♧ ; treinta y cinco

『♧』

Cuando pudo observar por completo a Yoongi fue que notó que tenía dos bolsos enormes cargados en sus hombros, ambos de color negro e inflados por ropa o cobijas. El alfa pálido estaba sonriendo al descifrar su mirada tan intensa y llena de una profunda curiosidad. Porque Seokjin parecía un niño curioso que había avistado algo que llamaba su atención.

Yoongi dejó los bolsos sobre la mesilla, soltando los cierres de ambos antes de sacar un par de mantas acolchadas de animal print. —Estuve hablando con mi hermana, Sujin, y me dijo que un omega en celo necesitaba cosas con olor que les gustara. Así que traje estas mantas... —Yoongi las observó por un segundo, claramente dudando de si había sobrepasado sus límites. No debía estar viendo la sonriente expresión de Seokjin—. Tienen mi aroma.

Seokjin se levantó para acercársele, quizás con cautela, antes de tomar las mantas entre sus brazos. Eran excesivamente suaves, calientes y repletas del aroma del alfa. Inhalarlas era una experiencia increíble, una que debilitaba su cuerpo y le hacía sentirse a gusto. Nadie había hecho algo así por él, generalmente sus nidos estaban hechos de su propia ropa.

Y ahí estaba Yoongi, tendiéndole algo propio y especial solo para él. Sonrió tras la tela, sus mejillas sonrojadas y ya no tenía idea de si se debía al celo o a los efectos que Min Yoongi lograba tener en él. Desde su cabello desordenado y más largo que cuando lo conoció, sus labios delineados por un suave color rosáceo y la firmeza con la que sus manos llegaba a sostenerlo. Todo en él lo llevaba a punto de quiebre, del cual no había retorno.

—Me encantan. Lucen como mantas que tú usarías, Yoonie —ladeó una sonrisa, el brillo en sus orbes siendo dirigido hacia el causante de toda alegría actual. Era reciproco, puesto que pronto el alfa también se halló sonriendo de oreja a oreja, mostrando sus encías que enternecían a quien lo viera.

—Soy muy sensible, me gusta que sean suaves —el alfa se apresuró a buscar nuevamente en su bolso, dejándolo tratando de observar qué tanto había en ellos. Supuso que las mantas ocuparon uno, y la ropa y demás ocuparían el otro. Pero del bolso lo que Yoongi sacó no era nada más y nada menos que una alpaca de peluche. Blanca, y demasiado linda—. Esto... es mi peluche favorito. Me lo dio mamá Seohee cuando era pequeño- ¡No te burles! Es especial, y quiero que lo tengas.

Pero su sonrisa, aquella que tenía sus ojos casi cerrados por completo, no era una sonrisa burlona. Lo enternecido que estaba podía más que cualquier cosa, tanto por el hecho de la vulnerabilidad de Yoongi como por ser considerado alguien especial para él. Por eso se lanzó a tomar el peluche con cariño y cuidado, atesorándolo en su pecho antes de jalar al alfa desde su cuello. Impactó sus labios en un beso firme y necesitado, grabando en estos el amor que podía sentir por un ser tan hermoso como lo era él.

Yoongi acarició sus muslos, dejando escapar un suspiro en medio de su beso antes de obligarlo a ser alzado por él. Con sus piernas estiradas a los lados de sus caderas, Seokjin se dejó llevar directo hacia el sofá, impactando su espalda al caer con Yoongi sobre él, las mantas, y el peluche. —¿Cómo se llama? —preguntó en un jadeo.

Yoongi lo observó con sus ojos entrecerrados y una ladina sonrisa decorando su perlada piel. —RJ, y no te burles, omega —se rió al acercarse a morder una de sus mejillas—. Espero que lo cuides.

—Lo trataré con gentileza —alzó a RJ hacia sus labios, depositando un beso en la felpa blanca bajo la atenta mirada del alfa.

—Hm, desearía poder decir lo mismo sobre ti —Yoongi se hundió a besar su cuello, complacido ante la caricia que recibió de sus manos al colarse bajo su camisa. La calidez que su cuerpo emanaba hacía juego con el calor de Seokjin, al igual que su fría lengua que hacía camino en la piel de su cuello lograba contrastar y hacerlo temblar ligeramente.

Yoongi mordisqueó su cuello, pasando posteriormente su lengua en tales lugares hasta sacarle un gemido a Seokjin, quien entre tanto disfrutaba de delinear el cuerpo ajeno. —Me encanta estar así contigo... —suspiró, alejándose antes de ver el enrojecimiento en su cuello, y no era solo por sus mordiscos. La zona empezaba a inflamarse ante la llegada del celo, pidiendo atención y una verdadera mordida. Era totalmente erótica aquella visión—. No he dejado de recordar nuestra noche en la playa. Jamás he sido tan feliz, Jinie.

