˚⁎⁺˳ 𝗈𝗁 𝗇𝗈, 𝗂'𝗆 𝖿𝖺𝗅𝗅𝗂𝗇𝗀 𝗂𝗇 𝗅𝗈𝗏𝖾 ˚⁎⁺

‧₊˚ ℱIRST ℱAIRYTALE
▬▬ ⋆ chapter ix: oh no, me
estoy enamorando






























El hada madrina se paseaba de un lado a otro por el salón que estaba lleno de alumnos en la clase de Bondad. Hanna, Navya y yo estábamos en asientos separados debido a que el hada madrina nos sentaba por cierto orden. Mientras Navya estaba en la segunda fila, Hanna y yo estábamos sentadas detrás de ella, la joven Maldonia escribía con rapidez lo que el Hada Madrina decía, Hanna fingía leer el libro de la clase mientras escondía las galletas que saboreaba y yo dibujaba a Percy en la última página de mi cuaderno mientras el pequeño posaba para mi mientras era tapado por mi lapicera.

— ¿Cuál sería su primera proclamación como reyes o reinas?— preguntó la Hada Madrina y  pude ver como la mitad de la clase levantó la mano— ¿Rochelle?.

No puede ser, justo cuando ni me podría importar menos esta clase me pregunta a mi.

— Eh... creo que juzgaría el contexto del pueblo del momento y de ahí veria cual podria ser mi primera proclamación, pero si pudiera decir una en general, sería que la educación fuera gratuita, para todas las edades y accesible para todos en Corona— respondí  mientras miraba hacia el frente.

— ¡Muy bien!— me felicito el Hada Madrina— Tu punto sobre la educación para todo el mundo es excelente, pensar en los demás es una idea muy esencial para el futuro de todos los reinos...

El hada madrina se giró al pizarrón para escribir más, por lo que Navya empezó a escribir una vez más.

— ¿No se te va a caer la mano?— preguntó Hanna masticando mirando a nuestra amiga al frente.

Navya la miró con el ceño fruncido— ¿Por qué?

— Tu pluma está por quedarse sin tinta— Hanna tragó su galleta—, eso dice bastante.

— No importa, comprare mil más— dijo Navya asintiendo— Además ustedes se copian de mis apuntes, así que ayúdenme.

— ¡Navya!— el Hada Madrina exclamó y toda la clase se quedó en un silencio de esos que hasta te da miedo de moverte— ¿Cuáles son las tres señales de que una fruta está envenenada?

Navya aclaró su garganta claramente nerviosa por no saber la respuesta— E-El color, la forma y...— miró a Rochelle con preocupación, pues había olvidado lo último.

— ¿El olor?— interrumpió Hanna insegura de su respuesta.

El Hada Madrina asintió— En efecto, muy bien señorita, ahora pongan atención a la clase.

Las tres guardamos silencio hasta que el Hada Madrina volvió a mirar al pizarrón y volvimos a hablar.

— Gracias— susurró Navya a Hanna, arrastrando su mano para tomar una de las galletas.

— No me lo agradezcas a mi, agradecele a los apuntes que me prestó Lonnie —dijo Hanna para después señalar los libros que había en nuestra mesa, los cuales, en efecto, no eran los de Hanna, eran los de Lonnie.

— Volviendo al tema— hable— ¿Qué van a usar para la coronación?

— Un vestido, duh— bromeó Navya con ironía.

— ¿Me tengo que reir?— preguntó irritada por su respuesta a lo que la morena asintió.

— Yo no sé— interrumpió Hanna—, Evie hará mi diseño, y yo haré el de ella.

— ¿Ves eso? ¡Nos está cambiando!— exclamé con aire ofendido.

Navya abrió los ojos de par en par— No puedo creerlo, creí que no pasaría hasta dentro de diez años y que nos cambiaría por sus perros.

— Oh, y esperen a que tenga pareja, que no me verán por mucho tiempo si eso sucede— bromeó la menor.

