(me gustas tanto ✧)

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—Quiero que te quedes... –ronroneó JungKook, como si fuera un gato, e hizo una mueca ante la idea de estar con SeHun en un mismo espacio por demasiado tiempo, pero, si eso significa que SeokJin estaría a salvo, tendría que hacerlo.– Bien, iremos con ellos. –dijo rendido, alzándose sobre sus codos, y llegando a tocar las mejillas del contrario con las yemas de sus dedos.– Prepárate para las constantes peleas con el idiota. –rió, e inclinándose sobre él, volvió a besarle los labios, demorándose solo un poco más.

No sabía porque estaba tan perdido en SeokJin, si éste no era para nada su tipo, o eso hasta que le mostraba su carácter, tampoco sabía el porqué le daba caricias, él nunca las daba, o le gustaba recibirlas, pero sin embargo, era tan agradable tener los lindos dedos de SeokJin en su cabello; probablemente el momento en que cayó, redondito, por él, fue cuando le respondió tan bruscamente, y ni hablar del bello brillo que ocupaba sus ojitos almendrados.

—¿Por qué eres tan malditamente hermoso? –cuestionó JungKook en un susurro, apenas si rozándole los labios con los suyos, haciéndole sonreír levemente, suspirando, estando tan a gusto así, sintiendo el calor corporal del alto, viniendo tan bien para esa fría noche, haciéndole ignorar los sonidos que esas cosas hacían, apenas si escuchándolos, o prestándole verdadera atención.

—Creo que deberíamos dormir ya, tengo mucho sueño... –dijo SeokJin, más no se movió, se quedó igual de quieto que antes disfrutando de un JungKook en su sueño, viniendo lo mejor cuando el pelinegro se acercó a él lo suficiente como para rozar sus labios, dándole un deja vú de horas atrás, provocando un leve sonrojo en sus mejillas.– JungKook... –murmuró, prácticamente ronroneando, y tomando un poco de valentía, ejerció un poco de presión en su agarre, queriendo hacerle acercase aún más.

SeokJin no iba a dar el primer paso, él de eso estaba seguro, pero no se iba a alejar tampoco, en su lugar, iba a ser valiente una vez en su vida, acercándose a JungKook de tal manera que sus respiraciones se volvieron una sola, sus labios rozándose constantemente; su estómago estaba apretado, con un deje de anticipación recorriéndole las venas, y quería sonreír, más no lo hizo, simplemente fijo sus ojos en los contrarios, manteniendo la vista en él, retándole con su mirada, y por más que JungKook quisiera agregar algo, no iba a hacerlo, mucho menos con la intensa mirada que estaba dándole él, porque SeokJin hacía que algo cambiara en él.

Su respiración estaba más pesada, y no recordaba haber perdido el control tan fácilmente, o ceder a un reto con tan solo una mirada, pero lo hizo. Los pequeños hombrecitos parecían realmente hacer la diferencia, al menos, el que estaba en sus brazos, hacía malditamente la diferencia; era lo más importante que tenía, y lo protegería aún así le sacase de sus casillas; o le mirase de aquella forma, por lo que, relamió sus labios de tal forma que, al estar tan cerca una boca de la otra, tocó levemente los labios contrarios con su lengua, un segundo antes de finalmente juntar sus bocas.

Lentamente, y con cuidado de no asustarle, cambio de posición, paseando sus manos por ambos costados de SeokJin, hasta detenerse en sus muslos, y separar sus piernas, quedando completamente sobre él.

Apenas si movía sus labios, sabiendo de antemano que SeokJin "no sabía besar", aunque realmente lo hacía perfectamente, siguiendo sus movimientos, moldeandose tan bien a él, que le hizo gruñir de gusto; no quería apresurar las cosas, y es que era malditamente rápido, era precisamente por ello que le besaba lentamente. Ambos estaban muy cansados, y él quería mimarle un poco, con unos besos, y algunas caricias que no incitaban a más.