—Yo menos. Te he necesitado tanto —mordió su labio, buscando doblar hacia él al alfa para poderlo besar. Tampoco podía dejar de pensar en lo que sería de Seohee si supiera del paradero de RJ. Era algo suyo, de él y de Yoongi, ahora. Su vena territorial no dejaba paso a más nada—. Quiero que marques con tu olor todo, todas mis cosas.

—¿Estás seguro? Taehyung... —Yoongi enarcó una ceja, aunque en realidad era incapaz de negarle algo. Menos si se lo pedía con su voz ronca y aquella expresión que alimentaba a su libido vertiginoso y necesitado de su omega en celo.

—Él no existe en este momento. Por favor... —antes de poder seguir hablando, un espasmo recorrió desde su espalda hasta su vientre, el calor haciéndolo casi sisear de dolor y molestia. Pero dejaba una sensación placentera, y podía sentirlo en la erección que empezaba a ajustarse en su pantalón—. Necesito hacer un nido.

Empujó a Yoongi, quien hizo un mohín al ver su momento interrumpido. Pero el omega no tenía atención para eso, estaba desesperado por el calor de un nido, y por eso tomó una de las mantas y a RJ antes de caminar hacia las escaleras que lo llevarían a su habitación. —Trae la otra manta, Yoongi.

Exasperado, el alfa pálido la tomó, no sin antes rodar sus ojos con una media sonrisa. Seokjin lograba enternecerlo de cierta manera, y por eso obedeció al colgarse la manta por los hombros y seguirlo rumbo a la segunda planta. No sin antes tomar el segundo bolso, donde su ropa con su olor residía y el omega sabría aprovecharla de la mejor manera.

Seguía siendo sumamente espacioso, con un amplio pasillo y unas tres habitaciones por cada lado, además de una al fondo. Una debía ser un despacho por la forma de la puerta, y la del fondo debía de ser un baño o un clóset enorme de esos que la gente rica tenía. Gastaban en tonterías, de eso estaba seguro, aunque por Seokjin él mismo gastaría cualquier cosa por darle sus gustos.

Seokjin entró a una de las habitaciones, y Yoongi pudo sentir tensarse. No quería estar con Seokjin en un ambiente donde pudo haber estado con su esposo, le parecía incorrecto de todas las maneras habidas y por haber. Pero Seokjin era perceptivo, y antes de que necesitara decírselo éste habló. —No siempre duermo con él. Así que suelo venir para acá. Es para las visitas, pero ya es mi segunda habitación honestamente.

Yoongi asintió, observando la decoración moderna y de tonos crema y marrones. Era acogedora, allí pasaría el celo de su omega, y pensarlo lo llenaba de emoción. —¿Entonces harás tu nido?

Seokjin mantenía una expresión adolorida, puesto que su vientre vibraba sin cesar en calores que se extendían a sus piernas hasta el punto que estaba agotado de caminar. —Síp. Es mi primera vez haciendo un nido con cosas de un alfa, así que tengo ansiedad.

¿Cómo no iba a detestar a Taehyung? Desde el hecho de que estuvo con su esposo, hasta el hecho de que había tenido a Seokjin a su lado solo para no valorarlo y hacerle daño una y otra vez. Era despreciable ante sus ojos, aunque sabía que al nivel de engaños no se hallaba muy atrás.

Solo se dedicó a sacar la ropa de su bolso después de haber lanzado la manta hacia la cama. La mayoría era ropa similar, camisas blancas y negras anchas, suéteres que solía usar, incluso calcetas de felpa que usaba para estar en casa. Fue lanzando cada una a la cama, y Seokjin no tardó en tomar una para llevársela a la nariz.

—Espero que no huelan mal, no las lavé por obvias razones —musitó con el rostro caliente, recibiendo una ligera risa por parte de Seokjin.

—Huelen a ti. Me gusta, y no sabes lo mucho que te agradezco el gesto —el omega se subió a la cama, cogiendo las cuatro almohadas que estaban acomodadas en la cama para darle forma a su nido. Eran blancas, y pronto fueron cubiertas por las mantas y toda camisa que Yoongi le estuviera pasando. Su expresión era plena, lo cual lo llenaba de seguridad.

Era todo un panorama verlo arreglar su nido, olisqueando las prendas antes de gemir con aprobación o bufar cuando algo no le gustaba. Removía una y otra vez todo hasta que se hallase en el estado que buscaba, partiendo a buscar más almohadas cuando las que tenía no eran suficientes.

Quería ayudarlo, pero sabía que los omegas eran algo recelosos con sus nidos tal como lo eran con sus cachorros. No quería importunar, así que se mantuvo sentado en la parte baja de la cama de tamaño king sin moverse después de haber vaciado su bolso.