Navya recargó su mejilla sobre su puño —No quiero ni imaginarme otras cosas, pero si es así entonces te vamos a secuestrar, ¿Verdad, Roch?

A la mención de mi nombre solo pude asentir con gracia— Recuerda que mi papá me enseñó muchas cosas, así que cuidado.

— Cuento con la protección de siete hadas, las cuales cada una tiene diferentes habilidades. Dudo que me puedan hacer algo— respondió Hanna con sarcasmo.

— Sí, pero por algo existe la discreción— murmuró Navya— Ni tú te darás cuenta de que estás en una habitación oscura.

— Entonces para eso estará mi novio ¿Sabes?— respondió la rubia— Cada día mis ganas de conocer a alguien aumentan un cinco por ciento.

—¿Cómo pasamos del tema de la coronación a esto?— inquirí con el ceño fruncido.

Navya encogió sus hombros— Son las cosas de la vida, Hanna sueña con su príncipe azul pero cada vez que se le acerca un chico le hace caras de miedo— dice, riendo un poco y volviendo a sus apuntes sin dejar de escuchar a sus amigas.

Hanna le miró indignada— No es mi culpa que los chicos no sean como los que me gustan, además, si fueran amables como un príncipe azul sería diferente— miro el reloj— ¿Cuánto falta para salir a comer? Muero de hambre, ¿Me cubren para salir a la cafetería?

— Ya es la quinta vez que lo hacemos en la semana— Navya frunce su ceño— Ve, yo te cuido.

— Dios, sabía que algo así pasaría, pero me traes una malteada de chocolate— le pedí a Hanna con una sonrisa.

— ¿Con o sin crema batida?— me preguntó Hanna.

— Con— respondí viendo a Hanna asentir mientras le pedía a la Hada Madrina permiso para ir al baño lo que me hacía pensar que es muy fácil salir del salón para ir a la cafetería.

— Si Hanna, puedes ir— respondió el Hada Madrina volviéndose al pizarrón para seguir con la lección de la clase.

— Ahorita regreso— susurró Hanna.

— Bueno... volviendo a lo importante, ¿cómo vas con Carlos?— me preguntó Navya acomodándose en su lugar para verme mejor.

— Pues voy bien, ayer estuvimos platicando un rato pero fue todo— conteste con un toque triste en mi voz.

— ¡Tienes que hablar con él! Se ven muy lindos cuando hablan— exclamó en tono bajo Navya.

— Es que me da pena hablarle— respondí con la cabeza agachada— le hablaría si lo viera solo en el campus, pero siempre está junto con sus amigos.

— Por Merlin—dijo Navya estresada—, ¿Entonces cómo quieres que lleguen a ser algo, si los dos son iguales? Ambos son vivos ejemplos de la vergüenza.

Después de que Navya dijera eso reprimí una sonrisa, sintiendo el rubor subiendo por mis mejillas lentamente, haciendo que Navya suelte un chillido al verme sonrojada.

— Pensé que el ponerse roja era algo de Hanna— dijo riendo Navya.

— Cállate— susurre con las manos en la cara.

El sonido de un golpe en la pizarra hizo que ambas saltaramos levemente en nuestros asientos.

— ¡Señoritas! —exclamó el Hada Madrina— ¿Están prestando atención?

— Eh... si, solo que Rochelle no podía respirar— dijo Navya con una expresión seria, dándome unas palmaditas en la espalda.

— ¿Qué estás haciendo? Yo puedo respirar perfectamente— susurré hacia mi amiga.

— Callate, intentó salir de este aburrimiento— me susurró de vuelta Navya.

Al escuchar eso, comencé a fingir que me estaba faltando la respiración, y gracias al rubor de mis mejillas de hace un momento, hacía que la escena se vea más creíble.

— ¡Oh por Merlín!— gritó el Hada Madrina— ¡Navya! ¡Acompaña a la señorita Rider a la enfermería!

Ambas chicas se quedan estáticas, pues no saben cómo reaccionar.

