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Una disculpa por la tardanza. Fue una semana con mucho trabajo.

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" Existen un par de cosas que resultan tan celestiales como para siquiera considerarlas realidad.

Y cuando en medio de nuestra mundana presencia, tenemos la casualidad de encontrarnos con ellas no podemos hacer más que juzgarlo de sublime y pretender escribir sobre ello como si las palabras pudiesen hacerle justicia. "

Louis recordaba aquella frase como si fuese ayer y no de hace tres años que puso, por primera ocasión, un pie dentro de la cátedra del Señor Bruce. Era apenas un muchacho y sin duda usaba el cabello mucho más largo de lo que debería de admitir, pero sin duda alguna aquel preciso instante había logrado cautivarlo por completo y tan solo la manera de describirlo le hizo sentir que estaba en lugar correcto.

Louis esperaba algún día tener tanto poder de palabra como su profesor.

Razón por la cual, en un tiempo que parecía demasiado largo como para definir, Louis había pasado cada una de sus prácticas estudiantiles intentando buscar aquel evento que le hiciera sentir tan inspirado como su profesor había descrito.

Cualquier cosa que le hiciese sentir sus palabras rutinarias.

Y es que, hace meses que había desistido. Cada vez que tenía la oportunidad de salir a cubrir una historia, sin importar lo que fuese, le resultaba tan sopifero que lo único que podía hacer era el redactar palabras procesadas esperando que fuese suficiente para hacerle pasar como un entregable.

Incluso, aquello de lo que estaba tan enamorado, se había vuelto nauseabundo con el paso del tiempo.

Se sentía enfermo del solo pensar en gastar sus palabras en historias vacías.

O eso hacía, hasta ese momento.

Porque ahí, sobre el pecho desnudo de Harry, aún sintiéndose dentro de él... Carajo, no parecía real.

Porque si Harry Styles no era la definición de sublime, entonces Louis ya no sabía que mierda buscar.

Se permite cerrar los ojos, escuchando los latidos aún poco rítmicos y sintiendo el agradable calor que el Sol emana sobre ellos, intentando convencerse de que lo que ha sucedido es real.

Y mientras se queda dormido al escuchar las respiraciones de Harry, puede sentir como las palabras correctas se deslizan sobre su mente.

Si. Definitivamente estaba deseando amar a Harry.




Louis es el primero en despertar.

No sabe cuanto tiempo ha pasado pues la luz se mantiene presente, pero sin duda han dormido un buen rato. Pues el evidente esfuerzo físico y el haber permanecido en una misma posición por un tiempo prolongado es algo que el cuerpo de Louis comenzaba a resentir.

Incluso le cuesta abrir los ojos.

— Hazza — le llama aún adormecido — Hazza, creo que deberíamos de levantarnos.

— Mmh. — el aprieta los ojos, negándose a despertar.

— Despierta amor, ya hemos estado aquí más tiempo del que deberíamos. — entonces besa su pecho, apenas un roce por debajo de las golondrinas, esperando que el tacto sea suficiente para alertarlo.

Es acto seguido que Louis puede sentir como un par de brazos le rodean, sujetando su espalda con firmeza, apretandole un poco más cerca.

Carajo, se siente tan bien.

— Pero no quiero despertar, Lou. — su voz sale ronca y tuerce su nariz en un gesto que desborda ternura. Cuando finalmente abre sus ojos, estos se encuentran brillosos y ligeramente entrecerrados, aún incapaz de abrirlos por completo.

— Tengo un beso esperando por ti — se atreve a decir, divertido con el panorama que está presenciando.

En ese momento, el característico olor a sexo, la calidez de sus cuerpos y esos ojos verdes que le miran tan expectantes  parecen ser la cúspide de lo que se puede aspirar. Y con ese pensamiento algo parece encenderse dentro del pecho de Louis.

Harry se obliga a abrir los ojos y levantar los labios pidiendo un beso sin pronunciar palabra alguna, y como si de una rutina se tratase, sus labios se juntan.

Es algo corto con un tenue roce, que emana dulzura sin tener mayor intención que el sentirse de nuevo. Siendo capaces, incluso, de sonreír aún en medio de su beso.

Juntan sus frentes al separarse, aún negando el romper ese contacto, el cual resulta tan sencillo de habituar.

— Tengo que salir, tu sabes. — susurra al acariciar su mejilla.

