❲francotiradores ✧❳
Portador: otra manera de referirse a un Doncel.
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No les debería sorprender el hecho de que todos, literalmente todos, estaban muertos; las personas que alguna vez conocieron ahora vagaban en busca de comida, de ellos, para devorarlos hasta que sus tripas estuvieran fuera de sus cuerpos, y a pesar de intentar mostrarse duro, y demás, frente a SeokJin, no podía negar que le dolió ver a personas conocidas convertidas en esas cosas, cuando iban en dirección al mercado.
—Creí que íbamos a buscar a alguno de tus amigos... –suspiró SeokJin, nervioso, caminando de un lado a otro, pensando a donde demonios podían ir.
—No tengo a nadie, puede que mi hermano, pero no sé dónde estará, demasiado ocupado persiguiendo el lindo culo de su novio. –bufó JungKook, antes de agregar:– Mis amigos están muertos, posiblemente siendo uno de esos caminantes, y si no hubiera corrido lejos de esa casa, yo sería uno de ellos también.
Claro, irían al supermercado a llevarse algunas cosas pero, ¿y luego?, ¿estarían solos para siempre?, ¿se iba haciendo a la idea de que iba a morir pronto? SeokJin inmediatamente pensó en recoger más munición y guardar un tiro especialmente para momentos decisivos, pero, ¿en qué momento se había convertido en un suicida loco?
Siendo alguien que se ponía nervioso con facilidad, como lo era SeokJin, y se podía ver, no quería tener uno de esos ataques en ese preciso momento, haciéndose ilusiones con cosas estúpidas. Cálmate, maldición. gruñó.
—P-Podemos ir a la comisaria a ver si queda alguien. Más seguridad, mejor, ¿no? –balbuceó SeokJin nervioso, ya no sabiendo ni lo que decía; estaba siendo patético, pero eso no hizo más que hacer sonreír divertido, a JungKook, ante su nervioso momento. A JungKook, ver nervioso a SeokJin, era algo que le parecía muy lindo, igual a cuando le miraba brevemente en el instituto.
—No tengo lindos recuerdos de la comisaría, y no estaría muy seguro de que esos policías pasados de peso pudieran correr muy lejos. –dijo JungKook, haciendo una mueca con sus labios; se había encariñado con algunos oficiales con el paso del tiempo. Tantas veces detrás de las rejas, y tantos concejos, que no siguió, de aquellos que se preocuparon por él, le hicieron sentirse enfermo.
—¡Oye! –exclamó SeokJin divertido.– Estoy seguro que mi papá te trató muy bien en su momento, aparte, no todos están pasados de peso. –refutó sonriendo, en lo que negaba con la cabeza.– Bueno, quizás sí; mejor olvida esa parte, te doy la razón. –añadió SeokJin luego de recordar los amigos de su padre. Su padre de por sí estaba un poco, sólo un poco, pasado de peso, y aún así seguía siendo el que estaba en mejor "forma" de todo el establecimiento, así que le dio la razón a Jeon.
—Igual estoy seguro que los conoces más tú, que yo. –bromeó JungKook, haciéndole reír, por qué, maldición, conocía a los oficiales más de lo que había conocido a sus propios amigos, y eso se debía al tiempo que pasaba con ellos, ya fuera dentro, o fuera, de su celda.—Esos buenos para nada... –bufó JungKook melancólico, dejando un extraño silencio entre ellos. Puede que tuviera sus errores, pero nadie se había preocupado por él, y su futuro, a excepción de los oficiales, como el padre de SeokJin.
—¿Cómo se llama tu hermano? –preguntó SeokJin sacando algún tema de conversación, no quería un ambiente tenso ni silencioso estando camino a un lugar.– Cuando hablaste de él dijiste novio... Él es, mhm, ¿gay?
