˚⁎⁺˳ 𝗆𝖺𝖽𝖾 𝗂𝗍 𝗈𝗎𝗍 𝖺𝗅𝗂𝗏𝖾, 𝖻𝗎𝗍 𝗂 𝗍𝗁𝗂𝗇𝗄 𝗂 𝗅𝗈𝗌𝗍 𝗂𝗍 ˚⁎⁺

‧₊˚ ℱIRST ℱAIRYTALE
▬▬ ⋆ chapter x: salí con vida, pero
creo que lo perdí































Habían pasado días desde la horrible situación en la que Ben había arrastrado a Navya con él, en donde este tarado se le había declarado a Mal al finalizar el partido de turney. Y desde entonces Hanna y yo hacíamos de todo para distraer a Navy de la idiotez que hizo Ben.

Desde hace una hora me encontraba en el estudio de pintura de la preparatoria intentando dibujar algo más que a Carlos. Estaba ¡harta! de que cada intento terminará en el suelo con mi frustración.

Estaba dibujando algo en mi cuaderno hasta que una voz conocida me interrumpió haciendo que saltara en mi asiento.

— ¿Debería preocuparme por lo que sea que estés dibujando?— preguntó la voz de Navya tomando la hoja y mirando el retrato— ¡Oh! No esperaba ver esto, ¿Es Carlos o es que ya me estoy volviendo ciega?.

Cuando Navya dijo esto yo solo pude cubrir mi rostro ambas manos y me quede analizando si realmente estaba volviendo a dibujar a Carlos como Navya me había dicho o mi amiga se lo estaba imaginando.

— Si, es Carlos— respondí entre mis manos con cierto tono de frustración.

Navya avanzó sus pasos, y podía ver que tenía muchísimas preguntas al respecto— ¿Y por qué dibujas a Carlos? La última vez que hablamos de él fue en el lago, creí que todo había salido bien entre ustedes.

— Pues si pero no está bien cuando se interpone con mi tiempo de pintar y dibujar— comente— quiero pintar algo que no sea Carlos, pero al próximo dibujo que haga de él me aventare de la torre donde madre Gothel tuvo encerrada a mamá.

La castaña sonrió— ¡Ayy! Estás tan enamorada, aunque en ti creí que se vería diferente, ¿Por qué no dibujas un campo con flores o a mi? Aunque no prometo quedarme quieta el tiempo que te lleve— bromeó haciéndome reír.

— ¡Cómo no lo pensé antes!— exclamé sonriente— en serio, tu y Hanna son una de mis fuentes de inspiración, me sorprende que todavía no haya dibujado a Hanna dormida, es todo lo que puedo dibujar en clase—  dije con entusiasmo riendo.

Después de este comentario las dos nos empezamos a reír ya que ambas habíamos visto estos pequeños dibujos en las esquinas de mis libros y libretas.

— Me alegra haber vuelto— admite mi amiga, recargando su cabeza sobre mi hombro—Las extrañaba muchísimo a ambas, mi mamá no me dejaba hablar con nadie que no fuera ella, papá o Kiran, a quien por cierto pienso desterrar en cuanto sea reina ¡O más bien! Si hubiera sido reina, él decidió por fin tomar su responsabilidad y ser el rey de Maldonia, ¿No es una buena noticia?

— Depende de como lo quieras tomar Navie Waybie, para ti son geniales noticias porque seamos sinceras, nadie quiere gobernar un pueblo— comente concentrada en su cuaderno de dibujos ya que me había llegado más inspiración que la cara de Carlos.

— Sí, especialmente a la edad que tenemos— encogió sus hombros —Como sea, ¿Qué noticias tienes para mí?

— No es sobre mi pero me enteré que le bajaron los pantalones a unos chicos en medio reportaje en vivo— dije volteando a mirar a la morena.

La chica rió, cubriendo con la palma de su mano medio rostro —No te lo creo, espero que no lo haya visto mucha gente.

— Navy, ya está en internet— dije con un tono de obviedad.

Abrió los ojos de par en par —Tengo que verlo después de clases, el hada madrina me estará vigilando para no recaer así que tengo que ir a todas mis clases o seguro me mata y si ella me mata, mi mamá me va a revivir y a matar otra vez.

Al momento de que Navy dijo eso, el timbre para la siguiente clase sonó, haciendo que Navya saltara como yo hace rato.

— Tengo clase de matemáticas, ¿Te veo después?— se levantó, besando ligeramente mi mejilla.

— Obvio que si Navy, y te enseñaré el dibujo ya terminado, lo avanzaré en clases, y antes de que me regañes lo haré porque avance mis deberes— comente antes de que mi amiga pudiera regañarme por no poner atención en clases.

Ella sonrió, despidiéndose finalmente con un ademán antes de desaparecer en el pasillo en medio de todos los demás alumnos.






























Aún había un rastro de lo que fue el verano en Auradon, los árboles empezaban a quedarse sin hojas, el aire ya empezaba a refrescar Auradon pero el sol todavía calentaba el día. En la mañana a Hanna y a mi se nos había ocurrido la idea de salir a pasear al lago encantado el cual estaba cerca del colegio junto con Navya para despejar su mente. Y para hacerlo más emocionante decidimos pasear en bicicletas hasta el lago.

Las tres íbamos a una velocidad tranquila, era sábado así que no había prisa alguna, los deberes ya estaban hechos, no había nada planeado, solo salidas espontáneas con mis chicas e idas al estudio que la familia Florian me había regalado a mi entrada a Auradon. Nos habíamos venido preparadas a la salida, ya que traíamos comida para la tarde, y aunque Navya quisiera ocultarlo algo en ella había cambiado con la confesión de amor de Ben hacía Mal.

Se sentia increible el viento en mi cara, hace dias no me sentia asi de feliz, pero sé que esto es gracias a Hanna y Navya, ellas me traen una felicidad que no podía describir, ellas eran la familia que yo pude escoger, y eso fue de las mejores cosas que pude hacer en mis dieciséis años de vida.

— ¿Y cómo están sus familias? ¿Les está gustando el nuevo Auradon?— preguntó Navya de la nada haciendo que Hanna casi caiga del susto por escucharla de pronto.

— Mamá y papá están genial, con todo lo que hablamos en el día de la familia me dijeron que la próxima primavera renovarán sus votos, y la verdad les dio un poco igual el nuevo Auradon— comente riendo un poco por la torpeza de Hanna.

— Debe ser más lindo donde viven, ¿No?— preguntó la morena.

— ¡Si!, es genial la primavera y el verano en Corona— respondió pedaleando mientras recordaba todos los veranos que he pasado en Corona.

