· Epílogo ·

«6 meses»

El tiempo, incluso para mi pasaba en un parpadeo.

Emma crecía cada vez más, así como sus poderes. Oliver y yo comenzamos a acostumbrarnos a este nuevo estilo de vida y Will, bueno, parecía cada vez más cómodo con ese cambio tan repentino. Hay noches en las que aún llora abrazando a la almohada, recordando a Samantha pero comienza a sanar. Todos lo hacemos.

Llegó un momento, juro que solo fue un segundo el que pensé que tranquilo esta todo.

Pasaba de media tarde cuando la sonrisa se borro de mi rostro, su llanto de dolor inundó mis oídos y corrí a su habitación tan rápido como me fue posible.

Hace tan solo unos pocos minutos estaba bien.

Mi bebe movía sus manos, pateaba con fuerza en medio del llanto,con los ojos cerrados y la cara colorada. Con temor de hacerle daño, toco su frente.

Esta ardiendo, tiene fiebre.

Cientos de diagnósticos pasan por mi mente, intento pensar en cual medicamento es menos agresivo pero funcional, ¿boticaria, antibiótico, analgésicos, infusiones o jarabes?

- Barry... - una débil voz me llama de la habitación contigua. El corazón se me oprime al dejar sin supervisio a mi niña, peor cuando entro al cuarto de Will la escena no es mucho mejor.

El cabello se le pega a su frente por el sudor, sus ojos están rojos y tiene los labios partidos.

- Will, ¿como te sientes? ¿Qué pasó?

Cuando abre la boca su diálogo se ve interrumpido por un ataque de tos.

- La escuela, hay una epidemia de gripe. Solo me dolía la cabeza, no creí que me hubiese contagiado

- Esta bien. Vas a estar bien. Espera un poco

Tantos villanos por derrotar, problemas que resolver y creo que nunca había sentido la necesidad de correr más rápido.

Intentó no sucumbir al pánico de tener dos niños enfermos. Como médico se que hacer, pero no estaba preparado para afrontarlo como padre.

Vamos Barry, calmate un poco.

Corro a la farmacia más cercana, tomando lo que necesito y dejando el dinero en el cajero regreso a casa.

Dejo agua en la estufa, para preparar una infusión. Con sueros en mano y par de termómetros subo las escaleras

- Vamos. Toma esto, estas deshidratado - dejo el suero en la mesa de noche y el termómetro bajo su brazo.

Entonces regresó donde Emma, intentando arrullarla para mantener el termómetro en su lugar.

La tetera suena, y desconozco el como pero me las arreglo para no soltar a mi niña y servir las infusiones.

- ¿contagie a Emma? - pregunta apenas me ve entrar a la habitación - Lo siento mucho, yo no quería... - vuelve a toser y su voz se escucha ronca.

- Lo sé, no te preocupes - dejo su taza en la mesilla de noche junto a un par de pastillas - Antibiótico, te sentirás mejor. - tomo el termómetro y me obligó a sonreír al ver los 39.7°C marcados. Casi enseguida, el de Emma suena y no es mucho mejor, vuelve a llorar - Voy a darle un baño - intento mecerla para tranquilizarla, simultáneamente acaricio la mejilla de Will - Ahora vuelvo, intenta descansar

Me encargo de mantener el agua tibia, no tan fría sin llegar a ser caliente. E intento no demorarme pues no quiero exponerla a un cambio de temperatura. Para mi alivio, después de unos momentos que parecieron eternos, en contacto con el agua su temperatura comienza a descender.

Le visto con ropa fresca y le cubro con una manta. Deslizó el jarabe por su boca a través de una jeringa, cosa que me toma cinco intentos pues se niega a pasar el medicamento.

- Amor, por favor. Te vas a sentir mejor - talla sus ojitos rojos por el cansancio antes de tomar el antibiótico.

Sus párpados pesan y no puede mantenerlos abiertos por mucho. Tarareo para ello, y después de un rato finalmente se duerme.

La dejo descansar en su cuna para ir a ver a Will. Así que el poco alivio que comenzaba a sentir desaparece cuando cruzo una vez más la puerta de su habitación. Si, había logrado dormir pero se retorcia en la cama y su cabello seguía pegado a su frente bañado en sudor.