La idea de estar abrazados, y pasando un momento solos, tan íntimo, le hizo sonreír, y suspirar el nombre de SeokJin, en lo que retomaba el beso, pidiendo permiso con su lengua, al lamerle, y posteriormente mordisquear un poco, el rodado labio inferior.

Contrario a todo lo que SeokJin siempre pensó, que un gesto así le causaría asco, o algo parecido, fue lo antónimo a eso, le encantó. Un escalofrío le recorrió el cuerpo ante aquello, y se sonrojó, de pies a cabeza, una vez sus labios estuvieron completamente juntos, sin ninguna corriente de aire pudiendo pasar entre ellos.

SeokJin estaba nervioso, pero no nervioso del tipo donde parecía que le faltaba la respiración, y empezaba a transpirar como un cerdo, era el tipo de nervios buenos, si es que existían, donde sus preocupaciones únicamente eran hacerlo bien, seguir todo lo que había visto alguna vez en uno que otro vídeo sobre besos. Al principio dejó que JungKook marcara el ritmo, y quiso bufar frustrado porque JungKook no hacía el movimiento de labios como para que él aprendiese la secuencia pero luego, todo eso quedó en segundo plano.

La posición en la que estaban era tan íntima, que sus manos temblaron, y sus piernas estaban como gelatina, porque el simple toque de las manos del contrario en sus muslos le puso nervioso. No sólo estaba teniendo su primer beso sino que estaba teniendo un acercamiento más allá de lo amistoso, y lo fraternal, con un chico.

Y jodidamente le encantó.

Porque, Jeon JungKook, era la definición de caliente, y pensar que ese mismo chico, al que tanto admiró desde la lejanía, ahora estaba sobre él, le hacía sentirse sumamente feliz, provocando a aquellas tan famosas "mariposas en el estomago", que parecían ir desde su vientre bajo, hasta su pecho—, JungKook... –jadeó un poco cuando se separó para luego mirar al pelinegro, estando igual de rojo que un tomate, para luego acercarse nuevamente a JungKook uniendo sus labios, queriendo marcar un ritmo, uno lento, llevándolo a su manera. Era su primer beso, maldición, quería hacer, de eso, un buen momento.

Se acomodó mejor, recostándose poco a poco en el colchón donde estaban hasta que estuvo completamente estirado sobre la suavidad de su cama improvisada. Su cabeza descansando contra unas de las "almohadas", se acercó mucho más a JungKook, uniendo un poco más sus cuerpos, claro que sin ningún roce peligroso, simplemente tanteando un poco el terreno mientras ambas bocas se daban la bienvenida.

Y SeokJin se odió por no haber besado antes, por no haber tenido una vida social lo suficientemente activa como para haber compartido esto, años antes, pero luego se dio cuenta que el destino le estaba reservando el primer beso para que fuese una experiencia única, porque lo estaba siendo, maldición que sí. Los labios del contrario eran tan suaves, y se acoplaban perfectamente a los suyos, al igual que su cuerpo; sabían exquisitos, y él podía declararse oficialmente adicto a estos.

JungKook jadeó entre beso y beso, siguiendo el lento paso en el que iba, y detuvo a sus manos inquietas en la parte superior del colchón, cerca de donde estaba la cabeza de SeokJin, apretando los puños, y maldiciendo en silencio, porque SeokJin tenía algo que, por más inocente, y linda que fueran sus expresiones, lo hacía verse aún más caliente frente a sus ojos, y es que maldición que lo era con su bella carita toda roja, y los labios más tentadores que antes, incitándole a un poco más.

Quería malditamente devorarlo, como si fuera un animal, y puede que por ello JungKook guió los brazos contrarios al rededor de su cuello, indicándole en silencio que podía dejarse ir, en lo que devoraba lentamente su boca; un inexplicable dulzor saltó en su paladar ni bien logró tocar la lengua contraria con la suya, y sonrió al saber que era el primero en probar aquello, deseando, también, ser el único, y que aquello pudiera repetirse.