Podía jurar por toda mi fortuna que las primaveras y veranos en Corona eran los mejores de entre todos los reinos, así como Arendelle tenía las mejores vistas invernales.

— ¿Y qué hay de tu mamá, Hanna?— le pregunta Navya con el ceño un poco fruncido al ver a Hanna con la lengua de fuera y muy concentrada, casi como si estuviera jugando algún videojuego de manejo.

A lo que Hannie se sobresaltó al escuchar a nuestra amiga llamándola, haciendo que se caiga de lado.

— ¡Ay! —exclamó Hannie mientras sostenía su cadera, la cual recibió la mayor parte del impacto— ¿Preguntaste algo?

Al ver esto mi instinto fue echarme a reír mientras me detenía detrás de Hanna quien estaba en el suelo. Al ver esto Navya frenó de inmediato mientras veía cómo evitaba reírse de la caída de Hanna.

— ¡Hanna!— exclamó Navy entre carcajadas —¿Estás bien?

— Recuerden nunca más venir en bicicletas— habló Hannie desde el piso— y no, no estoy bien, mi cadera ahora estará del color del cabello de Mal.

— Bueno, la idea fue de Rochelle— me señaló Navya mientras yo intentaba recuperarme de mi ataque de risa.

— Perdón, fue mi error pensar que sabían andar en bicicleta— me intente defender conteniendo las ganas de volverme a echar a reir.

Navya suspiro— ¿Puedes seguir? Podemos ir caminando si quieres, de todos modos íbamos muy rápido.

— No se detengan por mí, si quieren ustedes adelantense un poco, de todos modos irían más rápido sin mi— dijo Hannie a lo que la morena alzó ambas cejas.

— ¿De verdad crees que te vamos a dejar en medio del bosque? ¿Acaso no hay suficientes cuentos que muestran lo contrario y peligroso que es? Vamos— le tomó de ambos brazos para ayudarla a levantarse.

— Oh sí, ahora mismo saldrá el lobo feroz y nos devorará a las tres —responde Hanna con una risa.

Después del malísimo chiste de Hanna -con el cuento equivocado he de recordar- Navya la ayudó a ponerse de pie Hanna y las tres empezamos a caminar por la carretera llena de árboles alrededor en silencio.

— Cuento incorrecto amiga— dije con un tono obvio.

— Sigue siendo un cuento —defendió la menor.

— Si pero no uno de nuestros padres, en mi caso quien saldría del bosque sería madre Gothel o los gemelos que querían matar a mi papá y secuestraron a mi mamá— comente recordando la historia de mamá.

— En mi historia, se supone que saldría el Capitán Garfio, pero eso sería en el mar, así que no me preocupo por eso— dice Hanna despreocupada.

— Si estamos en una competencia entonces significa que debo convertirme en sapo antes de los veinte— brome Navya— Pero entonces conocería a mi próximo rey de Maldonia, tal vez sea más fácil.

— No te preocupes Navy, yo seré tu beso de verdadero amor— coqueteé en broma.

— Creo que Navy prefiero que la bese un sapo de verdad antes que a tú, Rochie— bromeó Hanna, pero se detuvo al verme corriendo hacia ella con la mano alzada— ¡Era broma! ¡Navya, ayuda!

Navya ríe— Creo que con que sea un príncipe es suficiente, funcionó para mis padres.

Y en aquel momento, como arte de magia las tres escuchamos el sonido del auto pero no hicimos nada ya que era raro que a esta hora alguien estuviera manejando por la carretera.

— ¿Qué es ese sonido?— pregunta Navya, en medio de la calle para después mirarme— creí que a está hora jamás había autos.

— Según mis conocimientos no, por eso escogí venir ahora— dije mirando el reloj que tenía en mi muñeca.

— ¿De cuáles conocimientos estamos hablando?— bromea Hanna ganándose un golpe por mi parte.

— Que extraño, debe ser en la otra calle— supuso Navya, apunto de darse la vuelta para seguir su camino.

Sin embargo parecía que el destino tenía otros planes, ya que venía un carro a toda velocidad que estaba a punto de arrollar a Navya quien se encontraba a media calle, pero se alejó justo a tiempo de quedar como estampita.

Gracias a los dioses de los sartenes Navya cayó al pasto disminuyendo los golpes, pero no del todo porque desde acá podía ver como se había golpeado el brazo y el auto se detuvo lo más rápido que pudo mientras Hanna y yo nos acercabamos a Navy para inspeccionarla.

— ¡Que idiota! ¡Y todavía está en sentido contrario!— exclamó Hanna, acercándose hasta la ventana polarizada para golpearla— ¡Oye! ¡Casi nos matas, estupido!

Al Hanna hacer esto la puerta del auto se abrió dejando ver a un chico bastante familiar.

— ¡Lo lamento! ¡Lo lamento! ¿Están todas bien?— exclamó preocupado el chico.

Yo solo encogí los hombros— No lo se, siento raro en brazo, así que no creas que saldrás ileso.

El castaño solo nos miraba preocupado, hasta acá podía ver que el incidente realmente lo había alterado.

Y que bueno con razón, realmente casi nos deja sin Navya y si eso hubiera pasado Hanna y yo hubiéramos muerto con ella. El chico al ver a Navya todavía en el piso le entendió la mano para ayudarla, lo cual se me hizo rarisimo.

Navya tomó su mano y se puso de pie con lentitud— ¿Estás bien?— pregunta al chico.

Navya asintió— Sí, solo fue el susto, gracias.

— De verdad lo lamento, quería usar otra calle para llegar al colegio de Auradon, ¿Lo conocen?— pregunto el idiota que casi nos arrolla.

— Si, estudiamos allí, si quieres te podriamos guiar— dije con cuidado porque aunque se viera de nuestra edad había que tener cuidado.

Él negó mi propuesta, aunque luego se lo replanteo— Bueno, eso sería de gran ayuda, no sé dónde me metí.

— Estás en el bosque encantado idiota— exclamó Hanna con mala cara.

Suspira— Sí, lo supuse y me llamo Stefan.

— ¿Estudias en Auradon? Nunca te había visto ahí— preguntó Navya con el ceño fruncido.

— Sí, entre hace dos años, supongo que por eso ya que desde entonces evito cualquier baile, son horribles— formó una pequeña mueca— ¿Y ustedes cómo se llaman? Creo que tampoco las he visto por ahí.

— Navya— se señaló a sí misma— ellas son Rochelle— dijo la morena señalándome— y Hanna.

— Solo Hanna para ti— advirtió la mencionada.

— ¿Y de quien eres hijo?— preguntó sacando mi celular.