No encontré más solución que humedecer una pequeña toalla y dejarla sobre su frente, destapando su camisa de pijama con otra toalla sobre su pecho.

Perdi la cuenta de las veces que tuve que cambiar las toallas cuando empezaron a perder la frescura, aunque a fin de cuentas bajo - solo un poco - su fiebre.

Para cuando tengo tiempo de mirar el reloj, ya pasa de medianoche.

Y aunque todo mi cuerpo me pide dormitar, solo un poco me rehusó a hacerlo. ¿Qué tal si despiertan? ¿Si vuelven a sentirse mal o la fiebre empeora? ¿Qué si mis hijos me necesitan? Necesito estar despierto

Tampoco se cuanto tiempo transcurre cuando siento una mano sobre mi hombro y se me ofrece una taza de café. Me giro para encontrarme con la media sonrisa de Ollie

- Me hubieses llamado - solo puedo sonreír de vuelta

- Tomo un tiempo, pero están descansando. El medicamento debe haber hecho efecto ya, esperare a que sean las cuatro para una segunda dosis. Deberías ir a dormir, tuviste un día largo - digo casi en un susurro, no queriendo despertarlos.

- No, me quedo contigo - deja un beso en mi frente para sentarse a mi lado.

Sostenemos nuestras manos, listos para cuidar a nuestros niños.

«Un año»

Doy un largo respiro, cerrando mis ojos.

Estoy por casarme.

Y me estoy muriendo de nervios, hay un temor que se guarda en el fondo de mi mente a pesar de toda la felicidad que siento en este momento.

Miedo porque ahora tengo mucho más que perder.

Pero cuando lo veo esperandome al inicio de la iglesia, todos nuestros amigos y familiares, esos reporteros que invaden el lugar, todos dejan de existir.
Solo lo veo a el y a su bella sonrisa. Con el traje negro ajustadole perfectamente y la barba recortada.

¡Maldición!

Nada más importa.

Deja un beso en mis labios ofreciéndome su brazo, y juntos caminamos al altar.

Will sostiene los anillos, y veo como en los primeros asientos Cisco y Thea entrelazan sus manos. Y Caitlin lleva entre sus brazos a su sobrina, que lleva un lindo vestido rosa y una diadema floral recogiendo su poco cabello.

Ni siquiera siento el paso del tiempo. La voz del sacerdote, las reacciones de los invitados. Me pierdo totalmente en los ojos azules que veré cada día al despertar por el resto de mi vida, en la sonrisa de William al aceptar su nueva vida junto a mi y las borucas que no paran de mi bebé intentando decir todo lo que piensa.

Al menos hasta que el momento de los votos llegan.

- Gracias por esta nueva vida Barry. Eres ese rayo de luz que me hacia falta para aprender a vivir, ver todo con otros ojos, ser mejor. Hemos pasado por mucho, y de no ser por ello no estaríamos aquí. Desconozco el momento en que sucedió, pero quedé completamente enamorado de ti, no lo digo muy a menudo pero no dudes por un segundo del amor que siento por ti. Eres mi presente y mi futuro. - dice con tal elocuencia, mirándome fijamente a los ojos y resulta un impulso natural el inclinarme a besarlo.

- Confesión: Estoy enamorado de ti desde el primer momento en que te vi. Pero ahora me doy cuenta que no sabia el verdadero significado de esa palabra. Lo supe cuando pasamos esas tardes juntos, las noches en vela, ser lo primero que veo al despertar, esas pequeñas peleas y cada problema que afrontamos juntos.
Ahora, puedo decir que te amo con todo mi ser, amo al Oliver que esta ahí para su ciudad, al Oliver de las tres de la mañana, el que eres con nuestros hijos, el que estuvo para mi cuando necesite aferrarme a alguien para poder seguir... Te amo, Ollie.
Y no puedo imaginar algo mejor que estar aquí contigo hoy.

El hombre frente a nosotros sonríe. - Sin nada más que decir, por el poder que la iglesia y el estado que conceden yo los declaro maridos. Pueden besarse.

