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El agua cae tan helada que parece quemar su piel.

No recuerda haber entrado a la ducha, pero siendo honestos, toda su tarde después de la playa parecía estar un poco borrosa.

Solo estaban esas últimas palabras.

Repitiéndose una y otra vez. Lastimando solo un poco más a cada memoria. Perdidas entre una nubosa sin forma aparente, una nubosa que no se aclara hasta el momento en que el frío le golpea.

Es casi agresivo como las gotas golpean su cara borrando todo rastro de lágrimas, y lo es aún más al sentirlas mojar su cabello y empapar sus ropas. Siente unas delicadas manos alejarse de su cuerpo y cerrar la puerta.

No escucha lo que dice.

Pero el frío parece ser suficiente para aclarar su mente.

El en el suelo.
El en su auto.
Sus manos entrelazadas corriendo por las escaleras.
Harry cantando.
Harry durmiendo en su cochera.
Louis tomando sus manos nuevamente para darles color.
Ellos en la playa, y dando un paseo.
Ellos hundiendo el auto.
Ellos discutiendo.
Un beso.
Y sus manos juntas de nuevo.

Las imágenes aparecen como una ráfaga que deja un camino de punzadas, pero el agua sigue cayendo y el se obliga a continuar con su listado mental.

Harry en la playa.
Sus manos se separan.

Lottie hablando de él.

Y luego, estaba llorando en los brazos de su madre.

Todo parecía haber caído de golpe, como si todo el coraje contenido hubiese disminuido para revelar algo peor. Una opresión en su pecho que logra fragmentarlo a cada segundo, y una bocanada de aire que se niega a tomar por inhalar el perfume impregnado en su piel.

Su estómago revuelto, la cabeza punzante, los pulmones rotos y sus manos quemando. ¿Que era todo eso y porque dolía tanto?

¿Porque el agua, irritando su piel por la poca temperatura, parecía ser la nada misma en comparación de lo que guarda dentro de sí?

Harry.

— Harry. — solloza, siendo consciente de su realidad. No hay más cosquilleo al pronunciarlo, únicamente uns abrasadora sensación.

Maldita sea, ¿como había sido tan estúpido?
¿Cómo él, experto en leer a las personas, había sido tan ciego? ¿Como se había equivocado tanto?

Las lágrimas brotan de nuevo y el intenta quitarse la ropa. Nunca había sido tan difícil.

¿Porque dolía tanto?

Intenta ponerse de pie y falla al intentarlo. Solo logra alcanzar el jabón y el tacto sobre su propia piel le provoca náuseas. Debe contener una arcada para evitar vómitar por segunda vez en la semana.

Fregar su cuerpo se torna algo agridulce.

Debía desaparecer todo rastro de Harold sobre su cuerpo. Debía intentar lavarlo.
Su olor, la cálida sensación de sus húmedos besos, el recuerdo de su voz susurrando a sus oídos.

Pero, ¿quería?

Esa noche no tendría una respuesta. Así que talla hasta que su piel se vuelve roja y el neutro jabón es el único perfume, dejando como única evidencia aquellos cardenales que sus labios han tatuado.

Porque si de algo estaba seguro es que el agua no podría llevarse sus recuerdos.

En ese momento no parecía como si algo fuese capaz de hacerlos desparecer.

No sabe cuanto tiempo ha pasado cuando logra ponerse de pie y cortar el flujo de agua, pero se viste con pesadez y sabe que no está listo para ver su reflejo.

Así que solo sale.

Y encuentra a su madre sentada sobre la cama, tiene las mangas arremangadas y rastros de humedad por toda la camisa.

En sus ojos solo hay preocupación pero logra dedicarle a su hijo la sonrisa más dulce que es capaz de otorgar.

El realmente no quiere tener la conversación que está por llegar. Se miran unos segundos, el cabello le gotea y la única luz presente son los tonos anaranjados que entran por la ventana.

— Cariño — ella dice, y se toma un tiempo antes de hablar — ¿que ha sucedido? ¿Es esto por Andrew?

— No mamá, no. — su voz sale rasposa, tiene la garganta seca.

