♡⃞ 🎀 ── O3: home ֶָ֢֪
Estoy a nada de exigirle a mi jefe que me suba el sueldo, se los juro.
Hoy, una niñita tiró "accidentalmente" su malteada, bien, hasta ahora todo estaba normal, limpie todo y le serví una nueva malteada y a los pocos segundos ¡volvió a tirarla! El cocinero se enfadó ya que habían desperdiciado su "arte".
Después de eso, un señor de unos cuarenta años más o menos me llamó para ordenar, quería una comida simple, pero literalmente simple, cambió completamente los platillos, pedía una cosa pero también pedía que le quitara ciertos ingredientes, estuve como dos horas discutiendo con él sobre qué no podía cambiar la receta del chef y al final, no pidió nada, ni siquiera me dejó propina por soportar sus caprichos.
Y para finalizar, un grupo de unas tres mujeres se adentraron al restaurante, se podía apreciar a kilómetros cuanto dinero poseían al igual que el tremendo orgullo y narcisismo que las acompañaba. Comenzaron a criticar todo del restaurante, que las mesas eran muy cuadradas, que el rojo que cubría los manteles era demasiado oscuro, la silla era muy grande, también dijeron que el menú era pequeño y que habían visto y probado cosas mejores en uno de sus viajes a Europa.
Al menos si pagaron lo que ordenaron y, a pesar de estarlo criticando también, se lo comían como si no hubiera un mañana.
- ¿Estresado? - Hyunjin llegó conmigo a una sala que los meseros teníamos para descansar, comer u otras cosas.
- Un poco - sonreí sobandome el cuello.
Estábamos sentados en unas muy largas bancas apoyando nuestras espaldas contra el frío muro.
- ¿Por qué no llamas a tu novio? dicen que los cariños hacen que el estrés se quite - sonrió de una forma pícara.
- En primera no tengo novio, en segunda soy hetero - respondí con el ánimo por los suelos, solo quería tirarme en la cama a dormir y no despertar dentro de los próximos diez años.
- Siy hitiri - contestó con una malísima imitación de mi voz - según mi antigua experiencia como heterosexual, los hombres heteros no andan por ahí hablando de un chico que apenas conocen con tanto cariño.
Mi cansado cerebro trató de procesar sus palabras y descubrir a que chico se refería - oh, te refieres a Minho - hablé cuando recordé lo que le había platicado a Hyunjin sobre él - es un chico adorable, no hablo de él con cariño, es solo que se me hace demasiado lindo - sonreí al recordar su bonito rostro.
- Siy hitiri.
Tras eso, sólo atiné a lanzarle un trapo húmedo en el rostro, ese trapo me había servido para limpiar mesas y uno que otro inodoro.
꒰🎀꒱
El frío de la noche caía justo en mi cuerpo haciendo que por inercia me abrace a mi mismo para darme un poco de calor. Mis horas de trabajo habían finalizado, ahora solo quedaba hacer un deber de la universidad y, si lo terminaba pronto dormiría por lo menos seis o cinco horas, estaba bien para mí.
Caminé a un paso apresurado hasta la parada del autobús, me senté en una banca de metal y esperé a que el vehículo público se dignara en aparecer.
Un estornudo me sacó de mis pensamientos, no me había fijado de que alguien más estaba a mi lado.
- Salud.
- Gra- ¿Chris?
Pero si era Minho, que coincidencia - oh, Minho, no me había fijado de qué eras tú - me deslicé sobre la fría banca metálica para quedar un poco más cerca de él - nunca te había visto por aquí considerando mis dos años de trabajo en el restaurante.
Él tenía un mochila que se veía llena en sus piernas, unos pantalones de mezclilla rasgados, una gran camiseta blanca con mangas largas y unos tenis negros, de nuevo confirmo lo que le dije a Hyunjin, este chico es muy lindo. En sus manos traía algo como un folleto, no lo alcancé a ver por la poca iluminación.