— Mm —  estira sus brazos para después jalar a Louis por el cuello y apresarlo junto a él — Pero me gusta sentirte — no puede verlo pero sabe que ha bajado una de sus manos hasta su vientre y cierra los ojos dando un largo respiro — hay algo aquí que parece llenar un vacío que no sabia que existía.

Los labios de Louis se curvan en una sonrisa sin siquiera intentarlo y un tenue color rosado cubre sus mejillas.

— Tu no deberías de verte tan tierno cuando dices cosas como esas.

— ¡Hey! — se queja en medio de una risa que marca sus hoyuelos.

— Pero lo eres, eres tan hermoso. — Louis acaricia su mejilla, una y otra vez, deseando poder congelar ese momento.

— ¡Lou, no digas esas cosas! — su rostro retoma la característica tonalidad del rubor.

— ¿Así que no quieres que salga de ti pero te pones todo tímido si digo lo atractivo que eres? — Louis niega con la cabeza, enteramente divertido. — Muy mal Hazza.

— Lou — se ríe aún con timidez.

— Porque eres hermoso. Muy muy hermoso — y comienza a dejar besitos repartidos por todo su rostro.

— Lou — dice de nuevo, esta vez entre risas — Lou, me haces cosquillas. — pero el sigue dejando un dulce y corto roce, en su frente, y su nariz. En las mejillas, el mentón y finalmente en la comisura de sus labios.

— Eres tan hermoso. Tan, tan hermoso — sigue repitiendo.

No sabe que intención hay detrás de sus palabras, no más allá que el ver como esos hoyuelos se marcan con intensidad.

— Vale, vale. Te dejaré decirlo... Ahora besame, tonto.

Es todo lo que necesita para unir sus labios, y ese beso se siente tan bien como el primero.

— Hermoso — susurra contra sus labios. — Tan hermoso que la idea de quedarme así contigo es tentadora. Pero es tarde, amor, deberíamos limpiarnos.

— Supongo que tienes razón.

Un beso más y Louis se mueve para finalmente separar sus cuerpos. Harry intenta ahogar un gemido al sentir como se remueve de nuevo, pero pronto la sensación desaparece.

Shh, amor. O no nos iremos de aquí jamás.

Se ríen mientras Harry se avergüenza ante la inesperada reacción de su cuerpo, pero Louis se pone de pie estirándose un poco y Harry no sabe de donde sacar la fuerza de voluntad suficiente como para dejar ese lugar.

El oji-azul extiende su mano para ayudar a Harry a ponerse de pie, y este cierra los ojos algo incómodo al percatarse del creciente dolor que siente al moverse.

— ¿Duele mucho? — Louis le mira preocupado pero el niega.

— Solo es un poco incómodo. No me has lastimado, Lou. Todo lo contrario.

Louis asiente y comienzan a enjuagarse en el lago. Su ropa se ha secado y el viento que sopla es señal suficiente para que comiencen a vestirse de nuevo.

Es lenta la manera en la que sus prendas regresan a sus cuerpos, casi como si no quisieran romper esa dimensión paralela que han formado, un lugar donde lo único que importa es la forma en que la corriente de aire remueve el rizado cabello de Harry.

— Creo que esto es lo más lindo que ha sucedido en mi viaje — se atreve a romper el silencio.

— ¿Si? — Harry amplia su sonrisa.

— Si.

— ¿Y porque estabas tan enojado... Además de lo del auto? De verdad creí que me estabas odiando. — Harry confiesa desviando la mirada con la excusa de buscar su camisa.

— Soy... Un idiota impulsivo la mayor parte del tiempo — Louis rasca su cuello — Hay un evento muy importante esperándome en cuanto regrese a Londres. Es mi primera publicación oficial, y mi mentor ha preparado esta gran presentación. Se supone que tengo que tener un artículo listo para entonces... Y yo no paso en limpio mis historias hasta que están terminadas. Es estúpido, lo se, pero todo lo que tenía estaba en esa libreta — el señala a su mochila aún ligeramente mojada — y ya no está más.

— Maldición, ¡eso suena asombroso, Louis! Yo realmente lo siento. Ha sido mi culpa que perdieras todo tu trabajo. Lo siento tanto.