— Anna y Kristoff de Arendelle— me respondió el chico, vaya con que éramos familia.

— Uhm, así que somos primos lejanos— comente— es bueno saberlo— susurre tecleando algo en el celular.

— Dejame adivinar, Rapunzel y Flynn, ¿Verdad?— pregunto algo un poco obvio.

— Sí— respondí simplemente.

— ¿Son parientes y no lo sabían?— le susurró Hanna a Navya.

Asintió mi primo— Solo lo supuse, por el cabello, no somos muy cercanos más que con mi tía, pero eres muy parecida y solo los he visto en pinturas pero es muy fácil reconocer sus rostros, ¿Qué hay de ustedes?

Navya parpadeo un par de veces luego de perderse un poco— Y-Yo de...— se aclara la garganta— Naveen y Tiana de Maldonia.

— Vaya, siempre quise visitar Maldonia y Nueva Orleans, ¿Visitas mucho Nueva Orleans?— preguntó emocionado Stefan.

— Solo cuando voy al restaurante de mamá, es un lugar muy lindo, deberías ir— respondió la morena a lo que Stefan sonrió.

— Lo tendré en cuenta— respondió el chico y Navya rió un poco.

Vaya, que coqueteo mas raro se traían estos dos.

Pero antes de que pueda pensar algo más la atención se direccionó hacia Hannie, quien estaba de brazos cruzados y su rostro estaba rojo del enojo.

— ¿Tinkerbell?— preguntó Stefan.

Hanna solo pudo mirarlo sorprendida, aunque lo tratara de ocultar— ¿Es tan obvio?— murmura la chica— pero si, hija de Tinkerbell.

—Bueno, lo único que puedo hacer es llevarlas hasta Auradon, ¿Que opinan?— pregunto sonriente Stefan

— Ah, no íbamos a Auradon— señaló Navya— por eso ibas en sentido contrario, en realidad vamos al lago encantado.

Yo solo pude asentir— Sí, pero gracias de todas maneras e intenta no atropellar a nadie, ¿Quieres?

Stefan empezó a retroceder cuando vio que empezamos a tomar nuestras bicicletas para continuar nuestro camino. Mientras Hanna y yo tomábamos las nuestras Navya buscaba la suya, pero estaba prácticamente al otro lado de la calle, así que Stefan se encamino hasta la bicicleta para dársela a mi amiga.

Yo solo pude ver como Navya y Stefan intercambiaban palabras, pero parecía más un pobre intento de coqueteo por parte de ambos.

Navya tomó su bicicleta para después empezar a caminar hacia nosotras, despidiéndose de Stefan con un ademán.

— ¡Y que no vuelva a pasar!— gruñó Hanna subiéndose otra vez a su bicicleta— ¿De verdad es tu primo?

A lo que yo sólo pude mirarla— Lejano, pero si, lo supuse porque mamá siempre habla de su familia.

— Pues tu primo es un poco idiota, eh — admitio Hanna para luego poner su vista en Navya— ¿Que te susurró?

La mencionada solo nos miró desorientada— ¿Que?

— Vi que te dijo algo— comentó Hanna.

— Ah, no es nada importante— nos aseguró subiéndose a su bicicleta— ¡La que llegue al final es una manzana podrida!

Después de eso las tres empezamos con nuestro camino hacia el lago entre risas y chistes, íbamos tan absortas en nuestro mundo que no nos dimos cuenta que había una piedra por donde Navya iba, haciendo que ella se cayera al lago desatando las risas de Hanna y mio.

— ¡Por los santos sartenes Navy!, ¡volaste!— exclamé agarrandome el estómago por la risa al igual que Hanna.

—¡Dios mío! ¡Siento como mi estómago arde de la risa! —exclamó Hannie riendo.

Pero Navya salió del agua a duras penas— ¡Babosas, no se nadar! ¡Ahhh, me ahogo!— grito Navya susto en su voz y extendiendo ambos brazos hacia nosotras— ¡Ayuda! ¡Ayuda!

Cuando escuche a Navya decir esto mi corazón se aceleró y mi mente dejo de funcionar, solo estaba consciente de una cosa, de que tenía que sacar del agua a Navy pero cuando le extendí mi brazo esta me jalo para llevarme al agua junto con ella. Y yo en un intento de mantenerme seca y de pie me agarre de Hanna la cual tambien se cayo junto con nosotras.

— ¿Cuántas veces me han escuchado contar que mi familia ama ir a nadar?— se burla Navya entre una carcajada.

Nunca volveré a ser amable. En mi vida.

— ¡Idiotas! ¡Yo de verdad no sé nadar!— gritó Hanna.

— Eres una tonta Navya— exclamé entre estresada y enojada— subete a mi espalda Hanna, yo sí sé nadar.

Hanna al escuchar esto, hizo lo que le indique y se subió a mi espalda.

— Eres la más experta, Hanna— le recuerdo Navya peinando su cabello empapado hacia atrás— casi naces nadando.

—Eso es mentira, mamá me enseñó una sola vez, y no lo volvió a hacer nunca más— interrumpió Hanna desde mi espalda.

Navya resoplo— Además era para hacerlas callar, de verdad no vi esa estúpida roca.

Pero decir esto solo ocasionó que Hanna y yo recordaramos el porqué terminamos en el lago y nos volvieramos a echar a reír.

—Ya me dio hambre— murmuró Hanna, quién sigue en mi espalda.

— Cuando no— respondí divertida.

— También me dió frío —volvió a hablar la chica, mientras sentía como se quitaba el cabello de la cara y Navya asintió.

—Será mejor que almorcemos y luego podemos volver a nadar un poco más, bueno, nosotras porque Hanna se mata después.

—¡Te escuché!— le acusó la chica dándole un jalón de cabello cuando estábamos en tierra.






























Las chicas y yo ya habíamos llegado a Auradon, en donde rápidamente nos encontramos a la persona que casi hacía que el mundo se quedará con la persona más linda y hermosa que ha pisado esta tierra, yo. Pero Stefan no estaba solo, si no que estaba conversando con el Hada Madrina, aunque más que una conversación civilizada parecía más un regaño hacia Stefan, oh pagaría por saber por qué lo estaban regañando.

— Eso le pasa por ser un zoquete— exclamé subiendo los hombros.

— Es tu primo del que estás hablando, Rochie— me interrumpió Hanna.

— ¿Segura que es tu primo? Es que no se parecen mucho— dijo Navya mirando el escenario frente a nosotras.

— Lados diferentes de la familia— aclare escurriendo un poco mi falda.

— Claro, con razón— asintió Navy— ¿Qué les parece si ya nos cambiamos? Siento que me enfermare en cualquier momento y es lo que menos quiero.

