no pasa pero no sabía qué otra cosa poner JAJAJA

si hay algún error de ortografía, porfis avísenme.

gracias por leer <3

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