— ¡¿Qué están esperando?! ¡Vayan!— la mayor nos empujo levemente a ambas chicas de sus asientos— No se preocupen por sus apuntes, todo está justificado. Ahora si ¡Vayan!

Sin más, Navya me tomó del brazo y lo entrelazo con el suyo como si me estuviera sosteniendo empezando a fingir preocupación hasta llegar al pasillo, donde ambas empezamos a reír por lo bajo, apresurando nuestros pasos. Navya le hace una señal de que guarde silencio cuando nos encontramos con Hanna cerca de la cafetería con mi malteada de chocolate y unos dulces que creo son para Navya.

— ¿Cómo llegaron aquí?— inquiere Hanna, poniéndose pálida luego de un segundo —No me digan que el hada madrina me descubrió.

Navya negó— No, a Rochelle le faltaba el aire por pensar en su amorcito y el hada madrina nos dejó salir a la enfermería, así que si pregunta, estamos en la enfermería las tres porque nos encontramos contigo y te preocupaste.

Hanna asintió— Entendido.

Entonces Navya entrelazó su otro brazo con el de Hanna, empezando una caminata las tres juntas.

— Espera— hablo Hanna, y despegó su brazo de de su amiga— toma tu malteada Rochie, aunque no entiendo para qué quieres más azúcar, si tu ya eres demasiado dulce.

Al escuchar eso Navya y yo soltamos una carcajada haciendo que Hanna estallé en risas igualmente.

— Dios Hannie, aquí no, todos nos pueden ver— dije tapándome la boca con gracia mientras con la otra sostenía mi malteada.

— Aún hay tiempo para que la clase termine— menciona Navya, mirando su reloj de bolsillo — ¿Quieren ir a pasear, a mirar al novio de Rochelle en el entrenamiento de tourney o a criticar la clase de los maestros en la cafetería?

— ¿Por qué no hacer ambas?— pregunte tomando de mi malteada— pero mejor vámonos al lago encantado, no quiero asolearme el día de hoy.

— Bueno, está algo lejos, pe- — dijo Navya interrumpiendo a sí misma cuando Hanna le jala del brazo.

— Fue tu idea la de salir— le recuerda Hanna rodando los ojos—. Aunque apoyó a Rochie en esto, realmente no tengo ganas de hacer nada.

Finalmente Navya se rindió y nos siguió el paso a mi y a Hannie hacia el lago encantado, que para sorpresa de nadie nos la pasamos muy bien.































El patio del castillo más grande estaba reunido entre los padres de cada príncipe y princesa, hablando entre ellos y riendo, incluso comiendo. El caluroso día reunió a los padres de las tres chicas principales, los padres hablaban entre ellos, mientras Hanna, Rochelle y Navya se devoraban la mesa de pastelitos de chocolate.

— ¿Entonces si pusiste a prueba el hack de la azúcar?— preguntó emocionado el padre de Rochelle.

— Si papi— conteste con una sonrisa.

Navya y Hanna miraron a mi padre con admiración, tratando de no decir nada al respecto de nuestra travesura.

— ¿Del azúcar?— inquirio Naveen con el ceño fruncido, mirandonos a las tres.

— Si es que... preparamos algo de café, y obviamente necesitábamos azúcar ¿Cierto chicas?— dice Hanna mirándonos con una pizca de diversión.

A lo que ambas asentimos con rapidez— ¡Sí! Ya sabes, papá, amo el café más que a todos ustedes.

— Si Naveen, no pienses mal de las pequeñas sanguijuelas— dijo Flynn tratando de encubrirnos de nuestra pequeña broma hacia Chad.

— Por más que quiera creer que las chicas no hicieron nada— comienza Tinkerbell, la madre de Hanna—, tengo la pequeña sensación que una travesura fue hecha.

— Deberíamos ir por más café, ¿No?— Navya nos miró a Hanna y a mi.

Navya nos tomó de los brazos antes de que pudiéramos responder algo empezando a caminar entre la multitud.