" Mierda, ni siquiera lo recordaba "

— ¿Alguien te ha hecho daño? — es su siguiente pregunta, su voz sale quebrada, tal vez imaginando los peores escenarios.

El intenta negar con la cabeza.

Pero un nudo se forma con brusquedad en su garganta, y en medio de ese gesto, sus ojos brillan de nuevo. Amenazantes con un nuevo llanto.

Una parte de él se irrita. ¿Es que acaso duraría para siempre?

— Amor tienes que ser honesto conmigo porque me estoy asustando. Tienes una marca en la frente, perdiste el auto, Lottie dice que estás lastimado y llegas así. ¿Alguien te ha lastimado? — pregunta de nuevo.

Louis tiembla. " Tal vez, si "

— Yo no... No estoy lastimado. No son golpes, mamá. Lo prometo. Es que.... — Carajo, el realmente no quiere decirlo. — Es que...

No salen las palabras.

Los ojos de su mamá cambian un poco, torciendo las cejas con leve confusión. Encontrar las palabras nunca había sido problema para su hijo.

Hablar con ella nunca había sido tan difícil. Así que su corazón da un vuelco cada vez que ve sus labios temblar y cada vez que nota como sus ojos azules se desvían buscando algo que no va a encontrar.

— Puedes decírmelo, cariño.

Y es ahí cuando se da cuenta de que en esencia, no puede hacerlo, no sin herir a Harry.

Esa nueva verdad le golpea con crueldad.

El no quería lastimar a Harry.

¿Porque no podía lastimar a Harry?

— Hice algo muy estúpido — confiesa finalmente — Solo no parecía de esa manera al principio. Carajo, carajo, debí darme cuenta antes. Y es que yo estaba tan ansioso por encontrar una historia que ni siquiera me preocupe por hacerme esas preguntas. Deberías haberlo visto mamá, tan brillante. — pequeñas gotas comenzaron a descender por su rostro en silencio — El me cautivo tanto, mamá, que estúpido.

— ¿Él? ¿Has conocido a alguien, cariño? — ella da una media sonrisa.

¿Así que era sobre eso?

El asiente con vergüenza.

— Cuéntame, amor. ¿Cual es su nombre?

El nudo crece, ahogando un poco más su pecho.

— No puedo, no puedo. — repite fragmentando su voz.

— Esta bien, cariño, no tienes que decirlo. ¿Cómo es? ¿Es guapo?

— Es tan hermoso, mamá. Es alto, con el cabello rizado y tiene los ojos más verdes que he visto jamás. Su voz es perfecta y sus manos... — el mira a las suyas, recordando. — Sus manos encajan tan bien en las mías.

Johannah nota como por primera vez en la noche la voz de Louis parece no fallar, sonríe con tristeza. El nunca hablo así de ninguno de sus novios anteriores.

— Suena como alguien adorable, Lou. ¿Han peleado?

Ni siquiera había sido una discusión.

— Escribí sobre él. Estuvimos juntos, y luego en un parpadeo todo había terminado. Él no me quiere, mamá.

Pero tu a él si.

¿Que?

No, el solo quería.... Solo intentaba. No, no podía quererlo. Le conocía de solo unos días.

El niega otra vez.

— ¿Por eso duele, mamá?

— Si amor — ella se pone de pie, abrazándole — Por eso duele.

— ¿Porque no me quiere? — solloza más fuerte — ¿Porque no me quiere? ¿Que esta mal conmigo, mamá?

— Nada amor, es solo que a veces, la libertad que tenemos para amar, no es la misma para todos.

Esa noche se permite llorar entre los brazos de su madre hasta quedarse dormido.

Ya mañana intentaría olvidarse de todo. Regresaría al Reino Unido y se esconderia en trabajo hasta que no le quedase más tiempo para llorar.

Porque ahí, le resulta inevitable no pensar, ¿como es que viviría sabiendo que no puede estar con él? ¿Que él no le quiere cerca?

¿Como viviría sabiendo que se ha enamorado de Harry Styles?

Al final, tiene un poco de sentido que no pueda hacerle daño. Incluso si ha sido él quien lo ha lastimado tanto.

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