Aplausos y silbidos se escuchan, fotos son tomadas y no puedo evitar pensar que es el inicio de una nueva vida.

Una buena vida.

«Dos años»

Nuestra rutina semanal no era algo que tuviesen todas las familias. Oliver deja a Will en la escuela por la mañana para después ir a la alcaldía, yo parto a Central City para monitorear la ciudad durante el día; Emma disfruta cuando sale a correr conmigo por lo que el camino de ida y vuelta lo pasa riéndose, y sin duda la parte favorita de Cisco y Caitlin es cuidar en el cortex a Mairon mientras Flash hace su trabajo. A media tarde, -a no ser que haya algún villano en turno- volvemos a Star City para recoger a Will, cenamos todos juntos y después Arrow vigila la ciudad.

Algo agitado, pero los domingos no.
Los domingos son nuestros día familiar.

Nos levantamos tarde, salimos a desayunar y ocupamos nuestras tardes. Puede ser la cosa más simple o la más elaborada, pero cuando pones en juego tu vida todos los días no existe mejor sensación que esta.

Este domingo en particular habíamos decidido hacer un día de campo en el parque.

Emma había tenido un par de problemas para empezar a hablar. Pues realmente no necesitaba hablar para comunicarse, si logran entenderme. Aún así, tuvimos terapias de lenguaje y ahora era capaz de decir algunas palabras. ¡Ya podía formar frases completas!

Y cada una de ellas era motivo de festejo.

Su primera palabra había sido Will, después aprendió a decir papi y ahora ya hacía la diferencia entre papi Barry y papi Ollie.

- Emma, vamos a jugar - dice Will, señalando los columpios.

- No, yo quiero naranja - dice frunciendo el seño. William se tumba sobre la manta rendido, a su hermana realmente le gustaba llevarle la contraria.

Suelto una pequeña risa. - Amor, ¿me pasas la naranja?

Pero Oliver se tarda demasiado para su impaciente hija.

Emma gateaba, pero no había mostrado ningún interés en caminar. No hasta ese día, al menos.

Con un par de tropezones se pone de pie y dando pasos torpes camina hasta su padre.

- ¡Ollie! ¡Emma está caminando!

- ¡Papá, Barry! ¡Emma!

- Eso es princesa, ven - decimos todos con una gran sonrisa. Emma llega a los brazos de Ollie y se deja caer en un sentón llevándose un pedazo de naranja a la boca.

Sus ojitos verde y azul nos miran sin comprender porque tanto alboroto.

Pero ese fue un gran día.

«Tres años»

Definitivamente no quería levantarme de la cama. El fatídico día había llegado, y el abrir los ojos lo hacía real.

No estaba preparado para ello.

- Vamos, Barry. Se nos va a hacer tarde. Para variar - escucho la ronca voz de Oliver. Su barba me hace cosquillas en el cuello y me veo obligado a reprimir una sonrisa - Ya se que estas despierto, abre esos bellos ojos o si no... - sigo pretendiendo estar dormido, es ahí cuando siento sus labios sobre los míos y resulta inevitable no seguirle el beso.

Los segundos no pasan y disfruto del momento tal y como si el tiempo estuviese congelado. Al menos hasta que una pequeña presencia trepa a la cama y alguien más rie desde el marco de la puerta

- Le dije que no tenía que entrar, pero ya saben lo terca que es. Creo que esta emocionada - informa Will.

- Papi, papi - dice dando brinquitos en la cama. - Ya quiero ir, ya quiero ir

- Si, yo también ya quiero ir. Hoy empiezo la secundaria, no puedo llegar tarde - dice intentando contener su emoción

- Nadie va a llegar tarde. Solo es cuestión de que Barry se levante - ríe Oliver aun adormilado

- ¡Hey! - me quejo - ¿Quien en esta habitación es Flash? Podría salir de aquí y ustedes no se darían cuenta - los tres ruedan los ojos. Sin poder guardarme una risa me hago el ofendido - Miren y aprendan.

Dicho y hecho, antes de que se den cuenta me bañe, me vesti, prepare el desayuno y el almuerzo de todos.