Tras lo que pareció media hora, el nido de Seokjin estaba listo. El omega se adentró a este, sentándose con sus mejillas encendidas y rodeando su cuerpo con las camisas restantes. Podía ver que RJ reposaba en sus manos, firmemente sostenido.

Le alegraba verlo cómodo, relajándose en la mezcla de aromas. Podía sentir como el olor cítrico de Seokjin se acentuaba, tornándose demasiado intenso y fuerte como para pasar desapercibido. No estaba hecho de piedra, su boca reseca demostraba lo mucho que su alfa empezaba a alborotarse al saber que un omega en celo estaba allí para él. Y no cualquier omega, sino aquel que su alfa ansiaba.

Gateó hasta donde el nido se hallaba, midiendo las distancias para entrar. Pero fue recibido por un gruñido profundo por parte del omega. —¿Qué haces? —la voz de Seokjin estaba ronca por el desuso, sus manos resguardadas por el suéter que tenía puesto.

—¿Entrar? —se rascón la cabeza, una ceja siendo enarcada hacia el contrario. Seokjin no se veía contento con su respuesta, puesto que un nuevo gruñido se hizo presente.

Mi nido. Haz el tuyo.

Yoongi formó un mohín en sus labios, frunciendo el ceño antes de sentarse frente al nido. Se veía cómodo, y no lograba comprender por qué el omega se negaba a dejarlo entrar con él para aparearse. ¿No era lo que quería?

Pero Seokjin siguió acomodándose él solo, sonriendo cuando pareció encontrar la mejor posición para atenuar sus dolores de vientres.

—Ah, está bien. Pero cuando mi nido sea mejor que el tuyo no quiero que vengas a pedirme que te deje entrar —Yoongi asintió, su vena competitiva saliendo a relucir. Siempre, desde pequeño, había tenido una fijación en ganar en lo que fuera. Incluso en las cosas más tontas y triviales.

Se dirigió al clóset de Seokjin, abriéndolo bajo la atenta y aguda mirada de éste. No tenía mucha ropa allí, pero sí habían unas batas sedosas, unas de baño y algunos suéteres y pijamas colgados. Lo tomó todo, uno tras de otro, hasta llevarlos a la cama y empezar a meditar cómo armarla un nido sin almohadas. Y sin esa conducta estar en su naturaleza, cabía destacar.

Pero lo intentó. Dobló la ropa de tal forma en que pudiera mantenerse estable, sin éxito alguno cuando todo terminaba cayéndose tal como si no hubiera hecho nada en primer lugar. Seokjin estaba riéndose desde su nido, logrando que Yoongi chasqueara la lengua antes de girarse y acercarse a éste de nuevo.

—Jinie... ¿Puedo pasar? —balbuceó con sus mejillas hinchadas, apoyando la barbilla sobre el nido.

Seokjin lo observó por un momento, ladrando la cabeza como un cachorro antes de terminar rodando los ojos y asentir. Parecía exasperado, pero también conmovido de igual forma. —Está bien, pero si mueves o dañas algo te saco.

No necesitó que se lo dijera otra vez, ya que en pocos segundos Yoongi se halló dentro del nido y acomodándose al lado de Seokjin. Si dañó algo, éste no lo mencionó. Le permitió al alfa buscar su cuello, hundiendo su nariz en el aroma tan fuerte que desprendía. Cualquiera que estuviera cerca de la casa podría darse cuenta de que había un omega en celo, y él se sentía afortunado de poder estar con él.

『♧』

Para Jimin, tener un embarazo no estaba siendo como se lo había esperado.

Si bien estaba lleno de cosas espantosas que continuaban siendo su tortura diaria, la idea de tener a un pequeño ser humano creciendo en su interior lograba sacarle una sonrisa. Ese bebé era suyo, sería su pequeño cachorro, y el hecho de que desde joven hubiese odiado la idea de gestar lo hacía todo aún más irónico y gracioso.

No había hablado con su madre. Taehyung le había prohibido hacerlo demasiado público. Pero sabía que ella estaría feliz de ser abuela, de ver crecer a un nuevo integrante de su muy pequeña familia. Siempre habían estado ambos solos, y el ser dos omegas lo complicaba en demasía. Pero ella era una mujer fuerte, y Jimin intentaba serlo también. Realmente lo hacía.

Pero era jodidamente difícil cuando su situación no era la mejor. No solo estaba separándose de su ex esposo, sino que estaba esperando un hijo de un alfa casado. Uno que no parecía progresar en sus planes de separarse de su esposo e iniciar una vida a su lado.

