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Pasaron varios meses y muchos cambios sucedieron en Naverya. El Príncipe WonWoo hizo del palacio su residencia permanente ayudando al Rey Supremo en los asuntos del reino.

Fueron ejecutados cuatros hombres del Harén, incluido Park JiMin. Los hombres restantes del Harén recibieron casas en tierras pertenecientes a la familia Jeon.

Ninguno de ellos residía dentro del área del palacio, excepto HoSeok quién permaneció al lado del Rey Supremo asumiendo la posición de Chambelán Real cuando el anterior ocupante del cargo falleció. Una tarea muy adecuada para el diplomático HoSeok.

JungKook deseó ir con SeokJin innumerables veces, pero entendió que él necesitaba tiempo para curarse. Rezó para que SeokJin volviera a él cuando superase la pérdida de su hijo. Esperó pacientemente. Manteniendo contacto con MinSeok, quién le enviaba frecuentes informes acerca de los progresos de SeokJin

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—Cuando regresarás con él, SeokJin.

—No lo sé, MinSeok.

—¿No lo extrañas? —preguntó inocentemente MinSeok.

SeokJin lo miró —¡Maldición! ¡Sabes muy bien que sí!

—Entonces, ¿por qué todavía estamos aquí y no con el Rey Supremo?

—N-Necesito tiempo.

—Tonterías, SeokJin. Ahora puedes volver con él. Si demoras más tiempo, puede que encuentre a otra persona, alguien que se preocupe por él y no lo abandone.

—¡Sabes por qué me fui! —exclamó SeokJin acusadoramente.

—Sí, lo sé. También sé que ahora es seguro para ti regresar. Él también te echa de menos, lo sabes.

—Yo… —SeokJin miró a MinSeok, sus emociones a flor de piel—.¿En verdad, MinSeok? ¿Puedo estar con él, otra vez?

—Si, SeokJin. Está bien ahora.

—Oh, Dios... —SeokJin intentó enjuagar las lágrimas que caían como ríos calientes por sus mejillas—. Mírame, llorando como una chica.

—Recuperaremos a tu hombre, ¿de acuerdo? —MinSeok le guiñó un ojo.

—Muy bien. MinSeok.

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—Su Majestad, llegó una carta de casa de los Kim.

—Entrégamela —JungKook abrió el sobre ansiosamente, reconociendo la letra de MinSeok.

—Lo dejaré, entonces.

—Gracias, HoSeok —respondió JungKook distraídamente mientras continuaba leyendo el contenido de la carta.

Su Majestad,

Mi Señor ha mejorado en estos últimos meses. Estuvo ocupado ayudando en los asuntos de la casa, entre otras cosas, desde que su padre enfermó. Él le agradece la suma de dinero que le ha enviado pero desea que le transmita que va a devolverle ese dinero en cuanto pueda. Le advertí que usted se opondría, pero conoce a Mi Señor, sigue tan terco como siempre.Ha vuelto a sonreír otra vez. Usted me pidió especialmente que le informara sobre esto y estoy feliz de hacerlo ahora. Él está sonriendo y es una visión muy hermosa. Le conté a él sobre lo sucedido en el palacio como me pidió y aunque Mi Señor no habló mucho, creo que está feliz, en especial al oír las noticias de que su Harén ya no reside en el palacio. No le he informado de la traición de Lord Park y de los otros Señores o de las medidas tomadas. Dejaré que Su Majestad le hable sobre el asunto si así lo desea.

Una última cuestión, Su Majestad, Mi Señor dice que le gustaría volver a verlo. Creo que esta noticia lo hará feliz, como a mí al transmitirla.

Su sirviente.

MinSeok.

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—Ha llegado, SeokJin.

—¿Quién llegó, MinSeok? —SeokJin levantó la mirada de los libros que examinaba.

—Su Alteza el Rey, él está aquí —dijo MinSeok animado.

—¿Qué quieres decir? ¿Está aquí? Cómo aquí… ¿en mi casa? ¿Él está aquí? —preguntaba SeokJin incrédulo.

—Sí, aquí. Está esperándolo en el salón, Señor.

SeokJin permaneció sentado mirando a MinSeok con los ojos muy abiertos. —¿Q-Qué debo hacer, MinSeok?

—Ve por él.

—Pero, ¿me veo bien? —preguntó SeokJin preocupado.

—¡Sólo tienes que ir por él, SeokJin!

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