Tengo una sonrisa de autosuficiencia en el rostro cuando les veo bajar riéndose en conjunto

- Nunca falla - se burla Emma

- ¿ah si? Pues ninguno de ustedes va a llevar postre

- Sabes que te amamos - dice Oliver dejando un beso en mis labios.

Sonrió una vez más al verles arreglados, Ollie con su traje, Will con un nuevo uniforme y Emma juega con su comida intentando no manchar el vestido azul marino y el moñito rojo que lleva por uniforme.

Si, hoy era su primer día en el preescolar. Nadie puede culparme por sentirme nostálgico. No cuando lleva una pequeñas medias blancas en esos lindos zapatos de charol y su mochila es más grande que ella.

- Ollie, ¿no pudiste peinarla? - Mairon realmente tenía un frondoso cabello rubio.

- No se peinar

- Tienes una hermana - digo como su fuese obvio

- Nunca la peine. - dice preparando cafe, Will intenta no escupir el jugo con su risa - Peinala tu

- ¿luzco como alguien que sabe trenzar cabello?

Con torpeza intento aplacar sus rebeldes mechones. Pero no logro nada. - Cariño, esto no va a resultar. Hoy iras con esta linda diadema ¿te parece?

- Esta bien papi, ¿me veo linda?

- Hermosa princesa. - beso su mejilla y ella me da un corto abrazo. - Hay que llamar a Thea

- Totalmente de acuerdo. Niños, es hora de irnos

Con el tiempo encima, y por primera vez en un tiempo salimos todos juntos en la mañana.

La primera estación es la nueva escuela de Will, parece bastante confiado después de todo es un muchacho inteligente, carismático y cada día se parece más a su papá.

Aunque eso no lo detiene de retroceder unos pasos y volver para besar a su hermana y darnos un largo abrazo a Ollie y a mi.

- Los veo en un rato, los quiero papás - se despide para correr a la entrada.

No eran muchas las veces que Will me decía papá, pero cuando lo hacía eran los momentos más felices que tenía, una calida sensación brotaba en mi pecho y una sonrisa era inevitable.

Dura poco cuando debo volver a mi horrible realidad. El Kinder de Emma no está muy lejos y llegamos antes de lo que me gustaría.

- ¿papi Barry estas triste? No quiero irme si estas triste

- No amor, estoy muy feliz - la cargo en mis brazos un poco más antes de dejarla ir.

- Te va ir de maravilla, princesa. Pero papi Barry y yo te vamos a extrañar mucho - dice Oliver dejando besitos por toda su cara

- Yo también pero será solo un ratito

- Si. Solo un ratito - asiento en un intento de ignorar el nudo de mi garganta - ¿recuerdas lo que hablamos?

- Sipi, no decir que papis son superhéroes. No usar la luz de Emma con otros niños, no extraños, hacer caso y comer toda mi comida - dice haciendo un esfuerzo para recordar

- Excelente - beso su frente

- Emma, amor. Tal vez haya niños que quieran molestarte, porque eres una nena hermosa y ellos no estan acostumbrados o tal vez porque tu familia es un poco diferente a las de ellos. No dejes que nadie te haga sentir mal ¿me lo prometes?

- Lo prometo, papi Ollie

Un par de besos más y se que no soy el único en sentir la presión en el pecho al verle entrar por esa puerta

- Nuestra hija esta tan grande - sonrie como si fuese incapaz de creerlo envolviendome en sus brazos.

- Lo sé - vamos Barry, no es momento de llorar

- Por cierto ¿emocionado? Es la primera vez que trabajarás en tres años.

- Si. Creo que si lo extraño demasiado, estoy tan feliz que el capitán Lance me haya aceptado pero... No se si voy a ser capaz de estar tanto tiempo lejos de mis niños

- Como dice Emma, será solo un ratito. Y tu, amor. Eres el mejor en tu trabajo - me pierdo en sus labios hasta que el aire falta. Eso es suficiente para tranquilizarme - Te invito a desayunar antes de dejarte en la comisaría ¿que te parece?

- Si llego tarde en mi primer día. Será tu culpa

Nos reímos, solo eso.

«Cuatro años»

Si hay algo que no te dicen cuando vas a formar una familia, es que la palabra yo se borra por completo del mapa.