—Tal vez lo conozcas, era algo así como un oficial antes de que todo esto comenzara; ni siquiera llevamos el mismo apellido, pero al menos tenemos algo en común con respecto a los gustos... –dijo JungKook con amargura, antes de rodar los ojos, y tomar una botella de agua.– Hasta donde yo sé, es gay, pero no tenemos muy buena relación, así que no puedo confirmarlo; es Oh SeHun. –gruñó, antes de chasquear la lengua, y tomar un largo trago de agua; SeokJin infló sus mejillas en un gesto inconsciente mientras miraba a su alrededor, con su arma entre sus dos manos, escuchando las palabras del contrario, dándole ganas de preguntar un poco más sobre el tema, pero sin embargo, se contuvo.
No era de su incumbencia.
—Conozco a SeHun, no sabía que era tu hermano, he escuchado mucho sobre él por mi padre. –comentó SeokJin no sabiendo si debía seguir con aquel tema, no pudiendo evitar su curiosidad, haciendo a JungKook rodar los ojos ante la simple mención de SeHun.– Hacía un buen trabajo, era excelente en lo que hacía.
—No me sorprende que el "siempre perfecto" SeHun fuera elogiado por su trabajo. El siempre fue el lado bueno, y yo el malo; no quiero que te sientas mal por hablar de ello, ni nada, pero él y yo somos muy diferentes, a excepción de un par de cosas. Siempre cuidamos de las personas que realmente nos interesan, y en este caso, esa persona para mí, eres tú, SeokJin. –confesó—, ¿Tú no tienes hermanos, amigos, o alguien a quien buscar? –cuestionó JungKook en un intento de cambiar el tema.– Podemos buscar una base, algún edificio, o algo para pasar la noche. No creo que sea seguro estar en un simple mercado.
—Yo no tengo hermanos. –contestó SeokJin y se frenó ante un claro camino de "Y". ¿Era hacia la izquierda, o derecha? Rápidamente se fue hacia la derecha para aparentar que sabía, lo cual era una verdad a medias.– No tengo a quién buscar... Realmente sí tengo, pero ni caminando cinco días seguidos, sin parar, llegaré a donde están. –prosiguió, riendo suavemente ante aquello. Sus amigos estaban en otros países, muy, muy lejos de dónde él estaba, por lo que nunca les encontraría; ni porque caminara hasta que el cuerpo colapsara, y sus pies sangraran.
—¿Amigos por internet? –cuestionó JungKook, manteniendo una leve sonrisa en sus labios, gustándole un poco demasiado el verle inflar sus mejillas, tanto que luchó consigo mismo para no tomarle las mejillas con sus manos, y darles un apretón; en su lugar de eso se encogió de hombros, y siguió detrás de él.– No sé porqué me imaginaba algo así de ti.
SeokJin estaba consciente de la imagen que transmitía, sabía que daba la impresión de ser un friki, un geek, un gamer... Y es porque lo era, pero que JungKook le dijese que esperaba de su parte el "tener amigos por internet", le avergonzó. Odio ser tan inseguro la mayoría del tiempo, demonios. gruñó.
—Las personas de internet muchas veces son mejor que las que te rodean. –defendió SeokJin, abrazándose a sí mismo.– Pero ese no es el punto, el punto es que posiblemente no sabré de ellos nunca más. –hizo un puchero sintiéndose nostálgico.
SeokJin no supo por cuánto tiempo más caminaron, sin responder el hecho de que había insinuado ser alguien interesante para Jeon. No quiso objetar sobre eso, pero no le creyó en lo más mínimo, porque, vamos, era de JungKook de quien estaban hablando.
—¡Ahí está el súper! –exclamó SeokJin con felicidad apuntando a lo lejos el establecimiento, cambiando obviamente de tema, y esperando que aquello que hablaron quedara en el pasado. No quiso prestarle verdadera atención, porque el chico era un casanova que jugaba con todo, y que obviamente estaba diciendo aquellas palabras para hacerlo morder un anzuelo; sería una simple diversión para el mayor en ese momento, y SeokJin no quería aquello.
JungKook le había comentado respecto a lo que pensaba de las personas en internet, y aunque tenía un punto a favor, él no creía que, los amigos que había formado, fueran malas personas como lo hacía ver el alto, de hecho, él creía que personas como el gran Jeon JungKook eran los malos, en realidad.