— Hey, a mi se me ha caído la mochila al lodo. Supongo que no hay culpables. Lamento haberte gritado, Harry — comparten una sonrisa silenciosa antes de que Louis añada. — Y de todas maneras estaba escribiendo sobre ti, así que supongo que simplemente puedo hacerlo de nuevo.

Harry da un paso más cerca y muerde su labio con nerviosismo, reprimiendo una sonrisa.

— ¿Has escrito sobre mi?

— Si, de ti. De esa persona que eres cuando tarareas una canción y cuando estás bailando creyendo que nadie que te ve. He escrito sobre todo lo libre que hay en tu persona y como brillas con solo una sonrisa.
Pero siendo honestos... Que bueno que se ha borrado porque ahora que te veo, aquí, no creo que mis palabras puedan hacerte justicia.

Louis sonríe con sinceridad sin entender del todo porque Harry no le mira a los ojos. No hasta que le abraza de imprevisto y murmura un quebrado gracias en su oído.

— ¿Que sucede, amor?

— Eso es lo más lindo que alguien ha dicho sobre mi Lou.

— Oh, vamos. Eres Harry Styles. Todos dicen cosas lindas sobre ti todo el tiempo, créeme.

— Exacto. Ellos quieren a Harry Styles. Incluso Gemma... Carajo, la extraño tanto porque estos días ni siquiera se siente como mi hermana solo habla sobre esa estúpida disquera que me tiene sin poder dormir... Pero tu Louis, me has visto a mi.

Louis le separa lo suficiente como para ver sus ojos verdes.

— No soy un experto Hazza, pero no suenas bien cuando hablas de esa disquera, ¿estas seguro de que quieres firmar ese contrato?

— Hay veces que no hay elección.

Louis niega y acuna su rostro entre sus manos. — Cuéntame, ¿que quieres hacer? No pienses en toda la parte burocrática.

— Bueno, se que no quiero decepcionar a nadie. Menos a mis admiradores, y es que, estoy aquí gracias a todos ellos. No puedo decir que no.

Por un segundo Louis piensa en su hermana, y como la sola mención del hombre frente a él parece hacerle tan feliz.

Y es que, ese, ha sido su efecto sobre la gente. Por lo que no hay dudas en su voz cuando dice lo siguiente.

— Puedes, Harry. Porque yo creo que la razón de tu éxito no está en que firma tienes detrás, es porque tienes talento y amas lo que haces. Es tu felicidad la que ha logrado que miles de personas sean felices también.

— Solo quiero sentir lo que siento cuando estoy en el escenario. El mundo se detiene y solo está mi música y los coros de todos aquellos a los que les gusta.
Toda esta situación simplemente parece dejarme sin aire.

—Entonces haz eso, Hazza. Podré no entenderlo del todo, porque ciertamente todo lo que haces es tan público y diferente de lo que es mi vida. Pero he visto tus ojos, y se que hay un cambio en tu mirada cuando hablas de esa disquera. Solo piénsalo, ¿si?

Harry asiente y Louis se para de puntillas para dejar un beso sobre su frente.

— Creo que tenemos que volver. Es un largo camino de regreso a la playa.

— Solo espera un poco — Harry rompe el abrazo y sale en busca de la mochila de Louis, sacando la cámara fotográfica que han comprando en el camino — Solo una foto más. Una más.

Louis aprieta los labios en una sonrisa antes de acceder y abrir sus brazos para posar junto a él. Le abraza dejando un beso sobre su mejilla y la ráfaga de luz llega a sus ojos.

Y ese día queda congelado en una fotografía.

Se toman de las manos sintiendo como encajan de nuevo y comienzan su trayecto de regreso a Malibu.








No dejan de hablar en cuanto emprenden camino y de vez en cuando un beso de une a su conversación.

— Lou

— ¿Si, Harry?

— Yo tampoco paso en limpio las canciones que escribo. No hasta que están terminadas.

Sonríen ante la similitud y siguen su camino.

Pero hay algo en la voz de Harry que parece apagarse conforme se acercan. Todo su cuerpo parece tensarse en cuento el rastro de arena aparece de nuevo y su sonrisa simplemente desaparece.

Su corazón se acelera al notarlo.

Hay algo en el ambiente, de esa clase de sensaciones que te dicen algo va a pasar.

— Louis, he amado conocerte. No eres como nadie que haya conocido. Eres esa dosis de realidad que todo mundo debería de escuchar y me ves de una forma que no creí fuese posible.