- Estoy... estoy buscando un departamento, muchas personas me recomendaron varios lugares pero todos estaban ocupados o ya tenían gente que si les podían pagar completo - apoyó su mentón en su mochila.
- ¿Y tu antiguo hogar?
- Vivía con mis padres, pero ellos dicen que tengo la edad suficiente para vivir solo y me sacaron casi a patadas de mi casa - comentó de lo más tranquilo y una divertida y pequeña sonrisa en su rostro.
- Y pensar que yo le insistí a mi madre sobre que me dejara vivir solo - respondí más para mí que para él. Minho soltó una suave risa ante mi comentario para después, levantar su mentón de la mochila y mirarme.
- Este es el último lugar que me queda por ver - me tendió su folleto.
Lo tomé y, con algo de dificultad por la poca luz, comencé a leerlo.
- Minho, esto es justo al lado de mi casa - de pronto Minho se vió muy feliz y esperanzado - pero justo hoy en la mañana ví como un camión de mudanza comenzaba a bajar muebles y esas cosas en esa misma casa - la información le cayó como balde de agua fría borrando de inmediato su sonrisa.
- Creo que dormiré en la calle de nuevo - puchereó.
Esperen ¿dijo de nuevo?
- ¿Cómo que de nuevo? ¿no puedes simplemente ir a tu casa y decirle a tu mamá que no pudiste encontrar un hogar hoy?
Se mordió el labio inferior y dirigió su vista a sus tenis - M-mis padres se fueron a visitar a mis abuelos, cerraron la casa y no me dejaron una copia de la llave, si rompo algo para entrar me matan - comenzó a mover sus piernas con inquietud.
¿Qué clase de padres eran los de Minho? dejaban a su hijo solo por las calles importandoles poco si conseguía un lugar con techo para dormir.
El pobre se veía triste y cansado, tenía algunas ojeras, su nariz se veía algo rojiza, de seguro por el frío, sus labios se veían algo resecos aunque no perdieron su tono rosadito.
No me gustaba verlo así, tampoco me agradaba la idea de que durmiera solo en la calle, cualquiera podría robar sus cosas o herirlo.
- Mi casa tiene dos habitaciones, un baño, una cocina, un comedor, una sala de estar bastante grande y un patio, casi no estoy por la universidad y el trabajo, tiene agua, luz y todo lo necesario para vivir cómodamente, es bastante espaciosa para solo una persona ¿te interesa? - las palabras simplemente salieron de mi boca, fué lo único que se me ocurrió.
Él me miró con sus cansados ojos bien abiertos, sus labios se abrían y cerraban, imagino que quiere decir algo pero algo no lo deja hablar, ese algo no estoy seguro de si sería la emoción de poder dormir bajo techo o de la confusión de mis palabras.
- Y-yo... ¿cuánto me cobrarías?
- Eso lo veremos después, si no eres de esos que gastan luz y agua excesivamente incluso podría darte alojamiento gratis - sonreí.
- Chris... pero... a-aunque sea déjame pagarte algo, la comida, la luz, algo - sus ojos se veían algo cristalinos.
Y de repente me atacaron unas ganas de abrazarlo y secar esas lágrimas con mis pulgares. Concéntrate Christopher, heterosexual, heterosexual.
- Ya te dije, lo veremos después, ahora solo preocupate en pensar que hoy dormirás bajo unas suaves sábanas.
Dicho eso, Minho dejó caer su mochila y me abrazó el torso quedando su cabeza en mi hombro, podía escuchar sus sollozos y miles de agradecimientos a la perfección ya que estaba muy cerca de mí oreja.
Al principio me sorprendí por el repentino abrazo pero al salir de mi trance, le acaricié su esponjoso cabello mientras él seguía llorando y agradeciendo.
Logré hacer que se calmara justo a tiempo ya que el vehículo que nos llevaría estaba llegando, Minho no paró de decirme cuanto me lo agradecía todo el camino y yo, simplemente le dije que no tiene nada que agradecer.
Tal vez una compañía en casa sería lindo.
ִֶָ
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