—Ve a revisar un poco, y si encuentras un caminante, gritas. –dijo JungKook en lo que le daba un guiño, y buscaba su caja de cigarrillos. A simple vista no se veía ningún caminante, pero bien podría haberlos, y no quería arriesgarse a hacer sonar la jodida alarma para incendios, terminando en algo mucho peor.– Yo te espero aquí; busca lo que quieras comer, y vemos a donde vamos. –murmuró, teniendo el cigarro entre sus labios, y exhaló el humo de este, en lo que vigilaba el área, tanto dentro como afuera del edificio.
—Se la imagen que tienes de mí, pero en verdad intento cuidarte. –confesó JungKook después de un rato, obviamente dándose una idea de la imagen que SeokJin tenía de él, y le entregó su navaja.– Llévala por si acaso, no sabes usar un arma, pero al menos tienes otra cosa con la cual defenderte. –aclaró.
—Ya vuelvo. –fue lo único que dijo SeokJin, mirando a JungKook, y sonriéndole para luego encaminarse al súper, teniendo el bolso agarrado en su mano, y la navaja en la otra; entró al establecimiento, donde un silencio ensordecedor le recibió, y le provocó escalofríos por lo mismo, ignorante al hecho de que JungKook le seguía en completo silencio.
JungKook le siguió durante los primeros pasillos, asegurándose de que nada estuviera fuera de lugar, y luego se perdió en el pasillo de las bebidas alcohólicas, antes de regresar a donde estaba inicialmente con una buena cantidad de alcohol, y cigarrillos, manteniéndose alerta por si cualquier cosa sucedía.
JungKook no quería ser negativo, pero era obvio pensar que morirían tarde o temprano, y si era a causa de los caminantes, quería al menos estar ebrio para ese entonces, antes de volarse la tapa de los sesos; había visto las suficientes series, y películas como para saber lo que podría ocurrir.
Habían varios pasillos; SeokJin comenzó por el de comida yéndose directamente a los enlatados, eran lo que estaban sellados, y los más seguros a la hora de comerlos, por lo cual terminó metiendo alrededor de unos treinta en el bolso, dejándole jadeando ante el peso de ahora, luego fue por bebidas, metiendo muchas botellas de agua, imaginando lo cansados que estarían ambos después de unas extensas caminatas. La tensión fue desapareciendo conforme pasaba los vacíos pasillos, regresando cuando llegó al último pasillo.
SeokJin ya se encontraba caminando normalmente pensando que "la zona estaba despejada", hasta que lo vio, allí, en medio del pasillo, estaba un caminante chocando constantemente contra una de las máquinas que habían ahí; de la impresión soltó un pequeño grito, y quiso morderse la lengua cuando este se percató de su presencia, pero eso no fue todo, claro que no, puesto que cuando empezó a caminar, asustado, hacia atrás chocó con uno de los estantes, y tiró varias cosas al suelo. Mierda, mierda, mierda. Empezó a correr fuera, con el bolso muy pesado sobre sus hombros, odiándose por nunca hacer ejercicio, y no tener fuerza debido a ello, tropezándose varias veces, haciéndole tambalearse por el peso, hasta que llegó afuera por fin, y corrió hasta JungKook.
—¡Vámonos! –gritó SeokJin, estando obviamente nervioso, agarrando la muñeca de JungKook, llevándoselo consigo.– ¡Vendrán muchos más; aquí tengo todo! –informó SeokJin, soltándole la muñeca, y corriendo más rápido. Lo más rápido que podía, teniendo en cuenta la dificultad de llevar el maldito bolso cargado al hombro.