Le humillaba pensar que a pesar de ser una persona resguardada y desconfiada, había caído redondo a los engaños de Taehyung. Sus promesas eran vacías, y debía quitarse la venda y aceptarlo.

Por eso estaba allí de pie en la oficina improvisada de su casa, terminando de imprimir las últimas cosas. La carpeta en sus manos no era muy extensa, solo tenía lo más importante o necesario. Chats, la firma de Taehyung al pagar el primer ultrasonido, y un largo etcétera que comprimía su relación con Kim Taehyung.

Si él no planeaba decirle a su esposo la verdad a pesar de todo, él mismo lo haría. No le importaban los mensajes del Señor Kim advirtiéndole, ni sobre las malas misteriosas de su pareja. Su hijo no nacería en medio de aquella disputa, y si abrirle los ojos al esposo de Taehyung era la manera, pues que lo fuese.

Estaba orgulloso de la sangre tan fría que lograba poseer en esos momentos, puesto que al asegurar la carpeta en una gaveta del escritorio, salió hacia la sala donde Taehyung se hallaba sentado frente al televisor con su teléfono en mano. Al verlo acercarse elevó la mirada, su cabello oscuro cubriendo sus ojos antes de que se para una mano por este. Sus ojos estaban turbulentos, de una manera que últimamente persistía y acababa con la picardía que alguna vez tuvo su relación.

—No has comido nada —masculló Taehyung, apagando el televisor que solo servía para crear ruidos innecesarios. La cabeza de Jimin se lo agradecía—. De nada vale tener reposo si no te alimentas bien.

—Desayuné en el hospital, y en este momento no tengo hambre —rodó los ojos antes de acercarse al sofá—. ¿Con quién hablabas?

—¿Pues con quién más? Con mi padre. Me escribió hace poco y... hemos estado conversando. Me ha dado ideas para solucionar todo esto.

—Me habías dicho que ya no tendrías contacto con él, Taehyung. Por eso me pediste tiempo —Jimin tensó la mandíbula, sus dientes rechinando mientras tenía que sostener su mano temblorosa—. Dijiste que conseguirías el dinero necesario para alejarte de tu familia y poder empezar desde cero.

—Esto no es una novela, Jimin. No estamos en un libro donde todo mágicamente sale bien —Taehyung suspiró, recostando su espalda contra el sofá sin siquiera mirarlo. Estaba absorto en su mundo, y no quería ni siquiera saber qué cosas pasaban por su cabeza. Nada bueno, de seguro—. No podré cuidarte si termino en malos términos con mi familia. Pero parece que no entiendes nada, así que no importa.

—Entonces dime, ¿Qué planeas hacer aparte de cagarle la vida a los demás para salvarte a ti mismo? —Taehyung lo observó de inmediato con la sorpresa reflejada en su rostro, antes de transformarse en molestia y dolor—. ¿Porque lo sabes, no, que solo sirves para eso?

—No me salgas con eso a estas alturas. Si estamos acá no es solo por culpa mía, no te subas tanto la moral —Taehyung soltó una risa entre dientes, chasqueando posteriormente su lengua para volver a no mirarle—. Buscaré la forma de hacer ver que Seokjin ha fallado al matrimonio. Bien sea con maltrato hacia mí, o siendo infiel, lo que sea. Es fácil forjar evidencia falsa. Con eso, sus padres no van a lanzarnos a la calle. De hecho, buscarían recompensar los daños... Sabes por dónde voy.

¿Cómo podía reconocer a Taehyung en ese ser? Al conocerlo había sido un alfa increíble, con su hermosa sonrisa y su amable y carismática personalidad.

Parecían dos personas distintas, y eso solo terminaba resquebrajando aún más su ya lastimado orgullo y corazón.

—De todas las idioteces que has podido pensar, esta ha sido la peor.

—¿Por qué no te vas a acostar? —el alfa lo observó, reclinado hacia atrás y con una expresión cansada—. No quiero más accidentes.

Si se sentía mal por traicionarlo, el sentimiento ya no existía. Sabía que por primera vez haría lo correcto.

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la vdd es que no sé hasta cuándo haya otro cap ya q la historia original llega hasta aquí ton's a esperar, iwal la autora dijo q solo quedan como cinco caps para que termine todo, gracias por leer y espero sigas aquí hasta el final djjsjw ♡

achí q dime tu opinión de cada personaje o sea de TaeHyung, JiMin, SeokJin y YoonGi, yo también te diré que es lo pienso iwal te vale mi opinión pero :p

chi quieres más yoonjin estaré en la otra adaptación q puedes encontrar en mi perfil idk si c dice asi, se llama sicario djjsjsis yo aquí namás haciendo spam, perdoncito.

cuídate y nos vemos prontito. ♡(> ਊ <)♡

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