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Nota: Muchas cosas van a pasar a la vez. Narrador omnisciente para evitar el cambio de POV'S y poder llevar una mejor secuencia.
No se suponía que sucediese así.
Star City, al contrario de su clima habitual, abandona el característico cielo nublado de Octubre y le permite a sus ciudadanos disfrutar de un cálido día. Hay niños en cada parque inundando de risas las calles, se puede observar parejas disfrutando de un paseo o familias comiendo en la terraza de algún lindo restaurante; casi como si la temperatura fuese capaz de influir en su estado de animo.
No muy lejos de todo el bello escenario, en al alcaldía; el político a cargo de la ciudad movía con nerviosismo su pierna, la tinta de su pluma se deslizaba con tanta naturalidad sobre cada uno de los informes y nuevas propuestas siendo llenados con palabras vacías y previamente pensadas. Pues la mente de Queen, divagaba en la espera de aquel correo. De aquella señal que daría inició a la catástrofe de la cual no existiría retorno.
Un plan bien elaborado que esperaba, le diese fin a los fantasmas de una vez por todas.
No exageraba al decir que esa agrupación había causado estragos a lo largo de la historia. Poco a poco, se les había ido eliminando. Metrópolis, Ciudad Gótica, pequeños condados a lo largo del país. Diferentes tiempos, y detrás de cada tragedia, el mismo rostro desconocido.
Humanos, solamente eso. Bien entrenados, con la ideología errónea gracias a un culto de muerte. ¿Como es que podrían causar tanto mal? Y, lo que el arquero más se echaba en cara ¿como había permitido que su organización creciese a ese punto? ¡Justo debajo de sus narices!
Habia fallado en proteger a su ciudad, en mantener a salvo su familia.
Estaba decidido a ponerle un fin esa misma noche, cortar de cabeza todo de una maldita vez. Fallar no figura en sus opciones, sin importar el precio a pagar.
Porque después de diversas misiones, donde estuvo a nada de perder la cabeza -en el sentido literal- habia conseguido aquel documento que Felicity logro desincriptar. Nombres y locaciones, los tenia justo donde quería. Y fue esa misma herramienta la que les permitió, por primera vez tomar la ventaja y utilizarle a su favor.
Los fantasmas contaban con tres bases de operación simultanea. En Central, Gótica y Star. Justo por ello resultaba tan difícil eliminarles. Tras meses de constantes intentos, su no tan amigo en traje de murciélago se encargo de explotar la base de su ciudad haciéndole parecer un evento de autoria propia, completamente ajeno a los planes verdaderos.
La notificación suena.
Todo listo
~ F.S.
Y con dos palabras. Todo se detona.
.
En la ciudad vecina, los laboratorios S.T.A.R reciben la misma señal. Cisco y Caitlin comparten miradas, algo temerosos de comenzar eso solos se reconfortan entre ellos, y oprimen el mismo botón que desencadena una serie de eventos.
La policía ha sido alertada, con tropas encubiertas en cada esquina, SWAT preparado para salir así como el escuadrón anti-metahumanos.
El mensaje de alerta suena en cada teléfono advirtiendo mantenerse en casa, cerrar cada puerta o ventana y conservar la calma. No mucho después, en cada canal de noticias o radio-emisoras es transmitido un listado de los nombres de cada integrante.
Exponiéndolos. Tal vez podría ser contradictorio, causar temor en algunos civiles, en otros una mentalidad revolucionaria o tal vez el deseo de unirseles a su misión. Pero es un riesgo que todos acordaron tomar.
Sus ideales, quienes son, lo que han hecho. Les obligaron a salir de la seguridad que las sombras les proporcionaban.
Dirigiendo, al menos en Central, todos los ataques al origen de la señal: los mismos laboratorios.
Cisco activa los escudos, que se dio a la tarea de construir, y ambos sin mencionar palabra alguno se dirigen a las pantallas con las manos dispuestas a disparar las armas a control remoto que se instalaron.
Y solo esperan el ataque, con la ligera esperanza de salir victoriosos.
.
Las pantallas resuenan emitiendo una luz roja. "Star City bajo ataque" Se repite la leyenda, mensaje tras mensaje en grandes letras blancas.
Las oficinas tienen un gran flujo de gente, equipandose, monitoreando. Haciendo su trabajo. Una mujer de cabello castaño es alertada por el auricular. Sus brazos se posan en sus caderas, luciendo toda la autoridad que posee. Y después de dar un ligero asentimiento, no duda en gritar.
- ¿Escucharon eso gente? Es nuestra señal. Sin bajas civiles, solo los fantasmas. Conserven al líder vivo. ¡A las calles, ahora!
.
Un castaño se mantiene al tanto de lo que sucede, de la única manera que puede.
Viendo los noticieros. Y el corazón le da un vuelvo al ver como los planes se salen de control.
Tantas muertes...
