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— ¡Santa mierda, Harry!

— No entiendo como la mierda puede ser santa, Ni.

— ¿Que? No. Ese no es el punto, Harry. ¿Te sientes bien?

Harry mira la habitación sin comprender cual es el motivo de tal reacción. Si, tal vez un par de días atrás no había estado en sus mejores condiciones pero ahora la misma pulcritud de siempre estaba presente.

La única diferencia es que ahora un par de fotografías recién reveladas y una pila de hojas con tachones cubrían toda la cama.

— No, pero eso ya lo sabíamos. — responde. Cruza sus brazos y lleva uno de ellos a su mandíbula, pensando a que se refiere su amigo.

Intercambian miradas unos segundos y entonces Niall se acerca hasta tocar con su palma la frente de Harry. — ¿Estas delirando o algo así? No tienes fiebre. — mueve su toque por todo su rostro, lo pone en su cuello y en su vientre también.

Los labios de Harry se curvan en una pequeña risa e inclina su cuello intentando prohibir el toque de Niall. — Basta — se ríe. — Me haces cosquillas.

— Vale, lo siento. — Niall se separa y toma lugar en la cama, dejándose caer de forma exagerada. — Pero es que..  — toma un puño de hojas de cuaderno arrancadas y las partituras con tinta corrida. — ¿has hecho todo esto? ¿Tu solo?

" Son solo borradores " Harry piensa para si, tal vez creyendo que a Niall no le han gustado sus canciones. Contiene la respiración. " Aún puedo mejorarlas "

— Si Niall. Me dijiste que compusiera.

— ¡Una canción Harry! — los ojos azules se abren un poco con la exclamación y su boca se tuerce intentando encontrar las palabras. Los dedos del castaño pasan entre cada página, notando que ni una sola se repite. — Te dije que le escribieras una canción. ¡Aquí tienes música suficiente para dos álbumes enteros!

— Oh. — se encoge de hombros, ligeramente avergonzado. — ¿Entonces hice mal?

Niall sonríe, pero una espina se encaja en su corazón. Harry, quien siempre había estado tan seguro de sí mismo, de su música, su talento y sus decisiones... Ahora parecía dudar a cada paso, no mejor que un pequeño niño asustado.

— No, no. Hazz. Son increíbles, siempre has sido un excelente compositor. Eres tan creativo, es solo que me sorprende que pudieses escribir tanto sobre él con tan poco de conocerlo.

Entonces Harry sonríe. Muestra todos sus dientes y sus hoyuelos aparecen de nuevo.

— Me beso, y yo pensé que podría escribir canciones enteras sobre ello. Niall, el es tan increíble, no tienes idea de lo que me hace sentir — su mano toca su pecho. Justo debajo de sus clavículas. — aquí.

— Y yo no puedo esperar a que leer todas las canciones que seguirás escribiendo, cuando puedan estar juntos de nuevo.

Sus mejillas enrojecen.
Harry no se había permitido soñar a un plano tan lejano, no todavía.

— Niall, no digas cosas como esas. Me dan esperanza. Y por ahora, solo quiero ver si cualquiera de estas canciones se escuchan bien en vivo para poder hacer una maqueta e intentar filtrarla. Y aun si logramos hacer eso, no sabemos si el va a escucharla.

— Tienes razón, lo haremos paso a paso.

— Ahora, creo que no se cual elegir. — Niall se ríe, enternecido. Mira una vez más todas aquellas opciones y toma una sin dudarlo.

— Esta.  — Harry la ve, y sonríe. Sabiendo también que se siente como la opción correcta. — ¿Quieres practicarla?

Harry asiente y Niall se estira para tomar la guitarra de su amigo. Es en los primeros acordes que Harry nota que, nunca antes, se sintió tan comprendido.

Una pequeña lagrima, solitaria y silenciosa, cae por su mejilla en cuanto comienza a cantar. Mira a Niall, sonriendo en todo el momento. Y el sonríe también.

En esa fracción de segundo, ya no tiene tanto miedo.

Probablemente, la tarde transcurre entre ensayos seguidos, risas perdidas y juegos que logran hacer que Harry recupere un poco de su voz.