— Eso estuvo muy cerca— Navya suspiró, marcando un punto en cada frase.

— Deberías controlar tu adicción por el café, Navy— dice Hanna con una sonrisa—. Está comenzando a convertirse en una excusa no muy creíble.

Navya suelta a sus amigas, volviéndose a ellas sin dejar de caminar un segundo— Deberían agradecerme, porque el café y yo somos uno mismo— empezó a caminar en reversa— Si algún día me da un infarto ya saben por qué me lo dio, además-

La chica choco con una persona, pero solo la miro de reojo y se disculpó, volviendo a sus dos amigas para seguir con el tema.

— Además...— frunció el ceño al mirar la cara de ambas chicas. Hanna y Rochelle la miraban entre confundidas y asustadas— ¿Que? ¿Qué miran?
— Detrás de ti— le señalé.

— Me parece que tú adicción al café no ha cambiado— exclamó una voz masculina detrás de nosotras que Navya parece haber reconocido al instante, ya que no volteo a verlo como lo haría en otros casos.

Navya empezó a voltearse lentamente y cuando se volteó en su totalidad se cruzó con un hombre que me parecía conocido y después de unos milisegundos conecté los puntos, ¡era el hermano mayor de Navy!. El cual nos miraba de una forma fría.

Yo nunca había convivido demasiado con Kiran, si tenía mucha suerte lo había llegado a ver tres o cuatro veces en toda mi vida.

— Rochelle— dijo Kiran apuntándome para después posar su mirada en Hanna—Y Hanna, ¿Verdad?

Al escuchar nuestro nombre Hanna y yo sonreímos levemente asintiendo con nuestra cabeza.

— Kiran— dice Navya, en un tono confuso— ¿Qué haces aquí?

— Desgraciadamente me he enterado de tu compromiso por terceras personas, ¿No vas a presentarme a tu prometido? Hay tantos chicos aquí que no puedo ubicar a nadie y nuestros padres me darán un sermón por no avisar antes de venir— comentó Kiran en un tono monótono.

Navya se giró hacia nosotras como si buscara nuestra ayuda con la mirada.

— Es muy pronto para eso Kiran, si, puede que Navya y Ben esten tan apresurados de casarse porque no pueden con su amor pero Navy ahora está algo ocupada—dije tomando a Navya de los hombros.

— Si, mejor hablemos de ti ¿Qué tal te ha tratado el mundo? ¿Alguna anécdota por contar, Kiran?— preguntó Hanna cambiando de tema.
El mencionado mira de un lado a otro conforme las chicas hablan— Eh, bueno, no existen suficientes anécdotas que me gustaría contarles después de un paseo con mi hermanita— después de decir eso Kiran extendió su brazo hacia nuestra amiga.

Navya nos había contado varias veces que su hermano podía llegar a hacer un -poco- necio, y que era muy difícil que el cambiara de idea una vez que se le metía algo a la cabeza así que no tuvo de más que tomarle del abrazo y alejarse de nosotros.

A lo que segundos después mis padres junto con mi tía Tinkerbell se acercaron hacia nosotras.

— Bueno, creo que nosotros las dejamos para poder pasar tiempo con nuestra Rochie linda, con permiso Tinkerbell— dijo mi padre con gentileza acercándose a nosotras para después ponerme un brazo encima de los hombros y llevándome con él y mamá hacia otro lado.

— Y bueno bebé, ¿algún galán que esté por allí?— preguntó mi mamá con su voz dulce.

— No mamá, todavía no aparece el indicado— menti.

Obvio no les iba a contar que me gustaba alguien, y menos el hijo de un villano.

— Más vale porque soy capaz de pegarle con un sartén— advirtió mi padre.

Aunque su amenaza estaba vacía y todos lo sabíamos, mi papá jamás le haría daño a alguien que no se lo merece, como con los tipos que ayudaron a que la madre Gothel secuestrara de nuevo a mi madre.