Definitivamente hay algo mal con su voz.

El se frena en seco.

— ¿Porque lo dices como si fuese una despedida?

Harry cierra los ojos intentando contener las lágrimas.

— Tu sabes que sigue.

Y ahora los ojos de Louis son los que se ponen brillosos. Suelta con firmeza el agarre en sus manos y aprieta los puños al sentir como su estómago se revuelve amenazando con formar un nudo en su garganta.

— No. No lo se. Dímelo Harry.

Harry no puede mirarlo.

— Dímelo.

— Necesito la cámara... — su voz sale quebrada — y que tu me prometas que no dirás nada de esto a nadie. Jamás.

El nudo crece, quema en su garganta, y por más que intenta tragarselo no puede.
Lástima a cada palabra.

— Si vas a hacerlo de esta manera al menos ten el valor de verme a los ojos mientras lo haces.

Harry levanta su rostro, sus labios tiemblan y no es capaz de contener las lágrimas que se desbordan bajos sus pestañas.

— No puedo... — le toma un largo respiro., — No puedo estar contigo Louis, seria... Sería una locura si nos ven juntos. Y es que, Lou, soy Harry Styles... Y tu... Y tu.

Soy un hombre. — Louis desvía la mirada con las emociones disfrazadas en enojo y niega con la cabeza.

Sus palmas duelen en el intento fallido de contener la presión que su cuerpo siente.

— Lou, yo...

Retrocede con temor. Como si el estar un segundo más cerca de él fuese a romperlo por completo.

— Bien — le interrumpe. El lanza su cámara con brusquedad. — Bien. Quédatela. Quédate todo. No me importa. ¿Te gusta que sea brutalmente honesto? — se ríe con cinismo intentando contener las lágrimas. — ¿Que tal esto? La próxima vez que te sientas tan miserable con tu novia falsa y toda esa publicidad que tanto odias... La próxima vez que dudes de tu sexualidad. La próxima vez que te quedes sin aire al cantar. ¡La próxima vez que quieras que te follen...!

Harry se encoge al escuchar su grito y mira a sus alrededores. — Lou, por favor.

— La próxima vez, prueba solo decirlo. En lugar de usar a alguien a base de mentiras.

— Louis, yo no te he...

El niega, retrocediendo por completo y dándose la vuelta, dejando de escuchar.

— Vete a la mierda. — levanta su dedo medio y camina sin mirar atrás.

Y es justo en ese momento que la realidad los golpea. Porque la playa se conglomera y tan pronto como Louis se aleja una horda de fanáticas dan con Harry.

Pidiendo fotografías donde el les abraza y sonríe como siempre. Hablando con ellas, firmando sus cosas al pretender que nada ha pasado.

Pero, en ese momento, todo ha pasado.






— ¡Lou! — grita su hermana al encontrase de frente.

— Lottie — Intenta sonreír. — He perdido el auto de la abuela, tendremos que regresar en taxi.

— ¿perdido? — ella luce confundida — Oh, tú y tus accidentes. ¿Estas bien?

— Si cariño.

— No te ves muy bien — ella se acerca para darle un abrazo, pero es entonces que ve una pequeña marca violácea en su cuello. — ¿Y esto? ¿Te has lastimado?

Se toma unos segundos para responder, y debe de tragar duro esperando que el cambio en su voz no se note.

Si, parte del mismo error.

— Lou, perdona por pedirte que me trajeras. Si estuvieramos en casa nada de esto habría pasado, es solo que... ¡NO PUEDE SER! — grita de repente al ver el grupo de personas detrás y sin pensarlo pega un brinco. — ¡No puede ser! ¡Lou, Lou! ¡Es Harry Styles! Tengo... Tengo que ir, pedirle una foto. Saludarlo. ¡Por todos los cielos!

Ella corre hacia el y Louis solo puede presenciarlo sin ser capaz de contener más sus lágrimas.

¿Por qué está llorando?
No lo entiende.

Y si, en el camino de regreso, Louis debe escuchar lo maravillo que Harry es en persona, el como su corazón parece fraccionarse en pedazos es algo que Lottie no nota.

No está seguro de querer entenderlo.









Ella no lo nota, y Louis no va a decirlo.
Pero una cámara escondida si que lo ha visto.

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