—Tan dulce... –jadeó JungKook sobre sus labios, y repartió varios besos castos sobre ellos, y su nariz, en lo que agregaba:– Tan lindo... –volviendo al ataque, rodeando la lengua contraria con la suya, muriendo por sentir las manos contrarias nuevamente en su cabello, o, ¿por qué no?, tal vez aferrándose a él desde su espalda, o más, siempre podía haber más.

Respetó el ritmo que quería seguir SeokJin, pero no perdería la oportunidad de besarle tanto cuánto quisiera, por más incómoda, y dura, que estuviera su entrepierna; o como sus pulmones empezaron quemar, debido a la falta de aire, y a su corazón latir más rápido de lo que era sano para su edad, pero no detendría para nada el beso, mucho menos cuando SeokJin comenzaba a liberarse cada vez más.

SeokJin hizo un sonido que pudo interpretarse como jadeo, o gemido, al momento de poner sus brazos alrededor del cuello contrario, y no perdió tiempo en hundir nuevamente sus dedos en aquella cabellera tan suave como la seda. Su boca emitía, sin darse cuenta, unos sonidos ahogados que parecían excitar aún más al alto, todos sus sentidos estaban en la explosión de sabores que había en su boca en ese momento.

Los labios de JungKook acariciaban los suyos como si fueran rosas, eran tan suaves, y tan dulces, que sólo pudo jadear de acuerdo cuando JungKook le dijo que era dulce, porque maldición sí, eran dulces; tan dulces como las paletas de fresa que tanto le gustaban, y le encantaba porque sabía que era un dulce de esos que nunca le empalagarían. De esos que eran tan deliciosos, que sólo querías seguir probando sin importar las consecuencias, y es así mismo como definía su relación actual con sus besos con JungKook.

Se impulsó hacia arriba, queriendo sentir al mayor aún más de lo que ya lo sentía; quería fundir su cuerpo con el del alto, sentir bajo sus manos la piel caliente del contrario, pero sin separarse de sus labios, porque, eran tan adictivos, y no sabía hasta dónde podían llegar pero mientras los besos no pararan, por él estaba todo bien.

Sus manos pasaron de su cabello hasta su nuca, jugando con las hebras de este antes de bajar completamente a lo ancho de la espalda del mayor, moviendo un poco sus caderas de manera circular; su cuerpo estaba reaccionando por sí solo, moviéndose como quería y como creía conveniente en ese momento. Todo era tan delicioso, los labios, las caricias, el cuerpo de JungKook sobre él, y que, de alguna manera retorcida, o no, le encantaba.

No quería que parasen nunca.

—JungKook... –susurró SeokJin, un tanto tembloroso, y se separó un poco de él respirando irregularmente; su respiración estaba agitada, su pecho subía, y bajaba, los labios del contrario estaban hinchados, y rojos, haciéndole ver aún más provocativos, y llevó uno de sus dedos a estos, acariciándolos, estirándolos hacia abajo en un gesto que le pareció sumamente caliente. Como JungKook, todo él le parecía caliente.—Me gustas tanto... –confesó, mirándolo directamente a los ojos, con sus labios entreabiertos, y su respiración acelerada, para luego volver a unir sus labios, esta vez siendo un poco más intrépido, y atrevido, metiendo su lengua dentro de su ardiente boca, dejándose llevar por su instinto, y moviéndose al ritmo que su corazón, y su cuerpo, le dictaban.

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holi, han pasado varios meses , mmmm, realmente no sé q decir pq si paso mucho tiempo sjds bueno le daré fin a la historia pq es algo que merecemos to2, ya solo serian dos capítulos que aviso serán muy largos con mas de 24k palabras, espero les guste y bueno gracias por seguir, no pasa de una semana para que esta historia llegué a su fin hdksdh 💕

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