𓈜 ✰ֹ ⸒ chapter II

Felix veía como aquel carruaje en el que iba su padre, se alejaba. Se sentía triste de estar lejos de su padre; pero por otro lado, se sentía tranquilo sabiendo que ya no estaría cerca de su mal hermano y que el príncipe de Sydney sea bueno con él.

El omega siente una mano posarse en su hombro; al voltear, nota que Chan le mira mientras le sonríe cálidamente, aquel gesto reconforta un poco al omega y Felix le devuelve la sonrisa al alfa.

— ¡Vayamos a cenar, hemos preparado un banquete por tu llegada! — exclama el rey de Sydney sonriente

El rubio sonrió agradecido por la atención que los reyes de Sydney le estaban dando, se sentía bien de por fin estar en un lugar donde le trataban bien.

La cena paso tranquila mientras Felix contaba algunas anécdotas de su infancia; claro, omitiendo el maltrato por parte de su hermano. Los reyes Bang también contaban una que otra anécdota, sobre todo contando cosas de Chan, dejando al alfa avergonzado.

Los reyes y los dos príncipes iban hacia donde eran las habitaciones de la familia real. El omega se sentía un poco nervioso, pues no sabía dónde dormiría aquella noche.

— Supongo que te sentirás incomodo durmiendo con Chan — habla la reina de Sydney — Sabemos que apenas se conocen y sería extraño — sonrío.

— Por eso hemos decidido darte tu propia habitación por ahora — dice el rey.

— Muchas gracias... — susurra el omega, sonriéndole a ambos reyes.

Ambos reyes se fueron, dejando a los príncipes solos en la entrada de la alcoba del omega. El alfa sonrió tímidamente al omega, quien también le sonreía con timidez al alfa.

— Cualquier cosa que necesites puedes decirme — dice el alfa.

— Gracias por su amabilidad — le dice Felix — Buenas noches — se despidió el omega adentrándose a su habitación rápidamente.

El alfa solo se encogió de hombros y se dirigió a su habitación, que estaba a un lado de la de sus padres y en frente de la de Felix. Antes de que pudiera entrar, la voz de su padre le interrumpe.

— Chan — le llama el rey y el menor voltea.

— ¿Qué sucede, papá? — cuestiona el príncipe de Sydney.

— Necesitaba entregarte esto en privado — el rey le entrega a su hijo una caja pequeña, muy bien decorada.

— ¿Qué es... — el príncipe se interrumpe a sí mismo cuando abre la caja y ve lo que hay dentro.

Dentro de la caja había un anillo. Este era de oro con un pequeño diamante incrustado; podría parecer simple, pero era sorprendentemente hermoso.

— Sé que te estamos forzando a casarte con el príncipe de Seúl... — El rey empezó a hablar — Pero tu madre y yo decidimos que cuando tú estés listo, se lo propondrás.

— ¿Y si no se lo entrego nunca? — cuestiona el príncipe.

— Te damos 2 meses como máximo para que se lo pidas — dice con seriedad el rey.

El príncipe suspira y asiente a su padre para después entrar a su habitación, dispuesto a descansar. Antes de dormirse, agarró aquella caja con el anillo dentro y la abrió. No amaba a ese omega, pero tampoco lo odiaba; debía admitir que era lindo y tierno, además de que el aroma a algodón de azúcar que desprendía el omega le agradaba. Primero quería conocer bien a aquel omega antes de entregarle el anillo.

Ya había amanecido y Felix estaba un poco nervioso, iría a desayunar con los reyes y el príncipe de Sydney. La noche anterior había visto que ellos eran muy amables, pero igual le daba un poco de nervios el estar allí.

La puerta de su habitación es tocada, y el omega rubio le da permiso a la persona del otro lado de la puerta de entrar. Una omega asoma la cabeza un poco tímida.

— Su majestad, la reina me a enviado para confirmar si usted ira a desayunar con los Reyes — la omega dice con voz baja.

— Oh, dile a la reina que si iré — dice un poco avergonzado el omega al pensar que se ha tardado mucho.

— También me ha mandado como su cuidadora por un tiempo. Supongo que no conoce el castillo — la omega dijo.

— N-No ¿Tú me guiarás? — cuestiona el príncipe y la omega asiente.

— Mi nombre es Park JiHyo; cualquier cosa que necesite, me puede decir — sonrió aquella chica.

— Gracias — le responde el rubio a ella.

La chica salió de la habitación dejando que el rubio pueda cambiarse de ropa cómodamente. Cuando Felix estuvo listo, salió de la habitación; siendo guiado al comedor por aquella que sería su cuidadora durante su tiempo como príncipe.

La gran puerta que daba al comedor es abierta, dejando ver a los Bang en la mesa, quienes estaban claramente esperando por la presencia del omega rubio, quien se inclinó al estar cerca de la mesa.

— Siento mucho la tardanza — dice el omega mordiendo su labio inferior.

— No es nada, ven aquí — la reina le dice sonriente.

El rubio sonrió y se sienta a un lado de el alfa azabache. El desayuno estaba a punto de empezar tranquilamente, pero repentinamente la puerta del comedor es abierta y un joven alfa enfadado se puede ver entrando.

Todos los allí presenten voltean a ver de quién se trata, pero el rubio no sabía quién era aquel alfa, por lo que se asustó un poco.

La vista de aquel alfa se posa inmediatamente en aquel rubio omega que estaba asustado y se acerca peligrosamente a él.

— Así que si era cierto... — susurra el desconocido agarrando la barbilla del rubio para que le viera fijamente.

— ¡Jeongin! ¡¿Qué crees que haces?! — la reina exclama acercándose al alfa.

— ¡¿Comprometiste a Chan?! — pregunta con enfado el alfa.

— ¡Si! Y es algo que no debería importarte — el rey de Sydney le reclama.

— ¡Pero, papá! No le pueden hacer eso a mi hermano — reclama el alfa — aunque debo admitir que el omega es lindo — dice mientras se acerca nuevamente al rubio, quien se encontraba aturdido debido al comportamiento de aquel alfa.

Un gruñido suena por todo el comedor, por lo que todos voltearon a ver a Chan, quien se encontraba sorprendido por su propio comportamiento y por tener aquel impulso de alejar a su hermano de aquel que sería su omega.

¿a qué creen que vino ese gruñido? btw, la personalidad de Jeongin en esta fic es muy extrovertida djskh

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