Sonríe de nuevo, tomando un poco de agua para no lastimar su garganta y aprovecha el tiempo para estirarse. Niall había insistido en ordenar pizza y seguro que no tardaría en regresar con un par de cajas.

Harry escucha un par de pasos acercándose y decide salir para ayudar a mantener la integridad de su alimento. Pero apenas entreabre la puerta puede notar que no es su amigo.

Se queda congelado. Estático e incapaz de moverse. Con un solo ojo observando a través de la ranura de la puerta, incluso contienen la respiración.

Puede ver a Gemma, sacándose los zapatos altos y dejando caer su saco sobre el blanco sillón. En su rostro no hay más que cansancio y su voz suena ronca.

Habían pasado semanas en las que no se dirigían la palabra. No desde que Gemma sentenció la libertad de Harry por un incremento de números.

— Pues entonces dile al Señor Cowell que no pierda la paciencia. — ella dice, pasando sus manos por su frente en un intento de aliviar la presión. — Se que hay un contrato pendiente. Pero Harry esta componiendo y sabe como son los artistas en su proceso creativo. En cuanto termine, tendrán a mi hermano con todo un nuevo disco listo para producir, como acordamos.

"¿Un contrato pendiente?" Las palabras resuenan en un eco.

¿Un contrato pendiente? ¿Aún no se encontraba atado por completo?

— ¿Que estas haciendo? — Harry pega un brinco al ver a su amigo entrar por la puerta trasera.

Shh — Niall le mira confundido. Harry señala a la puerta — Gemma habla con la disquera.

— Oh.

— Niall, ella dijo que aún falta firmar un contrato. ¿Que significa eso?

— No lo se Harry. Cuando yo firme tuvimos una serie de contratos preliminares... Como si fuese un periodo de prueba, preparando el terreno. Tras mi primer single firme el definitivo. Pero no se si es diferente en cada disquera.

— Niall, ¿entonces no estoy atrapado?

Su corazón aprieta contra su pecho. Amenazando con explotar. Sus oídos palpitan y se siente mareado. Debe apoyarse en el marco de la puerta para no caer.

— No lo se, Hazz. Tal vez no.

Un tal vez es todo lo que tiene. Ya no piensa cuando sale tambaleándose de la habitación y confronta a Gemma.

Ella le mira, cortando la llamada y sorprendida de verle en tal estado. Aun se ve más delgado y su piel ha palidecido para formar grandes marcas bajo sus ojos.

Unos pocos días no borrarían el continuo desgaste al cual fue sometido.

— ¿Que?

— ¿Harry?

— ¿Que has dicho Gemma? Dilo otra vez

— ¿De que hablas? Era solo otra llamada de la disquera. ¿Harry?  — es difícil reconocerlo. Gemma lo sabe.

No parece haber rastro alguno de su dulce hermanito. Esta cansado. Y peor aún. Esta enojado.

Gemma sabe que Harry nunca se enoja. Intenta no hacerlo... Porque su ceño se frunce, la mandíbula se tensa, su nariz se ensancha y entonces Gemma debe retroceder.

No es que le tema, Harry no dañaría ni a una mosca, lo sabe. Pero visualmente es imponente. Y se ve tan cansado que teme que una emoción que odia tanto termine por destruirlo.

— El contrato — dice el. Más lento y dando un paso adelante. — Dilo otra vez.

— No hemos terminado de firmar, ¿es eso?

— ¿Que significa eso? — un paso más — Gemma responde. ¿Que significa?

— ¡Que aún no tienen derechos sobre ti! Si sobre la música que decidas producir... Pero no de tu imagen, no todavía. Íbamos a firmarlo cuando decidiste componer, pero si tenemos esa junta pronto, Harry, van a decidir que no quieren representarte. — Gemma empieza a enumerar todas las consecuencias de ello pero ninguna se siente tan grave como aquello que ha tenido que vivir esas últimas semanas.

Harry ya no escucha. Empieza a llorar cuando su sonrisa crece. No entiende la reacción de su cuerpo, es simplemente el estrés estallando.

Intenta limpiar las lágrimas con el dorso de su mano. Pero es en vano. No dejan de fluir.

— Entonces no estoy atrapado.. No lo estoy. — solloza.

