39.
La cosa de estar en una isla de ensueño, es que despiertas tal y como en un cuento.
Sin entrenamientos pesados o algun malo que atrapar antes de ir a trabajar
El sol comienza a calar los ojos de Barry, ocasionando que se de la vuelta, chocando con un cuerpo cálido; aun con los ojos cerrados sonríe y se abraza a el. Oliver envuelve sus dedos en los mechones castaños.
El forense abre sus ojos. La mirada verde se combina con unos orbes azules. Y ambos sonríen.
- Creo que podria despertar así todos los días
Oliver deja un beso en la frente de Barry.
A pesar de sus pocas, casi nulas, palabras, le forense entendía cada uno de sus gestos o miradas.
Solo un parte de lo que lo hace tan especial, piensa el mayor
- ¿Vamos a ir a la playa hoy? - pregunta Barry
- ¿Porque otra cosa estariamos aqui? - sonríe, y tras una sesion mañanera de besos se disponen a salir a la costa.
Sinceramente, era un lugar muy bonito.
La arena blanquecina, y el agua turquesa. Las olas reventando contras las rocas, y un ambiente cálido que pasea un fresco viento.
Parecía ser una de esas islas, que son extensiones de otras. Por tanto, la gente casi no se veia.
Exactamente lo que necesitaba.
Barry sonríe. Oliver no tenia que hacer algo asi para nada, sin embargo ahi estaban; y eso no hacía más que aumentar una sensación calida en su pecho.
Ve a Oliver jugando en la costa. Sonrie aun más. Y esa felicidad llega a sus ojos.
- ¡Barry! - le llama, entonces el deja la toalla sobre el camastro colgante, y corriendo a velocidad humana llega con el.
Sus manos se dirigen a su cadera, a esa cicatriz que cubre casi toda su espalda baja, y pasea sus manos sobre ella.
La poca gente que le ve sin camisa en este lugar, le ve con un disimulo que no pasa desapercibido.
Pero ellos no lo conocen, no saben de la historia tras ellas, y las veces que su vida fue arriegada por la de alguien más, dando como resultado esa marca en su piel.
Pero Barry si.
Y hacer algo más que amarlas, seria completamente imposible.
Oliver le toma por las mejillas besadondole con lentitud, con cierto sabor salado de por medio, el castaño le abraza juntandose aun más con el trabajado cuerpo y sintiendo la corriente marina bajo sus rodillas.
Es ahí cuando Oliver le toma por la cintura, girando su cuerpo y sosteniendole sobre el cuello.
- ¡Ollie! ¡Oliver! - comienza a gritar, envueltos en carcajadas. El arquero da vueltas, con el cuerpo del castaño sobre sus hombros. - ¡Me mareo!
Entre risas y gritos juguetones, Oliver se deja caer al agua. Un splash se escucha, y ambos heroes estan apoyados de espaldas sobre la arena.
El cabello de Barry escurre sobre su frente, cubriendo de a partes sus ojos.
- Oh, no hiciste eso - se ríe, con un movimiento de mano le hecha agua a la cara
- ¡Barry!
///
Tras un dia lleno de juegos, risas y charlas triviales con demasiada agua de por medio, el atardecer comienza a asomarse entre las nubes, y la corriente aumenta reventando con mas firmeza las olas.
- Se siente tan bien estar cansado sin haber puesto la vida en peligro - se rie Barry, elevando la voz para ser escuchado. Deja caer hacia atras su cabeza y se estira dentro del camastro.
- Si quieres puedes decirlo un poco más alto amor, creo que no te escucharon en Lian Yu - se burla Oliver, acercandose con la bandeja de comida.
Al llegar con él, el rubio deja los platos sobre la mesita. Y entreabre los labios antes de hablar. Mira a sus costados, ni una persona en la costa.
- Tu, estas... ¿acaso me estas provocando? - dice al ver las piernas abiertas de Barry, la cara del velocista se tiñe de rojo e inmediatamente cambia su pocision.
Suelta una risa nerviosa, Oliver niega divertido dando pasos cortos hacia el.
- Ah no - le dedica una sonrisa que oculta picardía, y se inclina sobre su cuerpo tambaleando el camastro.
Sus respiraciones se mezclan, con las frentes juntas, Barry lame su labio inferior en un gesto natural, y ese ambiente de se lo que esta por pasar se forma.
Sus miradas se pierden una en la otra justo antes de que Oliver comience a dejar un camino de mordidas por su cuello. El castaño deja esapar un par de suspiros, mientras sus manos recorren la marcada espalda de su pareja, para después jugar con el elastico del traje de baño.
El arquero gruñe en cuanto la mano de Barry se adentra en el bañador.
- Bear - advierte en un jadeo, no queriendo que termine tan pronto, el meta sonrie, besando su cuello. Barry se coloca sobre su pareja, haciendo sutiles movimientos circulares, sin más que la humeda y fina tela del traje de baño separandoles. - Tu definitivamente estas provocandome
Besa sus labios y Oliver reparte caricias por el cuerpo ya memorizado. La figura esbelta, piernas largas y piel suave. Todos esos lunares, cada detalle.
Queen lo recordaba a la perfección, sin embargo siempre estaban esas ansias de tener más, como si temiese olvidar.
Las únicas prendas que llevan terminan por sobrar y son abandonadas en la arena. Finos puntos de ella descansan sobre la piel de ambos, y una capa de sudor se pierde en las gotas del mar que aun mantenían.
Con un agarre firme en sus caderas, Barry alinea su entrada al plapitante y erecto miembro de su novio, sus labios no se separan y las caricias para nada inocentes no faltan.
Los pajaros cantan en su camino a casa, las olas revientan y el sol se oculta. Y los jadeos de ambos héroes acompañados de los murmuros de sus nombres adornan la costa vacía, al momento en que se unen, una vez más.
Un segundo asalto les envuelve en la bañera después de haber cenado, y un tercero llega cuando estan en su habitación.
Sería mentira si dijese que el sexo no resulta indispensable en su relación. Pero es mucho más que eso.
Son las veces después de casi morir, los encuentros después de un largo tiempo sin verse, aquel después de una discusión, esos ataques de lujuria, y otros tantos llenos de sentimentalismo.
Y esa vez, fue diferente a otras.
Porque viendolo descansar sobre su pecho desnudo, envuelto en sus brazos. Ya no existe ninguna duda.
Con Barry podía tener todo.
Desde esos días que a simple vista parecian improductivos hasta el hecho confiarle su vida.
Cada sentimiento, cada acción jamas careceria de un significado.
Barry parecia darle sentido a su vida. Le acompañaba en ella, siempre lo habia hecho.
Deja un suave beso en su frente, cuidando de no despertar al menor, y toma su teléfono.
- ¿Oliver? ¿donde se supone que estas? Felicity esta paranoica - escucha a traves del aparato.
- Diggle, te explicaré luego. Pero necesito que me lo envíes. Ya.
- Entendido
Porque aunque no siempre lo dice, con Barry Allen. El amor lo tiene de sobra.
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