— Flynn– dijo mi mamá con su tono "basta de juegos" que en lo personal jamas quisiera que lo usara hacia mi— Rochie si tu encuentras al indicado no importa quien sea, mientras te haga feliz nosotros estaremos contentos.

— Si mi pequeño rayito de sol, aunque bromee demasiado con acabar con la existencia de ese rufián, siempre querré lo mejor para ti— dijo mi papá con una sonrisa para después abrazarme— bueno iré por ponche.

Y con esto mi papá se fue dejándonos solas a mamá y a mi solas cuando de la nada vi como Carlos se nos acercaba con Chico en brazos.

— Hola Roch, te ves completamente hermosa— dijo Carlos a lo que yo solamente pude bajar la cabeza sonrojada mirando mi conjunto blanco con violeta y mis tacones a juego con la cadenita que siempre traía, la cual era un regalo de mis padres en mi cumpleaños más reciente con una sonrisa pero al instante vio a mi madre sonriente— buenas tardes señorita Rapunzel— añadió rápidamente.

— ¿Quién es este guapo joven Rochie?— preguntó mi madre con una sonrisa.

— Soy Carlos señorita— se presentó el chico.

— Un gusto conocerte Carlos, y no me llames señorita, llamame Rapunzel— exclamó mamá— perdón la indiscreción pero, ¿quiénes son tus padres?, es que creo que jamas te he visto por acá— preguntó mi madre pero Carlos se tardo en contestar considerando si era buena idea contarle quien era su madre.

—... mi madre es Cruella de Vil señorita— dijo Carlos en un tono bajo.

— Oh... siempre pensé que tu madre tenía un estilo único— respondió mi madre con amabilidad haciendo que sus hombros se bajaran como si hubiera dejado de estar tenso.

— Listo chicas regrese— dijo mi padre caminando hacia donde estábamos nosotros haciendo malabares con los vasos llenos de ponche— ¿y tu quien eres jovencito?— preguntó mi padre con un tono sobreprotector.

— Es Carlos Flynn, un amigo de nuestra Rochie— comentó mi madre mirándome a los ojos como si ya supiera mi secreto mientras tomaba uno de los vasos de las manos de papá para darmelo y quedarse con el otro.

Diablos, con tan solo unos segundos de interacción mi mamá ya se había dado cuenta que me gustaba Carlos. Pero siempre había sido así con ella, ella siempre sabía que sentía sin siquiera yo se lo dijera.

Por ejemplo, un día antes de mi cumpleaños número siete yo me había empezado a sentirme mal, pero no quería decir nada por miedo de que mi fiesta se cancelara, pero mamá con tan solo mirarme sabía lo que me sucedía.

— Bueno, un gusto conocerte Carlos, soy Flynn, el padre de Rochelle— exclamó mi padre extendiendo su mano.

— Un gusto señor Ryder— dijo Carlos con una sonrisa nerviosa dándole la mano mientras agarraba a Chico con la otra— bueno Roch, te dejo, tengo que ir con Mal, Evie y Jay, nos vemos mas al rato, por cierto, ya no ocupo la tutoría, estuve investigando sobre Corona en mi tiempo libre, pero si quieres y aceptas quisiera pasar mas tiempo contigo— comentó Carlos nervioso haciendo que me sonrojara.

— Oh, está bien Carlos, y ¡claro que me gustaria pasar mas tiempo contigo!— exclamé entre nerviosa y emocionada.

Después de esto me acerqué para despedirme de Carlos con un beso en la mejilla con la mirada de mis padres en mi, cuando me separe solo pude ver a Carlos con las mejillas rojas.

— Nos vemos Roch– se volvió a despedir Carlos con una sonrisa a lo que yo solo pude asentir con una sonrisa boba despidiéndose con la mano.

Oh no... estaba total y locamente encantada por él.































La noche había llegado a Auradon, y con ello una nueva pijamada para nosotras, o como a nosotras nos gusta llamarlas «una noche de traumas».

