El eco de los gritos que resuenan por todo el auditorio al cantar esa última nota logra erizar su piel.

Siente la garganta seca y gotas de sudor descendiendo por su frente. Nada de eso importa.
Deja el micrófono sobre su base y baja la cabeza en busca de una gran bocanada de aire antes de sonreír nuevamente y despedirse del público.

Es entre coros que gritan su nombre que le convencen de cantar una más. Un par de miradas y su banda comienza a tocar mientras el juego de luces cubre todo el escenario.

Baila sin siquiera pensarlo y la letra de su canción sale de forma más natural que cualquier otra palabra.

Las risas, los coros a gritos en asintonia con los bailes que se esconden entre brincos para verlo un poco más cerca.

En el coro dirige el micrófono para que las voces resuenen y aprovecha para beber un poco de agua. Le miran expectante, saben lo que viene.

Ríe divertido sin dar el trago completo, y deja caer su cuerpo hacia atrás escupiendo el agua en aquel gesto que tanto revuelo ocasiona.

Los gritos se intensifican y el vuelve a cantar.

Hasta que las luces se apagan y no hay más sonido que retumbe en los oídos. Llegan más y más gritos cargados de palabras amorosas y Harry infla su pecho de orgullo mientras baja por las pequeñas escaleras.

Su hermana le recibe con una enorme sonrisa. Mantiene el auricular en su oído y no suelta la pequeña tableta que con tanto recelo cuida bajo su brazo.

No es hasta que Gemma truena los dedos y un par de miembros del staff ponen una cálida bata de seda sobre el que finalmente siente el dolor en las piernas y la garganta cansada.

" Es como si estar allá arriba me diese vida " piensa con una sonrisa.

— Tu das más de lo que deberías, cariño — dice ligeramente divertida sin borrar un tinte de preocupación en su mirada.

Alguien más le tiende un poco de agua que acepta con alivio.

— Una canción extra es lo menos que puedo hacer Gemma. Muchos de ellos vienen de tan lejos que no suena justo estar aquí solo un par de horas.

Su hermana ríe sin saber si debería de tomar alguna acción como representante.

— Bueno, podrás estar aquí un poco más de un par de horas, Harry. Has agotado las entradas y ahora eso... Eso sí que ha llamado la atención de Simon. Justo me ha escrito a mitad de tu show.

— ¿Simon....?— pregunta un poco confundido, intentando recordar alguna conversación previa que seguramente tuvieron.

— Simon Cowell, idiota. El director de Sony Music. ¡Quieren darte un contrato con su disquera!

— ¿Y queremos eso? — dice aun sin recordar.

— ¡Si! Es lo que necesitas para tener mayor alcance, Hazz. Confía en mi. Arreglaré un par de detalles para verlo en la semana. Tu date una ducha y abrígate antes de irnos, esta frío afuera y no quiero que te enfermes.

El asiente.

Da las gracias al equipo de trabajo y se prepara para salir en su camerino.

— Excelente espectáculo Harry — enciende la luz dando un brinco ante la repentina voz — Ya eres tendencia en Twitter, otra vez.

— ¡Por todos los cielos, Niall! No me asustes así, cabrón — suelta un suspiro antes de ver a su rubio amigo descansando sobre el sillón del cuarto y suelta una carcajada — ¿cuando llegaste?

— Poco después de que empezarás el show — se endereza poniéndose de pie — Gemma me ha dicho que pasarían un poco más de tiempo en California, pensé que te vendría bien la compañía.

Sonríe.

— Claro que el clima perfecto, el océano de las playas y tu casa vacacional no tuvieron nada que ver en mi decisión de venir a pasar el tiempo juntos.

— Idiota, me alegra verte aquí. Todo este asunto con Simon, como Gemma lo maneja... Me tiene un poco preocupado. Será bueno tener una segunda opinión de alguien del medio.

— Vistete, y podrás contarme todo sobre eso con unos cócteles en el bar de tu casa.

— Vodka será

Se ríen un poco más antes de que Harry se aliste.

Pero la salida del auditorio no resultó tan sencilla como esperaban. Una horda de paparazzis se acumulo persiguiendolos en su camino al auto.

Siendo empujado entre el equipo de seguridad, con Niall jalandolo de la camisa y Gemma respondiendo un sobrio «sin comentarios» de repente su vida ya no parece tan divertida.

Un flash le ciega por la cercanía. Y en ese momento desea poder estar en el escenario de nuevo.