Y no me quejo. Es maravilloso porque al fin tenía la oportunidad de tener una familia. Eso que tanto había anhelado.
Y es eso mismo lo que ocasiona que cada sacrificio sea incluso más placentero que el anterior, porque al final del día lo vale. Lo vale al ver la sonrisa de mi esposo y de mis hijos.

Pero no dejo de ser humano. Y hay momentos que hacen que todo valga aun más.

Son pocos, pero valiosos.

Esos encuentros en la ducha momentos antes de levantar a los niños, o esa casi inalcanzable punto de la noche donde por arte de magia ninguno de los dos despierta y la habitación solo nos pertenece a Ollie y a mi.

Pocos, pero llevaderos.

Asi que después de cuatro años sin tener un momento completo para nosotros solos, cuando la fiesta decembrina que ofrece la alcaldía cada año llega y Caitlin se ofrece a cuidarlos en Ciudad Central, no pongo ninguna traba.

Había sido una gran velada, había conseguido un poco de ese alcohol potenciado y ahora ambos llegamos ebrios a nuestra casa.

Ni siquiera tenemos que decirlo, porque es algo que ambos extrañamos a mares.

No hay prisa, pues la noche es nuestra. La ropa desaparece con lentitud en un juego previo tortuoso. Y el silencio de la casa es rápidamente reemplazado por nada más que gemidos y el sonido del vaivén de nuestros cuerpos.

Sus labios me resultan más adictivos que cualquier otra noche y el frenesí que se mantiene me hace querer permanecer así por too el tiempo que me sea posible.

Cada habitación, cada posición.

Caricias que hacen que mi piel entre en un estado de ebullición y marcas violáceas que tardarán un rato en desaparecer. Toda la pasión que no hace más que avivarse y el aroma a sexo inundando la casa.

Los pájaros comienzan a cantar y los rayos de sol se filtran por la ventana. Es nuestra señal para un último asalto para caer rendidos en los brazos del otro.

Mi respiración agitada y el pulso acelerado se mantienen, la adrenalina no abandonaba mi cuerpo a pesar del cansancio y hay una fina capa de sudor cubriendome. La sensación de un poco más que permanece, como si me exigiese recuperar el tiempo perdido.

- Eso fue...

- Asombroso - completo, casi hiperventilando

- ¿Uno más?

- Si

Ya ni siquiera es necesario decir un te amo, pues queda implícito en el aire.

.

El fin de semana había concluido y después de un par de días con sus tíos favoritos habían vuelto a casa con la promesa de verlos pronto para navidad.

Ollie había dejado acumular una cierta cantidad de trabajo por lo que había salido antes y yo llevé a los niños a la escuela.

Me gustaba mi empleo en la comisaría, tenía sus ventajas y ya había sido ascendido a jefe del departamento forense. Así que el retirarme esa tarde no fue lo más difícil del día.

Casi de una manera inconsciente me dirijo a la alcaldía, esta vez hay un nuevo empleado que acata las normas y se niega a dejarme entrar.

Muevo con nerviosismo los papeles sobre el mostrador esperando que alguien me reconozca y me deje pasar. Aunque reconsidero la opción, y vez no sea el mejor momento.

Y cuando me dispongo a retirarme, Thea me ve - Chico nuevo, es el esposo de mi hermano, dejalo entrar - su rostro se colorado al desconocer el dato y sonrio con amabilidad.

Un, dos, tres... Intento calmarme y finalmente abro la puerta.

- ¿Bear? ¿Sucede algo, esta todo bien? - pregunta preocupado despegando la vista de su computador.

- Si, es más una vista personal que de trabajo - asiente entendiendo. - ¿estas muy ocupado? Puedo esperar a casa

- Siempre tengo tiempo para ti, amor.

No lo pienso dos veces pues sería más complicado. Deslizó el sobre el escritorio, Ollie me mira confundido.

Juego con mis manos en clara señal de nerviosismo y cierro un ojo temiendo ver su reacción.

Entonces lo suelto.

- Vamos a tener otro bebé

Silencio.

- No - dice incrédulo después de un rato

- Si - contestó asustado, aún sin verle directamente

- ¿En serio?