Las tres nos encontrábamos en nuestra habitación, mientras Navya y Hanna me escuchaban hablar sobre mi amistad -y esperaba que futuramente algo más- con Carlos de Vil.

— Es muy buena persona, independientemente de quién es su madre, pero hay algo que me pasa cada vez que le hablo— dije mientras comía palomitas— pero no se que es.

— Yo sé lo que es— me dice Hanna mientras toma un puñado de golosinas—, se llama estar enamorada, Rochie.

— Callate Hanna, no puedo estar enamorada, muy apenas lo conozco— me apresuró a decir.

Y cuando dije eso Navya formó una "o" en su boca— Eso decía yo y mírame, el amor es muy raro pero si lo estás, te apoyaremos aunque todos los estados de Auradon se pongan en tu contra— me apoyó— ¿Verdad Hanna?— añadió, golpeando el hombro de nuestra amiga, quién "sorprendentemente" estaba comiendo nieve de fresa directo de su envase.

— ¿Qué yo qué?— Hanna levantó la mirada y se encontró con Navya mirándola fijamente— Uh, si, te apoyaremos pase lo que pase, Rochie.

— Dios, que difícil situación— dije para después tirarme a la cama de manera dramática.

— Oigan, no quiero interrumpir su momento de problemas amorosos— comenzó a decir Hanna—, pero ya no queda más nieve.

— Si quieres voy yo por más, a menos de que me quieran acompañar— comente parándome de mi cama para ponerme mis pantuflas.

Navya se dejó caer al suelo— Vayan ustedes, yo me quedaré a echarme un sueñito aquí en lo que van, además, que miedo salir a esta hora.

— Si tienes sueño Navy no tienes que poner excusas, ¿verdad Hannie?— le pregunté a mi amiga rubia.

— De eso nada —exclamó la rubia menor—, si nos matan a una nos matan a todas— dijo, para así jalar del brazo a la morena, la cual soltó un quejido y puso una cara de cansancio.

— Está bien, está bien— suspiró— Solo si me robo unas chispas de chocolate para acompañar la nieve.

— Navya, eres la próxima reina, creo que tienes permitido robarte chispas de chocolate mi lady— dije en tono burlón.

—Navy tiene permitido robar de todo, incluso el corazón de Ben —Hanna soltó una risita, pero fue interrumpida por el pequeño golpe que le dió Navya en la frente.

Y asi las tres nos escabullimos por los pasillos de los dormitorios hasta llegar a la cocina, en donde estaba intentando abrir la puerta con uno de los broches que Navy tenía en el pelo.

— ¿De verdad tu papá te enseñó a abrir puertas con eso?— me cuestionó Navya mirando como movía el broche transformado en una llave de un lado a otro.

— Eh... si, pero si pregunta mamá entonces no— respondí a la pregunta de Navya y fue cuestión de segundos para que la puerta se abriera.

La puerta se abrió de manera automática en un segundo, mientras al siguiente segundo nosotras vimos a otro grupo el cual ya nos miraba, haciendo que todos en la cocina guardáramos silencio como aquella vez. Carlos, Mal, Jay y Evie ya estaban en la cocina, preparando alguna cosa extraña que no tuvimos tiempo de preguntarnos.

— ¿Qué cocinan?— Hanna se adelantó, dejando la confusión de lado.

Navya y yo hicimos lo mismo, cerrando la puerta detrás de nosotras.

— ¿Eso son galletas?— inquiere Navya, asomando su cabeza a la mezcla.

— Si, son galletas, nada espe- ¡Espera!— intentó detener Mal a la morena, cuando esta metió un dedo a la mezcla para probar.

Los cuatro chicos la miraron por un largo tiempo, mientras nosotras estábamos más confundidas que antes.

— ¿Qué? No voy a probar otra vez, solo quería saber— dijo Navya.

— ¿Sientes algo?— inquiere Evie.

— Siento que le faltan chispas, ¿qué dices Navy?— preguntó viendo que algo le faltaba a la mezcla.

A lo que Navya asintió—Definitivamente le faltan chispas.