— ¿Atrapado, Harry? ¿De que hablas? Es solo trabajo, mercadotecnia para poder crecer. Lo hacen todos los artistas...

— Tu no quieres verme Gemma. No quieres escucharme... No quisiste ver lo que me hicieron. Y yo estaba tan resignado, creyendo que algo estaba mal conmigo, muriendo un poquito cada día para complacerte a ti, a la disquera... A toda la prensa. ¡No más, Gemma! Si no... Si no es definitivo, si aún puedo no tenerlo entonces no lo quiero. Haz lo que tengas que hacer, no importa si nos demandan, pero no quiero firmar con ellos.

— Hazz...

— Es una orden, Gemma. Tu eres mi representante, hazlo o dejaré de hacer música. No habrá más Harry Styles, para nadie.

— Harry, no puedes hacer eso. Amas hacer tu música. Intenta calmarte. Lo hablaremos cuando estés más tranquilo. — más lágrimas caen.

— ¿Te incómoda? ¿No puedes ver lo que me han hecho tus grandes planes de mercadotecnia? — sus mejillas se han pintado de rojo por el llanto. — Eres mi hermana mayor, Gems. Se supone que tienes que consolarme cuando estoy mal... No provocarlo.

— Harry, estoy un poco perdida aquí. ¿Es esto por ese chico de la playa? Creí que ya lo habíamos resuelto.

— ¡Louis! Su nombre es Louis, Gemma. ¿Porque no puedes verlo? — Harry se deja caer sobre el sofá. Sus piernas ya no dan para más. — Y si lo conozco. ¡No es alguien con quien solo me saque una foto en Malibu, no es quien me has hecho decir que es! Ese chico tiene los labios más dulces que he probado, el tipo de risa que opaca todas los problemas — Gemma le mira, atónita, y eso solo aumenta su cinismo. — y el único par de ojos que quiero ver cuando me esta follando.

— ¡Harry!

— Lo amo. Estoy enamorado de él, Gemma. — cierra los ojos, y finalmente, lo dice. — Soy gay.

Y entonces, el llanto se detiene.

No sabe cuantos minutos transcurren. No hasta que Gemma deja de mirarlo y se sienta junto a él. Toca su hombro, casi con temor.

— Harry... — ya no hay más reclamo en su voz, ni ese tono profesional que tanto ha usado. Es solo ella, Gemma, su hermana.

El levanta la vista, ya con los ojos hinchados y adoloridos. Pero ella acaricia su mejilla y deja un besito sobre su frente.

— Está bien. — es todo lo que dice. — Te quiero, hermanito.

Harry se lanza sobre ella, abrazándola con fuerza. El teléfono suena de nuevo sobre la mesa, pero Gemma únicamente le silencia.

— Lo arreglaremos. Vas a estar bien, lo prometo. — ella sigue besando su frente.

Entonces Niall sale. Aún con las cajas de pizza sobre su brazo. Se le nota incómodo pero en sus ojos permanece un tinte de orgullo.

— Hola Gemma. Harry... Tal vez quieras ver esto. — le tiende su teléfono con un artículo en pantalla. Habla sobre la gran presentación que tendrá lugar en la Universidad de Londres. Y uno de los principales ponentes : Louis Tomlinson.

Una sonrisa se dibuja en su rostro al leer el impacto del artículo de Louis, y de lo emocionados que se encuentran por la ponencia del periodista. Se embelesa al notar la fotografía que han incluido de el, y muerde su labio intentando contener la emoción que le genera saber que ha logrado completar su artículo.

La pelinegra acaricia su hombro y Harry debe dejar de observar la foto.

— Viéndolo bien... Él es lindo. — le sonríe, Harry asiente con emoción. Pasa sus dedos por la pantalla intentando recordar como se siente su piel — Bueno, creo que eso facilita las cosas entonces.

— ¿Uh?

— Tienes el lugar, la fecha y la hora exacta en donde va a estar, cariño.

Harry no entiende, busca a Niall con la mirada pero su amigo solo sonríe en complicidad.

— Manos a la obra, entonces. Tenemos trabajo que hacer.

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¡Dos capítulos para el final!

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