— No se diga más —dijo Hanna mientras comenzaba a caminar hacia las escaleras, donde se encontraban el Hada Madrina y Stefan hablando.

— Por favor, siento que si paso otro momento más con esta ropa me enfermare— dije acariciándome el brazo con frío.

Pero a medio paso Hanna -quien estaba más adelantada- fue detenida por el Hada Madrina.

— Por Merlin, Hanna ¿Qué te pasó?— preguntó preocupada mayor, a lo que Hanna solo miro hacía atrás buscándonos para volver a mirar a la directora— ¿Ustedes también?

Navya y yo solo nos miramos entre nosotras diciéndonos lo mismo con la mirada  «tenemos que huir ¡Ahora!»

— ¿De qué habla, Hada Madrina?— inquirí con falsa inocencia.

Navya asintió— Sí, nosotras estamos tan normales.

A lo que Hanna se unió a nosotras.

— Bueno, algo así, pero no sé a qué se refiere, de hecho, íbamos a estudiar ahora mismo— dijo rápidamente.

—¡Hasta luego!— se despidió Navya, dando la señal para las tres de huir.

Pero antes de que pudiéramos subir el Hada Madrina tomó a Hanna del brazo haciendo que las tres nos detengamos.

— ¿Qué les he estado enseñando chicas? «Honestidad», vamos, díganme que sucedió en verdad— exclamó el Hada Madrina.

— Bueno, ¿Conoce algo llamado huida del colegio? Porque nosotras absolutamente no hicimos eso— "mintió" Navya.

Pero eso solo hizo que el hada madrina abriera los ojos de par en par al tan solo imaginarse ese escenario— ¡Señorita, Navya!

— ¿Lo dije o lo pensé?— Navya formó una mueca al darse cuenta que la había regado.

— No fue nada de eso Hada Madrina, fuimos a checar algunas plantas para la materia de herbología— trate de convencer a el Hada Madrina con la labia heredada de mi padre.

— Nosotras no llevamos herbología, Rochie— me susurró Hanna.

— Callate Hanna— respondió la rubia pisándole el pie a Hanna suavemente.

— Bueno, veo que tienen mucha energía, así que me gustaría que la gastaran ayudándome en las decoraciones para la celebración de la coronación junto a su compañero— dijo la mayor señalando a Stefan, quién seguia detras de ella como si esperara su castigo— eso, sin duda, les mostrara algo de honestidad.

Navya frunció el ceño— ¿Y eso cómo sería?— susurró.

— Ayudando así que ¡Andando! Jane les dirá que hacer, vayan a cambiarse y las verá en el pasillo de las habitaciones en veinte minutos.

Hanna al notar la incomodidad del ambiente nos de los brazos a Navya y a mi mientras buscaba una excusa lo más rápido que su mente le daba chance.

— Nos llevó el bibidi babidi bu— susurré con los ojos cerrados.

— Callate, Rochelle —Hanna me golpeó la frente— bien, nosotras nos vamos a cambiar de ropa ¡Hasta luego!— dijo Hanna mientras comenzaba a caminar con nosotras del brazo pero de la nada se detuvo en seco— no fue un gusto conocerte, Stefan.






Cuando llegó la hora de que cumplieramos con la detención que nos había puesto el Hada Madrina con Hanna y Navya nos encontrábamos en el auditorio esperando a que Jane nos diera instrucciones, pero la chica nos sorprendió a las tres, ya que Jane definitivamente había sacado los genes del Hada Madrina.

— Definitivamente Jane tiene el gen del hada madrina— murmuró Navya verbalizando mis pensamientos mientras organizaba el papel crepé que pegaríamos en el techo.

— ¿Alguien me puede pasar pegamento?— pide Hanna mientras intentaba no caerse de la escalera en la que está subida.

— ¿Cómo vas a usar pegamento?— pregunta Navya— se va a despegar, necesitamos el tape mágico.

— Pues pásame una grapa, o algo, pero que sea rápido— pide Hanna con apuro a lo que Navya le lanzó la grapadora.

— Suerte con eso y con llegar hasta allá— dice la morena bromeando con la altura de nuestra amiga.

— ¿Alguien necesita esto?— pregunta Stefan, quién carga con la escalera más alta que puede existir y la deja junto a Hanna, justamente donde se va a subir.

— Si, que ya no atropelles a chicas en el bosque— exclamé pintando el logo de Auradon en un cartel— dios, Mal deberia usar su tonto libro en ocaciones como estas— susurré para mi misma sin pensar pero me arrepentí al instante, ya que al decir esto solo sentí la mirada de Navy sobre mi.

— Yo creo que podemos con esto si trabajamos en equipo— dijo ignorando mi comentario.

— Lo dijiste tal como tú mamá— le recrimina Hanna tratando de pegar el papel.

— Lo sé Navy, y perdón— me disculpé por mencionar a ella. Ella era un tema delicado para nosotras, ya que Hanna y yo estamos seguras de que le había hecho algo a Ben.

Ya que por más idiota que estuviera Ben todos los que tuvieran ojos y estuvieran en Auradon podían ver el como Ben veía con ojos de amor a Navya, aún y salieran con la tontería de que son "mejores amigos". A mi siempre se me había hecho un poco terrible el hecho de que Ben estuviera con Audrey aunque él bien sabia que tenia sentimientos por Navy.

Navy solo negó dándome una sonrisa, pero esto solo llamó la atención de Stefan.

— No quiero ser metiche o chismoso pero, ¿Por qué odiamos a Mal? Creí que la mitad de la escuela aceptaba ya a los hijos de villanos— preguntó mi primo a lo que Hanna negó.

— No es «odiamos» y creo que ni siquiera lo hacemos, ¿O si?— dudo Hannie.

— No, no la odiamos— le aseguró Navya— solo... es difícil de explicar.

— No es odio, es resentimiento— contesté mirando a mi primo.

Stefan se mantuvo pensativo durante unos segundos, se miraba medio perdido, como tratando de recordar algo.

—Claro, tú ibas a casarte con Ben, ¿No? Y te abandonó por Mal a unas semanas de su coronación, lo cual no lo hizo muy bien, a mi parecer eso es humillación— adivino Stefan.

— Es un idiota Stef, eso es lo que es, y concuerdo contigo— dije enojada pintando el cartel.

—¿Qué? Es la verdad, no es justo que lo hiciera frente a toda la escuela, eso dice mucho de él— comentó Stefan dando su punto de vista.

Pero Navya solo bajo la mirada— Sí, yo también estoy de acuerdo, pero ya no importa, se casará con Mal y si la ama más, eso está bien.