— ¿Qué es lo que dijeron?— inquiere Mal con un tono alarmado.

— Chispas— insistí— así es la receta de mamá.

— Es lo más importante de las galletas— anima Navya —Mi mamá suele comprar dos bolsas de chispas porque a mí ya papá nos encantan las galletas con chispas, así que siempre digo que no son galletas sin chispas de chocolate.

Navya hecho todo el frasco de chispas dentro de la mezcla, dejando un poco para los demás. Y al levantar la vista de la mezcla vi a Hanna y Carlos, los cuales estaban al fondo junto al perro de este último, comiéndose la nieve restante del refrigerador.

— ¿Sus mamás nunca les prepararon galletas con chispas de chocolate? Cómo cuando te sientes triste y están bien calientes con un enorme vaso de leche, y ella te hace reír, y todo cobra una nueva dimensión— exclame con una sonrisa recordando los momentos que había pasado horneando con mi madre.

Los cuatro chicos me miraron con tristeza, algo que nos deja mirándonos entre nosotras.

— ¿Qué pasó, dije algo mal?— pregunte alarmada— perdón, a veces suelo ser impertinente.

— Nuestra vida es diferente— murmura Mal.

— Creí que hasta los villanos amaban a sus hijos— añadió Navya intentando animarlos pero no funcionó.

Era clara la respuesta, ninguno había recibido amor nunca. Y esto me dejó sintiéndome mal, yo había abierto la boca de más.

Después de que Mal hablará de la cruda niñez que habían vivido con sus padres en la isla se me aguaron los ojos soltando unas pequeñas lágrimas que Carlos se apresuró a limpiar y sacudir su mano justamente en el bowl con la mezcla de galletas.

— ¡Sí, qué pena! Pero hay que poner las galletas en el horno— interfirió Mal, sacudiendo sus manos— ¡tengan una buena noche, hasta mañana, sueñen mucho!

Ninguna nos movimos hasta que fuimos prácticamente empujadas fuera de la cocina. Dejándonos bastante confundidas, Navya agitó los brazos al aire.

— No obtuve mis chispas— nos mencionó.

— Voy por ellas —intervino Hanna, mientras abría nuevamente las puertas de la cocina tardandose unos segundos más de los esperados en la cocina.

Al salir, Navya celebró en silencio con su bolsa, mientras caminaban en un escándalo hasta su habitación.






























Después de un largo partido Auradon ganó el partido y toda la escuela estalló en gritos de emoción. A lo que Ben fue directo al micrófono exaltado de la felicidad, no supo qué decir al inicio y eso dejó confundido a media escuela.

— Quiero decir algo— comenzó.

— ¿Perdió la cabeza?— murmure curiosa.

Navya negó— No, yo la veo en su cuello todavía.

— ¡Denme una M!— exclamó y todos hicieron lo mismo— ¡Denme una A!

— ¿Esta...?— empezó a decir Navya dejando la frase al aire pero, al llegar a la última letra supo que no tenía nada que ver con ella dejándome con un mal sabor de boca.

Mal.

¿Qué?...

— ¡Te amo, Mal! ¿Acaso nunca te lo había dicho?

El ceño de Navya se aligero pero el mío se enfureció más, y al instante quise largarme de allí para que Navya no viviera más humillación y después de unos segundos se paró de su lugar a lo que Hanna y yo la seguimos mientras Hanna y yo le gritabamos aún conmocionadas por la situación.

— ¿Qué pantuflas le pasa a Ben?— pregunte enojada.

— Definitivamente estaba bajo un hechizo —dijo Hanna enojada— ¡¿Cómo es posible que haya dicho eso, cuando es más claro que el agua que tu eres a quien de verdad ama?!

— Pues no se que diantres haya sido eso, pero juro que matare a Ben y a todo Auradon en busca de respuestas— exclamé en tono enojado.

— Yo llevo las armas —dijo Hanna decidida a hacer algo.