—Espera, Jin. –murmuró JungKook, deteniéndose abruptamente, mirando en dirección al caminante, que les estaría perdiendo el rastro, si ellos no hubieran hecho tanto ruido. Tomó la mano de SeokJin, y le acercó aún más, terminando por tomarle ambas mejillas con las manos, en lo que le miraba directamente a los ojos; tenía unos ojos realmente bonitos, pero no era momento para babear como idiota, ya después encontraría el momento—, Cálmate, Jin. Tú mejor que nadie debes saber que, correr como un demente, gritando que vio un puto caminante, es lo peor que puedes hacer. –dijo Jeon, provocando todo lo contrario en SeokJin, observando al caminante acercándose muy lentamente a ellos, haciendo sonidos guturales, en lo que JungKook abría, a ciegas, el bolso, tomando un silenciador; tan solo lo colocó en su arma, y apuntó directamente a la cabeza del caminante, disparando no mucho después de eso, apenas emitiendo sonido alguno, terminando así el problema desde la raíz.
Un jadeo se escapó de los labios de SeokJin luego de haber escuchado el peso del cuerpo muerto caer sobre el piso; luego de haber visto a JungKook dispararle a aquel "zombie", que tan nervioso, y alterado, le había puesto. Lo peor del caso es que JungKook le había tomado de las mejillas, acercándole a él, y mirándole directamente a los ojos pidiéndole que se calmara. JungKook había alterado, completamente, su sistema nervioso; su corazón latía con fuerza, sintiéndose mucho más alterado que minutos atrás.
Eso, definitivamente, debería ser ilegal. pensó SeokJin, sufriendo una especie de taquicardia, siendo ese el diagnostico que él mismo se había dado al sentir su corazón latir de manera tan errática contra su caja torácica.
Si la belleza de JungKook de por sí lo ponía nervioso, tenerlo extremadamente cerca, estaba a punto de hacerle estallar; podría tener un jodido paro cardíaco allí mismo, y odió al destino por ello, porque justamente, de entre todas las personas que había en la ciudad, justo tuvo que toparse con el chico con el que tenía una especie de "amor platónico".
¿No pudo haber sido con algún otro?, estaría conforme si le hubiera tocado estar con el verdulero de la esquina, pero no, ¡tenía que ser justamente con Jeon, jodido, JungKook! Posiblemente porque la vida te quiere dar algo digno antes de morir, haciéndolo junto a un tipo caliente como JungKook. pensó luego, dándose consuelo a sí mismo, pareciendo un estúpido. Por suerte, era su mente, y nadie podía escuchar las estupideces que SeokJin pensaba cuando el nerviosismo no daba para más.
—Ya me calmé. –dijo SeokJin torpemente, alejándose unos pasos hacia atrás, tropezando por el peso en su hombro. Lo había olvidado momentáneamente, y cayó de culo, haciéndole morirse de vergüenza por ser tan torpe, y se levantó rápidamente como si nada hubiese pasado, escondiendo su rostro enrojecido de la mirada de JungKook, quien extendió su mano para tomar el bolso—, T-Toma, está muy pesado, gracias por ofrecerte. –le dijo SeokJin pasándole rápidamente el bolso y dándole la espalda, caminando como si tuviese un cohete metido en el trasero, huyendo por la vergüenza que acaba de pasar, no queriendo estar cerca de JungKook, ahora mucho menos que antes, por haber quedado como un torpe.
SeokJin normalmente no era tan torpe, o no salía lo suficiente como para notarlo, porque claro, ¿cómo notaría que es alguien torpe si con el mando en las manos era extremamente bueno, y sólo salía al colegio? No tenía casi contacto con nada, ni con nadie, mucho menos en su casa; le echaba la culpa a JungKook, por desconcentrarle, por ponerlo nervioso al punto de hacerlo parecer aún más tonto de lo que, posiblemente, JungKook ya sabía que era.
En su lugar, JungKook estaba sorprendido, y confundido, ante su reacción, siendo consciente de que su presencia no era de completo agrado para SeokJin. De hecho, él siempre había luchado contra ello; nunca fue bien recibido en ningún lado, siendo siempre comparado con su hermano, algo que odió, y que llevó a la mala relación que tenían, entre otras cosas.
—Cuando encontremos a SeHun, creo que lo mejor será que te quedes con él; yo tomaré otro camino. –dijo JungKook en lo que guardaba su arma, acomodando el bolso en su hombro. Es más pesado de lo que creí. pensó, haciendo una leve mueca con sus labios, pensando en como lo pesado que había sido para SeokJin.