— ¡No puede ser!, ¡ya te recuerdo Stefan!— exclamé emocionada.

Pero el solo frunció el ceño— ¿Apenas?— inquirió ofendido, haciendo reír a Hanna y a Navy, especialmente a la última.

— No te puedes enojar, nos dejamos de ver a los siete— me intente justificar— yo hacía los pasteles de lodo y tú... y tú te los comías— añadí con un poco de asco.

Cuanto dije esto solo pude escuchar las risas de Navya y Hanna y cuando vi a Stefan este tenía la cara más sonrojada que podría hacerle competencia a Hanna.

— Sí, luego me dio una infección en el estómago y casi muero, ¿Por qué tenías que decirlo?— murmuró lo último.

— Porque eras mi primo favorito creciendo, ¿recuerdas a Percy?— pregunté con un plan en mente.

Stefan al oírme decir esto se encamino hacia donde estaba yo, pero no sin antes asegurarse de que Hanna estuviera sana y salva.— Sí, ¿esa cosa todavía vive?

Y justo cuando el chico dijo esto Percy se apareció por detrás de él y metió la lengua en su oreja, justo como mi tío Pascal lo había hecho con papá cuando él y mamá se conocieron.

— Ya vi que sí— me dice Stefan— Hola, Percy, ¿Ya puedes hablar o todavía me miras feo?

— No le digas cosas Stefan, después te atormentará toda tu vida— exclamó Hanna viniendo a ayudarme.

— Anotado— dijo Stefan divertido.

— ¡Ay! Casi me grapo el dedo— llamo Hanna, soltando un chillido— no, esperen ¡Si me grape el dedo! ¡Me voy a desangrar!

— Vamos, Hanna, no pongas excusas para no trabajar— pidió Navya, pero al ver como la sangre salía de la herida del dedo de Hanna le creyó —¡Ah, te vas a morir!

— ¡Rochelle, haz algo! Flor que da fulgor, o no se ¡Pero haz que pare!— me gritó Hanna

Al escuchar esto corrí hacia Hanna para auxiliarla mientras Stefan le ponía un trapo tratando de parar el sangrado.

— Deberíamos llevarla a la enfermería— propone Navya con un claro tono de preocupación.

— Si Navy, yo te acompaño— exclamé pero al instante sentí una mano en mi hombro.

— ¿Me dejaran solo?— me preguntó Stefan.

— Volveremos en cuanto atiendan a Hanna— le asegura Navya.

— ¿Y si el hada madrina se da cuenta? A mí no me va a creer— exclamó Stefan dando un punto válido.

— Yo digo que se queden, yo puedo acompañar y cuidar de Hannie— dije hacia Navya y Stefan.

— Chicas, ya no siento mis piernas— dice Hanna con tono dramático y asustadizo a lo que Navya asiente rápidamente

— Está bien, vayan y me avisas de todo— pidió la morena.

Yo solo pude asentir y me lleve a Hanna a la enfermería dejando a Stefan y Navya en medio del trabajo de decoración.

— Ouch me duele mucho Rochie— lloriqueo Hanna mientras yo le detenía la mano.

— Hannie, por favor no digas nada más que me estresarás de más— exclamé estresada, enserio que no podía más con esto.

— ¡Roch!, ¡¿qué te pasó?!— preguntó Carlos alterado acercándose a nosotras.

— A mi nada Car, fue a Hanna— explique apurando mi paso, lo bueno es que la enfermería no estaba tan lejos.

— Ayuda Carlos me muero— volvió a lloriquear Hanna, a lo que el chico me ayudó sosteniendo a Hanna de su otro lado.

— No te preocupes, yo las ayudo— exclamó Carlos llevándonos en la enfermería.

Una vez que llegamos atendieron inmediatamente a Hannie, dándole una férula para el dedo, ya que la grapa había llegado muy profundo. Y cuando por fin salimos no pudimos más que agradecerle a Carlos.

— Gracias por ayudarnos Car— dije sonriéndole.

— Si Carlos, gracias— exclamó Hanna más calmada.

— Si chicas, igual no se preocupen hubiera ayudado a cualquiera, pero bueno, me tengo que ir— dijo Carlos.

— Ok, que tengas linda tarde noche— exclamé para después darle un beso en la mejilla y voltearme rápido para irnos a dirección a nuestro cuarto.

— Que lindo Carlos, ¿verdad Rochie?— preguntó Hanna en un tono raro.

— Si, fue muy lindo su gesto hacia ti— comente tomando el brazo de Hanna.

— Si claro, hacia mi, Rochelle, Carlos solo se acercó porque pensó que eras tu la que estaba lastimada, no te hagas la ciega— dijo Hanna riendo.

— Callate Hanna— le respondí rodando los ojos con una sonrisa para seguir con nuestro camino a nuestra habitación.





Tanto Hanna como yo nos encontramos en nuestra habitación, Hanna terminaba algunos detalles para el vestido de Evie que tanto había trabajado por semanas mientras yo estaba pintando como de costumbre. El silencio rondaba en la habitación pero todo paró en el momento que Navya entró a la habitación con un aire asustado que nos confundió a Hanna y a mi, aunque en ella ya era algo natural el entrar así. Pero me confundio más el hecho de que la ropa de Navya estaba llena de tierra.

— ¡Oigan!— se hizo anunciar nuestra amiga llamando nuestra atención.

— ¿Si?— preguntó Hanna— ¿Pasó algo mientras nos ausentamos?

Navya asintió— Bueno, como saben a mí me pasa de todo pero eso no es lo que quería decirles— me miró de una manera rara—¿recuerdan al primo de Rochelle con nombre raro?

Yo solo pude asentir— Stefan— dije recordándoles su nombre, aunque creo que era difícil de olvidar ya que casi nos atropella, vaya primera impresión— ¿Qué hay con él?

— Me invitó a una cita, por una malteada, después de clases— hizo pausa en cada oración— y no quiero ir, quiero decir, sí quiero, pero no sola ¡es difícil de explicar!

Y justo cuando terminó de decir esto se dejó caer dramáticamente sobre el sillón detrás del enorme piano que decoraba su parte de la habitación, bajo nuestra mirada.

— ¿Escuche bien? Tú, Navya de Maldonia, ¿Irás a una cita con el chico que casi te atropella? Vaya, y yo que pensé que la etapa de superar era la peor de todas— dijo Hanna hacia Navya a lo que ella se rió de su comentario.

— Bueno, si lo dices así suena peor— comentó esta.

— Yo solo digo los hechos— dijo Hanna levantando sus hombros y yo me levanté de mi silla.

— ¿Y qué planeas que hagamos por ti?— pregunta confundida.