-Hice la prueba esta mañana. El resultado esta en el sobre

- ¡Barry! - cuando le miro, se dirige hacia mi con una enorme sonrisa en su rostro - ¡Vamos a ser padres otra vez! - sus brazos me rodean en un firme abrazo y me levantan en el aire. - Te amo demasiado

- Yo también te amo Ollie - nos besamos.

.

- Así que niños. Tenemos algo que decirles - dice Ollie emocionado en la cena - Van a tener un hermanito

-¿¡Otro!? - contestan ambos con el ceño fruncido.

Me es inevitable no soltar una carcajada. Aquí vamos otra vez...

«Cinco años»

~Will

Papá acaba de llamarme. Barry entró en labor de parto y se encuentran camino a Laboratorios S.T.A.R.

Asi que salí de clases y fui a recoger a Emma.

- Will, ¿donde están papi Barry y papi Ollie?

- ¿Donde crees? - digo con una sonrisa

- ¿Ya va a nacer el bebe? ¡Oh no! Ya había preparado lo que quería mostrarle, no voy a estar ahí

- ¿mostrarle?

- Pues si, tontito. Con la luz

- No se porque insistes en llamarle luz Mairon. Si el tío Cisco dijo que podíamos decirte Kantiana, ya sabes por toda la subjetividad de tu poder

- Porque tengo luz, duh

- Bueno. Abrochate bien el casco, que iremos muy rápido - digo, prendiendo la motocicleta que el tío John me ha regalado.

Camino a Central, nos encontramos con un banco siendo saqueado. Las dudas me invaden sintiendo la proximidad del evento

- ¿no vamos a hacer nada? - pregunta

- ¿Eh?

- Oh, debo pretender que no se como sales de casa por la noche a golpear malos como papá, Will. O debería decir Red Arrow

- Creo que me agradas más cuando no estas hablando - me saca con aire divertido la lengua

- Vamos, yo quiero entrar. Y necesitan ayuda. Papá Barry y papá Ollie no están aquí, no pueden ayudarlos.

Tal vez sea su poder manipulandome, pero sus palabras tienen demasiada lógica para tener cinco años

- Esta bien. Quedate aquí, no tardo

- No, yo quiero ir

- Eres demasiado pequeña

- ¡tu tienes 16!

- Casi diecisiete. - reclamo, entonces hace un puchero - No, esa cara no por favor ¡ugh! De acuerdo, pero tu te dedicaras a mantener a los civiles tranquilos, que no te vean porque no podré protegerte

- Sipi - en cuestión de minutos, estamos dentro.

Desarmo a los ladrones con mi arco retráctil. Y aunque me llevo un par de golpes llevo la ventaja en la pelea. De reojo soy capaz de ver los rayos de luz envolviendo a las personas, e inmediatamente sus expresiones se relajan.

Cuando creo que he derribado al último hombre del escuadrón, los rayos de Emma se detienen abruptamente, me giro asustado para encontrarme con un sexto hombre sostenido a Emma por el cuello.

Me asusto, intentando reaccionar con un tiro limpio. Es ahí cuando sus ojos se vuelven blancos y de sus pequeñas manos sale disparado cierta energía que hace salir volando al hombre.

Emma cae al suelo. Intentando respirar con sus manitas apaciguando el dolor en su piel.

Corro a tomarla en mis brazos y salimos tan rápido como entramos. No decimos palabra alguna, ni nuestros rostros son vistos. Solo quedan los agradecimientos de las personas en eco mientras nos alejamos

- Eso es nuevo - se ríe como si fuese poca cosa

- ¿estas bien?

- Perfecta - vuelve a reír

- Me asustaste, Em - digo abrazadola muy fuerte - Por favor, no hay que decirles de eso a mis papás

- ¿Bromas? Ni loca, eso fue asomboroso

- ¿Asombroso?

-Eso - se ríe abrazandome una vez más - Te quiero mucho hermanito

- Yo más Em. Vamos, estamos cerca. Es hora de conocer a Dawn

»

Felicidad. Es todo en lo que puedo pensar en este momento.

Porque por primera vez en mucho tiempo, me siento pleno.

Me siento completamente y verdaderamente feliz.

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