Pronto iba a oscurecer, y aún no llegaban al lugar seguro, es decir, el departamento de policías de Seúl, porque, la casa de SeokJin, y su hogar, quedaban completamente descartados, la comisaría, en realidad, no era tan mala idea.
—Vamos a la comisaría. Ahí hay celdas, y esas cosas; se donde guardan las llaves, podemos encerrarnos en una de esas hasta mañana. –propuso JungKook, siguiendo a SeokJin a una distancia prudente, consciente de que estar muy cerca del contrario iba a hacerle sentir incómodo, por más que a JungKook le gustase ver sus sonrojos, o lo nervioso que solía ponerse, recibiendo tan solo un asentimiento.
SeokJin estaba demasiado avergonzado por haberse caído como para siquiera poder tragar saliva, sintiendo como un nudo parecía formarse en su garganta, no pudiendo hablar; sentía que no podía hacerlo. Su cara estaba tan roja que parecía estar a punto de estallar, teniendo a su mente repitiendo una, y otra, vez el bochornoso momento. Caminaron en silencio hasta al comisaria, de manera rápida, siendo SeokJin quien iba por delante, seguido por JungKook, quién le cuidaba la espalda.
El rubio estuvo tentado, muchas veces, a voltear, y ver si JungKook le seguía, pero no quería verlo a la cara, o moriría de la vergüenza, por lo que debió conformarse con escuchar el mínimo sonido que hacían las pesadas botas de este contra el suelo, agradeciendo mínimamente en ese momento aquel silencio ensordecedor que había en toda la ciudad, porque debido a ello podía confirmar que JungKook todavía no se había apartado de su lado.
Sabía que JungKook en cualquier momento le mandaría a la mierda; para él era obvio que ese momento estaba cerca, ya JungKook se había dado cuenta que era un torpe, teniendo la caída para aumentar el hecho de que era un estorbo. Nadie quería estar con un inútil en un apocalipsis zombie, eso es como una condena. SeokJin se dijo a si mismo, sintiéndose como la mierda ante su propio pensamiento, y como un peso extra para el hermano de JungKook.
SeokJin ya estaba empezando a aceptar aquel destino porque, en algún momento la comida se acabaría, ellos se cansarían y su cuerpo simplemente no resistiría tanto. Claro, tampoco es como si SeokJin tuviese alguien por quien luchar, su padre había muerto, dejándole a él en una especie de estado de shock por haberlo visto morir de aquella manera tan atroz, siendo tal vez por eso que todavía no había llorado. Estaba solo; vivía sólo por el instinto humano de sobrevivir siempre, sin importar las situaciones, pero por donde sea que lo mirase, SeokJin estaba completamente solo. Frenó en seco sus pensamientos, y gimió de dolor, sintiendo a sus pies arder, palpitando dentro de sus viejos zapatos, empezando a ser más consciente de lo cansado que estaba, y bufó al ver el lugar seguro rodeado de caminantes.
Parecían no tener un rumbo fijo, simplemente caminando por la zona, en busca de comida, pero aún así, puso una mano hacia atrás, queriendo frenar a JungKook cuando lo sintió cerca, terminando por tocar el duro pecho de este en su palma, antes de bajar la mano, viéndose claramente avergonzado por ello.
—Está repleto de esas mierdas, ¿qué haremos? —preguntó SeokJin en un susurro, temiendo llamar la atención de los caminantes, e hizo una mueca por el intenso dolor de sus pies. Ir de un lugar a otro en la ciudad era realmente cansino, y sumándole eso al cansancio emocional por los acontecimientos que sucedieron ese día, era lógico que estuviese agotado.
SeokJin no sabía qué hora era, pero el leve atardecer que aparecía en el cielo le estaba dando una idea de ella, haciéndole llorar internamente por querer estar en su cama arropado, esperando que aquello solo fuera un mal sueño después de haberse visto una maratón de The Walking Dead.