— Primero, ¿estás segura de que debería aceptar?— le preguntó Hanna haciendo que Navya la mirara confundida.

— ¿Lo dices por mi? Porque yo digo que aceptes, créeme, solo quiero lo mejor para ti y aunque no conozco mucho a Stefan, sé que es un buen chico, viene de familia— le guiñe un ojo, haciéndola sonreír.

— Yo solo quiero la malteada, así que sí, acepta esa cita— interviene Hanna.

— ¡Está bien! Lo haré, pero solo con ustedes— aceptó Mavya —Así que pónganse algo bonito, ya es hora de que todas tengamos alguien que nos regale flores, ¿No creen? ¡Dios! Sone igual que mi tía Lottie.

— Yo iré mientras que el pague —habló de nuevo Hanna—, no me dan mi paga hasta la siguiente semana, y ya me termine lo de esta.

—Pobre — susurro Navya— yo pago lo tuyo.

— ¡Entonces es un trato!— exclamó Hanna pero hizo una pausa para volver a hablar— y por favor déjame vestirte, parece que acabas de enterrar a alguien.

Navya solo se echó un vistazo en uno de los espejos de Hanna dándose cuenta de su ropa llena de tierra.

— Mientras no sea nada incómodo, está bien, quiero ir cómoda y no arruinar nada— dijo Navya para después tomar una gran bocanada de aire antes de sentarse sobre el pequeño cajón frente a su cama— ¿creen que es lo correcto? Literalmente acabo de salir del trauma de Ben y se que ya lo pregunté mucho, pero quiero estar segura con esto.

— Si me lo preguntas a mí, Navy, yo te diría que primero analices las cosas —comienza a decir Hanna— Ben fue tu mejor amigo, y se gustaron desde pequeños, por mucho que lo niegues.

— Si Navy, lo que menos queremos que pase es que te lastimes a ti o a alguien más por querer superar tus sentimientos por Ben— exclamé mientras me sentaba de una mejor manera para ver mejor a la morena mientras esta sentía por mis palabras.

— Bueno, lo de Ben ya pasó y lo acepte, Stefan es lindo y es un buen chico pero no quiero apresurar nada como la última vez, así que creo que salir como amigos es una buena idea, ¿No creen? Nada serio, solo amigos— trato de mentirnos Navya, pero ¿cómo podría mentirnos a nosotras que éramos sus mejores amigas desde que tengo memoria?.

— Agrega a la lista de cosas sobre Stefan, que es el primo de tu mejor amiga. Es decir; terreno prohibido— exclamó Hanna calmada haciendo que Navya me mirara con rapidez con una expresión asustada al ponerse a pensar en la información que Hanna le había dado.

— Por dios Hannie, no asustes a la pobre de Navya, ¿no ves que si le haces otra broma de esas se desmayara del miedo?— hable hacia la más baja reprimiendo una risa.

— Era una broma —Hanna le sonrió a Navya.

— ¡Bien! Hay que hacer esto, es mejor que empecemos, no quiero llegar tarde— finalizó Navya, levantándose de su lugar.

— ¡¿Es hoy la cita?!— pregunté alarmada.

Navya se detuvo al escuchar mis palabras— Sí... ¿No lo dije? ¡Les dije que estoy emocionada y nerviosa, no me juzguen!

— No Navya de Maldonia, no nos dijiste, son detalles importantes que no puedes dejar pasar, pero te lo pasare esta vez, a la proxima que quieras que metamos nuestra cuchara a de mal tercios y no nos avisas te dejare con el corte de cabello de Blanca Nieves— amenace a la morena.

—¿Y tú quién eres? ¿Su madre?— preguntó Hanna divertida— ¿Que no ves que la pobre chica ya está quedándose sin pelo de los nervios?

Navya entrecerró los ojos— Exacto, así que es hora ¡Muevanse! O no pago nada está vez.

— ¡Yo el helado no lo dejo pasar!— exclamó la menor dejando el alfiler en el tocador junto a su cama.

— Cuidado con darle permiso a Hanna de escoger lo que quiere que te dejará pobre— le susurre a Navya en el oído a lo que Navya rió un poco.

— Lo anotaré en las cosas que no debemos dejar hacer a Hanna por su bien y el de nuestras billeteras— me respondió de la misma manera Navya.

Finalmente me levanté para poder escoger que ponerme para la cita de Navya y Stefan, camine hasta mi clóset para buscar un cambio de ropa, mientras Hanna se destinaba a acomodarse sobre la cama para dormir un rato, recibiendo un almohadazo de Navya, lo cual la hizo levantarse de inmediato.

— ¿Pues a qué hora te citó?— preguntó Hanna fastidiada por el golpe.

— ¡No importa! Te tardas un año eligiendo un cambio de ropa— regaño Navya.

— Esta vez serán dos años entonces— Navya la miró confundida—. Escogeré tu ropa, y no acepto un no como respuesta.

— La hada de la comedia señoras y señores— exclamé viendo un vestido lila en mi closet.

— Navy, ¿qué opinamos de esto?— preguntó Hanna suponiendo que le mostraba un conjunto a nuestra amiga.

— Creo que combinaría perfecto con algo color blanco, ¿No? ¡Y unos tacones bajos del color!— comentó la morena.

— ¡Si!— exclamó Hanna emocionada— sabes, ahora que lo pienso así me visto yo. Ya sabía que adoras como me visto Navy, pero tomarme de ejemplo es un total halago.

— Eres una boba— dijo Navya.

Más tarde, las tres nos encontrábamos saliendo de nuestra habitación mientras Navya nos guiaba por los pasillos de Auradon hasta llegar a la entrada de la preparatoria ya que todos estaban en sus habitaciones para relajarse después de clases, hasta que por fin nos cruzamos con Stefan en la entrada.

— Hola primito— dije moviendo los dedos de mi mano de manera extraña.

— Hola Rochelle— me contestó este.

— Espero no te moleste que vayamos todas— mencionó Navya.

Stefan negó— Por supuesto que no, me están cayendo mejor y además quiero conocer mejor a mi familia— me sonrió el chico— ¿cómo están tus padres, Rochelle?

— Están vivos —susurró Hanna— cosa que casi no logramos nosotras

— Y de puro milagro— siguió Navya, haciendo bufar a Hanna como respuesta.

— ¿Cuántas veces me tengo que disculpar?— pregunta Stefan con cansancio.

— Unas mil— asintió Navya— o hasta que se te caiga la mandíbula.

— Y comprándonos algo, ya sabes, también en parte para comprar mi silencio— dije con una sonrisa— no querrás que tía Anna se entere, ¿verdad?.