— Me parece rarisimo que el idiota de Ben hace unas horas haya estado suspirando por Navy pero ahora resulta que esta enamorado de Mal— hable dando vueltas por la habitación.

Cuando ambas guardamos silencio el cuarto quedó en un silencio sepulcral cuando de la nada escuchamos el sollozo de Navya salir de su boca finalmente. La chica se recargó sobre el lavamanos, con la mirada abajo, deseando que todo fuera un sueño.

Hanna al escuchar eso, fue directamente hacia su amiga, y la atrajo a sus brazos, abrazándola  lo más fuerte que pudo, acariciando sus rizos. Aunque la chica quería echarse a llorar en el hombro de su amiga, supo que no valía la pena hacerlo, así que se tomó un segundo para tomar aire y al otro se separó de ella para mirarlas decidida.

— Él no estaba enamorado de mi— dice por fin, llamando la atención de ambas —Ni yo de él, todo fue un plan de ambos, los sentimientos no existían por parte de ningún lado, ¿Entienden?

— P-Pero tu dijiste...— tartamudee un poco con el corazón roto por ver a mi amiga de esa manera.

Navya niega— Lo que dije ya no importa— me interrumpe— Nunca importo, solo estábamos buscando una salida fácil a esto así que no importa, era algo que podría pasar de todas maneras— miró el anillo sobre su mano, tan reluciente como aquel día— Solo fingimos que era algo, pero ya no importa.

Hanna la miró atónita, esperando igual que yo que lo que acaba de salir de la boca de su amiga haya sido una broma de mal gusto.

— ¿Estás bromeando, cierto?— dijo Hanna con ironía— Lo que ha estado pasando entre tú y Ben, ha sido mi claro ejemplo de que el amor verdadero todavía existe. No dejes que se vaya por la borda, cómo en los barcos piratas.

Navya se quedó sobre su lugar.

— Como dije, solo fingimos que era amor y lo hicimos bien si todos se lo creyeron— suspira— Ustedes son mis amigas y dijeron que me apoyarían en todas las decisiones que tomará y está es una de ellas.

— ¿Quieres que te dejemos a solas un momento?— pregunté triste.

— ¡Para nada que la dejaremos sola, Rochelle!— exclamó Hanna— Tu misma acabas de ver lo que paso, esto está del todo menos bien. Ben no puede fingir de un momento a otro que lo que siente por Navy solo fue una farsa.

Navya sonrió, a pesar del nudo en su garganta— No, estoy bien de todos modos— con dolor se quitó el dorado anillo —¿Podrían entregarle esto a Ben?

Ninguna de las dos nos movió, pues no éramos capaces de dar por hecho lo que su amiga ya había dado como decisión. Finalmente, tome el anillo y Navya se lo entregó antes de salir del baño con el corazón roto.

— Esto no se quedará así— respondí entre dientes mientras apretaba el puño con el que tenía el anillo.

Hanna estaba roja de la rabia, pues odiaba ver a su amiga así de vulnerable, así que me interrumpió.

—¿Sabes qué? —se giró a verla— Dame el anillo, tengo que hablar con Ben.

— No, esto lo haremos entre las dos, tengo unas palabras muy poco amables que decirle a ese idiota hijo de— de repente la cola de Percy me tapo la boca interrumpiendome.

Hanna soltó un grito, al ver de un momento a otro a Percy sobre el hombro de su amiga.

— ¿Algún momento dejará de asustarme? —preguntó la menor de las chicas.

Hanna al decir esto pudo ver a Percy negando con la cabeza.

— Tomaré eso como un "No" rotundo —Hanna suelta una pequeña risa.

— Que bueno, porque ese era un no– dije con una pequeña sonrisa en su cara.
































OMGGGG RAPUNZEL Y FLYNN CONOCIERON A SU PRÓXIMO YERNO AAAAAHHH!!!

se acercará la primera cita Carchelle?? 🤨🤨🤨 quédense para enterarse el próximo capítulo 🫵

TANGLED
LOVE!

━━━ pay loves you

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