JungKook debió aclararse la garganta, y relamerse los labios, sintiendo un agradable ardor donde SeokJin le había tocado, en lo que observaba los edificios junto a ellos. No se había esperado que una jodida horda de Zombies estuviera rodeando la comisaria, y teniendo en cuenta de que era el único lugar al que podían ir, una idea cruzó su loca cabeza; antes de que todo iniciara, se había preguntado quien fue el idiota en poner una escalera, que pasaba por las ventanas del primer, y segundo piso de los edificios, hasta la azotea. Eso era muy inseguro para las personas que vivían allí, pero ahora, en ese justo momento, le favorecía, y mucho.
—Se que estás agotado, pero aguanta un poco más, hasta la azotea. –susurró JungKook, y caminó en dirección a la escalera, intentando hacer el menor ruido posible en lo que la movía. Era una de esas extrañas escaleras como las que aparecen en las películas norteamericanas, como "Destino Final", y la imagen de una de las muertes, la de la secuela, apareció en su mente mientras, con mucho cuidado de no hacer ruido, la acomodaba para poder subir.
Solo eran dos pisos, a escalones, pero JungKook llevaba dos jodidos bolsos que pesaban horriblemente, y cuando finalmente llegó a la azotea sentía como sus pulmones quemaban entre jadeo, y jadeo, por lo que bajó bruscamente su bolso, el que tenía sus cosas, contrario a como lo hizo con el de SeokJin, temiendo romper algún frasco, y desperdiciar la comida.
SeokJin subió solo un poco después que JungKook, sintiéndose un poco mal por ver al chico jadear por aire luego de haber llegado, sabiendo que le había dificultado la subida el tener los bolsos súper pesados en sus hombros, y bajó la mirada, haciendo una mueca. Era demasiada carga; tal vez debía ir ingeniándoselas para dejar a JungKook solo, y empezar a valerse por cuenta propia. No quería condenar a JungKook a la muerte, o al cansancio eterno, sólo por haberse encontrado con él; Jeon ni siquiera había planeado aquello como para tener que soportarlo. Sin pensarlo demasiado, SeokJin se tiró al piso, importándole poco que se lastimó su rodilla, o que estaba ensuciando su jean; no podía más, en serio que no, por lo cual se quedó acostado, mirando al cielo, jadeando constantemente por aire, y odiando el hecho de ser tan poco atlético.
—Bien, bebé, llegó la hora. –dijo JungKook con obvio entusiasmo, recuperando el aliento, en lo que sacaba un arma en específico.– Supongo que sabes lo que es, pero de todas forma te diré: es un rifle francotirador... –JungKook posicionó el arma, fijándose en el mirador, y cargándola antes de hacerle señas a SeokJin para que se acercara.–, debes aprender después de todo.
Su mano aún hormigueaba luego de haber tocado el pecho duro de JungKook, haciéndole sentirse como un estúpido niño virgen, que en cierta parte era, como para, además, añadirle un tonto sonrojo ante el "bebé", que le había sido dicho; agradecía estar tan cansado como para que toda su cara estuviera roja, y pudiese disimular aquello.
—Claro que sé que es un rifle francotirador. –murmuró SeokJin, casi en un susurro, sabiendo de armas por sus juegos de vídeo; no era tan imbécil en ese sentido.– Pero ni creas que me voy a parar de aquí para disparar, prefiero echarme a morir en el suelo, y que me coman. –dijo SeokJin, riendo tan solo un poco, demasiado cansado como para bromear.
—Oh, vamos... No seas aburrido. –le animó JungKook, sonriéndole radiante, algo que no solía hacer desde hacía ya mucho tiempo; rió y rodó los ojos volviendo su atención al rifle–, Necesitaré un poco de ayuda con esto. –prosiguió. JungKook observó a los caminantes a través del mirador, y disparó, haciendo que sus dedos cosquillearan ante la vibración; había sido un disparo perfecto que perforó la cabeza del caminante, antes de hacerle repetir la acción con otro caminante–, Si queremos salir de aquí sin ser comida, deberás ayudarme, bebé. –dijo JungKook sin apartar la mirada de los caminantes, antes de fruncir el ceño–. ¿Qué demonios? –susurró.
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