— Cómprame un helado y te lo diré —sigue Hanna.

Stefan rio de lo que él pensó que eran bromas, pero él no sabía que nosotras sí lo haríamos cumplir con nuestras amenazas— De acuerdo, yo invito.

Dicho esto extendió su brazo hasta Navya, sin embargo, cuando ella estaba por tomarlo, una quinta persona se nos unió, saludando específicamente al chico.

— ¡Stefan! Que sorpresa— Ben se abrió paso en el grupo haciendo que todos lo miráramos— hola ¡Hola! ¿Cómo están, chicas?

Cuando Ben se dirigió a nosotras solo pude sentir como Navya se escondía detrás de mí, pero Ben la alcanzó a observar de inmediato, como si estuviera buscándola hasta encontrarla.

¿Ahora sí quería saber de Navy? Idiota.

— Hola, Navya— le saluda en un susurró.

Y Navya como la buena persona que es le sonrío con amabilidad, sin dejar su escondite detrás de mí.

— Ben, qué alegría verte aquí— exclamé con una sonrisa forzada que parecía más una mueca y con voz sarcástica.

— Ben— Hanna ríe un poco— ¿acaso el morado ya no te gustó?

Gracias al comentario de Hanna la sonrisa de Ben se borró un poco— Bueno, es que he estado algo ocupado con los preparativos de la coronación, también es un gusto verlas, chicas.

Stefan solo pudo frunce el ceño— ¿De qué... me perdí?

Pobre, no sabía nada de este drama, afortunado.

— De nada— se apresura a responder Navya— nosotros ya deberíamos... eh, deberíamos irnos, se hace tarde.

— Quisiera hablar contigo— pidió Ben, con ambas manos unidas —Solo será un minuto, no los retrasare tanto, lo prometo.

Al pedir esto Navya nos miró en busca de ayuda.

— Lo siento Ben, pero necesitamos a Navy— me apresura a decir agarrando el brazo de mi amiga con fuerza.

— Está bien, Rochelle— le dice su amiga— pueden adelantarse, iré en un momento.

— Oh no me digas eso— interrumpe Hanna—. Sabes que si me dejan sola, para el momento en el que llegues no habrá más helado en la tienda.

Al Navya decir esto nosotras -y Stefan- no tuvimos de otra más que adelantarnos, pero no sin antes que yo le pisara el pie a Ben por "accidente" con su tacón.

— Ouch— exclamó Ben.

— Ay, perdón, no te vi— dije sonriente con un falso puchero.

— No te preocupes Rochie— habló Ben mientras se sobaba el pie.

Rochie decía el igualado este.






























Al regresar, Hanna y yo decidimos no atacar a Navya de preguntas, al menos no hasta que estuviéramos a solas en la habitación. En donde Navya fue directamente al baño y se encerró unos momentos, en los cuales tanto como Hanna como yo nos preocupamos demasiado hasta el punto de insistirle que nos dejase pasar.

— Solo queremos saber si estás bien, Navy— insistí.

— De verdad, voy a tirar la puerta— dijo Hanna, doblándose las mangas.

— ¿Y si te rompes?— pregunte con el ceño fruncido.

— Valdrá la pena, ¡Aléjate de la puerta, Navya!— exclamó Hanna.

Pero antes de que Hanna siquiera agarra vuelo para intentar derribar la puerta Navya abrió la puerta del baño.

— Estoy teniendo un deja vú —le susurre a Hanna en el oído.

— Juraste no volver a abrir la boca sobre eso— me dijo Hanna indignada— juro no volver a llorar a causa de un hombre.

Navya solo frunció el ceño soltando una risa que nos confundió a ambas.

— Ya se le soltó la canica— susurró Hanna.

Aquello solo hizo reír más a Navya, mientras yo me sentaba junto a ella, sin dejar de mirar a mi amiga preocupada ni un segundo.

— Dios, ya empezó a delirar Navya, yo sabía que tanta cafeína la llevaría a la locura— exclamé preocupada.

— Loca ella ya estaba— Hanna tomó asiento junto a nosotras amigas, justo del otro lado de Navya—, el café solo fue la gota que derramó la taza.

Navya cubrió su rostro con ambas manos— Ben se disculpó, es todo, dijo que... no quería hacerme daño y... y ya, cree que salgo con Stefan ahora, se miraba triste y eso me hizo enojar, él no merece estar triste, soy yo la que debería estar enojada y triste con él pero... no lo se— terminó en un suspiro.

— Eso es fantástico, me refiero a que esté triste, aunque él no lo merece, él fue el que te rompió el corazón— dije jugando con Percy.

— El chico debería ir al doctor. Tantos cambios de humor me ponen a pensar en si realmente yo estoy loca o no— exclamó Hanna pero Navya negó.

— No creo que haya sido él aquel día, ustedes dijeron que estaba embrujado o algo así ¿No? ¿Y si es así y ahora está arrepentido?— preguntó la morena.

— Oh sí, yo sigo con esa corazonada— habló Hanna—, me recordaran cuando Ben admita haber sido hechizado.

— Se me había olvidado esa parte, pero hechizado o no yo lo quiero ver sufrir— dije en una voz calmada.

— Supongo que nunca lo sabremos— Navya encogió sus hombros —Deberíamos ver una película o algo, necesito un café.

— Son las ocho— nos recuerda Hanna.

—¿Y qué?— preguntó Navya.

— Todavía nos falta preguntarle a la voz de la razón— dije mirando a mis amigas.

— ¿Al Hada Madrina?— preguntó Hanna confundida.

— No tontita, a Percy— y justo cuando dije esto las chicas solo pudieron asentir dándome la razón.

— Eso solo asustara al Hada Madrina, nadie quiere que al futuro rey de Auradon lo hecho tan fácil, metería a Ben en problemas— opinó Navya.

— En problemas se metió cuando decidió empezar una falsa relación contigo— interrumpió Hanna—. El pobre nunca se esperó tener que aguantarnos como las futuras madrinas de sus hijos.

— Eso fue idea de los dos— recordó Navya— yo tambíen acepte, creo que fue mi culpa haberme ilusionado tanto.

— Oh, y apuesto a que fuiste tú lo propuso —dijo Hanna sonriendo.

Navya rodó los ojos y se quedó callada, dándole la razón a Hanna con su silencio.

— ¡Lo sabía! Te conozco como la palma de mi mano, Navya de Maldonia— exclamó Hanna emocionada.

— ¿Veremos esa película o no?— insistió Navya— no quiero hablar más de eso, dejémoslo en donde debe estar: el pasado.