Apenas y le habían contado de que consistía el plan, le habían negado el uso de un intercomunicador. Barry sabia que seria un punto muerto, inútil en toda la operación. Pero si sus amigos estaban en peligro, si podía servir de apoyo moral en algún momento, le hubiese gustado saberlo.
Se talla los ojos sintiendo nada más que impotencia.
- ¿Barry? - el pequeño rubio de once años baja las escaleras algo adormilado. La noche anterior, ninguno de los dos era capaz de conciliar el sueño así que mantuvieron una larga partida de Monopoly hasta que la mañana estuvo bien entrada. - ¿por que se escuchan tantas sirenas? ¿que esta pasando?
El metahumano se apura en apagar la televisión, traga duro antes de hablar - La ciudad esta bajo ataque.
Will comienza a llenarle de preguntas, con su rostro reflejando miedo y toda la valentía que un niño podría aparentar. Barry solo atina a abrazarle en la seguridad de su casa, murmurando la vaga promesa del todo estará bien, dando discretas miradas a Kara.
Supergirl con una triste sonrisa, no deja el estado de alerta.
.
Como alcalde, tenia que dar la cara por su pueblo.
Las cosas estaban algo desviadas de como deberían haber salido. La gente, alentada por el pánico intento salir de la ciudad, encontrándose con las agrupaciones de fantasmas, que no dudaron ni un poco en querer demostrar quien mantiene el poder.
Se distrajeron de su camino al Verdant, donde se suponía montarían una trampa.
La ciudad estaba pintada de rojo. Edificios prendidos en llamas, la policía, ambulancias y bomberos no contaban con suficiente personal y las sirenas repartidas por la ciudad lejos de dar un mensaje de 'la ayuda va en camino' mantenían vivo el pánico en sus habitantes. Cuerpos de personas inocentes machaban de sangre las calles.
Gritos, lamentos y risas sádicas resonaban en un eco.
Cuando aquellas personas que optaron salir, se dieron cuenta de su error, ya era demasiado tarde.
Oliver, al ver el estado de su ciudad dejo la alcaldía con ordenes especificas y salió a la calle a puño desnudo. Repartiendo puñetazos y esquivando por poco las espadas de los fantasmas. Levantaba a los civiles que podía, rescataba a unos cuantos más y les guíaba a la alcaldía que comenzó a funcionar de albergue.
Su camisa blanca, ya rasgada y llena de manchas de sangre ante los cortes limpios de las katanas le proporcionaron en conjunto de la corbata deshilachada no hacían más que marcar el paso del tiempo. Resistiendo.
Al menos hasta que el sol se ponga y su alter ego pueda surgir.
.
Una mujer enmascarada en traje rojo, se ve obligada a dejar su posición en Verdant al recibir los próximos destinos de ataque.
Corre por la calle seguida del gran conglomerado de fantasmas tras de ella. Advierte a quienes se encuentra en el camino, y da muerte a los fantasmas que se le emparejan.
Tan dispersos. Tan violentos.
Tanto desespero, solo corre más rápido esperando llegar a tiempo. Disparando flechas y lanzando dagas a cada blanco móvil.
Tiene que llegar a tiempo.
.
La rubia nunca había tecleado tan rápido. El grupo de monitores en diferentes imágenes, sus ojos dirigiéndose de un lugar a otro. Actualizaba de las posiciones de los fantasmas a su equipo, enviaba los servicios necesarios a donde fuesen requeridos, se encargaba de mantener bloqueado cada sistema de seguridad al que tuviese acceso salvando a unos pocos también.
- Cisco - habla al comunicador - ¿ves lo mismo que yo?
- Si, ¿es lo que creo que es?
- ¿que es? - la agitada respiración de Caitlin se escucha en la linea
- Un talón de Aquiles. Podemos hackearlo, borrar para siempre su base de datos - explica Felicity
- Yo te cubro - es todo su dialogo, antes de que empiece a atacar con todo lo que tiene.
Tan absorta en su labor, que no se percata de su atacante.
- ¡Oliver! - grita con su ultimo aliento.
.
Kara escucha como el pánico invade el vecindario. Apenas y logra alertar a sus amigos cuando la puerta comienza a ser forzada.
Los gritos se escuchan en la calle, y por más que ambos héroes desean salir a ayudar no pueden. Kara tenia instrucciones claras, por eso estaba ahí. Egoísta, tal vez. Pero en ese momento, la única prioridad era Barry.
Dentro del armario, donde el trio se escondió. La respiración del castaño se vuelve escandalosa, el frió sudor recorre su frente y aprieta los puños intentando resistir.
No puede más, duele demasiado. Un grito llega a oídos de todos y la cara del forense esta tan roja como su traje, en un intento de soportar.
-¡Barry! ¿que sucede? - pregunta Kara, intentando escuchar quien ha entrado a la casa.
- Es la bebe - habla entrecortado, reprimiendo gritos mordiendo su labio ya ensangrentado - Ya viene.
Un grito más, y quien entro a su hogar ya sabe donde están.
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