La castaña se levantó del suelo del baño dejándonos a Hanna y a mi solas en el baño. Extrañadas, nosotras solo le seguimos el paso y no volvimos a hablar sobre el tema durante toda la noche.






























Era un nuevo día en Auradon tristemente, después de un fin de semana lleno de risas con Hannie y Navy y extrañamente Stefan también, definitivamente me tengo que acostumbrar a verlo más seguido, digo, si va a estar saliendo con Navy tengo que acostumbrarme de nuevo a su presencia.

Y después de todos los problemas que hicimos el sábado y el domingo volvía a ser lunes, lo que significaba que volvían las responsabilidades de estudiante, el entrenamiento de hoy lo habían cancelado ya que iban a ocupar el campo para algo que no nos había especificado el Hada Madrina, pero no me quejaba, me daba más tiempo para relajarme.

La clase de historia ya estaba por terminar, la maestra estaba dando retroalimentación a algunos trabajos sobre Corona mientras yo dibujaba una flor en mi cuaderno, la misma flor que le ayudó a mi abuela a traer con vida a mi madre al mundo.

— Bueno chicos, la próxima clase revisare los trabajos que retro alimente, y no los quiero ver iguales quiero ver cambios— dijo la maestra— ya sin más se pueden ir.

Cuando la profesora dijo esto yo empecé a guardar mis cosas, y cuando ya estaba apunto de irme una voz me detuvo diciendo mi nombre haciendo que yo me voltee a ver al dueño de esta voz.

— ¡Roch!— grito Carlos tratando de llamar mi atención.

— Hola Carlos, ¿cómo te fue en tu tarea sobre Corona?— le pregunté con una sonrisa.

— Me fue bien, gracias por preguntar Roch, pero no venía a hablarte de la tarea, venía a preguntarte si estás libre hoy después de clases— me preguntó rápidamente Carlos lo que me hizo sonrojarme— ya ves que el campo está cerrado hasta nuevo aviso.

— Si, si estoy libre— dije de la misma manera que él.

— Bueno, paso por ti a tu habitación a las cuatro— exclamó Carlos con una sonrisa para después darse media vuelta.

— ¡Es una cita!— le grité feliz para después irme corriendo a mi locker por las cosas de mi próxima clase.































Por fin habían terminado mis clases, así que me fui corriendo lo más rápido que pude a mi habitación, la cual estaba vacía y esto me daba la libertad de poner canciones que me gustan a todo volumen mientras me arreglaba, el que Carlos me recogiera a las cuatro me daba una buena hora.

— ¡Ah!— grité de felicidad aventando mis cosas al suelo para después dejarme caer en mi cama para volver a gritar.

Después de esto me puse a escoger otro conjunto para la cita, ¡dios!, me encantaba esa palabra cita, y me encantaba más la oración, tendré una cita con Carlos.






























Ya me había terminado de arreglar, había escogido un vestido delgado junto con un suéter ya que estaba un poco fresco el día junto con mis tenis blancos para estar preparada para cualquier inconveniente.

Y antes de que pudiera morir por pánico alguien tocó la puerta de la habitación.

— ¡Roch!— gritó la voz de Carlos a lo que solté un gritito.

— ¡Voy Carlos!— grité de vuelta parándome de golpe para agarrar mi bolsa— hola— dije con una sonrisa.

— Roch... te ves... hermosa— dijo Carlos mirándome con asombro.

— Gracias Car, tú tampoco te ves tan mal— respondí sonrojada viendo al chico.

Después de eso Carlos y yo caminamos hacia una parte del bosque encantado que no conocía, y una vez que estuvimos allí mis palabras salieron antes de que pudiera pensar.

— ¿Vinimos aquí para que me encierres en una torre?— pregunte riendo.

— No, ese no es mi estilo, el mío es hacer abrigos de dalmatas— contestó él riendo.

— Bueno, sacándonos de chistes, ¿ya estamos llegando?— pregunte alegre.

— Si, es más, ya llegamos— me respondió el chico abriendo una cortina de plantas para poder pasar.

— ¡Carlos esto es hermoso!— exclamé emocionada.

— Gracias, me tomo algo de tiempo y ayuda para hacer esto— comentó Carlos sonrojado.

— Enserio gracias por todo Car— dije acercándome hacia él para darle un beso en la mejilla.

Habían pasado veinte minutos en la cita y todo estaba saliendo espectacular, no había ningún silencio incómodo, Carlos y yo estábamos congeniando genial y tenía la esperanza que esto llevará a algo más.

— Y bueno, después de eso Hanna fue atormentada por Percy— dije riendo.

— Dios, no quisiera estar en el lado malo de Percy— comentó el chico riendo— oye me podrías pasas el chocolate de mi mochila— me pidió.

— Si claro— dije agarrando su mochila, pero al agarrar el bote de chocolate agarré algo más, el famoso libro de Mal.

El cual tenía una página marcada y como por arte del destino se abrió en esta pagina, la cual decía algo de un hechizo de amor, ¿esto era lo que le habían hecho a Ben? que mier-.

— Carlos me puedes explicar ¡¿qué es esto?!— pregunte mientras empezaba a temblar.

— Qué es qué...— preguntó Carlos pero rápidamente paró al verme sosteniendo el libro de su amiga abierto— te juro que no es lo que piensas Roch.

— ¿Ah no?, ¿entonces esto no es el paso a paso de hacer una poción de amor?— pregunte indignada pero el solo se quedo callado— dios fui tan idiota— susurre con indignación— me voy y ¡no! te me acerques— dije enojada mientras me paraba de mi lugar.

Fui tan ingenua al pensar que Carlos me quería para algo lindo.
Y así me fui del lugar, temblando de enojo o de tristeza, ya no sabía que era. Enserio que no me esperaba que Carlos hiciera algo así, jamás lo perdonaría, y no solamente es porque se lo hicieron a Ben, si solo lo hubieran afectado a el no me hubiera importado tanto, pero no solo lo afectaron a él, si no que afectaron a Navya, haciendo que se ausentara ¡dos semanas!.

Cuando llegue a la habitación seguía estando vacía como hace media hora, pero ahora en vez de tener un ambiente feliz había uno triste y cuando toque mi cama no pude hacer algo más que llorar, mi primera cita con el primer chico que me gustaba tanto que dolía y él le había hecho daño a alguien que amo.







































uy... tuvimos cita Carchelle pero a que costo??

oigan igual algo de lo que quería hablar es que a mí me es muy desanimante ver como yo me esfuerzo junto con lidi e izzie para traerles un nuevo capítulo y ustedes nada más no comenten ni voten, así que les pido que comenten y voten que es totalmente gratis hacerlo 💗

TANGLED
LOVE!

━━━ pay loves you

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